Esta luz se halla en los supermercados, en los punteros,
en el Bluray, enumera el científico francés Jean-Pierre Galaup.
Y tiene más futuro que pasado
T/ Vanessa Davies
F/ Miguel Romero
La luz es como el agua, escribe el narrador colombiano Gabriel García
Márquez. Pero si la pregunta se le hace al científico francés Jean-Pierre
Galaup, la luz es como... el láser. Aunque, para ser precisos, el láser es luz.
Galaup es investigador en el Laboratorio Aimé Cotton de la Universidad
París-Sur 11 y está especializado en física atómica, molecular y óptica.
“Estamos celebrando el 55º aniversario del descubrimiento del láser”, enfatiza
el científico. “Sus aplicaciones son inmensas”.
La agenda de Galaup en Venezuela esta semana incluyó una conferencia en
la Facultad de Ciencias de la UCV, el pasado lunes, con las pinzas ópticas como
tema central. Antes de su intervención, el investigador conversó con el Correo
del Orinoco.
¿Dónde está el láser? La pregunta no lo sorprendió Se cumplen 55 años
del láser Pinzas sin dedos también revolucionan la investigación Esta luz se
halla en los supermercados, en los punteros, en el Bluray, enumera el
científico francés Jean-Pierre Galaup. Y tiene más futuro que pasado del todo.
Para los físicos, las bondades de esta fuente de luz son tan evidentes, que
todo el mundo debería reconocerlas. Pero no siempre la luz puede iluminarse a
sí misma.
“El láser está en los supermercados”, señala Galaup, “y lo usamos cada
vez que hay que escanear el precio de un producto”. Ese dispositivo “se basa en
un láser que lee un código de barras”.
El láser está, también, en los ojos, porque en la actualidad hay
tratamientos que corrigen diversos defectos y problemas y que se basan en esta
luz. Y se lo puede ver en las presentaciones, en un accesorio que no falta en
las manos de las expositoras y los expositores: “los famosos punteros”.
Y el láser está involucrado, tal como lo relata Galaup, en futuros
dispositivos para ayudar a las personas invidentes. Desmenuza con entusiasmo el
esfuerzo de uno de sus colegas de laboratorio, quien busca un bastón láser que
les indique a las personas que no ven dónde se encuentran los obstáculos.
Pero el láser está no solo en lo que vemos todos los días, sino en lo
que –de momento– solo la ciencia puede mirar. El francés cita un proyecto que
describe como “gigante”: el Láser Megajoule, con el que se podrá “reproducir en
un laboratorio una explosión de una bomba termonuclear”. Nombra, también, el
Proyecto Virgo, que se desarrolla en Italia y con el que se persigue detectar
ondas gravitacionales (el llamado murmullo del universo).
Otro “lugar de residencia” del láser son los relojes atómicos: “Son
sistemas a base de átomos, puestos en condiciones con dispositivos de láser”,
detalla. Esos átomos deben estar “a temperatura muy baja; casi, casi al cero
absoluto, y en esa temperatura el reloj será mucho, mucho más preciso”. Gracias
al láser, recalca el científico galo, “se hacen relojes que son capaces de
mantener el tiempo exacto sobre una duración que es igual a la edad del
universo, sin perder un segundito”.
Pinzas sin dedos
Galaup está dedicado a las pinzas ópticas, que son manos de luz que
pueden entrar en los sistemas sin romperlos. Un objeto sólido probablemente destroce
la piel o las células, si fuese el caso, pero la luz no. “La idea es utilizar
un láser combinado con un microscopio para atrapar pequeñas partículas, que
pueden ser partículas bioló- gicas”, ilustra.
Mediante el láser, por ejemplo, se puede estresar una célula y evaluar
qué cambios se generan en ella. “La ventaja de la pinza óptica es que entra,
puede trabajar en el interior de una célula sin romper las capas externas” ni
contaminar, subraya. El científico trabaja con pinzas ópticas desde el año 2004.
“Yo soy físico de la luz. Empecé con este tipo de cosas hace más de 30 años”,
rememora.
– ¿Qué
le interesa de las pinzas ópticas? ¿Qué es lo que le parece llamativo?
–Cuando
yo miro la literatura científica de todos los laboratorios en el mundo que utilizan
pinzas ópticas, desde hace 30 años, encuentro que es una técnica que se ha
estado utilizando en varias direcciones. Se puede considerar como una
herramienta para estudiar varios tipos de sistemas.
Galaup indica que ahora las pinzas ópticas son comercializadas, pero
acota que su sistema lo construyó “casi a partir de nada”.
Las pinzas ópticas tienen otras aplicaciones, como en los microfluidos.
“La idea básica de eso es realizar reacciones químicas, con un número reducido
de átomos o de molé- culas, en dispositivos que son bien controlados” y sin
riesgo de polución, enfatiza. Todo indica que al láser le queda más futuro que
pasado
Caracas
-.o0o.-
UNA HISTORIA QUE CONTINÚA
–¿Usted
vería el láser como una revolución?
–Sí. Eso
sí. Es una revolución que nació en los años 60. Realmente es una revolución.
–¿Sigue
siendo una revolución ahora el láser?
–Sigue
siendo, sigue siendo.
–¿Dónde
está la revolución del láser ahora?
–Los
primeros láseres eran láseres básicamente consumidores de energía y frágiles.
Después ocurrió la revolución con los láseres de semiconductores, que son poco
consumidores de energía y tienen muchos tipos de aplicación.
–¿Cuáles?
–Entre
ellos se encuentran en los lectores de DVD, de CD y ahora el famoso Bluray, que
es una tecnología de almacenamiento de música o de datos en discos ópticos. El
aumento de la capacidad de almacenamiento es fruto de esa evolución de los
láseres.
Lo importante, ratifica JeanPierre Galaup, es poder aumentar el volumen
de almacenamiento de los discos ópticos “hasta grabar videos de varios gigas de
datos”.
El próximo paso, analiza, es pasar de los láseres semiconductores a
otros que garanticen más capacidad. “Se habla mucho de las computadoras
cuánticas, y todavía es un sueño, pero hay muchos laboratorios que trabajan en
eso”, manifiesta
-.o0o.-
La Artillería
Suplemento Dominical del
CORREO del ORINOCO
Domingo 28 de junio de 2015
Nº 244, Año 2, Pág. 1
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