(03 de febrero de 2022)
Por Miguel Ángel Aragón
Cuando un movimiento democrático del pueblo participa en la lucha político electoral, hay dos posibles resultados:
O pierde las elecciones, como casi siempre, y por lo tanto el movimiento democrático del pueblo tiene que continuar luchando como OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA.
O, por el contrario, el movimiento democrático del pueblo gana las elecciones, como casi nunca ocurre. Entonces, el movimiento democrático del pueblo tiene que continuar luchando, pero desde el gobierno, tiene que APRENDER A GOBERNAR.
Seis meses es un periodo muy corto para APRENDER A GOBERNAR. En el Perú actual, ningún movimiento democrático del pueblo está preparado para gobernar (por más “socialista revolucionario” que se declare).
Desde 1930 nos hemos acostumbrado a casi siempre ser oposición, y por lo general “oposición protestataria” y mendicante. Nos da miedo gobernar, porque más fácil nos resulta PROTESTAR.
Claro que gobernar en las condiciones actuales, NO ES NADA FÁCIL. ¿Y quién ha dicho que esta gestión iba a ser fácil?
La sociedad peruana continúa siendo una “sociedad capitalista semifeudal y semicolonial”, no ha cambiado.
El estado peruano continúa siendo un “estado feudal burgués”, no ha cambiado.
El pueblo peruano continúa siendo un “pueblo trabajador y explotado”, no ha cambiado.
Y lo más importante, el pueblo peruano CONTINÚA LUCHANDO, tampoco ha cambiado.
Aparentemente “todo continua igual”. Pero esa es solo la apariencia. La realidad presente es otra.
Actualmente hay un GOBIERNO DEMOCRÁTICO BURGUÉS (2021-2026) dentro de un ESTADO FEUDAL BURGUÉS. Este es un cambio muy importante.
Esta es la nueva contradicción que tenemos que analizar (“quien no ha investigado, no tiene derecho a opinar”).
Esta es la nueva contradicción que tenemos que resolver, este no es un problema “teorético” para genios. Por el contrario, es un problema eminentemente práctico, solo lo puede resolver la acción práctica de las masas. Felizmente, tenemos tiempo de sobra para resolver la nueva contradicción, tenemos tiempo hasta julio de 2026, y felizmente, tenemos la guía del pensamiento de Mariátegui.
¿Nos atreveremos a resolver esta nueva contradicción?
O tal vez, preferimos saltar por la borda, huyendo cobardemente.
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