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martes, 4 de junio de 2024

LA OLIGARQUÍA MUNDIAL EN PERÚ



Escribe: Milciades Ruiz

El 31 de mayo pasado, me llegó la noticia de que el Grupo Vanguard International adquirió 478 hectáreas adicionales en Perú para uvas de mesa, con las que sobrepasa las 1,500 has., de su propiedad hasta ahora. Me llamó la atención porque el latifundismo moderno transnacional sigue apoderándose de nuestro país, a costa de desposeer a los pequeños agricultores. No se imaginan lo que encontré al indagar sobre el asunto. Aquí se los digo.

Tengo en mi lista de latifundios a varias empresas agroexportadoras estadounidenses, que acaparan toda la cadena económica de producción, procesamiento y comercialización, pero no imaginé los alcances de ellas. La subsidiaria de dicha empresa en nuestro país, se llama Vanguard International Group Peru S.A.C. y, opera desde hace ocho años en el valle Villacurí, región Ica.

PERÚ: PRINCIPALES LATIFUNDIOS SIGLO XXI

Hectáreas

GRUPO GLORIA

100,000

GRUPO ROMERO

36,700

Grupo CAMPOSOL S.A.

25,000

GRUPO OCHO SUR (EE UU)

12,188

GRUPO VIRÚ SA

10,000

En alquiler

13,000

CORPORACIÓN DANPER S.A.C.

20,000

AGROVISIÓN PERÚ SAC (EE UU)

15,000

VITAPRO S.A.

7,400

Mission Produce Perú (EEUU)

6,200

COMPLEJO AGROINDUSTRIAL BETA S.A.

(42 fundos) 6,000

SOCIEDAD AGRICOLA RAPEL S.A.C.

6,000

AGRICOLA CERRO PRIETO S.A. (holding EE UU)

5,764

EL PEDREGAL S.A

5,290

HORTIFRUT - PERÚ S.A.C. (Chile)

3,274

Grupo Vanguard International (EE UU)

1,500

Fuente: Internet

 

Para muchos analistas, esta noticia pasa desapercibida, como quien no se percata que tiene cáncer inicial que lamentará cuando ya sea terminal. Es que, la producción de uvas de mesa no es la única actividad de esta agroexportadora en Perú, pues también se dedica a comercializar productos de terceros y según Wikipedia org, The Vanguard Group son propietarios accionistas de gigantescos conglomerados empresariales en los cinco continentes.

Solo en Estados Unidos al 6 de setiembre pasado, son dueños accionistas de Amazon (6,20%), Coca Cola (6,83%), PepsiCo, Microsoft, Ferrari, Apple (7.36%), Bank of America, Google LLC, Alfa group, Citigroup, Monsanto, Goldman Sachs, Exxon Mobil, Johnson & Johnson, Ford, Pfizer (agroquímicos), McDonald's, Uber, The Walt Disney Company Boeing y más.

Pero la entidad ecológica de trabajo voluntario, sin fines de lucro, Climaterra Org, en un estudio de investigación alimentaria ha logrado establecer las conexiones oligárquicas mundiales, con asombrosos resultados y señala que, un puñado de mega corporaciones de inversión privada, entre las que se encuentra “Vanguard International” domina todos los aspectos de nuestras vidas.

Desde que nos levantamos de dormir, empezamos a consumir y dar ganancias a estas empresas dominantes del mercado, controlando el flujo de dinero en todo el mundo. ¿Cómo funciona este esquema? Un ejemplo, nos ayuda a percibirlo. Todas las marcas de alimentos envasados, son propiedad de una docena de empresas matrices mundiales, entre las que se encuentra Vanguard Group.

Pepsi Co. es propietaria de una larga lista de marcas de alimentos, bebidas y aperitivos, al igual que Coca-Cola, Nestlé, General Mills, Kellogg's, Unilever, Mars, Kraft Heinz, Mondelez, Danone y Associated British Foods. Juntas, estas empresas matrice, monopolizan la industria de los alimentos envasados, ya que prácticamente todas las marcas de alimentos disponibles pertenecen a una de ellas. Ver figura siguiente, ampliando la imagen:

Aparentemente, hay cientos de marcas que compiten en el mercado, pero las empresas matrices más grandes son propietarias de múltiples marcas hasta las que supuestamente compiten, siendo de los mismos dueños.



Aunque los principales accionistas pueden cambiar de vez en cuando, en función de las acciones compradas y vendidas, hay dos empresas que figuran sistemáticamente entre los principales accionistas institucionales (Fondos de pensionistas, fondos de auxilios y demás entidades que invierten para obtener beneficios para sus asociados). Ellas son: The Vanguard Group Inc. y Blackrock Inc. Ojo, con lo que viene.

En el caso de Pepsi Co, aunque hay más de 3.000 accionistas, las participaciones de Vanguard y Blackrock representan casi un tercio de todas las acciones (son las que deciden). De los 10 principales accionistas de Pepsi Co., los tres primeros, Vanguard, Blackrock y State Street Corporation, poseen más acciones que los siete restantes. Aquí también, deciden.

Pero igual sucede con Coca-Cola Co., que supuestamente es el principal competidor de Pepsi. Tres de los cuatro principales accionistas institucionales de Coca-Cola son idénticos a los de Pepsi: Vanguard, Blackrock y State Street Corporation. El accionista número 1 de Coca-Cola es Berkshire Hathaway Inc.

Y lo mismo ocurre con las demás empresas de alimentos envasados. Todas son propiedad del mismo pequeño grupo de accionistas institucionales. Pero “ojo”, también ellas, se encuentran dominando todas las demás industrias y así, entre las 10 mayores empresas tecnológicas encontramos a Apple, Samsung, Alphabet (empresa matriz de Google), Microsoft, Huawei, Dell, IBM y Sony.

Pero resulta que, Facebook es dueña de Whatsapp e Instagram. Alphabet es dueña de Google y de todos los negocios relacionados con Google, incluyendo YouTube y Gmail. También es el mayor desarrollador de Android, el principal competidor de Apple. Microsoft es dueña de Windows y Xbox. En total, cuatro empresas matrices producen el software que utilizan prácticamente todos las computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes del mundo. ¿Quiénes son, pues, sus propietarios? Ahora lo verán:

- Facebook - Más del 80% de las acciones de Facebook están en manos de inversores institucionales, y los principales son los mismos que se encuentran en la industria alimentaria: Vanguard y Blackrock Eran los dos primeros, a finales de marzo de 2021.

- Apple - Los cuatro principales inversores institucionales son Vanguard, Blackrock, Berkshire Hathaway y State Street Corporation

- Microsoft - Los tres principales accionistas institucionales son Vanguard, Blackrock y State Street Corporation.

Si se sigue repasando la lista de marcas tecnológicas -empresas que fabrican ordenadores, teléfonos inteligentes, aparatos electrónicos y electrodomésticos- se encontrará repetidamente con Vanguard, Blackrock, Berkshire Hathaway y State Street Corporation entre los principales accionistas.

Pero, además, esta oligarquía de inversión, dueña de bancos y fondos de capital, son también los mayores accionistas de las industrias primarias, de donde provienen nuestras materias primas. Lo mismo ocurre con la producción alimentaria como uvas y otras frutas. Estos inversores institucionales son dueños de Bayer, el mayor productor de semillas del mundo, incluyendo transgénicos.

Son dueños de las refinerías de petróleo, de los mayores productores de paneles solares y de las industrias automovilística, aeronáutica y armamentística. Poseen todas las grandes compañías de tabaco, y también todas las grandes compañías farmacéuticas e institutos científicos. Incluso son dueños de los métodos de pago que utilizamos, desde las compañías de tarjetas de crédito hasta las plataformas de pago digital.

Cualquiera sea el sector en el que nos fijemos, los principales accionistas, que deciden son los mismos: Vanguard, Blackrock, State Street y/o Berkshire Hathaway. Al igual que las clases sociales, hay una estructura piramidal de dominación oligárquica en el plano de la inversiones de capital transnacional. En la cúspide de la pirámide encuentran Vanguard y Blackrock.

Esto es el neoliberalismo, sin control de ningún estado. Libertad para invertir sin límites nacionalistas, y bajo tribunales internacionales que protegen las inversiones extranjeras. Su poder es supremo. Tienen testaferros políticos en todos los partidos políticos con mayor opción de gobierno.

Decenas de empleados de BlackRock han ocupado altos cargos en la Casa Blanca bajo las administraciones de Bush, Obama y Biden. BlackRock también desarrolló el sistema informático que utilizan los bancos centrales. ¿Y quién es el dueño de BlackRock? Aunque Larry Fink es la figura de BlackRock, su fundador, presidente y director general, no es el único que toma las decisiones, ya que BlackRock también es propiedad de los accionistas. Aquí encontramos que el mayor accionista de BlackRock es Vanguard.

No es pues un grupo empresarial cualquiera. Lo más probable que absorba otros latifundios con facilidad. Al igual que la oligarquía terrateniente del pasado peruano, que se adueñó de todos los poderes del estado y de todos los negocios lucrativos, esta vez no habrá otro Velasco que acabe con la actual oligarquía internacional.

Todo este poderío está en juego en la guerra por la hegemonía mundial y Cuba, es un mal ejemplo para los países del mundo que se atrevan a liberarse. De allí el bloqueo que busca destruir la revolución cubana. Mucho cuidado pues, con lo que nos espera si, accedemos al poder político nacional. Si creen que es una exageración, disculpen.

Mayo 03-2024

Más información en  https://www.climaterra.org/post/


viernes, 25 de junio de 2021

EL PERÚ DE CASTILLO EN CLAVE ARGUEDIANA Y VARGASLLOSIANA

·          

24. 06. 2021

Por: Vicente Otta R.

 

Del pesimismo oligárquico- colonial a la esperanza del Perú andino-mestizo
¿“...se jodió el Perú”? 

Las elecciones últimas de Perú (6 de junio presente) han sido ocasión para que viejos fantasmas insepultos, emerjan con fuerza y se conviertan en pesadillas para toda la derecha nativa e internacional. Cuando propuestas populares de aires jacobinos se vislumbran, las figuras atemorizantes de T. Amaru, Juan Velasco o las grandes oleadas campesinas del siglo XX, retornan del inconsciente colectivo conservador, que se llenan de pánico y violencia, cual bestia herida atacan a diestra y siniestra y olvidan formas y modales democráticos y arman fraudes, terrorismo mediático y patean el tablero. No en vano Pedro Castillo es hijo directo de la Reforma Agraria velasquista, su padre, Ireño Castillo Núñez, obtuvo su parcela de tierra con dicha reforma, de no ser así Castillo sería hoy un siervo de dicha hacienda o un jornalero que, sin educación no hubiese tenido oportunidad de cambiar su destino.  

El masivo y fervoroso apoyo popular que ha provocado la candidatura de Pedro Castillo, virtual presidente electo al 100% de actas escrutadas, ha echado por la borda cada una de las trampas, calumnias y maquinaciones de las fuerzas oscuras y corruptas que se oponen al cambio.

Tanto así, que para reforzar su elenco de conspiradores golpistas han buscado el liderazgo del vocero más reputado del neoliberalismo mundial, el escritor Vargas llosa. Quien paga con este servicio el Nobel y otros galardones y reconocimientos, incluyendo su título de marqués de la nobleza hispana y de Darth Vader del neoliberalismo.

Completa así, un tortuoso y triste deterioro ético que se inicia bastante tiempo atrás pero que algunos éxitos literarios, auténticas corridas hacia adelante, impidieron verlo con claridad.

Como el triste y patético personaje de las llaves del Reino, la novela de A.J. Cronin, termina siendo todo lo opuesto a lo que soñó y pretendía, cuando en su juventud, blandiendo libros e ideales humanistas se jactaba de ser el sartrecillo valiente, emulo del filósofo francés, Jean Paul Sartre.

Triste y solitario final

El texto que ahora compartimos se escribió hace 17 años, su pertinente actualidad es producto de la permanencia de los conflictos socio-culturales que los dos escritores trataron de iluminar los últimos 60 años y aún continúan vigentes.

En este lapso, la presencia de Arguedas no ha hecho sino acrecentarse día a día, mientras que la de Vargas Llosa, se ha ido empequeñeciendo con más prisa que pausa.

En tanto el aliento de Arguedas acompaña y sopla las velas del pueblo que ha hecho de Castillo el presidente del cambio en Perú, el escritor de La Ciudad y los Perros, defiende con uñas y dientes a la candidata del crimen y la corrupción, del establishment. Es la expresión de su decadencia personal y del modelo neoliberal que defiende.      

1. Los años sesenta han sido en el Perú una década crucial

En ella se forman las grandes tendencias socio-político y culturales predominantes hasta la actualidad. Se producen las oleadas de migraciones andinas, se redefinen los lazos con el capital extranjero, hace crisis la industrialización por sustitución de importaciones, se inicia el reformismo militar, se forman los partidos de la nueva izquierda y germina el proyecto político senderista.

Esta década que contiene los rasgos que asumirá la sociedad en los últimos 50 años, tiene dos testigos privilegiados: Mario Vargas Llosa y José María Arguedas, los dos grandes narradores peruanos del siglo XX. Sus obras, particularmente las que mencionamos en este artículo, reflejan como ningún análisis político o estudio académico, los aspectos más profundos, complejos y diversos que encerraba la evolución de la sociedad peruana a lo largo de la fenecida centuria.

A contracorriente de las críticas que lo encasillaban, y en algunos casos pretendían descalificarlo, por indigenista y arcaico, José María Arguedas ha terminado siendo el escritor más moderno y vigente del Perú contemporáneo. Las controversias y críticas que sus obras suscitan (el memorable debate de la mesa redonda sobre Todas las sangres, el año 1965) antes que observaciones de carácter estrictamente literario o lingüísticos han sido de enfoques culturales, de cosmovisiones y epistemológicos. Así en el fondo, lo que ha estado en conflicto han sido la visión criolla euro-céntrica del Perú y su historia (razón colonial) frente a la mirada de la evolución del Perú, desde el socialismo mágico y su entropamiento con el pueblo indio y mestizo, que le permitió auscultar el corazón y las venas ocultas de nuestro país.

2.-Vargas llosa, ¿Adalid de la modernidad o escritor de la desesperanza y anacronismo? 

Desde que en 1971 se publicara “Conversación en la catedral”, y su personaje central Santiago Zavala (“zavalita”) expresara la frase: ¿“cuando se jodió el Perú” ?, ésta ha sido convertida en una especie de interrogante metafísica nacional, quinta esencia de la duda angustiosa que atraviesa la existencia de la sociedad peruana contemporánea. En realidad, esta frase, más bien patética y quejumbrosa, expresa la actitud profundamente pesimista de la clase oligárquica criolla-costeña, que ve derrumbarse el sistema socio-político que había sustentado su dominio durante 150 años de vida republicana. En este sentido, la angustiada pregunta no representa a toda la sociedad peruana, solamente a un segmento de ella, el que presentía su irremediable final. Una vez más, los artistas e intelectuales criollos se asumen como voceros de oficio de toda “nuestra” cultura y estado psicológico. El reputado literato, representante de esta cultura, habla a través de uno de sus personajes y dice lo que los individuos más sensibles del mundo criollo agonizante percibían: Que “su” Perú se había jodido. El apacible y confortable mundo en que unos cuantos miles de terratenientes, mineros y burócratas herederos del poder colonial, vivían cómodamente de la sangre y sudor de millones de indígenas y cientos de miles de coolies y esclavos de origen africano, se perdía irremediablemente.

Ya antes de la reforma agraria de Velasco (año 1969), los cholos habían empezado a “igualarse”, los afro-peruano se cimarroneaban y los japoneses y chinos se empoderaban en sus pequeñas ciudades, (otrora bastiones de su cómoda y cortesana vida) asumiendo el control de los comercios minoristas y de parcelas productoras de pan llevar. 

3.- El llanto por el bien perdido

Ni la recurrencia a dictaduras militares, en la década del 50 en que transcurre la novela, podían salvarlos de la debacle. Antes de que finalice el siguiente decenio un cholo costeño “pata en el suelo”, Juan Velasco Alvarado, al mando de un gobierno militar les dio el puntapié final. Los cholos y el ejército se resistían a seguir cumpliendo el rol servil de pongos y guardianes del sistema político oligárquico. Este fue desestructurado y dejó de ser hegemónico.

El mundo que empieza a perderse irreversiblemente es el que añora zavalita; como en el relato arguediano del Sueño del Pongo, el mundo se estaba poniendo al revés.

Vargas Llosa es un literato notable, por eso percató estos cambios antes que la gran mayoría de criollos que repiten esta lastimera frase sin darse cuenta de que están hablando de su biografía, no de todo el Perú.

“...y restos de comida que circulan tibiamente por el aire macizo de “La catedral”, y de pronto son absorbidos por una invencible pestilencia superior: ni tú ni yo teníamos razón papá, es el dolor de la derrota papá...” monólogo de zavalita, mientras bebe y conversa con Ambrosio en el bar “La Catedral”1

En la página anterior, Ambrosio también ha dado su cuota de inquietudes metafísicas: “...La vida no trataba bien a la gente en este país, niño, desde que salió de su casa había vivido unas aventuras de película. A el tampoco lo había tratado bien la vida, Ambrosio...”

Y en páginas posteriores: “...-Santiago dice, porque gracias a San Marcos me jodí. Y en este país el que no se jode, jode a los demás...” 2, aquí zavalita agrega otro rasgo esencial de la cultura criolla de raigambre oligárquica: la envidia y la mezquindad del fracasado. Es lo que muchos han venido a llamar el deporte “nacional” del palo encebado, igualmente, este no es un deporte nacional, es criollo, costeño y particularmente limeño. La gente de procedencia andina no cultiva este deporte. Villa el Salvador, Unicachi, Ollaraya y el emergente poblador de los conos de Lima dan fe de que sí hay una cultura de éxito, de prosperidad, sin tener que despellejar o acuchillar al que avanza en el camino de la realización personal y familiar, sin tener que renunciar a la identidad y la vida colectiva. 

4.-Arguedas, gana sus mejores batallas, después de muerto

La novela póstuma de Arguedas: El Zorro de abajo y el zorro de arriba, se escribió en la misma época que Conversación en la catedral, y se publicaron con un año de diferencia: en 1971 la primera y en 1970 la segunda. Coincidentes en el tiempo, difieren completamente en la lectura del Perú de ese periodo.

Con todo el desgarramiento y angustia que encierra El zorro..., es sin embargo la novela de la esperanza, de la apuesta por el Perú moderno, mestizo, andino y de todas las sangres. Es el dolor de la aceptación consciente de que el sueño de reconstruir un Perú con claro predominio étnico-cultural, andino era inviable. Atento y profundo observador de la evolución del país que tanto amó, y en particular del pueblo indígena del que se sentía integrante y vocero, Arguedas vivió y comprendió en Chimbote que la modernización del Perú había tomado ya un curso irreversible, que éste se nutría de hervores que implicaban una fusión cultural y étnica, caótica y magmática en la que no estaba definido el rol y la jerarquía que iba a asumir la cultura quechua-andina.

Sus primeras reacciones a las hibrideces que percibió en la humilde caleta de pescadores, convertida en pujante y dinámica ciudad pesquera gracias al boom de la pesca industrial de la anchoveta, fueron desfavorables. Las expresiones grotescas y caricaturescas, que asumía el proceso de mestizaje y acriollamiento forzado, al que se sometían los migrantes de origen serrano, para asimilarse al mundo criollo-costeño que lideraba el oficio de pescador, causó en Arguedas una sensación penosa y desagradable. De ahí que acuñara la palabra “mamarracho” para designar este mestizaje que producía como resultado una especie de Frankestein. Pues el fruto obtenido no era definida estética criolla ni andina, era un verdadero híbrido, sin perfil definido. Primeras expresiones de lo que posteriormente ha sido denominado cultura “chicha”.

Los tallarines con papa a la huancaína, el ceviche con arroz y cancha; el arroz con leche combinado con mazamorra morada, en la culinaria y repostería; la mezcla musical de huayno y cumbia, la vestimenta de moda occidental con colores intensos de la estética andina, los nombres anglosajones con apellidos quechuas y aymaras, etc. Toda esta abigarrada y potente mezcolanza se produjo en Chimbote en una década. Este fue el primer gran proceso de mestizaje y aculturación violento, brutal y acelerado, que dejó abierto el cauce de lo que sería el proceso de modernización del Perú contemporáneo. Cincuenta años después, todo el Perú es un chimbote gigantesco y lo que Arguedas entrevió, en lo que se iba a convertir el país, se ha convertido en realidad

Vislumbrar este futuro poco amigable con su amado mundo andino, no le impidió reconocer que este era un proceso irreversible. Era la vía que adoptaba la construcción de la nación peruana, la configuración del Perú moderno; proceso para el cual carecía de respuestas y orientaciones.

De ahí que se aferrase al socialismo, a mundos como el de Viet Nam, sin renunciar a lo mágico, a su cosmovisión andina. Su dolor es el dolor del alumbramiento, del nacimiento de lo nuevo, del Perú mestizo y andino contemporáneo.

“...hay en mis huesos muchas de las apariencias del serrano antiguo por angas y mangas, convertido por sus madres y padres, malos y buenos, en vehemente, asolemnado y alegre trabajador social: invulnerable a la amargura aun estando ya descuajado. Dispénsenme la inocente y segura convicción: invulnerable como todo aquel que ha vivido el odio y la ternura de los runas...”, Son las palabras que trasuntan optimismo y fe en el futuro, en la vida. Postreras palabras pronunciadas un mes antes de su suicidio.

Qué diferencia con las expresiones quejumbrosas de zavalita, que presiente su fracaso individual e intuye que está ligado a la declinación del Perú oligárquico, hechos que lo llenan de nostalgia y pesimismo.

5.-De la calandria consoladora a la calandria de fuego, del Perú oligárquico al Perú de todas las sangres

En su último diario escrito un mes antes de su muerte, dice lo siguiente: “...Quizá conmigo empieza a cerrarse un ciclo y a abrirse otro en el Perú y lo que él representa: “...se cierra el de la calandria consoladora, del azote, del arrieraje, del odio impotente, de los fúnebres “alzamientos, del temor a Dios...”. A este ciclo corresponden expresiones como: “...En las punas, sin ropa, sin sombrero, sin abrigo, casi ciegos los hombres están llorando, más triste, más tristemente que los niños. Bajo la sombra de algún árbol, todavía llora el hombre...”, de su himno canción al Dios Padre creador Túpac Amaru.

En el mismo párrafo de este diario dice que se abre el ciclo de la calandria de fuego: “... el de la luz y de la fuerza liberadora invencible del hombre de Viet Nam, el de la calandria de fuego, el del dios liberador. Aquel que se reintegra...”.

En el poema a Tupac Amaru, está la respuesta al nuevo ciclo, cuando dice: “...Estoy en Lima, en el inmenso pueblo, cabeza de los falsos wiraqochas. En la Pampa de Comas, sobre la arena, con mis lágrimas, con mi fuerza, con mi sangre, cantando, edifiqué una casa...Somos miles, aquí ahora. Estamos juntos; nos hemos congregado pueblo por pueblo, nombre por nombre, y estamos apretando a esta inmensa ciudad que nos odiaba, que nos despreciaba como a excremento de caballo. Hemos de convertirla en pueblo de hombres que entonen los himnos de cuatro regiones de nuestro mundo, en ciudad feliz...

Su vida, uncida al pulso vital del Perú, se acaba junto con el Perú semi-feudal, “...de la calandria consoladora, del azote, del arrieraje...”, pero renace con el Perú contemporáneo: “...el de la calandria de fuego, el del Dios liberador. Aquel que se reintegra...”.

Todo esto y mucho más es el Perú de nuestros días. El que se reintegra al sonido de la tekno cumbia, del huayno Rock de Uschpa, del canto de Los Destellos, de Chacalòn y la Nueva Crema, Dina Paucar y Sonia Morales, Armonía 10 y Pelo Ambrosio; de platos de ceviches con cancha, del tallarín con papa a la huancaína; de vestimentas llenas de colorido; del estilo emprendedor y agresivo de los aymaras y quechuas de Puno, Cusco y de toda la serranía, de los empresarios de Gamarra, Villa El Salvador, Unicachi. De los millones de peruanos mestizos y cholos que empiezan a sentirse orgullosos de su identidad y de los gigantescos logros en la recuperación de su territorio, su canto y su destino. 

6.-las poderosas razones de la esperanza

La experiencia viva y cotidiana es la mejor demostración de que la cultura andina, que se manifiesta en vigorosos lazos de parentesco, relaciones de reciprocidad (minka, ayni), espíritu comunitario (existen más siete mil clubs provincianos en Lima), su laboriosidad y sentido del ahorro, su planificación de largo plazo, para no mencionar su variada expresión musical y dancística, y su rica y diversa manifestación culinaria, sigue operante. Todo esto ha estado vigente y sigue jugando un rol sustancial en el desarrollo del actual proceso de afirmación económico-social, de mestizaje y fusión cultural que vivimos. La cultura andina y sus altas expresiones civilizatorias y culturales no se reducen a Macchu Pichu o Ollantaytambo solamente, se expresan de manera viva y operante en los proyectos vitales que los descendientes de nuestro gran pueblo llevan adelante. Aquí y ahora, en el tercer milenio. Por eso afirmamos que hay razones poderosas para el optimismo y la esperanza.

Solamente gentes que nunca entendieron que el Perú era también de los serranos, mestizos y cholos, andino por imperio de la naturaleza, pueden pensar que el ocaso del mundo oligárquico significa el fin del Perú, que el Perú se jodió. ¿Una civilización que tiene cinco mil años de antigüedad se va a “joder” por que un pequeño grupo de oligarcas y sus descendientes, con solo 150 años de existencia, sienten que su cómoda y parasitaria vida fue cancelada, que colapsan porque nunca fueron capaces de dominar esta naturaleza ni supieron organizar apropiadamente la sociedad que sojuzgaron y explotaron en este largo período?

¡En buena hora que ese mundo injusto, oprobioso y anacrónico se jodió!

El triunfo electoral de Pedro Castillo, este 6 de junio último, es la coronación de un recorrido que tiene largo tiempo de gestación, sacrificio y sufrimiento ilimitados. Este momento puede ser el nacimiento de una nueva historia, de un futuro de justicia y prosperidad compartida. Del Perú de todas las sangres.

En el mundo paralelo en que Vargas llosa y Arguedas, continúan su larga pugna sobre la representación de nuestro Perú, también en el plano de la realidad cotidiana, Arguedas derrota de modo inapelable a Vargas llosa que, al igual que en la ficción, opta por lo anacrónico y superficial.

Su escandaloso y abierto apoyo a Keiko Fujimori, candidata del poder corrupto y criminal, traduce mejor que cien ensayos críticos, la degradación ética y moral de Vargas llosa.

El mundo sometido, de la fraternidad de los miserables que fuera cantada y defendida por Arguedas, hoy representado por Pedro Castillo, ha salido triunfante en una lucha desigual en que el poderoso empuje de los humildes, el amplio y entusiasmado apoyo del pueblo, han sido su principal instrumento.

En esta hora de triunfo de los ninguneados, la figura de Arguedas y la presencia del mundo andino se agigantan. Claridad de la aurora cuando amanece el nuevo día.

 

1 Conversación en la catedral, ediciones Seix Barral, 1970, página 27

La letanía de lamentaciones continúa: “...Así que en Pucallpa y por culpa de ese Hilario Morales, así que sabes cuándo y por qué te jodiste-dice Santiago-. Yo haría cualquier cosa por saber en qué momento me jodí...”

2 Capítulo IV, pág. 74, obra citada

** pág. 166

 

Fuente: http://otramirada.pe/el-per%C3%BA-de-castillo-en-clave-arguediana-y-vargasllosiana