Mostrando entradas con la etiqueta Mao Zedong. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mao Zedong. Mostrar todas las entradas

viernes, 11 de julio de 2025

SOCIALISMO CHINO: ¿QUIÉN HA DICHO QUE UNA PLUMA NO PUEDE VOLAR HASTA EL CIELO?

 



10 de julio de 2025

China muestra avances prometedores en la construcción del socialismo, pese a los desafíos y contradicciones que enfrenta.

Queridas amigas y amigos,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

En 1957, Mao Zedong supervisó la publicación de El auge socialista en el campo chino, una colección de artículos reunidos en tres volúmenes por el Partido Comunista de China para la educación política del campesinado. Al año siguiente, se publicaron versiones abreviadas y ediciones regionales con una selección de estos textos. Una de estas ediciones incluía un informe de la Oficina del Movimiento Cooperativo del Comité Regional del Partido Comunista de Anyang, acompañado por una introducción de Mao. Este texto, titulado ¿Quién ha dicho que una pluma no puede volar hasta el cielo?, da el nombre a este boletín.

La tarea de la pluma es la tarea del socialismo: lograr lo que muchxs consideran imposible. Según escribió Mao, el campesinado de Anyang se enfrentaba a una disyuntiva entre el capitalismo y el socialismo, aunque cualquier intento de construcción socialista inevitablemente llevaría las marcas del sistema capitalista, pues surge de formas sociales de producción ya existentes. “Lxs pobres se están librando de su antiguo estado.”, escribió Mao. “El viejo sistema se halla moribundo y otro nuevo nace ahora. En efecto, las plumas pueden volar hasta el cielo”.

Aun así, Mao se mantenía cauteloso. En el prefacio de otro artículo, insiste en tomar el camino de la cooperación (20 de septiembre de 1955), escribió:

El socialismo, este fenómeno nuevo, sólo puede nacer en medio de una seria lucha contra lo viejo. En un período determinado, un sector de personas de la sociedad muestra gran obstinación por seguir su viejo camino. Pero, en otro, ellas mismas pueden cambiar de actitud y dar su aprobación a lo nuevo.

Desde que las fuerzas socialistas se propusieron construir una sociedad libre de las consecuencias devastadoras del capitalismo, han debido enfrentar el desafío de superar las relaciones sociales preexistentes. Los mecanismos de asignación de recursos en el sistema capitalista, como el “incentivo al lucro”, generan condiciones para el control privado de los procesos sociales, lo que a su vez produce enormes niveles de despilfarro y desigualdad. Cuando lxs socialistas imaginaron una sociedad sin la mercantilización del trabajo –uno de los rasgos fundamentales del capitalismo–, muchas veces terminaron replicando el sistema salarial mediante experimentos como los bonos laborales basados en el tiempo trabajado. La transición hacia una forma de trabajo no mercantilizada no podía ser abrupta ni sencilla, sino un proceso prolongado de lucha para desmercantilizar esferas clave de la vida social (como la salud, la educación o el transporte) y crear mecanismos que permitieran a las personas acceder a bienes de uso personal sin depender de un salario.

Cuando las fuerzas socialistas accedieron al poder estatal, como en la Unión Soviética tras 1917 o en China a partir de 1949, afrontaron la necesidad de construir formas elementales de socialismo, al tiempo que enfrentaban una serie de dilemas persistentes:

Sistemas limitados para la gestión de información. Las economías socialistas eran vastas y complejas, pero no contaban con mecanismos adecuados para recopilar y procesar toda la información necesaria para planificar de manera efectiva una economía dinámica, desafío que persiste incluso hoy en día, a pesar del desarrollo de tecnologías informáticas avanzadas.

Incertidumbre estructural en la toma de decisiones. Las autoridades encargadas de la planificación debían tomar decisiones presupuestarias y de inversión en contextos de incertidumbre, fundamentalmente porque los rápidos avances en ciencia y tecnología ponían en riesgo que inversiones clave quedasen obsoletas en muy poco tiempo.

Tensión entre la planificación a largo plazo y la demanda inmediata. Los planes centrales muchas veces entraban en conflicto con los cambios en los gustos de lxs consumidorxs, lo que dificultaba alinear las inversiones de largo plazo con las necesidades y deseos inmediatos de la población.

Objetivos políticos en disputa. Las metas económicas no siempre estaban unificadas políticamente, y las visiones contradictorias que convivían dentro de distintos planes solían derivar en formas agudas de burocratización.

No existe una fórmula para resolver estos ni otros problemas que enfrentan los proyectos socialistas una vez que acceden al poder estatal. Deben abordarse de manera experimental o, como dice un conocido refrán chino, “cruzando el río tanteando las piedras” (摸着石头过河). Por eso resulta muy apropiado que la edición de junio de 2025 de Wenhua Zongheng, publicada por el Instituto Tricontinental de Investigación Social y dedicada a los Experimentos chinos en la modernización socialista, comience con un ensayo del escritor chino Li Tuo titulado La naturaleza experimental del socialismo y la complejidad de la reforma y apertura en China. Uno de los aportes clave del fascinante ensayo de Li Tuo, que recorre desde la Comuna de París hasta la reforma y apertura en China, es que las revoluciones socialistas, particularmente en países anteriormente colonizados o con bajo nivel de desarrollo económico, no pueden avanzar directamente hacia un “socialismo completo”, sino que, citando a Lenin, deben pasar por “una serie de intentos concretos, imperfectos y variados de crear uno u otro Estado socialista”.

Me gusta el énfasis en “uno u otro Estado socialista”. No hay un modelo único, pero sí ejemplos que deben ser estudiados y procesos históricos que deben ser asimilados con atención. Eso es precisamente lo que hace Li Tuo en su ensayo, que concluye maravillándose ante la creación del sistema ferroviario de alta velocidad en China.

El ensayo que sigue en esta edición de Wenhua Zongheng, escrito por Meng Jie y Zhang Zibin,  titulado Política industrial con características chinas: La economía política de las instituciones intermediarias chinas, examina la modernización socialista de China con el rigor que exige: no solo con asombro, sino a través del estudio minucioso. Cada vez que escucho una conferencia de Meng Jie o leo su trabajo sobre la economía de mercado en China, me impresiona profundamente su insistencia en construir teoría a partir de investigaciones activas en las propias fábricas que producen los bienes de la China contemporánea. El ensayo de Meng Jie y Zhang Zibin no es distinto: se basa en trabajo de campo realizado en diversas fábricas vinculadas a la cadena de suministro del tren de alta velocidad.

Lxs autores muestran que el sistema de producción del tren de alta velocidad se construyó dentro del sector de propiedad estatal, pero se concibió bajo un enfoque de “mercado constructivo”, donde la “competencia dentro del gobierno” operó como motor de la innovación. En otras palabras, el Estado chino construyó un mercado que no solo incorporaba al sector privado orientado por el lucro, sino también a un sector público orientado al producto, cuyas instituciones competían por alcanzar objetivos nacionales de desarrollo. El financiamiento de este sistema provino de instituciones financieras estatales, que dirigieron la acumulación de capital hacia el uso social y no únicamente hacia la obtención de ganancias. Como escriben Meng Jie y Zhang Zibin: “El objetivo primordial del capital estatal es implementar los objetivos de la producción socialista y cumplir las tareas fijadas por los planes y estrategias nacionales de desarrollo”. Este ensayo forma parte de un esfuerzo más amplio de Meng Jie y su equipo por comprender el sistema de relaciones de producción e innovación que China ha desarrollado. Un ámbito de investigación clave ahora que el país ingresa a la era de las “nuevas fuerzas productivas de calidad”, un concepto central en la política de desarrollo china contemporánea.

Uno de los elementos centrales de esta nueva edición de Wenhua Zongheng es mostrar que la lucha de clases continúa durante el período de construcción del socialismo. Esto implica que, a lo largo del camino, son necesarios diversos experimentos para ver qué funciona y qué no —tanto para desarrollar las fuerzas productivas como para establecer relaciones sociales más equitativas. En este proceso ha persistido una lucha ideológica dentro de China, ya que lxs capitalistas buscan formas de reproducirse.

Sin embargo, bajo el sistema socialista chino, a lxs capitalistas no se les permite organizarse como clase con poder político a través de la propiedad de medios de comunicación, sistemas financieros, partidos políticos u otras instituciones. No pueden enviar libremente sus ganancias al extranjero ni invertirlas donde quieran. Existen varios diques estratégicos —entre ellos, controles de capital— que regulan el flujo de capital e impiden que lxs capitalistas en China se conviertan en una oligarquía que se niegue a invertir en su propio país (un problema común en muchos países del Norte y del Sur Global, donde las oligarquías pueden trasladar su capital a voluntad o incluso “declararse en huelga” negándose a invertir en infraestructura o industria). El capital chino permanece dentro del país y bajo el alcance de un sistema bancario estatal que lo canaliza según los lineamientos del plan nacional de desarrollo. Quienes buscan obtener ganancias pueden operar en el país, pero no pueden dominar el sistema ni convertir su comportamiento orientado al lucro en el principio rector. De este modo, la lucha de clases se inclina a favor del pueblo. Eso es lo que diferencia al sistema socialista de China de los sistemas capitalistas de otros países.

En La ideología alemana (1846), Marx y Engels escribieron sobre “el cieno en que está hundida” [la clase trabajadora], que únicamente por medio de una revolución, logrará volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases. Ese proceso de transformación llevará mucho tiempo.

La pluma ciertamente no ha llegado aún al cielo, pero tampoco está en el infierno.

Cordialmente,

Vijay

Fuente: https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-china-desarollo-socialista/

 

domingo, 27 de octubre de 2024

OMISIONES O ERRORES EN LA TRADUCCIÓN DE LAS OBRAS DEL MARXISMO

 


SUPERAR LA FORMACIÓN MUY DOGMÁTICA, LIBRESCA Y SECTARIA

 Miguel Aragón

(26 de octubre de 2024)

 

Estimado compañero, muy agradecido por su saludo y comentario del día 14 de octubre. Coincido con usted, tenemos que “superar la formación muy dogmática, libresca y sectaria” que recibimos en las décadas de 1970 y 1980. Recién dispongo de tiempo para contestarle.  

En el transcurso del siglo XX, los socialistas en el Perú recibimos la influencia de varios acontecimientos mundiales muy importantes, que impactaron de manera decisiva en nuestra propia formación.

 En las décadas de 1920 y 1930 la influencia de la Gran Revolución Rusa tuvo un gran impacto y efecto en los socialistas peruanos. Algunos lo asimilaron certeramente, mientras que otros se conformaron con conocer solamente los aspectos superficiales de los inicios de la construcción del socialismo, en Rusia primero, y en la URSS después.

En las décadas de 1960 y 1970, la influencia de la Gran Revolución China fue muy impactante y determinante en la formación de los socialistas jóvenes de ese tiempo. La difusión de la literatura publicada por las Ediciones en Lenguas Extranjeras de Pekín fue masiva, la mayoría la recibimos con actitud poco crítica. Muchos de los lectores de esas publicaciones no supimos discernir lo incorrecto (la menor parte) de lo correcto (la mayor parte).

Recién hace poco tiempo, en las últimas décadas del siglo XX, nos percatamos que “no todo lo que brillaba era oro” en las ediciones de los libros de procedencia china.

 

1.- OMISIÓN EN EL MANIFIESTO COMUNISTA.-

Muy pocos lectores se han dado cuenta de la diferencia entre la edición china y la edición soviética del “Manifiesto Comunista”. 

Revisemos el breve y magistral preámbulo del folleto “Manifiesto Comunista”, escrito por Marx y Engels a fines de 1847 y publicado en febrero de 1848, me refiero al breve texto que comienza con “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo …”

 En el quinto párrafo de la edición soviética está escrito: “Que ya es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias (…)”, (Ver “Obras Escogidas de Marx y Engels, en Un Tomo, pp. 32, Editorial Progreso, Moscú).

Mientras que, en la edición en Lenguas Extranjeras Pekín, publicada en 1961 y reeditada en 1975, en las últimas líneas de ese párrafo dice “(…) expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones (…)” (Ver Manifiesto del Partido Comunista, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín 1975, pp.31). 

La diferencia es demasiado evidente. En la edición soviética se lee “sus conceptos, sus fines y SUS TENDENCIAS”, mientras que en esa edición china se lee “sus conceptos, sus fines y SUS ASPIRACIONES”.

Indudablemente que la palabra “Aspiraciones”, no tiene el mismo significado que la palabra “Tendencias”.

Realmente ¿Qué expresaron Marx y Engels en ese preámbulo?

¿Cuál de las dos versiones es la correcta?

Leyendo los tres primeros capítulos del Manifiesto, se entiende, con toda claridad, cual es la relación entre los tres objetivos anunciados en el Preámbulo, con el contenido del folleto.

En el capítulo I, “Burgueses y proletarios”, se exponen SUS CONCEPTOS TEÓRICOS;

En el capítulo II, “Proletarios y Comunistas”, se exponen SUS FINES POLÍTICOS; y

En el capítulo III, “Literatura socialista y comunista”, se exponen SUS TENDENCIAS.

Para el movimiento socialista mundial, el “Manifiesto Comunista” fue la primera propuesta de programa y de organización del proletariado según la orientación del socialismo científico. Primero, se expone la construcción teórica (la interpretación de la realidad); segundo, la construcción política (la transformación de la realidad, el programa estratégico); y tercero, la construcción orgánica (el análisis de las diferentes tendencias que conforman el movimiento socialista).        

Para entender la importancia de la expresión “tendencias”, que Marx y Engels escribieron en el preámbulo, se recomienda revisar, en primer lugar, la primera página del capítulo II, en el cual Marx y Engels afirmaron que “Los comunistas no forman un partido aparte, opuesto a los otros partidos obreros”, y en segundo lugar, revisar todo el capítulo III, en el cual Marx y Engels hicieron   una revisión crítica de cinco tendencias socialistas y comunistas existentes en ese tiempo.

Para los editores que dirigían las publicaciones en Lenguas extranjeras de Pekín en la década de 1960 y en la primera mitad de la década de 1970, no les convenía publicar que Marx y Engels reconocieron que desde 1847 había varias tendencias en el movimiento obrero. Y sin el menor escrúpulo cambiaron esa palabra (y tal vez otras).

Ya que estamos comentando el Manifiesto Comunista, aprovecharé para adicionalmente exponer el siguiente comentario. 

El capítulo IV del Manifiesto Comunista “Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de Oposición”, es complementario a los tres primeros capítulos. En ese último capítulo, los autores expusieron las propuestas TÁCTICAS acordes a las necesidades concretas de las luchas en el año 1848 en Francia, Suiza, Polonia y Alemania.

En el capítulo II, Marx y Engels varias veces  propusieron la necesidad de “la revolución comunista”, como tarea estratégica a largo plazo. Mientras que, en el capítulo IV propusieron tareas tácticas, acordes al momento en que vivían. En esos años, ningún país estaba preparado para desarrollar “la revolución comunista”.

Marx y Engels escribieron “Los comunistas fijan su principal atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución burguesa (…)”, “En Alemania, el Partido Comunista lucha de acuerdo con la burguesía (…)”, “entre los polacos, los comunistas apoyan al partido que ve en una revolución agraria  la condición de la liberación nacional (,…)”.

Actualmente los “doctrinarios”, que reducen la lucha de clases a la contradicción entre el proletariado y la burguesía,  solamente  han leído los dos primeros capítulos del Manifiesto, y por lo tanto, no están en capacidad de entender, que Marx y Engels, al lado de la propuesta estratégica de  “revolución comunista” (capítulo II), tácticamente también propusieron  apoyar “la revolución agraria”, “la revolución burguesa” y “la revolución de liberación nacional” (capítulo IV). 

 

2.- OMISIÓN EN LAS OBRAS ESCOGIDAS DE MAO ZEDONG (en cuatro Tomos)

En la convulsa década de 1960, al publicarse los cuatro primeros tomos de las Obras Escogidas de Mao Zedong, en las ediciones en castellano (año 1968), los editores de ese tiempo omitieron un texto fundamental de Mao Zedong. El breve texto titulado “Contra el culto a los libros” (escrito en mayo de 1930).

 Ese breve texto de Mao fue una crítica directa a las desviaciones de “izquierda”, formadas a comienzos de la década de 1930, acaudilladas primero por Li Lisan y después por Wang Ming. Esas tendencias hicieron mucho daño al desarrollo del Partido Comunista de China, al desarrollo de la revolución china, y al pueblo chino.

En la década de 1960, a los responsables de la publicación de las ediciones en lenguas extranjeras de Pekín, que estaban ganados por la influencia de las desviaciones de “izquierda” de esos años, no les convenía difundir esa crítica tan precisa y directa de Mao Zedong expuesta en “Contra el culto a los libros”. En el extremo de su desviación, ellos optaron por la censura.

Durante la década de 1930 la crítica principal en la producción teórica y en la lucha política de Mao Zedong estuvo enfilada contra las desviaciones de “izquierda”. Textos tan importantes de Mao, como “Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria en China” (diciembre de 1936), “Sobre la Práctica” (julio de 1937) y “Sobre la Contradicción” (agosto de 1937), fueron desarrollados principalmente en lucha contra esas tendencias “izquierdistas”. La campaña de Rectificación (para combatir el subjetivismo y el sectarismo), realizada en los primeros años de la década de 1940, también tenía como blanco principal, la crítica a las desviaciones de “izquierda”.

Según los historiadores chinos, después de 20 años de existencia, “lo que mayor daño hizo a la causa revolucionaria de China fueron los errores dogmáticos, de los cuales Wang Ming fue el principal responsable” (Hu Sheng, Breve Historia del Partido Comunista de China, pp. 337) 

Ya que estamos comentando omisiones en las Obras Escogidas de Mao Zedong, aprovecharé para hacer otro comentario complementario.

 En muchos artículos publicados en el popular semanario “Pekín Informa” durante la segunda mitad de la década de los años 60 y la primera mitad de los años 70, la palabra que más se utilizaba era “revisionista”, reduciendo esa importante categoría teórica a un vulgar insulto. En la literatura de las organizaciones políticas en el Perú de esos años ’60 y ’70, se reproducía el mismo fenómeno. Revisar colección del periódico “Bandera Roja” y otros. Todas esas críticas se hacían en nombre de un superficial “maoísmo” que habíamos aprendido a la ligera.

Muy pocos, habíamos reparado que en los cuatro primeros tomos de las Obras Escogidas escritas entre 1926 y 1949, Mao Zedong nunca utilizó la categoría “revisionismo” para criticar las desviaciones en el seno del partido. Tampoco utilizó la categoría “lucha entre dos líneas”. Mao Zedong reiteradamente se refería a “la lucha en dos frentes”, contra el empirismo y contra el racionalismo. Así dirigió la revolución hasta 1949, en un país de 600 millones de habitantes, sin pronunciar ni atacar al “revisionismo”.

 Y qué casualidad, en las recopilaciones de artículos de Mariátegui sobre el Perú (Peruanicemos el Perú, 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana, e Ideología y Política) el Amauta tampoco utilizo la palabra “revisionismo”, para referirse al debate en las filas del movimiento social en el Perú.

Históricamente el revisionismo es una desviación teórica que surgió y se desarrolló en países con condiciones sociales para la formación de una aristocracia obrera, y condiciones políticas para la formación de un movimiento socialdemócrata. Ni en el Perú de Mariátegui, ni en la China de Mao Zedong, hubo condiciones para el surgimiento del revisionismo en lo teórico. 

 

03.- OMISIÓN DE OBRAS ESCOGIDAS DE OTROS DIRIGENTES CHINOS.- 

Durante el predominio de la desviación de “izquierda”, en el aparato de publicación en lenguas extranjeras de Pekín, únicamente se publicaban folletos y libros de Mao Zedong, omitiendo la publicación de los aportes de otros dirigentes destacados.  Durante la revolución china, la dirección fue colectiva, no fue individualizada.

La edición en castellano del primer tomo de las “Obras Escogidas de Zhou Enlai” recién se publicó el año 1981, del primer tomo de las “Obras Escogidas de Liu Shaoqi” se publicó el año 1983. Yo tengo esas dos ediciones, y en ambos libros encuentro grandes aportes, que complementan los escritos de Mao Zedong. Tengo entendido que en la década de 1980, también se han publicado obras de Zhu De y Chen Yun. Estas dos no las conozco, pero supongo que tienen grandes aportes en la lucha militar y en la lucha económica respectivamente, que deben complementar las ideas de Mao Zedong.

En Google he encontrado el “Segundo tomo de las Obras Escogidas de Zhou Enlai” en castellano, publicado el año 1989.   Este libro, en el cual se incluyen los textos de Zhou Enlai posteriores al año 1949, es muy importante para entender los inicios de la construcción del socialismo durante los primeros 25 años, y lo más importante, para entender los sucesos actuales en China.

Hay varios textos de Zhou Enlai que urgentemente merecerían ser reproducidos para entender el programa de transición, y la actual política exterior china. Recomiendo su lectura. Este libro hay que leerlo en forma conjunta con el Tomo V de las Obras Escogidas de Mao Zedong.

 

04.- REFORMEMEOS NUESTRO ESTUDIO.-

Coincido con usted en que “necesitamos más que nunca ideas y propuestas nuevas, eso creo es la tarea más importante del momento y en ese campo podemos y debemos seguir colaborando”. Necesitamos replantearnos el estudio de toda la grandiosa experiencia de la construcción del socialismo desde 1917 hasta el presente, y extraer lecciones para nuestra propia lucha en Perú.

Con ese objetivo, desde hace buen tiempo he reordenado la literatura que tengo disponible, la estoy volviendo a revisar desde los inicios. En un próximo mensaje compartiré con usted esa bibliografía mínima, que recomiendo deberíamos estudiar y conocer, debatir y compartir.

martes, 2 de enero de 2024

EL EJEMPLO DE CHINA (parte 02)

 


(02 de enero de 2024)

Por Miguel Aragón

 

El día 26 de diciembre se conmemoró el 130° Aniversario del nacimiento de Mao Zedong.

Al respecto se han publicado varios comentarios. En la mayoría de estas opiniones, resulta muy notoria la ausencia   de una posición definida sobre la relación existente entre la propuesta estratégica de los socialistas chinos elaborada en la década de 1940, y la continuidad de la línea política que vienen aplicando los dirigentes de los últimos gobiernos en la Nueva China.

O dicho, en otros términos: ¿Actualmente se está continuando la línea trazada originalmente por la generación de Mao Zedong en la década de 1940, o por el contrario, los últimos gobiernos han abandonado la línea original y han cambiado de rumbo?

 

I

 

Habiendo transcurrido más de setenta años desde la victoria de la revolución y de iniciada la construcción de la Nueva China, para entender la realidad actual de la República de China debemos de investigar las raíces de la línea política aplicada en la dirección de los sucesivos gobiernos en la República Popular de China.

En enero de 1940, después de cerca de 20 años de investigación de las particularidades de la realidad china, Mao Zedong escribió el ensayo SOBRE LA NUEVA DEMOCRACIA (Tomo II de las Obras Escogidas, pp.353). En ese documento, Mao Zedong definió la estrategia de la revolución del pueblo chino. Desde entonces estuvieron trazados los objetivos a largo plazo de la lucha del pueblo chino.  Esa propuesta general, no fue para cumplirse en pocos años, sino en varias décadas, desde 1940 en adelante.   

Cinco años después, en abril de 1945, Mao Zedong escribió el Informe Político SOBRE EL GOBIERNO DE COALICIÓN (Tomo III de las OE, pp.207). Ese informe fue presentado, debatido y aprobado en el VII Congreso Nacional del PCCh.

En ese informe, Mao Zedong, en representación de los dirigentes socialistas chinos, definió la línea táctica de la revolución del pueblo chino. Ahí fueron trazadas las tareas tácticas para fortalecer la unidad del pueblo chino, con tres objetivos a corto plazo muy precisos: El primer objetivo táctico fue  culminar la guerra de liberación contra el ejército imperial japonés que había invadido y ocupaba gran parte del territorio chino; el segundo objetivo táctico fue  derrotar el poder de la  vieja  clase dominante, formada por  la alianza de la clase terrateniente feudal y la gran burguesía china que estaba representada políticamente por el Kuomintang;  y el tercer objetivo táctico, el más importante,  fue continuar la construcción de la Nueva China, tarea que ya se había iniciado en las  zonas liberadas, que en 1945  abarcaban gran parte del inmenso territorio chino. Para impulsar esas tres tareas tácticas, se necesitaba fortalecer la unidad más amplia del pueblo chino. Sin la unidad del pueblo hubiera sido imposible continuar la construcción de la Nueva China.

Guiados por esa línea estrategia general (“Sobre la Nueva Democracia”), y por esas orientaciones tácticas particulares (“Sobre el Gobierno de Coalición”), en octubre de 1949, el pueblo chino inició a escala nacional la construcción de la Nueva China. Desde entonces han transcurrido 74 años, en este lapso la vieja China atrasada y pobre del pasado, ha sido transformada en la gran potencia del presente. Esta es una victoria de la unidad del pueblo chino.

Cuatro meses antes de la instauración del nuevo poder, Mao Zedong escribió en junio de 1949 el ensayo SOBRE LA DICTADURA DEMOCRÁTICO POPULAR (Tomo IV de las OE, pp.425). En ese documento, Mao Zedong persistió en la aplicación de la táctica correcta adecuada a las condiciones objetivas de la realidad china de ese momento, y reiteró la línea estratégica trazada en “Sobre la Nueva Democracia”.  

Mao Zedong hasta el final persistió en las propuestas planteadas en “Sobre la Nueva Democracia” y “Sobre el Gobierno de Coalición”. En junio de 1949 la victoria final de la revolución ya estaba muy cerca, era necesario insistir en el camino trazado para iniciar la transición al socialismo y comenzar a construir “la etapa inicial del socialismo”, un socialismo con peculiaridades chinas.

La proximidad de la victoria había incentivado el surgimiento de posiciones desesperadas, que pretendían apartarse del camino ya trazado, que intentaban un avance temerario, abandonando las propuestas tácticas y estratégicas, que habían sido debatidas y aprobadas en el VII Congreso Nacional del PCCh.

 

II

 

En ese entonces, China era un país muy atrasado y muy pobre, era un país en el cual predominaba la producción individual (el trabajo artesanal) heredado de más de mil años de dominación feudal. La industria, el comercio y el transporte, eran muy incipientes y débiles. En esas condiciones, las tareas más urgentes fueron desarrollar las tareas democráticas, aplicando la reforma agraria a escala nacional  e impulsando  la industrialización del país, para crear las condiciones materiales favorables para la futura construcción de un socialismo desarrollado. Pretender construir el socialismo sobre una base económica donde predomina la producción artesanal (producción individual) es socialismo pequeño burgués, socialismo utópico, muy diferente y opuesto al socialismo científico, que se debe construir sobre la base de la producción social. 

Como referencia del atraso de China, tengamos en cuenta que en 1950 el promedio anual del PBI/por habitante a nivel mundial era 250 dólares/habitante. En los países más desarrollados estaba entre 6,000 y 8,000 dólares por habitante, en Perú era 500 dólares por habitante, en la India era 250 dólares por habitante, y en China escasamente era 40 dólares por habitante. La producción en China era 12 veces más pequeña que en el Perú de ese entonces, y 100 veces más reducida que la producción en los países más desarrollados. Esto nos da una idea del atraso secular en que se encontraba ese país, al triunfar la revolución. La tarea por modernizar el país era inmensa.     

Al instaurarse el nuevo poder en octubre de 1949, la dirección del gobierno y del estado en la Nueva China fue asumida por la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, cuya primera Sesión Plenaria se había realizado el 30 de setiembre de 1949.

La primera tarea era restaurar la economía del país que había sido devastada durante la guerra de liberación, esa tarea se prolongó tres años, hasta fines del año 1952. Concluida en lo fundamental la restauración de la economía, a partir del 1° de enero de 1953 comenzó la aplicación del Primer Plan Quinquenal (1953-1958).

A la par con los grandes cambios económicos comenzaron los cambios políticos y legales. En setiembre de 1954 se celebró la I Sesión de la I Asamblea Popular Nacional de la República Popular China. La primera tarea importante fue aprobar la primera Constitución de la República Popular China que habría de ser la ley fundamental del Estado. En la reunión Mao Zedong pronunció el discurso de apertura titulado “Luchemos por construir un gran país socialista”.

Siete años después de iniciada la construcción a nivel nacional de la nueva sociedad, partiendo del análisis de las nuevas condiciones políticas, económicas y sociales, Mao Zedong en abril de 1956 escribió SOBRE DIEZ GRANDES RELACIONES (Tomo V de las OE, pp.308). Ese trascendental documento sirvió de base para el desarrollo del VIII Congreso Nacional del PCCh realizado en setiembre de 1956.

En las conclusiones de ese congreso histórico se acordó: “La contradicción principal en nuestro país ya es la existente entre la demanda del pueblo de establecer un país industrial avanzado y la realidad de un país agrícola atrasado, la existente entre la necesidades del pueblo por un rápido desarrollo económico y cultural y la incapacidad de la economía y la cultura para satisfacer dichas  necesidades….En circunstancias en que ya se ha implantado el sistema socialista  en nuestro país, esta contradicción es, en esencia, la contradicción entre el sistema socialista  avanzado y las fuerzas productivas sociales atrasadas... La tarea principal del Partido y del pueblo de todo el país en la actualidad radica en concentrar las fuerzas para resolver esta contradicción y convertir, lo más pronto posible, el nuestro de un país agrícola atrasado en uno industrial avanzado” (ver “Resolución del VIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China”, citada en el libro “Breve Historia del Partido Comunista de China”, pp.593).

En el VIII Congreso Nacional del PCCh, realizado el año 1956, se trazó la línea para los inicios de la construcción del socialismo en un periodo muy largo, de por de por lo menos cien años, hasta el año 2050. Lo fundamental de sus acuerdos actualmente continúa vigente.

 

III

 

Para entender la línea actual de continuación en la construcción del socialismo en China, se recomienda la lectura ordenada, y el cometario de por lo menos los cuatro documentos de Mao Zedong que hemos citado. Estos cuatro documentos son “Sobre la Nueva Democracia” (1940), “Sobre el Gobierno de Coalición” (1945), “Sobre la Dictadura Democrático Popular” (1949), y “Sobre Diez Grandes Relaciones” (1956).

Adicionalmente, para entender los inicios de la construcción del socialismo en un país tan atrasado como China, se recomienda volver a estudiar los documentos de Lenin, escritos entre 1918 y 1922, en los cuales propuso desarrollar la Nueva Política Económica (NEP). Es especial se recomienda estudiar LAS TESIS DEL 5 DE MAYO DE 1918 (publicado con el nombre de Acerca del Infantilismo “izquierdista” y del espíritu pequeño burgués). 

Sin conocer estos antecedentes, estamos expuestos a la campaña de tergiversación y difamación de charlatanes de todo tipo.

Para terminar, reitero lo escrito en la primera parte de esta serie de comentarios:

En la década de 1940 el pueblo chino adoptó una estrategia de lucha a largo plazo, y adoptó tácticas concretas a corto plazo para unir las luchas del pueblo. Debemos de aprender de esas grandes enseñanzas, teniendo siempre presente, que la estrategia y la táctica de la revolución peruana ha sido y es diferente a la estrategia y la táctica de la revolución china.

Para fortalecer la unidad del pueblo peruano debemos comenzar por precisar cuál es la táctica más adecuada al momento actual, debemos precisar cuáles son los puntos centrales del PROGRAMA DE REIVINDICACIONES INMEDIATAS que necesita y demanda el pueblo peruano.

sábado, 26 de junio de 2021

MUJERES DE PEKÍN, MARIA TERESA LEÓN

JL F

24 de junio de 2021

 

"Su importancia se multiplica de año a año, y si vemos aún la China antigua pasear a pasitos de perdiz, las nuevas generaciones de mujeres usan botas fuertes, grandes, seguras, de las que hacen más caminos en ocho años de socialismo que en tres mil de imperio. Las jóvenes ríen al sentirse libres, las viejas lloran. La nueva vida se la debemos a Mao, dicen. Unas y otras son la entraña de la República Popular China. Millones de sus hijos aseguran la futura felicidad que vendrá".

En 1957 María Teresa y Rafael Alberti realizaron un viaje a China para tomar contacto con los cambios sociales surgidos de la revolución comunista. Fruto de este viaje nacio un libro, Sonríe China (1958), al que pertenece el fragmento que abre la entrada, y que es el testimonio de los cambios políticos, sociales y culturales de la República Popular.

Además de ofrecemos una descripción del presente revolucionario, y esperanzador para los pueblos del mundo, de la China Popular, María Teresa León, nos evoca una y otra vez el pasado del país, para referirse a lo profundo de un cambio en tan escaso margen de tiempo tras el triunfo de la revolución.

Desde el exilio, y desde la frustración de la derrota de la República Española, y con ella de las esperanzas del pueblo español, la mirada de María Teresa León se extiende, sobre un pueblo que supo vencer a su enemigos externos e internos y escapar de siglos y siglos de opresión en su propio ritual, entre emperadores y hombres adornados con gusanos de seda.

Sonríe China, es un libro de viaje, aunque con poemas e ilustraciones de Rafael Alberti intercaladas. En la obra destaca, sin embargo, la prosa de una voz femenina, llena de ideales esperanzadores que hacen suponer que el libro está escrito, casi en su totalidad, por María Teresa León.

Entre todos los aspectos sociales a los que pasa revista María Teresa León en su visita a la China de Mao, ninguno le sorprende tan positivamente como el de la evolución de la mujer, quien ha empezado a superar el desprecio y la infravaloración a que estaba sometida en el sistema de valores de la sociedad china de las dinastías imperiales. María Teresa León admiraba como había cambiado la situación de la mujer china tras la llegada al poder de Mao y el Partido Comunista, ya que este hecho tuvo gran trascendencia para la suerte de todas ellas, y anhela este cambio en las sociedades sometidas al capitalismo, donde la mujer sigue siendo, en la mayoria de los casos, un objeto al servicio del hombre, doblemente explotada por su condición femenina y su posición de clase.

 No obstante, conviene recordar aquí las palabras de Mao: “Con el fin de construir una gran sociedad socialista, es de suma importancia movilizar a las grandes masas de mujeres para que se incorporen a las actividades productivas. En la producción, hombres y mujeres deben recibir igual salario por igual trabajo. Sólo en el proceso de la transformación socialista de la sociedad en su conjunto se podrá alcanzar una auténtica igualdad entre ambos sexos”. Y así parece que fue, al menos hasta el triunfo del que Mao denominaba "camino capitalista", partidarios contra los que los comunistas chinos llevarían a cabo la Gran Revolución Cultural. y que tendría lugar tras el abandono de esta y, sobre todo, tras la muerte del creador de la República Popular China (en un proceso semejante al acaecido años antes en la Unión Soviética).

En el siguiente fragmento, podemos ver como Maria Teresa León describe el enorme cambio, el gran salto hacia adelante, hacia el futuro, que dieron las mujeres chinas de la mano de la Revolución Maoista, y lo hace a la vez que lo anhela en su propia patria, España, sometida a la última dictadura abiertamente fascista superviviente tras la Segunda Guerra Mundial:

"¡Mujeres de Pekín! ¡Qué admirables y discretas son! Me las encuentro en todas partes, lo llenan todo llevando hijos de cualquier tamaño, niños envueltos en telas multicolores, encapuchados, amorosamente protegidos del frío. Llevan, si son mayores, un largo gabán hasta los pies que ha de servirles sin duda mucho tiempo mientras crezcan y servirá a sus hermanillos, que indudablemente han de venir. La gorra de pieles de orejas de liebre acaricia con su pelo las mejillas de porcelana, encuadrando su sonrisa de niños, felices de que los miremos. Si les sonríes –¡y vaya si les sonrío! –, se te acercan como conejitos buenos, tocando con sus manos las tuyas –¡ay, tan grandes!– que deben parecerles inmensas, ya que han heredado las manos pequeñitas de los dibujos hechos en seda china. Yo, antes, como mujer del sur, creía que los niños más bonitos del mundo eran los del norte; ahora, como mujer que ha viajado, compruebo que no hay niños más hermosos que los del este del planeta que habitamos. Sin recelo ni acoso, estos niños que no piden limosnas como los de Toledo, ni son golfillos despejados como los de París o Nápoles, nos hablan con su lenguaje de canario que gorjea, confiados, sin duda, en mi pelo blanco, que les gusta tocar para convencerse de que no es cosa de juego. Las madres también se acercan, alcanzando a nuestra consideración algún niñito de marfil, que yo he visto antes en los abanicos que guardaba mi madre. Estoy segura que me hablaban de madre a madre, contándome esas cosas comunes que tenemos las mujeres del mundo: si es dura la tarea de criar hijos, si son fastidiosos para comer o si se escapan para lanzar al viento cometas doradas.

Estoy segura de entenderlas. Son las descendientes de otras mujeres muy poco apreciadas en la vida china, por las que se vestía luto el día de su nacimiento, a las que se podía maltratar, abandonar, cancelar con ellas todos los compromisos. Millares de mujeres, millones, mejor dicho, no recibieron nunca educación; se podían vender como ganado que produce poco; no tenían derecho a elegir su marido; debían aceptar compartir con las concubinas el lecho, la casa, el amor. Como no podían cumplir el culto a los antepasados, si en una casa llegaban muchas hembras, se las ahogaba en los ríos profundos y –¡horror!– debían obedecer a la suegra.

El signo chino que dice mujer repite tres veces el que significa mal o malo. El signo mujer dentro del signo casa significa paz. De ahí la tendencia al encierro, a la anulación. Cuando un poeta tiene que expresar su gran alegría, dice: “soy feliz porque soy chino, porque no he nacido mujer”. Las mujeres se suicidan en cantidades fabulosas. ¿Y para quién iban a conservarse? Las madres de Pequín saben hoy todo esto y muchas cosas más que les estaban vedadas a las mujeres de los pies chiquitines, caminando con pezuñitas de corza la vida de un lado para otro de su infortunio. Ya no vendrá el comprador de carne humana a buscar a sus hijas para comprarlas, ya los hoteles no servirán a los viajeros muchachitas precoces en todas las artes, ya las hijas no serán más conejas, alondras ni hormigas. Ya no pagará ninguna con su cuerpo los estudios en la Universidad de Shangai.

Las madres que van por la calle saben que la hermosa caligrafía del presidente Mao les dio la liberación de su milenario martirio al trazar una raya sobre la antigua ley matrimonial. Saben que la mujer acaba de nacer en China protegida por la sombra de la Larga Marcha donde ellas fueron guerrilleras heroicas. Saben que los ricos consumidores de concubinas tendrán que abstenerse de ellas y de otras mil cosas que el pueblo les ha obligado a prescindir en lo sucesivo. Las mujeres de China ya no bajan la cabeza ante suegras horribles, ni han de servir de criadas en la casa del novio hasta que éste alcance la mayoría de edad, ni tendrán que soportar el peso de la tradición confuciana. Ahora ninguna mujer baja la vista. Las encontramos vestidas de pantalones, con su airecillo varonil, sin complejos, pisando decididas en sus tareas de soldados, de enfermeras, de maestras, no cediendo el paso a los hombres atropelladores, ni ganando menos sueldo, ni considerándose menos inteligentes que su compañero de facultad. Su importancia se multiplica de año a año, y si vemos aún la China antigua pasear a pasitos de perdiz, las nuevas generaciones de mujeres usan botas fuertes, grandes, seguras, de las que hacen más caminos en ocho años de socialismo que en tres mil de imperio. Las jóvenes ríen al sentirse libres, las viejas lloran. La nueva vida se la debemos a Mao, dicen. Unas y otras son la entraña de la República Popular China. Millones de sus hijos aseguran la futura felicidad que vendrá". (Sonríe China, 1957)

 

Fuente: http://cuestionatelotodo.blogspot.com/2014/12/mujeres-de-pekin-maria-teresa-leon.html

 

domingo, 30 de diciembre de 2018

LA HISTORIA LA HACEN LAS MASAS



En el Aniversario 125° de Mao Zedong


(26 de diciembre de 2018)

Por Miguel Aragón

En este Aniversario 125° del nacimiento de Mao Zedong (26 de diciembre de 1893) muchos socialistas en nuestro país, se han pronunciado resaltando el papel desempeñado por el destacado dirigente socialista chino. Para no caer en apreciaciones unilaterales, considero necesario hacer algunas precisiones.   

La fuerza social que ha transformado a  la vieja China “semi feudal, semi colonial y colonial”, en un país próspero y democrático, no ha sido un “individuo”, ni un “genio”.  La fuerza social que ha impulsado y conseguido ese gran cambio social ha sido el propio pueblo chino, dirigido por los socialistas chinos.

Mao ZedongChou Enlai, y  muchos otros destacados dirigentes socialistas chinos, han contribuido enormemente en la dirección de esa transformación revolucionaria, guiados por el objetivo supremo  de “servir al pueblo de todo corazón”, tal como lo recuerda Hugo Laredo.

La vieja y oprimida China, en menos de setenta años  ha sido transformada en la Nueva China, y en la actualidad es una “Gran Potencia” mundial (no es, ni aspira a ser, una “superpotencia”, no confundamos los términos).  

La Nueva China, la República Popular China,  es admirada y respetada por todos los pueblos del mundo, e incluso ahora también es temida por todos los reaccionarios que se resisten al necesario cambio social.

En el pasado, casi  todas las potencias capitalistas (Inglaterra, Francia, Alemania, Portugal, Bélgica,  la vieja Rusia zarista, el Japón imperial, Estados Unidos de Norteamérica, y otros) durante más de cien años agredieron, invadieron, se repartieron grandes extensiones, explotaron y humillaron a la vieja China. Ahora, los tiempos han cambiado radicalmente. 

El 1° de octubre de 1949, Mao Zedong y 300,000 habitantes de la ciudad de Beijing,  reunidos en la Plaza Tian’anmen, al proclamar la fundación de la República Popular China, hicieron el juramento de honor que “el pueblo chino nunca más será humillado por ningún  invasor”. 

Las “Obras Escogidas de Mao Zedong”,   las “Obras Escogidas  de Chou Enlai”, así como los escritos de otros socialistas chinos, han sido  una gran contribución al desarrollo del marxismo en el mundo.

Partiendo del criterio de  “buscar la verdad en los hechos”, los socialistas chinos  investigaron en amplitud y  profundidad las numerosas contradicciones que se desarrollaban en la inmensa y compleja sociedad china. Siempre apoyaron el desarrollo de los factores positivos descubiertos  en la investigación de esa realidad, y así lograron  superar los factores negativos. El desarrollo de la “dialéctica materialista”ha sido uno de sus principales aportes.

Al estudiar las obras escogidas de Mao Zedong, siempre aprenderemos la gran lección de “disparar la flecha teniendo un blanco”. En la tesis “Reformemos nuestro estudio”, Mao Zedong propuso  “combinar el estudio de la teoría, con el estudio de la historia, y el estudio de la situación actual”.

Si descuidamos el estudio de la teoría fácilmente caeremos en el empirismo y nos desviaremos al reformismo; si descuidamos el estudio de la situación actual rápidamente caeremos en el dogmatismo y nos desviaremos al aventurerismo; si descuidamos el estudio de la historia volveremos a cometer los mismos errores del pasado.  


sábado, 29 de diciembre de 2018

UBICACIÓN HISTÓRICA DE MAO ZEDONG



En el Aniversario 125° de Mao Zedong


(26 de diciembre de 2018)
Por Miguel Aragón

A la nueva teoría, desarrollada   inicialmente  por Marx y Engels, ellos la denominaron “nuevo materialismo” (ver “Tesis sobre Feuerbach” -1845), “materialismo moderno” (ver “El Socialismo, de la Utopía a la Ciencia”- 1880),  y  “concepción materialista de la historia” o “materialismo histórico”.

Esas son las denominaciones científicamente correctas,  de la teoría  científica desarrollada en forma conjunta por Marx y Engels. 

En este  año del Bicentenario del nacimiento de  Carlos Marx, y a 175 años  de iniciado el desarrollo de esa nueva teoría,   deberíamos reivindicar su denominación científicamente correcta, y no perdernos ni quedarnos atrapados en los “ismos” introducidos posteriormente.  

Recordemos que Marx nunca aceptó  denominarse “marxista”. Engels en una carta  recordó, que cuando algunos  jóvenes socialistas franceses comenzaron a auto denominarse  “marxistas”, Carlos Marx declaró en francés “yo lo único que sé,  es que no soy marxista”.

Después de muerto Marx (en 1883), un sector del movimiento socialista europeo   comenzó a utilizar la denominación de “marxismo”, pero por motivos  subjetivas, por  reconocimiento al aporte  personal  de Carlos Marx.

Marx nos dejó un pensamiento y un camino, que no hay que confundir el uno con el otro.

El “pensamiento de Marx” se desarrolló en el cerebro de Marx, y estuvo vigente hasta 1883. Actualmente el “pensamiento de Marx” no  está vigente,  y resultaría absurdo pretender “desarrollar el pensamiento de Marx” (salvo que se propongan  utópicas sesiones  de “espiritismo”).

Por el contrario, el “Camino de Marx” o “Escuela de Marx” (o simplemente “marxismo”) comprende los aportes, tanto del pensamiento de Marx, como del pensamiento de Engels, y los aportes de los  pensamientos de los numerosos  colaboradores de su generación.

El “marxismo“,  entendido así, como Escuela o  Camino, también  comprende los aportes  de los pensamientos de los  numerososcontinuadores que posteriormente han surgido en todo el mundo, hasta el presente.

La “Escuela de Marx”,  el “Camino de Marx”, o “marxismo”,  actualmente continúa vigente, y continuará vigente en el futuro cercano,  en tanto  existan clases sociales y lucha de clases. En un futuro lejano, después que se extingan las clases, la lucha de clases, el estado, etc., el marxismo pasará a ser una destacada pieza de museo.   

La concepción materialista de la historia, no se reduce a los aportes de Marx y Engels, sino que  está en constante desarrollo.

Así como “la historia no es otra cosa que la sucesión de las generaciones”, de igual manera el marxismo, desde 1845 hasta el presente,  se ha desarrollado por generaciones (hasta el presente ya han intervenido siete generaciones).

Cada generación ha tenido que interpretar la nueva realidad económica, política y cultural  ya formada en el mundo, nueva realidad en la cual les correspondió  vivir,  y a su vez tuvieron que plantear nuevas soluciones para los problemas nuevos.  

La “primera generación” de socialistas marxistas activó aproximadamente entre 1845 y 1870, esa fue la generación en la cual los que más destacaron fueron Marx y Engels. Pero ellos no fueron los únicos, ellos tuvieron destacados colaboradores de su tiempo. En este año del Bicentenario del nacimiento de Carlos  Marx, tenemos el deber de reivindicar la memoria de los numerosos colaboradores de Marx y Engels.   

La “segunda generación” de socialistas marxistas activó aproximadamente entre 1870 y 1895. En esa gran generación, de expansión y organización del movimiento socialista,  entre otros destacaron BebelLafargueKautsky-IPlejanov-I,  Sorel, y muchos otros.

La “tercera generación” del socialismo marxista activó aproximadamente entre 1895 y 1920. En  esa muy grandiosa  generación, entre otros, los más destacados fueron LeninStalinTrotskyZinovievBujarinLunatcharskyLuxemburgoMehring,  y muchos otros.

A continuación, la “cuarta generación” del socialismo marxista activó aproximadamente entre  1920 y 1945. Entre otros, en esa generación destacaron José Carlos MariáteguiAntonio GramsciJorge DimitrovJorge PolitzerCésar VallejoBertold Brecht,LuckacsMao ZedongChou-En LaiChu DeLiu Shao chiHo Chi minNeguyen Giap, etc.

Después de 1945, han activado otras tres generaciones de socialistas marxistas, y cada una de ellas ha contribuido con grandes aportes a la lucha por el socialismo. La primera tarea de cada generación de socialistas siempre ha sido interpretar la nueva realidad mundial y nacional en la cual les correspondío actuar, y la segunda tarea siempre ha sido plantear soluciones nuevas a los problemas nuevos.

El “pensamiento de Lenin” (más conocido como  leninismo), así como el “pensamiento de Mariátegui”, y el “pensamiento de Mao Zedong”, se  desarrollaron dentro de la Escuela de Marx, dentro del Camino de Marx,  y por lo tanto forman parte sustancial del marxismo en constante desarrollo. Cada uno de ellos, Lenin, Mariátegui, Mao Zedong, y otros,   han contribuido al desarrollo del marxismo, cada uno con su aporte particular, propio de su tiempo, y propio de la región y país en el  cual activaron principalmente (ya sea en Rusia y Europa Oriental, Perú y América,   o China y Asia). 

Mariátegui y Mao Zedong, fueron contemporáneos, formaron parte de la cuarta generación del movimiento socialista mundial (1920-1945), y a su vez, formaron parte de la “primera generación” del movimiento socialista en Perú y China, respectivamente.

La vida de Mao Zedong se prolongó por muchos años (desde 1893 hasta 1976), mientras que la vida de Mariátegui fue muy breve (desde 1894 hasta 1930). Sin embargo, muy pocos pensadores de su tiempo, tuvieron una visión tan amplia del mundo, como la visión panorámica que nos dejó Mariátegui en su libro “La Escena Contemporánea”, ni una visión tan profunda como  nos dejó Mariátegui en su libro “7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana”.        

Con este breve comentario, me sumo a la conmemoración del Aniversario 125° del nacimiento de Mao Zedong.

Sus grandes contribuciones, por un lado, al desarrollo de la concepción materialista de la historia,  y por otro lado, al cambio social de China, del continente asiático y del mundo entero, siempre serán recordadas por los pueblos del mundo.