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miércoles, 16 de diciembre de 2015

LANZAN AL MERCADO LA PRIMERA IMPRESORA 3D CREADA EN MÉXICO





Impresora Colibrí 3D. (Foto: DICYT)

Tres ingenieros mexicanos desarrollaron la primera impresora completamente nacional que funciona con tecnología de filamento fundido, la cual crea capas en forma de panal de abeja, ya sea solidas o huecas, y es posible definir diseños propios o seleccionar uno de los existentes.

Resultado de su proyecto Ricardo Madrigal, Juan Pablo González y Francisco Martin del Campo fundaron la empresa Colibrí 3D. Los jóvenes son ingenieros del Centro de Desarrollo de InterLatin, una compañía de tecnología de Guadalajara con más de 15 años en el mercado que apuesta a que el 80 por ciento de sus ingresos sean de productos propios.

La impresora es completamente mexicana y puede ser empleada por cualquier tipo de público, incluso usarse en casa y crear artículos como tazas, botones o accesorios.

“Hemos impreso hormas de calzado, piezas de joyería, muebles, maquetas, souvenirs; por ejemplo, se puede escanear los rostros de la familia y convertirlos en moldes de repostería. Lo han ocupado universidades, hoteles y arquitectos para crear infinidad de artículos”, comentó Erika Santos, directora de marketing de la empresa Colibrí 3D.

Los ingenieros también diseñaron el software que es fácil de manipular, el usuario define sus diseños o selecciona los existentes en la página web, refirió Erika Santos.

La empresa cuenta con dos equipos: Colibrí Pro que tiene un área de impresión del tamaño de una caja de zapatos y ya está a la venta con un costo de 30 mil pesos.

La segunda, Colibrí Home se espera salga al mercado a finales de este año con un precio de seis mil pesos y el tamaño de 10x10x10. La tecnología está dirigida para usarse en el hogar, aclaró Erika Santos.

Colibrí Pro salió a venta el año paso y a la fecha cuenta con 400 impresoras colocadas en el mercado. El primer día se vendieron 200 equipos. “Con estas impresoras se puede hacer una infinidad de cosas, pero se necesita decirle a la gente que productos pueden crear”.

Actualmente, la empresa desarrolla una aplicación para el teléfono celular, que saldrá al mercado junto con la Colibrí Home. “Desde el celular se va a poder elegir piezas prediseñada y mandar a imprimir”.

Erika Santos señaló que el producto lo han comparado con impresoras que mantienen costos elevados; sin embargo, la calidad de Colibrí Home es superior. Platicó que la compañía trabaja en colaboración con una cadena de hoteles, quienes imprimen pequeñas piezas que faltan dentro de la habitación y que el proveedor no les brinda.

Además, la empresa originaria de Guadalajara busca desarrollar habilidades de diseño 3D con Colibrí Educación, un área que realiza cursos de diseño e impresión para niños. (Fuente: AGENCIA ID/DICYT)

martes, 8 de septiembre de 2015

REVIVEN UN INSTRUMENTO MUSICAL DE LA ANTIGÜEDAD GRACIAS A UNA PIEZA IMPRESA EN 3D





El objeto impreso en 3D (izquierda) junto a boquillas de una trompeta moderna (derecha) y de un cuerno francés. (Foto: Stuart Hay, ANU)

Un arqueólogo ha impreso en 3D una reproducción de una boquilla milenaria que ha permitido devolverle a un instrumento musical de viento de su época toda la riqueza acústica que tuvo en la antigua Irlanda, y ello ha dejado claro que dicho instrumento, un cuerno, no se usaba como una mera bocina sino que servía para tocar música. El singular experimento revela un panorama musical de la antigua Irlanda mucho más rico de lo creído.

Billy Ó Foghlú, de la Universidad Nacional Australiana (ANU), ha obtenido de este modo pruebas de que el objeto original del que ha hecho la réplica, una boquilla de cuerno, es tal cosa y no una pieza del extremo de una lanza como se pensaba anteriormente.

Cuando Ó Foghlú utilizó la réplica del objeto como boquilla, el antiguo cuerno irlandés con el que la probó adoptó un tono más rico y aterciopelado. “De pronto, el instrumento cobró vida”, explica. “Estos cuernos no solo eran cuernos de caza o para hacer ruido. Eran construidos y reparados de forma cuidadosa, y se tocaban durante horas. La música tenía claramente un papel notable en esa cultura”.

Se han encontrado cuernos complejos de la edad del bronce y de la edad del hierro en toda Europa, especialmente en Escandinavia. Sin embargo, la aparente inexistencia de boquillas en la Irlanda de aquellos tiempos sugirió que la escena musical irlandesa había estado un tanto abandonada.

Ó Foghlú estaba convencido de que habían existido boquillas de instrumentos musicales de viento en Irlanda, y estaba intrigado por algunos detalles estructurales de la supuesta pieza de lanza. Ó Foghlú utilizó medidas muy exactas para producir una reproducción usando impresión 3D y poder así probarla con un antiguo cuerno irlandés, con el espectacular resultado referido.

La adición de una boquilla habría proporcionado una mayor comodidad de uso y capacidad de control del instrumento a los antiguos músicos que tocaban el cuerno. Gracias al recurso de las boquillas, los instrumentos de viento de aquellos tiempos muy probablemente vieron ampliada de manera notable su versatilidad acústica.

Sobre el enigma de por qué se han encontrado tan pocas boquillas. Su escasez podría explicarse por evidencias de que los instrumentos musicales eran desmantelados ritualmente y depositados como ofrendas cuando su propietario moría.


jueves, 27 de agosto de 2015

IMPRESIÓN 3D CON 10 MATERIALES A LA VEZ




MultiFab ya se ha usado para imprimir carcasas de teléfonos móviles, lentes para diodos emisores de luz, cables de fibra óptica y otros artículos. (Foto: Tom Buehler/CSAIL)


La impresión en 3D va muy bien, suponiendo que estemos imprimiendo un único material para una única finalidad. En cambio, esta tecnología aún está muy por detrás de las convencionales en cuanto a producir de forma fiable una serie de objetos útiles hechos con más de un material, sin necesidad de montaje, a un precio moderado.

En los últimos tiempos, algunas compañías han estado trabajando para abordar alguno de estos retos con impresoras 3D “multimateriales”, que pueden fabricar muchos artículos funcionales diferentes. Tales impresoras, sin embargo, se han visto tradicionalmente limitadas a tres materiales a un tiempo, pueden costar hasta 250.000 dólares cada una, y aún precisan de una considerable cantidad de intervención humana.

Pero ahora, el equipo de Javier Ramos, del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL), adscrito al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha encontrado una forma de construir una impresora mejor, más barata y más fácil de manejar para el usuario. Ramos y sus colegas han presentado una impresora 3D que puede imprimir 10 materiales al mismo tiempo. Y está cantidad inaudita se alcanza utilizando técnicas de escaneo 3D que ahorran tiempo, energía y dinero.

Proporcionando una resolución de 40 micrones (o menos de la mitad del grosor de un cabello humano), el sistema “MultiFab” es la primera impresora 3D que emplea técnicas de escaneado tridimensional a partir de visión artificial, la cual ofrece dos ventajas esenciales en cuanto a precisión y conveniencia respecto a la impresión 3D tradicional:

En primer lugar, MultiFab puede autocalibrarse y autocorregirse, liberando a los usuarios de tener que hacer ellos mismos los ajustes. Para cada capa del diseño, el bucle de retroalimentación del sistema escanea en tres dimensiones y detecta los eventuales errores, generando las llamadas “máscaras de corrección”. Este método permite usar un hardware económico asegurando al mismo tiempo la precisión en la impresión.

En segundo lugar, MultiFab proporciona a los usuarios la capacidad de incorporar componentes complejos, como circuitos y sensores, directamente en el cuerpo de un objeto, lo que significa que puede producir un producto con todos los acabados básicos, incluso dotado de piezas móviles, en una misma fase de operaciones.

Ramos y sus colegas han utilizado MultiFab para imprimir objetos muy variados, desde carcasas de teléfonos móviles hasta lentes para diodos emisores de luz, y prevén una amplia gama de aplicaciones en electrónica de consumo, microdetección, imágenes médicas y telecomunicaciones, entre otras cosas. También planean experimentar con accionadores y motores incorporados que hagan posible imprimir en 3D electrónica más avanzada, incluyendo robots.

MultiFab fue construida usando componentes de bajo coste y ampliamente disponibles en el mercado, con un precio total de unos 7.000 dólares.