En
Quebrada del Yuro fue capturado junto al Che Guevara y el combatiente boliviano
Simón Cuba “Willi” y pasado por las armas el 8 de octubre de 1967.
Juan Pablo Chang Navarro
(1930 -1967)
Una
biografía de nuestro tiempo
Hilda
Tísoc Lindley (1)
Juan Pablo Chang Navarro
(1930-1967), fue un político comunista peruano, participante de las guerrillas
de Perú y Bolivia en los
años sesenta.
Juan Pablo Chang
nació en la ciudad de Lima, capital del Perú, en 1930, el mismo año en
que el movimiento popular entró en una importante fase ascendente de sus luchas
reivindicativas y políticas; año en que llegó a su fin el “oncenio” del
dictador Augusto B. Leguía y en que falleció José Carlos Mariátegui, fundador
del Partido Comunista Peruano y ejemplo de vida fecunda y militante para los
revolucionarios de nuestra América Latina.
El hogar en el que pasó su niñez y adolescencia
era, en el aspecto material y espiritual, similar al de cualquier familia de la
pequeña burguesía citadina, salvo el hecho de la presencia de la
tradición china, por parte de su padre, Juan Pablo Chang Navarro, quien caso
con Dionisia Lévano, su madre, al poco tiempo de radicar en el Perú.
Muchas familias china-peruanas como las Chang, en
lo que va de este siglo, se han incorporado a la vida y a los requerimientos
políticos del pueblo peruano. En ese sentido, Juan Pablo Chang no hizo más que
adherir, con su vida, al legado histórico de otros notables descendientes chinos
muy estimados por nuestro pueblo. Tal es
el caso del destacado sindicalista obrero Adalberto Fon –Ken y a Pedro Zu-Len,
defensor inveterado de los campesinos indígenas, frente a la explotación y
opresión terrateniente e imperialista.
En la segunda mitad de los años treinta, hizo sus
estudios primarios en una escuela limeña. Los estudios secundarios los realizó en la
gran unidad escolar “Alfonso Ugarte” de Lima. En 1945, en plena campaña del Frente
Democrático Nacional que lanzó la candidatura del Dr. Luis Bustamante y Rivero,
contactó con la Juventud Aprista y se vertebró a sus filas. Los últimos años de secundaria, los cursó
combinando los estudios con la labor de propaganda política.
Su certificado del 5to.de secundaria (1947), da
algunos elementos sobre su calidad de alumno avanzado. Sus calificaciones más altas fueron en
Historia del Perú y Economía Política, lo que sin lugar a dudas, influyó en su
ulterior elección universitaria y política.
En cambio, en las asignaturas de Educación Básica e Instrucción
Pre-Militar, obtuvo los calificativos más bajos, lo que reafirman los
testimonios de amigos y familiares sobre sus carencias físicas, compensadas
largamente por sus virtudes políticas, tempranamente manifiestas en sus años de
militancia aprista.
En 1948, ingresó a la Facultad de Letras de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y participó activamente en las
asambleas y manifestaciones políticas de los universitarios. El régimen
demoliberal de Bustamante y Rivero, había entrado en rápida y franca
descomposición. El APRA, otra principal fuerza del Frente Democrático Nacional,
que había lanzado la candidatura de Bustamante, preparaba su relevo por la vía
militar.
Las vacilaciones y claudicaciones de la dirección
del APRA frente a las audaces acciones de los comandos apristas que se
inmolaron en El Callao, Lima y otras provincias del interior, frustraron
su acceso el gobierno con la instauración de la dictadura militar del general
Manuel A, Odría, el 2 de octubre de 1948, desencadenándose ocho años de
persecuciones a militantes apristas, comunistas y dirigentes sindicales y
populares.
El exilio del líder
aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, en la embajada de Colombia, presidido de
purgas de los cuadros insurrectos, condujeron a que un fuerte contingente de
militantes se sintieran traicionados por la propia dirección del Partido, y
salieron de sus filas; entre ellos se encontró Juan Pablo Chang. En condiciones muy difíciles de perseguido
político, dio su examen de admisión para ingresar a la Facultad de Letras en la
vieja casona sanmarquina, del Parque Universitario. Su primer año fue irregular dadas las
circunstancias políticas. La asignatura
de Historia de la Cultura logro su mejor calificación (15). La historia nuevamente aparecía como una
materia de significación extra académica, máxime, porque él mismo empezaba a
tomar conciencia de ser uno de sus anónimos protagonistas. Fue encarcelado, durante dos años en la
isla-prisión de El Frontón, frente al puerto de El Callao. Las condiciones
insalubres de esta prisión, pudo soportarlas estoicamente, a base de
autoeducación y debate de las tendencias ideológicas y políticas
contemporáneas, así como sobre los problemas del Perú. Entraba así en la fase
de ajuste de cuentas con el aprismo y de aproximación al marxismo.
Recordando
su valía como estudiantes de la generación universitaria de 1948, Pablo Macera
dice: Juan Pablo Chang nos llevaba a todos nosotros, entre otras, una gran
ventaja intelectual y de todos los que entonces conocí que estudiaban en San
Marcos, era el que daba una mayor impresión de bondad…
Al
concluir sus años de prisión en el penal de El Frontón, fue deportado a la
Argentina, gobernada entonces por el general Domingo Perón. Sin pérdida de tiempo,
Juan Pablo se inscribió en la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos
Aires y se vertebró al movimiento estudiantil y revolucionario de ese
país. La lucha contra el peronismo
motivaría un segundo momento en su proceso al aprismo, en su versión argentina,
saliendo deportado a Bolivia. La Junta
Militar de Bolivia, presidida por el general H. Ballivian Rojas, decidió
entregarlo a su símil del Perú. Al
ingresar a territorio peruano, Juan Pablo, haciendo gala de ingenio y
habilidad, logro burlar la vigilancia policíaca y se “esfumó”; ingresó
clandestinamente por Puno y se quedó a residir varios meses en el Cuzco, donde
procuró conservar el anonimato. La
policía inicio su búsqueda en el sur y la capital del país, pero no logró
ubicarlo.
En
el Cuzco, Juan Pablo asistió a algunos cursos que se impartían en la Facultad
de Letras de la Universidad San Antonio Abad. Sus intervenciones polémicas en el aula y en
el medio universitario, atraen la atención de la policía, fue detenido y
trasladado a Lima. Permanece en prisión
hasta mayo de 1953 en la cual se entera del triunfo de la revolución boliviana.
En la primera quincena de junio, sale al destierro, esta vez a México. Por entonces contaba con 23 años de edad y
cuatro deportaciones. En tierras aztecas,
se instalo en el Distrito Federal. Vivió
en un cuarto de estudiante de la calle de Hamburgo num.77, de la colonia Juárez
y el 31 de julio se inscribió en la Escuela Nacional de Antropología e
Historia, como alumno de Antropología Social, donde cursó dos semestres.
En
el Distrito Federal se vincula al grupo comunista exiliado, al cual se unían
otros revolucionarios latinoamericanos, como Jorge Turner (panameño), los
hermanos Machado (venezolanos) etc. Entre los comunistas peruanos, destacaba la
figura de Genaro Carnero Checa, los poetas Juan Gonzalo Rose y Gustavo
Valcárcel, este último también procedente de las filas del aprismo. También
participaban, Luis de la Puente Uceda y Manuel Scorza.
En
la Escuela Nacional de Antropología e Historia, cursó dos semestres académicos
entre julio de 1953 y fines de 1954, en que el régimen del entonces presidente,
Adolfo Ruiz Cortinez, decidió expulsarlo del país.
Desde
que Juan llegó a México, participó en diversos actos políticos y de
masas, con los exiliados latinoamericanos y los compatriotas deportados. La
campaña anticomunista en Latinoamérica, amparada por las dictaduras militares
que cambiaban en el continente. El
derrocamiento de Jacobo Arbenz por el golpe militar de Castillo Armas en
Guatemala, son el tema de reflexión y denuncia de Juan Pablo y la comunidad
latinoamericana exiliada en México.
A
fines de 1954, a raíz de la visita del presidente Eisenhower a México, ante el
temor del gobierno de que sufriera un atentado, los exiliados latinoamericanos
fueron confinados a la cárcel de Bucarelli. Una delegación estudiantil, de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, compuesta por Irene Valencia, colombiana y
compañera de Juan Pablo y Cesar Huerta, de nacionalidad panameña, demandaron
infructuosamente, su libertad.
El
abultado “curriculum” de este joven militante que les mostró la autoridad
determinó que la Secretaría de Gobernación lo deportara, esta vez, a Francia,
frustrando una vez más sus estudios universitarios.
Las
fronteras de América Latina, las que descubrió bajo el fraseario bolivariano
del aprismo, se le cerraron. Le quedaba
Europa y desde allá, la búsqueda del retorno y la revolución.
En
1955, llegó a Francia, y rápidamente contactó con exiliados de diversas partes
del mundo, principalmente latinoamericanos y africanos, con quienes fortalece
sus vínculos de probado internacionalista. En París conoce a Guillermo Lobatón, dirigente
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en las guerrillas del 65. Entre los africanos, mantuvo estrechos lazos
con Marcelino Dos Santos, dirigente del Frente de Liberación de Mozambique
(FRELIMO) y más tarde, tras lograr su independencia, vicepresidente de dicha
república. Sus ansias de saber, de poner
la academia al servicio de la vida, de la política, lo llevaron a inscribirse
como alumno de Psicología, en la Sorbona.
Su
vida en la capital intelectual europea, le permitió conocer de cerca la
experiencia de las guerrillas argelinas que lucharon contra el colonialismo
francés, a pesar de lo exiguo de sus fuerzas. En mayo de 1955, junto con los exiliados
africanos y latinoamericanos, celebró la constitución del Frente de Liberación
Nacional (FLN), que definió el camino en la lucha por la liberación del pueblo
argelino. Frente a ello, el Partido
Comunista Francés, levantaba las banderas del chauvinismo francés de gran
potencia: el FLN, acusaba al Partido
Comunista de Argelia por su renuncia a la lucha armada y de comportarse igual
que su símil francés. Esta experiencia marca profundamente a Juan Pablo, que
pocos años más tarde se reafirma en el caso de la revolución cubana y se
expresará en el seno del Partido Comunista Peruano, del cual es militante.
En
1956 el régimen dictatorial de MANUEL A. ODRIA llegó a su fin. Ante la
oposición y el descontento popular, se ve forzado previamente a dar una
amnistía, a dejar el mando y convocar a elecciones generales para la
presidencia de la república. Juan
Pablo se acogió a la amnistía y retornó al Perú, se volvió a matricular en la
Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos y ejerció funciones
partidarias, de organización y dirección en el seno del Frente Estudiantil
Revolucionario (FER).
Para
esas fechas, Richard Nixon visitó América del Sur; en el Perú, decidió
visitar la casona de la Universidad de San Marcos, pero su intento es
frustrado, por la bienvenida que le prepararon los lideres universitarios Juan
Pablo Chang, Mario Chiappe y Max Hernández: huevos podridos, “pollos” y pedrea general a
la comitiva del tío Sam.
El
“Chino” fue encarcelado, al igual que otros estudiantes, en la colonia
penal de El Sepa, en el corazón de la selva peruana. Al obtener la libertad, se
dedicó al periodismo en la agencias France
Press y Ansa y a la labor sindical, la que le cuesta dos prisiones
más; pero el “Chino”, tiene una vigorosa voluntad y tenacidad para la lucha, su
convicción pesa más que cualquier “accidente” de trabajo, en el camino de la
vida revolucionaria. Callado y bondadoso pero luchador como ninguno, es el
recuerdo de quienes conocieron a Juan Pablo.
En
febrero de 1956, se inició una lucha en el seno del Partido Comunista Peruano,
contra el oportunismo de derecha, liderado por Jorge del Prado. Contra esas posiciones de derecha se alineó
Juan Pablo Chang. En el transcurso de esta lucha interna, se reivindicó la
lucha armada, frente al “cretinismo parlamentario” que quería resucitar, al
amparo de la candidatura del oligarca Manuel Prado, las prebendas
conseguidas en su primer gobierno (1939-45), del que por esos años llamaron el
“Stalin peruano”. También se reivindicó
el leninismo frente a sus tergiversaciones.
La camarilla de del Prado logró maniobrar con
habilidad y resolvió el diferendo ideo político “orgánicamente” en el XI pleno
del Comité Central, en septiembre de 1957, con la expulsión de Virgilio Roel,
Héctor Béjar, Hugo Blanco, quienes se constituyeron en fracción, a través de
periódicos como el “PERÚ POPULAR” y “EL MILITANTE“. En el año 1959, en XV Congreso Departamental
de Lima, se formó el Comité Leninista, organización a la que adhirió Juan Pablo
Chang. En un manifiesto declararon:
la formación del
COMITÉ CENTRAL PROVISIONAL (Leninista) no constituye la fundación de un nuevo
Partido Comunista. Significa la separación orgánica de la tendencia
revolucionaria, de la tendencia oportunista de derecha, única salida para
superar la crisis ideológica, política y orgánica, del partido comunista
peruano. (2)
Posteriormente,
este Comité Leninista se dispersó, algunos regresaron a las filas del Partido
Comunista Peruano, previa “autocrítica” de sus posturas izquierdistas, otros
sectores se vertebraron a nuevas agrupaciones políticas, como APUIR, Movimiento
Túpac Amaru, FIR, ELN. Por último, los menos, quedaron fuera de la escena
política peruana.
De
la experiencia de la Revolución Cubana y sus precedentes, la Revolución China y
más propiamente la Revolución Argelina, Juan Pablo Chang consideró necesario
asimilar la formación de un frente revolucionario que aglutinase a todos los
núcleos dispersos de la izquierda, que fueron susceptibles de ser unidos, en la
perspectiva de que irrumpieran por el camino de la construcción de un
movimiento de masas, que fuera la fuente y el respaldo a la lucha armada
revolucionaria. En esta dirección en
1961, promovió la construcción de la “Asociación para la Unificación de la
Izquierda Revolucionaria” (APUIR), proyecto que fue duramente atacado por la
dirección reformista de Jorge del Prado.
Posteriormente,
un año después, aparece la primera respuesta política de tipo programático, bajo
una nueva denominación, la del Frente de Izquierda Revolucionaria (FIR), de la
cual Juan Pablo fue principal animador. Sus objetivos fueron:
Apoyo incondicional
a la ocupación de tierras; reorganización de la CTP y lucha por un pliego único
de reivindicaciones; amnistía para todos los presos y perseguidos políticos y
sociales; defensa incondicional de la Revolución Cubana; confiscación de todos
los latifundios y distribución gratuita de la tierra a los campesinos:
nacionalización de las empresas imperialistas; reforma y gobierno de los
trabajadores.
(3)
Estos
puntos que centraron como problema primario del Perú la cuestión campesina
agraria, fueron un intento de rectificación de las tesis obreristas y de
voluntarismo pequeño burgués, que hegemonizaron entre los años 1956 y 1961, en
el seno de las corrientes antirreformistas. Este viraje se dio bajo influjo de la
experiencia de la Revolución China, pero principalmente bajo empuje y ascenso
de las acciones del campesinado peruano de la sierra central con el cual se
entrelazaban solidariamente, las fuerzas del Frente Revolucionario del Cuzco,
el POR dirigido por Hugo Blanco; el comité Leninista del Cuzco, bajo conducción
de Luis Zapata Bodero; una fracción de la Juventud Comunista Peruana. y algunos
miembros del APRA rebelde (MIR). El FIR fue penetrado por las corrientes
trorskistas, lo cual fue facilitado por la no presencia del PCP y la debilidad
ideopolítica de otras corrientes revolucionarias y reformistas. En Lima, se aproximaron al FIR el Partido
Socialista de Luciano Castillo, los Social progresistas y otros núcleos
menores.
El
FIR, terminó por decantarse y fracasar como proyecto político y unitario y
quedó bajo dirección de Hugo Blanco, adherido a la fracción trotskista de
Manuel Moreno. Algunas de sus anteriores
fuerzas, se aglutinaron en un organismo electoral denominado Frente de
Liberación Nacional (FLN), con participación del PCP, en la campaña electoral
de 1962–1963. Otros cayeron en el
voluntarismo pequeño burgués de corte foquista, como el caso del EJERCITO DE
LIBERACION NACIONAL (ELN), al cual se incorporó Juan Pablo Chang en 1964. Para
entonces, ya se había inmolado el poeta Javier Heraud y otros combatientes del
ELN, que fueron emboscados en las selvas de Madre de Dios antes de llegar a su
destino.
Respecto a este lamentable suceso, hay versiones
contradictorias. Unos sostienen que
fueron los terratenientes quienes avisaron a la policía de la zona de la
incursión de los comandos armados, procedentes de Bolivia. otros, sostienen que
fueron Holle y Monge, dirigentes del Partido Comunista de Bolivia, quienes
pasaron la información al Ministerio de Gobierno y Policía del Perú, vía la
Embajada Peruana en La Paz, a fin de descartar la vía armada como el camino
para la revolución. Ello explicaría el
por qué los sobrevivientes del ELN que se replegaron en Bolivia, evitaron todo
contacto con el partido comunista boliviano.(4) La falta de
documentación impide esclarecer estos acontecimientos, lo que sí se puede
señalar es que la columna guerrillera de Heraud no podía haber alterado el
ulterior curso de los acontecimientos político-militares de 1965-1967.
Poco
tiempo después, en 1965, a Juan Pablo se le vio acudir a las polémicas entre
apristas y feristas para las elecciones de la Federación Universitaria de San
Marcos y revolucionaria. Luego viajo a Europa. Se sabe de una corta estancia en
Checoslovaquia y de su entrenamiento militar en Cuba, al lado del Che Guevara.
Del
3 al 15 de enero de 1966, participó como delegado del ELN en la Conferencia
Tricontinental de La Habana, en la que se constituyó la Organización de
Solidaridad de los Pueblos de África, Asia a y América Latina (OSPAAAL) que
tuvo como sede la ciudad de La Habana.
El
16 de enero de 1966, Juan Pablo asiste a la reunión preparatoria de 27
delegaciones para la constitución de la Organización Latinoamericana de
Solidaridad (OLAS), que decide celebrar su I Conferencia en agosto de 1967.
Entre los meses de julio y septiembre de 1966 se
adiestra militarmente al lado del núcleo de voluntarios que comandó el Che
Guevara. En ese mismo periodo los peruanos José Cabrera Flores (“el negro”) y
Lucio Galván (“Eustaquio”) se encontraban ya en Ñancahuazú; ambos al igual que
Juan Pablo eran militantes del ELN. El
“Chino” no tardó en juntárseles; ya para fines de 1966 estaba encargado de la
comunicación con las fuerzas interiores en el Perú y de la responsabilidad
directa de coordinar allí la instalación de un nuevo frente, a punto de entrar
en acción, con el cual debía realizarse más tarde la reunión.(5)
A
fines de 1966 la guerrilla del ELN era derrotada y desarticulada en las
montañas de Ayacucho en el Perú. Héctor
Béjar (“Calixto”) en esa época el dirigente guerrillero cayó prisionero, poco
tiempo después colaboró con la dictadura militar. Pero estas noticias no desanimaron a Juan
Pablo, o en el mejor de los casos no supo evaluar (dada la información fragmentaria
que llegaba a Nañcahuazú) el descalabro del ELN en Perú, ya que no hay otra
manera de interpretar el texto redactado por el Che Guevara sobre una
conversación sostenida con el “Chino” el 2 de diciembre de 1966, en la que
relata:
temprano llegó el
Chino, muy efusivo. Nos pasamos el día charlando. Lo sustancial: irá a Cuba e
informará personalmente de la situación, dentro de dos meses podrán
incorporarse cinco peruanos, es decir, cuando hayamos comenzado a actuar; por
ahora vendrán dos, un técnico en radio y un médico que estarán algún tiempo con
nosotros. Pidió armas y accedí a darle una BZ, algunas máusers y granadas y
comprar M1 para ellos. También decidí darle apoyo para que enviaran cinco
peruanos a establecer enlace para pasar las armas para la región cercana a
Puno, del otro lado del Titicaca. Me contó de sus cuitas en el Perú, incluso un
audaz plan para liberar a Calixto que me parece un poco fantasioso, creo que
algunos sobrevivientes de la guerrilla están actuando en la zona, pero no lo
saben a ciencia cierta, pues no pudieron llegar hasta la zona.
Lo demás de la
conversación fue anecdótico. Se despidió con el mismo entusiasmo partiendo para
La Paz; lleva fotos nuestras…..(6)
Luego
en el núcleo combatiente del Che, a pesar de que otras eran sus funciones y
compromisos militares. En el inicio
prematuro de las acciones guerrilleras, se entregó de lleno a construir un
perfil de combatiente ejemplar; poco importan sus deficiencias físicas, su
miopía extrema y su delicada salud originada en las frecuentes prisiones y destierros
por adherir a un ideal; Juan Pablo es puesto como ejemplo por el Che ante la
guerrilla un 29 de junio de 1967, de cómo no desmayar, modelo de entusiasmo y
convicción. Juan Pablo es un modelo de
recia voluntad y espíritu de sacrificio. Siempre modesto, siempre sonriente,
jamás flaqueó. Fue fiel hasta la muerte
a sus convicciones revolucionarias e internacionalistas”.
Poco
importan las diferencias que nos separen en torno al camino de la revolución,
frente a su capacidad de entrega, a la vida nueva y al estudio. Pese a sus tropiezos errores y caídas, Juan
Pablo, camarada inmensamente humano es ejemplo de revolucionario del pueblo y
para el pueblo.
Notas:
[1]
Ateneo de Estudios Peruanos-Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH
), México, D.F., Cuicuilco, Noviembre De 1981
[2] Perú Popular:
enero de 1959
[3] “Revolución Peruana”, Lima 25 de septiembre de
1962
[4] Véase, carta abierta de Oscar Zamora al Primer
Ministro de Cuba, Fidel Castro. Bolivia, octubre de 1967
[5] Regis Debray la guerrilla del Che.
Fuente:
Pacarina
del Sur. Revista trimestral. Pensamiento
crítico latinoamericano.
Editor: Ricardo Melgar Bao.
Instituto Nacional de Antropología
e Historia. México.
---------oooOooo------
Hilda Tisoc Lindley
(Lima 1947 – México DF 2017)
NOTA.-
El presente texto se ha reproducido en Lima el 04 de febrero del 2017, al
conmemorarse un mes del sensible fallecimiento en la ciudad de México de Hilda
Tisoc Lindley.
(rengifoantonio@gmail.com)
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