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sábado, 11 de mayo de 2019

"LAS SANCIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS HAN DEVASTADO VENEZUELA Y HAN MATADO A MÁS DE 40.000 PERSONAS DESDE 2017"


Entrevista al economista Jeffrey Sachs  Amy Goodman  Democracy Now!  06-05-2019

Un nuevo informe del Center for Economic and Policy Research elaborado por los economistas Jeffrey Sachs y Mark Weisbrot afirma que más de 40.000 personas han muerto en Venezuela desde 2017 como resultado de las sanciones de los EE.UU. El informe examina cómo las sanciones de EE.UU. redujeron la disponibilidad de alimentos y medicamentos en Venezuela y han aumentado la enfermedad y la mortalidad. Hablamos con Jeffrey Sachs en nuestro estudio de Nueva York. En el informe escribe “las sanciones estadounidenses apuntan deliberadamente a destruir la economía de Venezuela y, por lo tanto, llevar al cambio de régimen. Es una política infructuosa, despiadada, ilegal y fallida, que causa graves daños al pueblo venezolano”. 
Transcripción: esta es una transcripción urgente, la copia puede no estar en su forma acabada.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Soy Amy Goodman. Nuestros invitados son Miguel Tinker Salas, un profesor venezolano en el Pomona College en California; Jeffrey Sachs está con nosotros aquí en Nueva York, economista líder y director del Centro para el Desarrollo Sostenible en la Universidad de Columbia. Es coautor de un informe para el Centro de Investigación Económica y Política titulado "Sanciones económicas como castigo colectivo: el caso de Venezuela", aparecido recientemente.
Mucho se ha utilizado en contra de la presidencia de Maduro, diciendo que ha llevado al país a un punto muerto económico. Haces un análisis diferente, Jeffrey Sachs.
JEFFREY SACHS: Bueno, no es un estancamiento económico. Es un completo colapso económico, una catástrofe para Venezuela. Hubo una crisis, sin duda, antes de que Trump asumiera el cargo, pero la idea de su Administración, desde el principio, ha sido derrocar a Maduro. Eso no es una hipótesis. Trump fue muy explícito en las discusiones con los presidentes de América Latina, donde les preguntó: "¿Por qué los Estados Unidos no deberían invadir?", dijo ya en 2017. Así que la idea de la Administración de Trump ha sido derrocar a Maduro desde el principio. Bueno, los líderes latinos dijeron: “No, no es una buena idea. No queremos una acción militar”. Desde entonces, el Gobierno de los Estados Unidos ha estado tratando de estrangular la economía venezolana.
Comenzó con sanciones en 2017 que impidieron, esencialmente, que el país accediera a los mercados de capital internacionales y que la compañía petrolera reestructurara sus préstamos. Eso puso a Venezuela en una hiperinflación. Fue el colapso total. Las ganancias del petróleo que se utilizan para comprar alimentos y medicamentos se desplomaron. Fue entonces cuando la crisis social y humanitaria se salió de control. Y luego, en este año, con esta idea -muy ingenua, muy estúpida, en mi opinión- de un autoproclamado presidente que fue coreografiado con los Estados Unidos muy, muy cerca, otra ronda de sanciones aún más estrictas. En esencia, se confiscaron las ganancias y los activos del Gobierno venezolano.
Ahora Venezuela está en una completa y absoluta catástrofe, en gran parte provocada por los Estados Unidos deliberadamente, creando un sufrimiento masivo y generalizado. Sabemos que hay hambre. Sabemos que hay una increíble escasez de suministros médicos. Solo podemos imaginar, porque no sabremos realmente hasta que el polvo se asiente y se realicen estudios cuidadosos, el alcance de mortalidad existente, pero seguramente en un contexto como este, esta es una catástrofe creada en gran parte por los EE.UU., porque como se dijo anteriormente, es una estrategia de todo o nada. Lo que los Estados Unidos, lo que Trump simplemente no entiende y lo que Bolton, por supuesto nunca acepta, es la idea de las negociaciones. Es un intento de derrocamiento. Es muy crudo. No funciona. Y es muy cruel, porque está castigando a 30 millones de personas.
AMY GOODMAN: ¿Cómo se llegó al número de 40.000 muertos como resultado de estas severas sanciones de los EE UU.?
JEFFREY SACHS: Déjame ser claro: nadie lo sabe. Fue un cálculo muy básico y simple -basado en estimaciones de las universidades en Venezuela- de que la mortalidad había aumentado en cierta proporción después de las sanciones. No quiero que nadie piense que hay precisión en estos números. Sin embargo, y para ser sincero, lo cierto es que hay una catástrofe humanitaria causada deliberadamente por los Estados Unidos y que yo diría que son sanciones ilegales, porque están deliberadamente intentando derribar un gobierno y tratando de crear el caos con el propósito de un derrocamiento de un gobierno.
AMY GOODMAN: ¿Por qué?
JEFFREY SACHS: ¿Por qué están haciendo eso? Esta es la política exterior normal del ala derecha de los Estados Unidos, nada varía. Esta es la misma política exterior que vimos en toda América Latina en el siglo XX. Es la misma política exterior que vimos catastróficamente en el Medio Oriente. Este es Bolton. Es la idea de diplomacia de Bolton, la idea de Trump de la diplomacia: golpeas a alguien en la cara, aplastas a tu oponente. Intenta lo que puedas para conseguirlo. Es muy simple Es muy crudo. Y, Amy, nunca funciona. Sólo lleva a la catástrofe.
AMY GOODMAN: Quiero traer de vuelta a esta conversación a Miguel Tinker Salas, profesor de Pomona College. Mientras se llevaban a cabo estas protestas, o este intento de golpe de Estado en Venezuela, en Honduras hubo protestas masivas contra la privatización así como también grandes manifestaciones en París. Ciertamente pienso que no tienen el mismo tipo de cobertura.
MIGUEL TINKER SALAS: Por supuesto que no. Y la realidad es que lo que está pasando en Honduras es fundamental. Tienes un esfuerzo en la privatización. Tienes despidos de doctores, de profesores y de maestros. Protestas masivas callejeras en Tegucigalpa y en las principales ciudades. Y toda la atención está en Venezuela. Y lo mismo está sucediendo en otros contextos, en América Central con la inmigración que está sucediendo como resultado de fallidas políticas estadounidenses. Como dijo el colega anteriormente, la realidad es que esto se intentó en otros lugares. El cambio de régimen que se está probando en Venezuela ha sido probado en otras partes de América Latina y ha conducido a una crisis humanitaria en toda América Central: Honduras, Guatemala, El Salvador, en México hasta hace muy poco. Así que, una vez más, conocemos la fórmula. Sabemos que no produce el cambio que la mayoría de la gente quiere, lo que hace es agravar las condiciones para la mayoría de la población. Así, en el caso de Venezuela se exacerban errores cometidos por la Administración de Maduro que ahora se ven maximizados por las sanciones y que afectan a las personas y a la población del país en su totalidad.
AMY GOODMAN: Hemos estado mostrando, para nuestra audiencia de radio, un video solo para informarles, de las lágrimas de personas en París y Honduras en este momento. Por supuesto Honduras es un aliado de los Estados Unidos. No estamos recibiendo tanta cobertura de esto. Finalmente quise preguntarle a Jeffrey Sachs sobre este tema que plantea el castigo colectivo y decir que el castigo se transforma en colectivo sobre una población civil, tal como lo describen las convenciones internacionales de Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario.
JEFFREY SACHS: Y yo diría, también de la OEA, que prohíbe explícitamente este tipo de acción hostil contra otro país. Ahora se imponen sanciones estadounidenses para derribar gobiernos en todas partes. De manera similar, ayer en Irán un gran anuncio del colapso de la economía iraní y el FMI lo atribuyó a las sanciones de Estados Unidos. Entonces, esto es lo que la Administración de Trump está tratando de hacer también con respecto a Nicaragua. Trump anunció ayer el bloqueo total de Cuba si los cubanos no despiertan. Es pura intimidación. Está completamente en contra del derecho internacional. Causa estragos. Ya es bastante difícil lograr el progreso económico, pero cuando los Estados Unidos utilizan su poder político para quebrar a otros países, los resultados pueden ser absolutamente devastadores.
Y lo vemos en Venezuela, que fue la patada que empujó a ese país a este catastrófico declive en la espiral de la hiperinflación. En nuestra prensa siempre se atribuye a Maduro, pero la gente ni siquiera ve y entiende cómo los Estados Unidos tienen los instrumentos de sanciones que bloquean el acceso a los mercados financieros impidiendo que las empresas cumplan sus obligaciones, bloquean el comercio y confiscan los activos que son propiedad del Gobierno venezolano con el fin de crear este tipo de crisis, porque la idea es, si el dolor es suficiente, según el pensamiento de personas como Bolton, entonces habrá un derrocamiento militar. Así que están tratando de crear un desastre absoluto.
Bueno, lo que es tan estúpido acerca de estas políticas estadounidenses, estas políticas neoconservadoras, es que crean un desastre, pero ni siquiera logran los objetivos políticos de estas personas desagradables como Bolton. No es que sean efectivos y desagradables, sino completamente ineficaces y totalmente desagradables al mismo tiempo. Pero el Congreso, en nuestro país, no mira nada. Es increíble que tengas esta demostración básicamente de un solo hombre, Trump, haciendo daño, arrasando todo el mundo. No hay supervisión en absoluto. Y en las instituciones internacionales, como el FMI o el Banco Interamericano de Desarrollo, la gente tiene miedo incluso de decir la verdad, que es que este matón de los Estados Unidos -especialmente con el tipo de presidente que tenemos ahora- nadie quiere hablar de los hechos obvios, de cuánto daño hace, cuántas vidas se están perdiendo, cuánto sufrimiento se está causando, cuántos refugiados se están creando deliberadamente. Y luego, por supuesto, tienes al The New York Times u otros más diciendo a rajatabla que es Maduro, porque ni siquiera ven el proceso obvio.
AMY GOODMAN: Y ustedes, los líderes demócratas, también, en el Congreso diciendo lo mismo. Y así, vamos a pasar ahora mismo a un demócrata en el Congreso. Queremos agradecer a Jeffrey Sachs, un economista líder, director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. Uniremos a su informe que publicó con el Centro de Investigación Económica y Política titulado “Sanciones económicas como castigo colectivo: el caso de Venezuela”. Y, Miguel Tinker Salas, gracias por acompañarnos, profesor en el Pomona College en California.  
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a l traductora y Rebelión.org como fuente de la tradución

lunes, 14 de marzo de 2016

¿Y SI EN LAS ELECCIONES SE PRESCINDIERA DE LAS ENCUESTAS DE OPINIÓN?





Democracy Now!
14-03-2016


El senador Bernie Sanders ganó las elecciones primarias demócratas de Michigan. Con su victoria, no solo derrotó a Hillary Clinton sino también a todas las empresas encuestadoras. El especialista en estadísticas electorales Nate Silver escribió que la victoria de Sanders en Michigan “pasará a la historia como uno de los peores errores de las encuestas en las elecciones primarias”. Imaginen si tuviéramos una campaña electoral sin encuestas. La energía, la investigación y el dinero tendrían que volcarse a estudiar la trayectoria de los candidatos, ya sea que se trate de empresarios como Donald Trump o políticos como Hillary Clinton y Bernie Sanders. Esto generaría un electorado mejor informado y más participativo.

¿Por qué habría de importar a quién votarán nuestros vecinos o las personas que viven en otra parte del estado? Dejemos que cada persona decida cómo votar no en función de las encuestas, sino en función de las posturas que realmente adoptan los candidatos. Las elecciones primarias, las asambleas electorales y la elección general son las encuestas definitivas. Estas instancias proporcionan los números fiables, los datos irrefutables sobre cómo votaron los ciudadanos, esperemos, bien informados. Entonces, en lugar de especular sobre cómo actuarán votantes imaginarios, los comentaristas políticos podrían hablar basados en la realidad.

Es sorprendente que Bernie Sanders haya llegado a donde está hoy. Analicemos el resumen del informe Tyndall sobre la cobertura de la campaña de 2016. Desde finales de la década de 1980, Andrew Tyndall ha realizado un análisis independiente diario de los principales programas de noticias de la noche en CBS, NBC y ABC. Tyndall señala que, en el año calendario 2015, estas cadenas de noticias produjeron más de 17 horas de información sobre la campaña presidencial, es decir, que la televisión nacional le dedicó a la campaña más de 1.000 minutos de su tiempo de aire. Donald Trump recibió 327 minutos de cobertura, o alrededor de un tercio de toda la cobertura de la campaña, mientras que Bernie Sanders recibió apenas 20 minutos. Por su parte, Hillary Clinton obtuvo 121 minutos de cobertura, seis veces más que Sanders. En un ejemplo sorprendente de cobertura desigual, el programa “ABC World News Tonight” transmitió 81 minutos de noticias sobre Donald Trump, frente a apenas 20 segundos de noticias sobre Bernie Sanders.

Los canales de televisión comerciales tienen también un conflicto de interés inherente. Las campañas de los partidos y los súper PAC gastan cientos de millones de dólares en comprar tiempo publicitario en la televisión para promover a un candidato o tema. Cuanta más información sobre la campaña transmitan las cadenas, menos necesidad sentirán los candidatos de comprar tiempo de publicidad para informar a sus posibles seguidores acerca de sus posiciones. Dado que la televisión sigue siendo la principal fuente de noticias para la mayoría de los estadounidenses, este conflicto de interés representa un gran obstáculo para mantener una población bien informada.

Las elecciones primarias determinan cuáles serán los candidatos de los dos principales partidos. Dejemos de lado, por ahora, que la inexistente cobertura sobre terceros partidos garantiza que sus candidatos, ya sean del Partido Verde o Libertario, por ejemplo, no tengan ninguna injerencia en las elecciones nacionales. La participación en las elecciones primarias de este año ha sido históricamente elevada, pero en términos absolutos, lamentablemente baja. El Pew Research Center informa que, en las 12 primeras elecciones primarias de este año, un 17,3% de electores votó en las elecciones del partido Republicano, frente a un 11,7% de personas que votó en las primarias del partido Demócrata. Según Pew, estas son cifras históricamente elevadas, sin contar las elecciones de 2008, pero extremadamente bajas: más del 82% de los republicanos y más del 88% de los demócratas no votó.

Sin duda, los nuevos impedimentos al voto, como los requisitos de formas específicas de identificación con fotografía, disminuyen la participación. Algunas personas sostienen que gran parte de la nueva legislación electoral fue diseñada específicamente para desalentar la participación de la población pobre y de las minorías étnicas de color en el proceso electoral, y favorecer, de este modo, a los candidatos republicanos. En un gran acto de campaña realizado el martes por la noche en Miami, y antes de enterarse de su victoria en Michigan, Sanders dijo: “Siempre nos va bien cuando la participación de los votantes es elevada, y nos va mal cuando menos gente acude a votar”.

Las cadenas de televisión suelen tener la política de no revelar los datos de las encuestas a boca de urna hasta que se cierra la votación, a fin de no desalentar a los votantes de participar. Las encuestas a boca de urna pueden indicar que un candidato tiene pocos votos o lleva una gran ventaja, y la gente puede sentir que su voto no cambiará el resultado. Se debe extender esta política a todo el proceso electoral.

Necesitamos un enérgico debate en el país acerca de la guerra y la paz, acerca de la creciente desigualdad entre los ricos y el resto de la población, sobre la inmigración, la educación, el encarcelamiento masivo, el racismo y muchos temas más. Y necesitamos un electorado comprometido, darle el poder a cada ciudadano a través de la información y la capacidad de voto. Es lo mínimo que exige la democracia.

© 2016 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman
es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: http://www.democracynow.org/es/2016/3/11/y_si_en_las_elecciones_se

viernes, 31 de julio de 2015

TORTURA E IMPUNIDAD EN LA ASOCIACIÓN ESTADOUNIDENSE DE PSICOLOGÍA




Amy Goodman y Denis Moynihan

Ha pasado más de un año desde que el Presidente Barack Obama reconoció que “inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre hicimos cosas equivocadas. Hicimos muchas cosas bien, pero torturamos a algunas personas”. El gobierno del predecesor de Obama, el Presidente George W. Bush, diseñó cuidadosamente los fundamentos jurídicos para permitir lo que denominó “técnicas mejoradas de interrogatorio”, que no es más que un eufemismo para referirse a la tortura. Del complejo carcelario de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo a los calabozos de Abu Ghraib en Irak y la base aérea de Bagram en Afganistán, cientos, quizá miles de personas fueron sometidas a tortura en nombre de la “Guerra contra el terrorismo”. A excepción de algunos soldados raso en Abu Ghraib, ninguna persona ha sido responsabilizada de esto. La única persona de jerarquía enviada a prisión por el programa de torturas fue John Kiriakou, no por haber practicado la tortura, sino por haberla denunciado como informante.

La apariencia legal con la que se cometieron estos actos atroces se fundó en gran medida en la cooperación de psicólogos profesionales que capacitaron y asesoraron a los interrogadores y supervisaron el proceso de “quebrar” de los prisioneros. Esta cooperación, a su vez, requirió la aprobación oficial de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), la mayor organización de psicólogos profesionales del mundo. En 2006, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría junto con la Asociación Estadounidense de Medicina prohibieron que sus miembros participaran en interrogatorios militares. No así la APA.

Este mes, la APA publicó un sorprendente informe independiente que confirma lo que denunciantes y psicólogos disidentes han sostenido durante casi diez años: que la APA conspiró con el Departamento de Defensa de Estados Unidos y la CIA para manipular las políticas, reuniones y a los miembros de la asociación para lograr que la APA aprobara el programa de tortura del Pentágono. La junta directiva de la asociación encargó el año pasado la realización de una investigación independiente al ex fiscal federal adjunto David Hoffman. El informe de 542 páginas, conocido como “El informe Hoffman”, desmiente lo que la APA había afirmado en varias oportunidades: que ninguno de sus 130.000 miembros había sido cómplice de tortura.

Uno de los psicólogos disidentes es Stephen Soldz, catedrático de la Facultad de Psicoanálisis de Boston y cofundador de la Coalición por una Psicología Ética. “Desde al menos 2005 ha habido un gran debate en la asociación y entre colegas de la profesión acerca de la participación de psicólogos en los interrogatorios de seguridad nacional y en la práctica de la tortura", dijo Soldz en Democracy Now! tras la publicación del informe. Soldz añadió: "La asociación lo ha negado. El informe dice que la asociación se equivocó, los denominados disidentes, los críticos teníamos razón. El informe concluye fundamentalmente que hubo una conspiración que duró varios años entre los líderes de la asociación y representantes de agencias de inteligencia del Gobierno de Bush: el Departamento de Defensa y la CIA”.

El informe Hoffman investiga las prácticas de un grupo de trabajo clave creado por la APA, el Grupo Presidencial de Trabajo sobre Ética Psicológica y Seguridad Nacional, también conocida como Grupo de Trabajo PENS. El grupo fue creado en 2005 y, en teoría, debía reunirse para establecer las normas éticas para los psicólogos que supervisaban los interrogatorios. Después de solo dos días y medio de deliberaciones, el grupo concluyó que los psicólogos estaban desempeñando un “papel valioso y ético” en su colaboración con las fuerzas armadas. El grupo PENS alentó a la APA “a garantizar que las actividades de los psicólogos relacionadas con la seguridad nacional son seguras, legales, éticas y eficaces”. Posteriormente se reveló que seis de los nueve miembros del grupo con derecho a voto eran funcionarios militares o de agencias de inteligencia con vínculos directos con los interrogatorios llevados a cabo en Guantánamo y otros lugares.

Jean María Arrigo, miembro del Grupo de Trabajo PENS afirmó en Democracy Now!: “Valoro que me diga que me invitaron para participar. En realidad, me nombraron para engañarme”. Arrigo fue la primera persona que denunció al grupo de trabajo como una legitimación de la tortura. Arrigo añadió: “La manipulación comenzó desde el principio. Por ejemplo, me sentaban, no aleatoriamente ni por elección propia, entre Morgan Banks, director del Equipo de Asesoramiento en Ciencias del Comportamiento (BSCT) y el ahora presidente de la APA, Barry Anton, que era entonces el vínculo entre la junta directiva de la APA y el grupo de trabajo”. Arrigo explicó que el grupo de trabajo era básicamente dirigido por psicólogos del Pentágono, algunos de ellos incluso vestidos de uniforme. A pesar de que se le pidió que no tomara notas, igualmente lo hizo y desde entonces creó los archivos del Grupo de Trabajo PENS en la Universidad de Colorado, Boulder. A Arrigo se le mintió sobre el proceso deliberativo del grupo PENS al sugerirle que en reuniones futuras abordarían sus preocupaciones acerca de la tortura.

El informe Hoffman está teniendo fuertes repercusiones en la APA. El director de la Oficina de Ética de la APA, Stephen Behnke, considerado el “jefe” de la conspiración entre la APA, el Pentágono y la CIA, ha sido destituido. Además, esta semana se jubilaron sorpresivamente el director ejecutivo de la APA, el Dr. Norman Anderson; el subdirector ejecutivo, el Dr. Michael Honaker; y la jefa de comunicaciones, Rhea Farberman.

Cuando le pregunté a Stephen Soldz si se deberían presentar acusaciones formales, respondió: “Se demostró que estas personas y las demás estuvieron muy involucradas en la conspiración. Trabajaban con Behnke, eran informadas de lo que Behnke hacía, lo ayudaron, ayudaron a seleccionar a los miembros del grupo de trabajo PENS, trabajaron en las políticas y socavaron sistemáticamente la voluntad de los miembros. Debería haber una investigación judicial”. Soldz está instando a que el FBI y el Departamento de Justicia inicien una investigación. Mientras tanto, Stephen Behnke, el director de ética de la APA que fue destituido esta semana, ha contratado como abogado al ex director del FBI Louis Freeh.

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur

Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps
Edición: María Eva Blotta y Democracy Now!
de: Democracy Now! en Español - Columna de Amy Goodman
fecha: 17 de julio de 2015, 18:13
asunto: Tortura e impunidad en la Asociación Estadounidense de Psicología