Cinco
siglos de investigación científica en el territorio
peruano
AUGUSTO TAMAYO SAN ROMÁN
ÍNDICE
Presentación
Introducción
Pedro
Peralta y Barnuevo 1664-1743
12
Francisco
Antonio Cosme Bueno 1711-1798
17
Cosmógrafos
Mayores del Perú
23
Cosmógrafos Mayores del Virreinato
Cosmógrafos Mayores del Virreinato
y la
República del Perú
25
José Eusebio
de Llano Zapata 1721-1780
26
Gabriel
Moreno 1735-1809
32
Hipólito
Unanue y Pavón 1755-1833
36
Protomedicato
del Virreinato del Perú
44
Protomédicos
del Virreinato y la República del Perú
46
José
Gregorio Paredes 1778-1839
47
La
Sociedad de Amantes del País
51
Mariano
Eduardo de Rivero y Ustariz 1798-1857
53
Antonio
Raimondi Dell'Acqua 1826-1890
58
José
Sebastián Barranca 1830-1909
66
Federico
Blume Othon 1831-1902
69
Pedro
Ruiz Gallo 1831-1880
73
Eduardo
de Habich 1835-1909
78
Federico
Villarreal 1850-1923
83
La
Sociedad Geográfica de Lima
89
Scipión
Emiliano Llona Gastañeta 1864-1946
91
Antenor
Rizo Patrón Lequerica 1867-1948
96
El
Observatorio de Carmen Alto en Arequipa
100
Carlos
Lisson Beingolea 1868-1947
104
Alberto
Barton Thompson 1870-1950
112
Augusto
Weberbauer 1871-1948
115
José J.
Bravo 1874-1927
119
Pedro
Paulet 1874-1945
125
Augusto
E. Tamayo Móller 1875-1936
131
Juan
Alberto Grieve Becerra 1878-1950
136
Manuel
O. Tamayo Móller 1878-1909
140
Julio
C. Tello 1880-1947
145
Marius
Emmanuel Pozzi-Escot Ashcroft 1880-1963
151
Carlos
Monge Medrano 1883-1970
154
Santiago
Antúnez de Mayolo Gomero 1887-1967
160
La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas
La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas
y
Naturales del Perú
165
Honorio
Delgado Espinoza 1892-1969
168
Cristóbal
de Losada y Puga 1894-1961
172
María
Reiche Neumann 1903-1998
176
Javier
Pulgar Vidal 1911-2003
182
Fernando
Cabieses 1911-2009
186
Alberto
Giesecke Matto 1918
191
Instituto
Geofísico del Perú
194
Ronald
Woodman Pollitt 1934
199
Instituto
Peruano de Energía Nuclear
205
Jorge
Heraud Pérez 1939
207
Bibliografía consultada
213
Presentación
La inteligencia humana es uno de los rasgos distintivos de la especie, y
la observación metódica de la realidad que lo rodea es una de las actividades
que el hombre ha realizado desde que adquiere conciencia de su propia razón. La
ciencia es el resultado de la interacción sistemática de esa inteligencia y de
esa capacidad de observar los fenómenos del mundo y encontrar regularidades en
ellos de los cuales extraer leyes y teorías. El uso y la aplicación práctica de
esas leyes y teorías —de la ciencia— es lo que usualmente denominamos
tecnología.
El hombre no puede sobrevivir sobre el mundo sin ciencia y sin
tecnología. De ello se dio cuenta hace decenas de miles de años y es por ello
que las sociedades organizadas de todos los tiempos fomentaron su desarrollo.
Sociedad que no lo hizo resultó subordinada de las que lo hicieron en mayor
grado, colocándose en situación de desventaja y dependencia. No desarrollar
ciencia y tecnología implicó para esos grupos humanos perder capacidad y
jerarquía tanto geopolítica como económica en el contexto de un mundo
crecientemente competitivo. La historia del mundo es, en realidad, la historia
de la confrontación de las tecnologías que los diversos grupos humanos desarrollaron
y utilizaron en la pugna por sobrevivir.
La innovación y la creatividad son las bases sobre las que se construye
la ciencia y la tecnología. Toda nueva tecnología —consecuencia de la
innovación y la creatividad— es un arma hoy en día económica que redunda en el
beneficio y en la calidad de vida de los miembros de las sociedades que la
propician. No hacerlo es un lujo que una nación no puede permitirse.
El Perú es un país en donde ha habido hombres brillantes dedicados al
estudio y al desarrollo de la ciencia. Es un país en que ha existido
investigación y ejercicio científico y tecnológico, tal vez no con la
constancia que hubiera permitido crear una ciencia y una tecnología vigorosas y
propiamente peruanas, pero es indudable que existe una tradición sobre la cual
poder crearlas en el futuro, si se dan las condiciones adecuadas y se congrega
la voluntad y el esfuerzo necesarios.
El presente texto es una demostración de la realidad del esfuerzo de esos
hombres brillantes y de la existencia de esa tradición científica, que reafirma
la necesidad de apoyarla sustantivamente y de utilizarla como estímulo para la
construcción de una ciencia sólida y de una tecnología aprovechable que redunde
en el bienestar de los habitantes del país.
Javier Manzanares
Presidente de Telefónica del Perú
Introducción
El propósito expreso de este libro es la divulgación de la actividad
científica y tecnológica realizada en el Perú, a lo largo de su historia
registrada, por investigadores comprometidos con la creación de conocimiento
científico y con el ejercicio aplicado de la ciencia como coadyuvantes del
desarrollo material del país.
El Perú, a pesar de una aparente inacción contemporánea en ese campo
fundamental, tiene una larga y rica tradición de hombres dedicados a ellas.
Este libro presenta los hechos de la vida y la obra de los peruanos y
extranjeros afincados en el Perú, dedicados a la ciencia y la tecnología desde
el siglo XVII al presente, intentando destacar sus logros y su personal
determinación y persistencia en la búsqueda de conocimiento y de su aplicación
práctica en la vida colectiva. Al hacerlo pretende contribuir con el permanente
estímulo que debe darse en el país al fomento del estudio y la actividad
científica, indispensables para garantizar su desarrollo pleno y sostenible.
Debe aclararse que se incluyen en este libro a aquellos investigadores
que a lo largo de su vida realizaron actividad científica y de investigación
considerada seria en su momento, que evidencian esfuerzo y compromiso con la
propuesta teórica o conclusión conceptual a la que arribaron, a pesar de que
sus descubrimientos o propuestas no resulten convalidas por el pensamiento
científico contemporáneo. El conocimiento humano adquiere, mantiene o pierde
vigencia a lo largo de la historia —en particular el pensamiento científico,
cuyos criterios y principios cambian radicalmente— con la aparición de nuevas
evidencias o la acumulación de saberes empíricos. No puede, sobre los
conocimientos de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX, aplicarse juicios de valor
retrospectivos, como no pueden aplicarse criterios morales retrospectivamente a
los hechos históricos del pasado. La moral y el valor del hoy son del hoy, no
existían en el ayer. Pueden ser utilizados en el reforzamiento de las
convicciones del presente, pero no para desmerecer lo actuado en otro tiempo,
bajo principios diferentes. El error no invalida el esfuerzo serio aunque
equivocado. Es más, la ciencia es una de las ramas del saber que se sustentan
en la conciencia del error. Baste como prueba de tal consideración en el Perú
el famoso discurso de Carlos I. Lisson —destacado geólogo peruano de la primera
mitad del siglo XX— leído a sus alumnos y titulado expresivamente Mis
fracasos, en donde declara enfáticamente que todos sus aciertos y descubrimientos
provienen de fracasos anteriores. El error es el camino inevitable del éxito en
la ciencia.
Otro aspecto importante al considerar el desarrollo de la ciencia en el
Perú es que, a diferencia de lo que por algún tiempo se sostuvo, el Virreinato
no fue un páramo de incultura científica. No lo fue durante el siglo XVII y lo
fue menos durante el siglo XVIII, en que bajo la influencia francesa se
permitió la importación masiva de libros dedicados a la ciencia y se
organizaron diversas expediciones científicas.
Es en el Perú que se establece, por primera vez, la educación formal de
medicina en el continente americano en el siglo XVI, con la creación de la
cátedra de Prima de Medicina, proveída en 1571. En 1609 el Cabildo de Lima,
bajo la conducción del Alcalde Juan Dávalos de Ribera, solicita la ampliación
de dicha formación al pedir la creación de dos cátedras de medicina, que el
Conde de Chinchón funda en 1632, nombrando el 11 de octubre de 1634, como
maestro de las mismas, a Gerónimo Andrés de la Rocha. La cátedra se inicia el
17 de abril de 1635 dictada por Juan de la Vega. La Facultad de Medicina de San
Fernando, creada en 1794, es una de las más antiguas del continente. Nada puede
germinar sin una tradición que lo sustente y el pensamiento científico peruano
la tiene desde antiguo. En materia científica y matemática es importante
recordar que, en su ingreso a la ciudad en 1655, acompañan al Virrey Alba de
Liste los matemáticos Francisco Ruiz Lozano y el sacerdote flamenco Juan Ramón
Koening, que contribuyen a conformar la cátedra de Prima de Matemáticas en la
Universidad de San Marcos en 1678.
Aspecto que habría que destacar igualmente en esta historia biográfica
de la tradición científica y tecnológica en el Perú, es la importancia
trascendental que tienen en ella las generaciones que aparecen tras la Guerra
del Pacífico y que se extienden hasta bien entrada la década de 1930. La guerra
con Chile produce una ruptura absoluta de la vida en el Perú y la consecuente
destrucción que resulta del conflicto es inmensa. El país está, después de
1882, devastado. Son aquellas generaciones, que aparecen inmediatamente acabado
el conflicto, realizadoras de un trabajo de dimensiones colosales. Notables
generaciones de científicos e ingenieros industriosos, sacrificados y
responsables que asumen con absoluta entrega y exigencia académica y
profesional el rescate del país de la debacle generalizada que produce dicha
confrontación armada.
Desde 1890 en adelante ese grupo de esforzados profesionales se encarga
de construir o reconstruir infraestructura de todo tipo, se entrega con fervor
a la formación rigurosa de los nuevos estudiantes en las áreas científicas y
tecnológicas y emprende investigaciones de todo calibre, sin ningún complejo de
inferioridad con relación a los investigadores del resto del mundo; compiten
con ellos de igual a igual en alcance, ambición y resultados. Merecen el
reconocimiento y el homenaje que deben recibir los héroes civiles de toda
sociedad civilizada.
Finalizaremos diciendo que el presente texto no pretende ser exhaustivo
en la presentación de todos los científicos, investigadores e ingenieros que
hayan desarrollado ciencia y tecnología en el Perú desde el siglo XVII en
adelante. Pretende sí rendir homenaje a todos ellos a través de los aquí
reseñados, cuyo número demuestra que, a pesar de declinaciones cíclicas en la
investigación científica, existe en el país la reserva de inteligencia,
carácter y determinación para reemprenderla cada vez que se conjugue la
voluntad y la conciencia racional de su suprema importancia.
Para leer el estudio completo copie y siga el siguiente enlace: http://www.telefonica.com.pe/acerca-de-telefonica/libros/Hombre_de_ciencia.pdf
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