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martes, 26 de marzo de 2024

PRIVATIZACIÓN DEL PENTÁGONO Y SIMULTÁNEA MILITARIZACIÓN DE SILICON VALLEY, WALL STREET Y EL DÓLAR


lunes 25 de marzo de 2024

Alfredo Jalife-Rahme

El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, exmiembro del Consejo Directivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon, lanzó la Oficina de Capital Estratégico para atraer capitales privados de Wall Street en apoyo a la 'seguridad nacional' centrada en la 'tecnología crítica' y la 'cadena de suministros'. EEUU se siente acorralado por China y Rusia.

Hoy, en la fase pos-Ucrania y con el lastre a cuestas del genocidio de Israel en Gaza, EEUU, en su fase de acelerado declive —cuando hasta su gran aliado el think tank Chatham House vaticina su implosión— solo ostenta una ventaja en tres rubros: 1) Su "guerra de propaganda", casi oligopólica a escala global, que hasta el presidente Putin reconoció en su ya clásica entrevista con el máximo comunicador estadunidense Tucker Carlson; 2) La supremacía del dólar que ya inició su fase de desdolarización irreversible, como expuse en mi reciente libro Nuevo Orden Geofinanciero Multipolar: Desdolarización y Divisa BRICS"; y 3) La Computación Cuántica.

Biden ha sufrido dos tremendas derrotas: su humillante retirada de Afganistán y el fracaso de su estratagema en Ucrania que define, a mi juicio, el Nuevo Orden Mundial a favor de la multipolaridad policéntrica y en detrimento de la unipolaridad globalista, sin contar el indeleble epílogo metahistórico del genocidio en Gaza que ha mancillado por su codependencia y complicidad tanto a Israel como a Washington.

Ya desde el año pasado, en los superestratégicos rubros de tecnología de punta, China aventajaba azorantemente a EEUU en 37 de los 44 rubros evaluados. EEUU solamente destaca en la computación cuántica.

Sería un grave error de juicio, nada aplicable al restante de los países del planeta por sus idiosincrasias específicas, intentar separar en el sistema estadunidense del poder tan sui generis, el dominio "público" del poder "privado" que, en realidad, conforman un solo sistema indivisible e irrepetible en otros lugares del mundo por las características propias y fundacionales del propio EEUU —que hasta recuerda el libro del siglo XVIII de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville, que anticipó 70 años antes la "mano invisible" de Adam Smith, cuyo subtítulo lo dice todo y que representa el paroxismo del modelo capitalista y su indisociable e inseparable binomio público/privado: Vicios Privados, Virtudes Públicas.

Más allá de los Twitter Files —el control de la red social por operadores de CIA y FBI, según Elon Musk—, no se puede soslayar el Génesis, en espera de su Apocalipsis, del internet creado por el Pentágono mediante el DARPA cuando ahora el Departamento de Defensa ha retomado el control de Silicon Valley y sus poderosas trasnacionales cibernéticas mediante el DIB (Defense Innovation Board).

La interoperabilidad y simbiosis entre el Pentágono y la Bolsa de Valores de Wall Street fue obscenamente expuesta cuando el contralmirante John Poindexter, asesor de Seguridad Nacional del presidente Reagan, fue obligado a renunciar dos años después del supuesto montaje del 11/9 del 2001, debido a la divulgación de un "plan del Pentágono para manejar un mercado bursátil de futuros sobre el terrorismo": "El plan era crear una oficina de bursatilización en línea que habría recompensado a los inversionistas que pronosticaran ataques terroristas, asesinatos y golpes de Estado".

Aunque suene inverosímil para los ignaros/desinformados/leguleyos, el Pentágono buscaba privatizar el terrorismo y los golpes de Estado, lo cual le hubiera dejado suculentos dividendos al poseer, como se dice en francés, los tenants et aboutissants (sus entresijos).

Uno de los graves errores de EEUU en la fase pos-Ucrania consistió en haber "militarizado" a su otrora omnipotente dólar que, con sus aliados, confiscó los más de 300.000 millones de dólares de reservas de Rusia en la banca occidental, y, además, asestó deletéreas sanciones que provocaron un efecto bumerán debido a la triple alza de los hidrocarburos, los alimentos, y los fertilizantes, donde salieron dañados los países europeos y a EEUU le impactó con su todavía incoercible inflación —sin contar que aceleró la desdolarización en beneficio de los BRICS.

Es todo un tema que merece una enciclopedia especializada abordar los frecuentes faltantes multimillonarios en las cuentas del Pentágono, curiosamente manipuladas por sus magos contralores y auditores, que de facto han privatizado sus agujeros negros contables mediante su irremediable pago por los sacrificados ciudadanos desinformados y/o intoxicados por la propaganda negra de los multimedia de EEUU.

Dejo de lado la reciente evaluación paranoica de Rand Corporation sobre la competencia de Rusia y China frente al declive de EEUU, para no decir de todo Occidente, como demuestra impecablemente el pensador francés Emmanuel Todd en su reciente libro La Derrota de Occidente.

Se demuestra así que el modelo de la militarización de Wall Street y Silicon Valley, no se diga del dólar estadunidense, concomitante a la privatización del Pentágono, no es nada nuevo, sino que proviene de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville.

Cabe señalar que el general Lloyd Austin personifica perfectamente la tendencia del Pentágono, ya que fue miembro del consejo consultivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon (hoy RTX), que está haciendo su agosto con la venta de armas en Ucrania y en Gaza y que, de paso, participa sustancialmente en el crecimiento del PIB estadounidense.

Desde diciembre de 2022, el hoy secretario del Pentágono, Lloyd Austin, lanzó la Oficina de Capital Estratégico (OCE) para "atraer y escalar (sic) el capital privado en apoyo a la seguridad nacional".

En forma tramposa, el mandamás del Pentágono aduce que "EEUU está en una competencia global por el liderazgo en tecnologías críticas. Hoy en día, el capital privado financia la gran mayoría de la tecnología crítica y las cadenas de suministro que necesita el Departamento de Defensa. En consecuencia, el capital privado es un recurso vital para el Departamento y una fuente clave de ventaja comparativa de EEUU en la competencia tecnológica. Por lo tanto, trabajar con proveedores de capital es un imperativo de seguridad nacional".

Como si lo anterior fuera poco, la misma OCE difunde que el Dr. William LaPlante —con todo un historial impactante desde Draper Laboratory, pasando por MITRE National Security, hasta Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory (APL)—, se reunió el 5 de marzo en la ciudad de Nueva York con una "amplia gama de firmas de capital privado y de funcionarios prominentes del sector financiero para discutir la participación en el mercado (¡super-sic!) de defensa y las oportunidades para la colaboración", donde destacó su reunión con el anterior alcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, con quien discutió "prioridades y temas de adquisición y mantenimiento que incluyen la ciberseguridad, la base industrial de defensa y la aviación comercial" con el fin de implementar la Estrategia de Defensa Industrial Nacional.

¡Bernard de Mandeville sigue más vivo que nunca en el Pentágono tres siglos más tarde!

 

Fuente: https://geoestrategia.es/noticia/42523/geoestrategia/privatizacion-del-pentagono-y-simultanea-militarizacion-de-silicon-valley-wall-street-y-el-dolar.html


lunes, 13 de abril de 2020

KISSINGER TEME MÁS EL DERRUMBE DEL “ORDEN LIBERAL MUNDIAL” QUE AL COVID - 19


Escrito por Alfredo Jalife-Rahme

El mismo día que EU alcanzó 10 mil muertos por el Covid-19, el índice Dow Jones se disparó 7.7 por ciento.

La "intoxicación bursátil" de EU no es compartida por la mayoría de los otros rincones del planeta que propenden al humanismo.

La cosmogonía geopolítica de EU, desalmada e hiper materialista, tampoco es compartida por otras civilizaciones: Europa, Rusia, China, India y el Mundo Islámico (mil 800 millones y 57 países).

A Kissinger, de 96 años (recluido en Nueva York: epicentro de la pandemia), se le derrumbó su caduco "Orden Mundial", donde pregona el regreso del Estado-Nación de Westfalia de 1648, bajo la égida de EU: escrito seis años más tarde a la crisis de 2008 (https://amzn.to/2V87seV).

Cuando aún no llegaba su aliado Trump al poder, exhortaba un G-2 "cultural" de la raza blanca de EU con Rusia contra China (raza amarilla de "cultura" diferente), luego de que, en 1971, operó el acercamiento de EU con China contra la ex URSS. ¡El poder por el poder: sin escrúpulos!

Ahora proclama que "la pandemia alterará para siempre el orden (sic) mundial" cuando "EU deberá proteger a sus ciudadanos de la enfermedad, mientras inicia el trabajo urgente de planificar una nueva época" (https://on.wsj.com/2Xlh1Ka).

Otro "G-2" tras bambalinas, la asociación estratégica de China y Rusia, dejó plantado a Kissinger, quien goza de enorme influencia con el eje Trump/Jared Kushner/Netanyahu, por lo que su punto de vista, más que reflejar la nueva realidad geoestratégica, delata el accionar de EU a nivel doméstico y foráneo.

Concede que "en un país dividido (sic) un gobierno eficiente y de largo (sic) alcance es necesario", donde la "confianza pública es crucial". ¿Golpismo sumado de irredentismo supremacista?

Evoca una perogrullada: "cuando la pandemia haya concluido, varios (sic) países serán percibidos en sus fracasos", sin importar qué tanto "el juicio de valor sea correctamente objetivo". Repite lo consabido sobre el colapso del sistema de salud de EU y no evalúa que sea uno de los peores del mundo: basado en ganancias que benefician al Big Pharma que obtiene un millón de millones de dólares al año (https://bit.ly/3aOCU8S).

Felicita a Trump por "haber realizado un trabajo sólido (¡mega-sic!) para evitar la catástrofe (sic) inmediata" cuando una "exitosa (sic) vacuna está de 12 a 18 meses de distancia".

Sustenta su supremacista "orden mundial", hoy (trans)mutado, cuya "urgente tarea" debe ir en "paralelo (sic) a la transición (sic) del orden post coronavirus", basado en el Plan Marshall y el Proyecto Manhattan a implementar en tres "áreas".

Sus dos primeras "áreas" versan en banalidades: 1. "Fortalecer la resiliencia global a las enfermedades infecciosas"; y 2. "Luchar para curar las heridas de la economía mundial", con el fin también de "impedir el caos en las poblaciones mas vulnerables del mundo". ¿De cuando acá Kissinger se preocupa por los desposeídos?

Su tercera "área" es notablemente supremacista: "salvaguardar los principios del orden mundial liberal", con ideas caducas del pretérito pluscuamperfecto: "las democracias del mundo necesitan defender y sostener sus valores de la Ilustración (sic)". ¿Cuáles valores? ¿Cuál Ilustración? Cuando EU se consagró a imponer su unipolaridad barbárica.

Juzga que "el tema milenario de legitimidad y poder no puede ser resuelto en forma simultánea con el Covid-19 encima" por lo que exhorta a la "moderación (¡súper-sic!) en todos lados": en la "política doméstica" y en la "diplomacia internacional". ¿Alienta un golpe de Estado?

Sputnik cataloga la visión de Kissinger de "pronóstico sombrío" (https://sptnkne.ws/BVSM).

Kissinger urge descubrir una curación para el coronavirus y la necesidad de proteger al "orden mundial liberal", ya que de otra forma el "mundo se incendiará". ¿Amenaza con el "síndrome Sansón"?

Se equivoca Kissinger, que no sabe nada de economía ni de medicina ni de humanismo: el Covid-19, más temprano que tarde, tendrá su tratamiento, pero su "orden mundial liberal" no tiene curación porque ya había fenecido mucho antes de la pandemia.

Las jeremiadas de Kissinger suenan huecas y a destiempo.



miércoles, 5 de septiembre de 2018

LA TRASTIENDA DE TRUMP EN LA ERA POST-BILDERBERG/SOROS



MundoPolítica 4 septiembre, 2018 Alfredo Jalife-Rahme

Desde el auge de la globalización financierista, no presté atención debida a las cábalas del Grupo Bilderberg –conferencia secreta de jerarcas de la política/finanzas/industria/multimedia cuyas dos terceras partes provienen de Europa y el restante de Estados Unidos para promover el capitalismo nor-atlantista, bajo la modalidad Chatham House Rule de mantener ocultos los debates– cuyo máximo especialista es el ex espía ruso-lituano Daniel Estulin.

Ya con conocimiento de causa del libro de Daniel Estulin “ La Verdadera Historia del Grupo Bilderberg  (https://amzn.to/2LJq1j9)” y de los dos notables ensayos de Fidel Castro al respecto –(http://bit.ly/2wxub8P) y (http://bit.ly/2wvmeRt)–, de quien constaté, durante la cena a la que me invitó en La Habana, sabía demasiado de geopolítica, seguí considerando al hierático Club Bilderberg/Soros como una excrecencia anacrónica de la también caduca Comisión Trilateral, creada por los Rockefeller y Kissinger, donde predomina(ba) la plutocracia de EU/Europa/Japón.

A fortiori hoy comparto más la visión de Alastair Crooke, ex espía británico y ex asesor de Javier Solana en la cancillería de la Unión Europea, quien sentencia que el mundo se encuentra en el “Inicio del Fin de la Era Bilderberg/Soros (http://bit.ly/2wwOWBI)”, lo cual da crédito a las teorías previas de Estulin y hace aún más atractivo su reciente libro: La trastienda de Trump (https://amzn.to/2wxbMJv) que ha provocado muchas descargas eléctricas, por los estrujantes secretos que divulga y sus audaces hipótesis prospectivistas, sobre todo la alternativa digital sin papel moneda.

Juzga que el segundo EU postindustrial y corporativo que apoya la producción y las empresas trasnacionales de la segunda revolución industrial, aunados al matrimonio de industrias de la energía, el petróleo y los sectores militares con el de los servicios y la construcción, son quienes ungieron a Trump, frente a otro EU de Wall Street, la burocracia de Washington, Chicago, Hollywood y Silicon Valleyque venden humo mediante su burbuja de los derivados financieros y buscan propinar un golpe de Estado en alianza con Soros,“peón del equipo del Deep State británico”.

Le consagra un demoledor capítulo a Soros: cara visible de una vasta y sucia red secreta de intereses financieros privados (…) con su epicentro en la casa británica de Windsor y su red del Club de las Islas. Refiere que son los Rothschild quienes lanzaron la carrera de Soros.

Los escándalos de Hollywood del grupo Israel/Mossad y Harvey Weinstein (http://bit.ly/2LK5V84) dan razón a una de las hipótesis de Daniel Estulin.

El pleito feroz que se ha desatado entre Trump y las joyas digitálicas de Silicon Valley –Google, Amazon, Facebook, Apple, Tuitter (http://bit.ly/2PnqWHU)– le dan también la razón, así como el choque frontal del atribulado presidente con la aplastante mayoría de los multimedia.

Juzga que la mayor parte de los servicios de espionaje de EU, con excepción del FBI y la CIA, se están realineando con Trump quien, si es relegido, asistiremos a una gran restructuración de toda la inteligencia de EU, hará un esfuerzo deliberado para desmantelar a la CIA, lo cual intentó Kennedy y lo pagó con su vida.

Luego de desnudar los secretos entre la mafia ruso-israelí y Trump –o la kosher nostra roja– con su yerno Jared Kushner, vaticina que los financieristas de la City se esmeran en desatar una Tercera Guerra Mundial contra Rusia y China, mientras que Trump propende a un cambio del orden mundialde corte tetrapolar: EU/Rusia/China/India ( sic).

Más que teorías de la conspiración, de las que en forma simplona e ignara es acusado Daniel Estulin –por quienes desnuda y por los desinformados/neófitos–, operarían más bien sus teorías preconspiratorias y postconspiratorias que se pueden vislumbrar ya sea antes o después de sus audaces hipótesis y sus concreciones trascendentes que solamente una mentalidad y una operatividad de consagrado ex espía ruso pueden poseer desde las trastiendas y dédalos de los poderes reales. No cualquiera.




miércoles, 13 de junio de 2018

EL G7 COLAPSA EN CANADÁ MIENTRAS EL GRUPO DE SHANGHÁI ASCIENDE EN CHINA




Con los fractales –zonas mínimas de orden dentro del caos generalizado– del incipiente nuevo orden mundial que parece tender a la tripolaridad de EU con Rusia y China.

Con todo y sus inconmensurables defectos locales/regionales/globales, a escala geoestratégica, Trump entiende la decadencia de EU –aunque alardea lo contrario– cuando no pierde de vista que las deletéreas guerras de Clinton, los Bush y Obama arruinaron a su país con el aterrador dispendio militar de 7 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón).

No se puede soslayar que el vacío global de EU está siendo ocupado en forma gradual por Rusia, a nivel militar, y por China, a nivel geoeconómico.

En forma paradójica, Europa –protegida por el paraguas nuclear de EU y la OTAN que encabeza– se volvió el competidor comercial, geopolítico y geofinanciero (euro vsdólar) de EU.

La mejor prueba es que Trump desprecia y sojuzga a Europa (incluyendo a Gran Bretaña) –no se diga, humilla a sus dos valetudinarios vecinos Canadá y México: otrora aliados en el caduco previo (des)orden mundial unipolar– mientras negocia con China en forma más equilibrada y equitativa su déficit comercial y coquetea con el retorno de Rusia al G-8.

Tales serían los tres fractales del caos global: EU/Rusia/China que configuran la nueva tripolaridad del siglo 21.

No faltan quienes agreguen a India –que desplazó a Japón con un PIB de casi el doble, medido por el Poder Adquisitivo (http://hyperurl.co/ga9dp8)– sin contar su arsenal nuclear de 130 ojivas (http://bit.ly/2Jseggu) del que carece el país nipón. India aún no exhibe su vocación geoestratégica que quizá procure más adelante.

Era previsible la fractura del G-7 hoy convertido en un G-6+1: El G-7 implosiona en Canadá, mientras el grupo de Shanghái asciende en China(http://bit.ly/2LCoQlO).

Antes de llegar con medio día de retardo a la disfuncional cumbre del G-7 en Malbaie (Quebec), Trump sacudió sus entrañas cuando formuló la imperativa presencia de Rusia para regresar al G-8: Rusia debería estar en esta reunión, ¿Por qué tenemos una reunión sin Rusia?. Trump agregó en forma desafiante e impertinente: Les guste o no, y puede ser políticamente incorrecto, pero tenemos un mundo que administrar(https://nyti.ms/2sKi5HD).

De facto, Trump sepulta la añeja unipolaridad, a la que se habían subido en forma confortable los restantes miembros del G-7, y adopta quizá la tripolaridad con Rusia y China, lo cual dejó estupefactos a sus aliados occidentales, con excepción del flamante primer ministro italiano Giuseppe Conte quien en un tuit avaló la sugerencia de Trump: Rusia debe regresar al G-8. Es en el interés de cada uno (https://reut.rs/2HAfVyO).

No se recupera de su estupor el rusófobo New York Times vinculado a los intereses de George Soros, del Partido Demócrata de los Clinton, Obama y el israelí-estadunidense Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado.

The Washington Post expone que con Trump, varios temen el fin del orden mundial(https://wapo.st/2sM4QWM). ¿Cuál orden?

Trump llegó medio día tarde a la cumbre, arribó retrasado 17 minutos al desayuno del día siguiente y se fue medio día antes de su conclusión cuando volvió a la carga con el reingreso de Rusia: el G-8 es un grupo más significativo que el G-7. Culpó a Obama de haber permitido la anexión de Crimea por Rusia y de haber encabezado luego las sanciones y la expulsión de Rusia del G-8 (https://nyti.ms/2sKjgGR).

Si ahora el G-7 se quedó en lo que el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, bautizó como el G-6+1, con el apoyo de Italia al reingreso de Rusia pues más bien se trataría de un G-5+2(http://bit.ly/2LDAEUK), si es que no se sale también Japón que mantiene excelentes relaciones con Rusia, lo cual acabaría en un grotesco G-4+3.

Lo más divertido es que Rusia no desea regresar al G-8, según expresó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov (http://bit.ly/2MdTxPu).

El G-8 nunca existió: fue un engaño de Clinton que le propinó a Yeltsin que deglutió todos los cuentos texanos, ya que Rusia nunca fue admitida a sus reuniones financieras, por lo que en su momento la bauticé de G-7.5.

Se pulveriza el G-6+1, mientras su contrincante silencioso, pero efectivo, el Grupo de Shanghái –encabezado por China y Rusia con otros cuaro países centroasiáticos y la reciente incrustación de dos potencias nucleares India y Pakistán (con 140 ojivas nucleares) se consolida en Eurasia con su cumbre número 18 en Qingdao (China), donde el mandarín Xi y el zar Vlady Putin fortalecieron su asociación estratégica.

El mandarín otorgó al zar la primera Medalla de la Amistad de China (http://bit.ly/2sKTylD), lo que denota la relevancia de sus estratégicos lazos bilaterales.
Ya el año pasado, el zar había galardonado al mandarín con la máxima Orden de San Andrés. Hasta donde alcancé a consultar, no vi ninguna mención en la prensa occidental del galardón del mandarín al zar ni de la transcendental cumbre del Grupo de Shanghái en Qingdao. ¿Censura o envidia?

El portal Sputnik expone los puntos de vista de una pléyade de expertos de China y Rusia quienes comentan los acuerdos del mandarín y el zar desde el Ártico (¡súper-sic!) al espacio profundo (sic)frente a una compleja situación internacional(http://bit.ly/2JDGhVF) cuando Rusia y China se oponen al despliegue de armas en el espacio, lo cual fomenta EU y socava la estabilidad estratégica.

Se acabó el pensamiento lineal maniqueo y ahora impera la era de la hipercomplejidad no-lineal.

De hecho, el galardón del zar de parte del mandarín, al unísono de la consolidación de la relación bilateral, fue la nota relevante de la Cumbre de Shanghái.

La cumbre del Grupo de Shanghái fue como de costumbre escamoteada por Occidente.Pero en la mitad poblacional del planeta su celebración fue seguida con sumo interés.

La sede de la cumbre fue en la provincia de Shandong, lugar de nacimiento del confucianismo, e impulsó el espíritu de Shanghái de confianza mutua, beneficio mutuo, igualdad, consulta, respeto a la diversidad cultural(http://bit.ly/2sJSWgl).

Se trata de un neoconfucianismo geopolítico/geoeconómico: una cosmogonía más optimista frente a la decadencia de Occidente que exhibió sus fracturas y su egoísmo durante la disfuncional cumbre del agónico G-7 en Quebec, en contraste con la exitosa cumbre del Grupo de Shanghái donde el primer ministro indio, Narendra Modi, invitó al presidente vitalicio Xi a visitar India el año entrante (http://bit.ly/2sKiNob).

Llamó poderosamente la atención un articulo de Dmitry Shlapentokh, en el portal oficioso chino Global Times, en el que aduce en forma persuasiva que la cumbre Trump/Kim exhibe el desvanecimiento del poder de EU(http://bit.ly/2xUoW6s).

A mi juicio, es probable que la cumbre entre Trump y Kim Jong-un en Singapur no hubiera sido factible sin la facilitación tras bambalinas del mandarín Xi y del zar Vlady Putin, con la notable ausencia de Europa que se aferra nostálgicamente al caduco orden occidental y no asimila la nueva tripolaridad de EU/Rusia/China del siglo 21 que se ejerce en su detrimento.

Artículo publicado originalmente en La Jornada
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martes, 8 de mayo de 2018

¿LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL LIQUIDARÁ AL CAPITALISMO?



7 mayo 2018

Si la inteligencia artificial (IA) definirá el dominio geoestratégico en la próxima generación, su ideología emergente marcará el destino de la humanidad.

Ya el zar Vlady Putin había alertado de que quien domine la IA controlará al mundo (http://bit.ly/2IjsAdQ).

Detrás de las amenazas de guerra comercial de Estados Unidos y China se encuentra el “posicionamiento tecnológico que marcará el siglo XXI sobre la primacía de la IA cuando Beijín ha proclamado que será el líder indiscutible en 2030 (http://bit.ly/2IgbRbA)”.

Quedó atrás la caduca taxonomía de derecha e izquierda que floreció durante la Guerra Fría en la etapa bipolar entre Estados Unidos y la ex URSS, hoy la ideología en el mundo se encuentra fracturada entre los globalistas –encabezados por el megaespeculador George Soros y la dupla británica de The Economist/The Financial Times–, acoplados a los poderosos multimedia israelí-anglosajones de occidente –contra los nacionalistas donde prevalecen Trump, el zar Vlady Putin y el mandarín Xi con sus respectivas idiosincrasias– al unísono de sus puntuales resurrecciones en la Unión Europea.

Yair, hijo del primer ministro israelí Bibi Netanyahu, sentenció con entonaciones nacionalistas sarcásticas que Soros “controla al mundo (http://bit.ly/2FMZNsV)”.

A 200 años del aniversario del nacimiento de Marx, Nathan Gardels (NG), editor en jefe del The World Post –en colaboración con The Washington Post y el Instituto Berggruen– aduce que la “IA agudizará la división entre Occidente y Oriente (https://wapo.st/2JXYucX)”.

NG no oculta su proclividad ideológica y reduce a la IA a su lecho de Procusto cerebral: la conectividad digital y los algoritmos están mejor en manos de los libertarios (sic) de Silicon Valley que en las de China con su mentalidad autoritaria que empodera al Estado.

Arguye que el mundo digital se encuentra dividido entre el espionaje capitalista de Occidente y el monitoreo del mandarinato de China. Se olvida que Snowden y Assange son hijos de Occidente.

Feng Xiang (FX) –profesor de leyes en la Universidad Tsinghua– argumenta que la “IA marcará el fin del capitalismo (https://wapo.st/2FN3oXU)”.

Considera que si la IA permanece bajo control de las fuerzas del mercado desembocará en forma inexorable en un mega-rico oligopolio de datos de multimillonarios que cosecharán la riqueza creada por los robots que desplazan la mano de obra, dejando un masivo desempleo a su alrededor.

Juzga que la economía de mercado socialista de China puede proveer una solución, si la IA “asigna en forma racional (sic) recursos mediante los análisis de macrodatos ( big data) y si las robustas asas de retroalimentación ( feedback loops) pueden suplir las imperfecciones de la mano invisible, mientras se comparte en forma equitativa la inmensa riqueza que crea en medio de una funcional economía planificada.

El peligro de la IA, que avanza en una tecnología de propósito general, es que permanezca en manos privadas que sirven los intereses de unos cuantos.

Aduce que la inevitabilidad del desempleo masivo y la demanda por el bienestar universal conducirán la idea de socializar (sic) o nacionalizar (sic) la IA.

El capitalismo digital fantaseó el bienestar social, como sucede con los multimillonarios de Google y Apple que esconden sus inmensas ganancias en los paraísos fiscales para evadir impuestos, lo cual choca con su lema hipócrita de responsabilidad social.

El escándalo de la empresa británica Cambridge Analytica, obligada a cerrar, con Facebook y su modelo de negocios –que coloca a las ganancias por encima de una ciudadanía responsable– es la forma en que funciona el capitalismo digital en detrimento de la sociedad.Alega que en China las empresas privadas de Internet como Alibaba y Tencent son monitoreadas por el Estado y no se encuentran por encima del control social.

Juzga que la misma penetrabilidad de la IA marcará el fin del dominio del mercado cuando sólo produce desempleo, no se diga con los robots, por lo que no existe una mejor alternativa que la intervención del Estado.

El capitalismo laissez fairedesembocará en la dictadura de los oligarcas de la IA que colectan rentas debido a que tienen reglas de propiedad intelectual sobre los medios de producción.

Así como las armas nucleares y bioquímicas, la exclusiva tecnología de punta o el núcleo de las plataformas de IA deben pertenecer a un Estado fuerte y estable que garantice la seguridad de la sociedad.

FX concluye con la frase: !Uníos robots del mundo!

El sociólogo Anthony Giddens (AG) –anterior director de la London School of Economics y exponente de la fracasada Tercera Vía que fue un engaño del ofertismo fiscal dentro de la depredación neoliberal– propone en forma antigravitatoria y desfasada una carta magna para la era digital, en similitud a la que adoptó Inglaterra (sic) en 1215 para frenar a los reyes de abusar de su poder cuando hoy “los nuevos reyes son las grandes empresas tecnológicas (https://wapo.st/2wk2Nxy)”. Su comparación es desigual e inarticulada.

AG considera que la revolución digital es la mayor fuerza dinámica en el mundo y afecta todo desde la intimidad de la vida cotidiana hasta las luchas geopolíticas cuando al mismo tiempo fractura y divide.

La evolución de la IA comporta tres fases distintas: 1. Los trabajos pioneros de Alan Turing durante la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los 80, dominados por los gobiernos y la Academia 2. La emergencia de Silicon Valley 3. Retorno del Estado (¡súper sic!) y un dominio público mayor.

Mas allá de sus aspectos positivos, sus aspectos negativos son profundos (¡mega sic!) con amenazas al tejido mismo de la democracia cuando los “movimientos on line desafían o hasta desplazan a los principales partidos políticos”, al unísono de avances dramáticos en el aprendizaje de las máquinas.

AG participó en un grupo de trabajo del Comité Selecto (sic) de la Cámara de los Lores sobre IA que publicó un reporte que propone reformas para encontrar un nuevo equilibrio entre la innovación y la responsabilidad de las trasnacionales.

Su selecta carta magna esboza intervenciones prácticas de los gobiernos (¡súper sic!): la IA debe ser desarrollada para el bien común; operar con los principios de inteligibilidad y equidad, respetar los derechos de la privacía”, estar basado en cambios de envergadura en la educación y nunca conceder el poder autónomo para dañar (sic), destruir o engañar (sic) a los humanos.

Dejando de lado las fake news israelí-anglosajones, el problema de la carta magna de AG es su implícita israelización sobre la identidad y operabilidad de su futuro árbitro.

Hoy, con bendición anglosajona, Israel, potencia digitálica cabal que ostenta 400 bombas atómicas clandestinas, se da el lujo de manipular los datos de la Organización Internacional de Energía Atómica para torpedear los acuerdos con Irán cuando ni firma el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares.

La selecta israelización de la IA es uno de sus principales escollos.

Quien controle la IA impondrá su modelo.