lunes, 13 de julio de 2015

¿EL ACUERDO DE LA TROIKA Y GRECIA ES UNA HUMILLACIÓN?



13 de julio de 2015

Alejandro Nieto González


Tras dos semanas muy tensas por fin hay acuerdo entre la troika y Grecia pero muchos medios han publicado que dicho acuerdo es una humillación para Grecia (de hecho nuestro compañero Marco Antonio así lo ha hecho hace un rato).

¿Es así? Y si lo es, ¿por qué lo ha aceptado Tsipras? ¿Se ha pasado de frenada Alemania a la hora de exigir condiciones a Grecia para un nuevo rescate o no había otra forma de hacerlo?

No todo es tan sencillo como parece

Sinceramente la situación es muy compleja. Estoy plenamente de acuerdo en que las condiciones pueden parecer humillantes para el pueblo griego. Por poner un ejemplo de esta humillación Grecia no podrá aprobar leyes sin que la Troika las de el visto bueno antes. Una locura, una pérdida total de soberanía, ¿no?

Sí y no. Por un lado las condiciones me parecen muy duras. Creo que después del referéndum muchos países, los que más peso tienen en el PIB de la Zona Euro, querían a Grecia fuera y la única forma de convencerlas de lo contrario era una situación como esta: reformas rápidas, duras, pérdida de soberanía y entonces y sólo entonces, dinero.

Pero por otro lado no hay nada que impida a Grecia hacer lo que quiera. Son un Estado soberano, nadie les ha invadido. Son soberanos de decir no. Pero no lo hacen porque necesitan el dinero. Ahí está la clave.

Todos los países de Europa son soberanos. Y sus pueblos no quieren seguir prestando dinero a Grecia si no hay garantías de recuperar el dinero. La senda de Grecia y últimamente del Gobierno griego iban por la vía de no recuperarlo nunca. De hecho los préstamos de los programas de rescate anteriores eran con décadas de carencia y seguramente nunca llegaran a pagarlos, era una forma de decir a su población "no perdemos dinero, es un préstamo" pero mintiendo.

Lucha de soberanías

En este gráfico (cortesía de Ricardo Galli) se puede ver que el 40% de la población de la zona Euro (que representa más del 50% del PIB) vive en Estados que han tenido una posición muy dura, que querían la salida de Grecia del Euro, el Grexit. Otro 40% de población en países que querían agresivamente un tercer rescate (representando sólo un 18% del PIB). Y el resto en una posición más intermedia (en ese grupo está España).


Hemos vivido una lucha de soberanías. Los griegos querían hacer una cosa, pero con el dinero de otros que no lo tenían tan claro. ¿Deben mandar las poblaciones, el PIB, mayorías mixtas, absolutas, unánimes? La formación de mayorías legítimas es muy compleja, por eso los sistemas electorales lo son tanto. Y una cosa estaba clara: ningún país, excepto Grecia quizá aunque no lo hayan exigido, quería dar más dinero a cambio de nada y con una quita.

El pueblo Griego puede sentirse humillado, a mi el acuerdo desde luego me lo parece. Europa ha sufrido una falta de visión a largo plazo, la solución a todo esto era una cesión global de soberanía, no sólo griega, a instituciones Europeas elegidas democráticamente, con presupuesto. Cosas como un sistema bancario único europeo, sistema de pensiones y desempleo europeo y un largo etcétera. Pero han aceptado porque soberanamente prefieren esto a salirse del euro y recibir ayuda humanitaria, que era la alternativa que ofreció el grupo que lideraba Alemania.



ALEMANIA HUMILLA A GRECIA Y LA DEJA AL BORDE DEL GREXIT

Marco Antonio Moreno

13 de julio de 2015 
 
La intransigencia dogmática y la brutalidad sin precedentes de Alemania contra el gobierno griego han marcado una ruptura histórica en el proyecto europeo. Para Wolfgang Schauble no fue suficiente que Tsipras se rindiera a las exigencias de la troika, o que el ministro Yanis Varoufakis se retirara de las negociaciones. Los nuevos planes de recortes y aumentos de impuestos no fueron suficientes. Ahora se exige a Grecia una garantía de 50 mil millones de euros en activos y el cumplimiento de 12 nuevas medidas que instalarían a los "hombre de negro" en Atenas. La arrogancia y el despotismo de Merkel y Schauble sacudieron ayer la poca confianza que va quedando en el proyecto europeo.

Porque más que una negociación, la de ayer en Bruselas fue una completa humillación a Grecia. The Guardian comparó el cara a cara entre Merkel y Schauble contra Tsipras, como las torturas que utiliza la CIA para los sospechosos de terrorismo. El alemán Der Spiegel calificó las palabras destempladas de Merkel como "un catálogo de atrocidades", mientras Financial Times escribió que Alemania exigía de Grecia su autodestrucción como Cartago. The Economist afirmó que Alemania quemó un enorme capital político que costará mucho restaurar. Bloomberg señaló que Alemania exigía la capitulación total de Grecia. Uno de los hashtag más abundantes de Twitter fue #thisisacoup ("este es un golpe de Estado"). La Alemania de Merkel enfrentó duras reacciones por su trato inmisericorde a Grecia.

La intransigencia obstinada de Alemania y su afán por sacar a Grecia fuera del euro se entiende ahora por todos. De nada sirvió la renuncia de Varoufakis o la rendición de Tsipras a los recortes. Ahora toda la opinión pública tiene en claro que Alemania quiere a Grecia fuera del euro. Con su condición de primera potencia económica europea, Alemania quiere fijar las reglas del juego e imponer su modelo de disciplina en la Eurozona. Esto pone en peligro todo el proyecto de integración europea, y así lo ha hecho ver Italia.

Las nuevas exigencias de Schauble tienen un claro coste social e implican el desmantelamiento de la democracia en Grecia. Se pretende entregar el gobierno a la troika, y que sea la troika la que gobierne, con una pérdida total de la soberanía helena. Con esta idea Alemania se erige así en una fuerza impulsora de la descomposición de los valores europeos como la democracia y la justicia social. 

En lugar de apuntar a generar crecimiento, el programa de la troika exacerba las medidas de austeridad, que "han fallado, porque hace falta más austeridad", dice Schauble. Los griegos tienen ahora la posibilidad de elegir entre una Grexit que de un castigo a Europa, o una política que obliga a su gobierno a ponerse de rodillas y a su población a mayor empobrecimiento y miseria. Las exigencias de Alemania son inaceptables. La ruptura final de la UE es solo cuestión de tiempo.


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