miércoles, 1 de julio de 2015

UN MODELO DE CIUDAD PARA BOGOTÁ





Fuente de la imagen: www.elespectador.com
Martes, 30 Junio 2015.

La planeación, lejos de ser el resultado de un proceso organizado, participativo, incluyente, técnico y con proyección estratégica para las ciudades y la región, se ha convertido en un instrumento que garantiza intereses particulares y privados a través del viejo discurso desarrollista y sus distintas facetas contemporáneas.

Observatorio de Ciudad

La intención de realizar el conversatorio "¿Qué modelo de ciudad proponen los candidatos a la Alcadía de Bogotá 2016-2019?" con los candidatos y las candidatas a la Alcadía Mayor, sobre los asuntos relevantes para Bogotá, va más allá de la presentación de propuestas puntuales para llegar a debatir acerca del establecimiento de un modelo de ciudad y de cómo mantenerlo (o imponerlo). Por eso, quienes nos acercamos a estudiar las dinámicas urbanas reconocemos fácilmente que Bogotá (así como el resto del país) no cuenta con una propuesta estructurada en función de las necesidades territoriales, ambientales, sociales y culturales de quienes la habitamos. En especial, si se tiene en cuenta que la capital entra en relación directa y promueve una compleja red de relaciones, con los municipios cercanos y con las principales fuentes de producción a nivel nacional e internacional.

En Colombia la planeación no configura una propuesta favorable para los derechos ciudadanos, dificultando así la elaboración de un horizonte coherente para el ordenamiento territorial de las ciudades. Esta situación se expresa claramente en el Plan Nacional de Desarrollo, por ello es evidente que el territorio en este país se organiza a partir de intereses privados, tal como se percibe en cada artículo, norma, proyecto de ley y política pública generada. De esta manera la planeación, lejos de ser el resultado de un proceso organizado, participativo, incluyente, técnico y con proyección estratégica para las ciudades y la región, se convierte en un instrumento que garantiza intereses particulares a través del viejo discurso desarrollista y sus distintas facetas contemporáneas.

A este conversatorio, realizado el 28 de mayo de 2015, como a otros espacios académicos, llegan investigadores y personas interesadas en un tema específico, pero pocos se conocen entre sí y los grupos de planeación que existen están especializados o sin una incidencia en los procesos previos de consolidación de un plan urbano. Lo que da cuenta nuevamente de la ausencia de espacios de planeación colectiva que generen modelos urbanísticos complejos y diversos que respondan a las necesidades de los ciudadanos y las ciudadanas.

Ahora bien, esto también responde a un debate ideológico, como lo reconoció Rafael Pardo en una de sus intervenciones sobre el tema de vivienda. El ordenamiento territorial de una ciudad pasa por construir un plan estratégico que hasta ahora responde a los intereses de sólo algunos grupos sociales, políticos y económicos. Y el hecho de abrir el espacio de planeación a otros grupos de investigación o deconstrucción de la política urbana podría ampliar un debate muy importante y, al mismo tiempo, cambiar las orientaciones de las decisiones tomadas en la materia hasta el momento. Pero esta discusión no es exclusivamente ideológica. No se puede limitar el debate estableciendo una disputa por la ciudad entre la izquierda, el “centro” y la derecha. Se trata de la planeación organizada participativa de una ciudad. Incluso problematizando la construcción misma de un solo modelo de ciudad, se requiere la construcción de un enfoque participativo y al mismo tiempo complejo que responda a las necesidades diferenciadas de la población y del territorio sobre el que se construye.

Es entonces que, como Obervatorio de Ciudad, nos aproximamos a las temáticas que se trataron en el conversatorio con el fin de señalar algunos puntos de construcción de ciudad que consideramos relevantes para mantener la conversación:

- Generar espacios más amplios y colectivos de discusión entre grupos de investigación y planeación urbana, para profundizar el debate alrededor de un modelo de ciudad como lugar homogéneo, frente a la mirada de la ciudad como un sistema abierto y heterogéneo.

- La discusión del tema de ordenamiento territorial y protección ambiental se da a partir de supuestos comunes alrededor de la necesidad de proteger algunas zonas específicas o inamovibles. Y otras en las que se debe explorar las garantías de vida para las familias que habitan en esas zonas. Es importante definir la relación entre crecimiento urbano, densificación, protección ambiental y derecho a la vivienda.

- En cuanto al tema de seguridad se plantearon dos concepciones: por un lado, aquellos que demandan una Secretaría de Seguridad y a partir de allí establecer relaciones directas con la Policía, la Fiscalía y otros entes que regularían una convivencia a partir del castigo, la represión, en definitiva, un modelo punitivo. Y, por otro lado, quienes proponen un modelo de prevención e inversión social a través del aumento de dicha inversión y la reasignación de policías por cuadrantes.

- Los temas de ciudad no se deben discutir aisladamente, la planeación de la ciudad es integral, con propuestas concretas y desde la participación ciudadana. En varias de las preguntas y comentarios que recibimos la gente pide espacios de participación para discutir sobre temas importantes de la ciudad, como por ejemplo un modelo de Plan de Ordenamiento Territorial construido desde la participación en los barrios.

- A grandes rasgos se podría afirmar que en la capital existen dos grandes paradigmas respecto a la movilidad: uno, eminentemente individual, que promueve la adquisisción de vehículos para que cada ciudadano y cada ciudadana trate de solucionar la movilidad por su cuenta. Y otro, de corte colectivo, que dispone de flotas de transporte masivo para movilizar a millones de citadinos. Asimismo, no se puede obviar el fenómeno originado por los y las ciclistas, el cual requiere de mayor atención por medio de políticas públicas y normatividad clara. Modelo de movilidad alternativa que descongestiona y descontamina la ciudad. ¿No será el momento de desestimular la venta indiscrimanada de carros y motos particulares y más bien sumar esfuerzos para aumentar los controles que garanticen el funcionamiento eficiente de la flota de transporte público y su equipamiento (malla vial, estaciones, paraderos, etc.) para garantizar calidad y dignidad en el servicio? En este orden de ideas, ¿qué papel juega un metro y bajo qué principios debería operar?

A modo de conclusión debemos señalar que Bogotá y las ciudades en Colombia deben debatir bajo qué modelo de ciudad quieren consolidar o generar espacios permanentes para la construcción de un modelo de planeación que responda a las diversas necesidades y proyecciones que puede alcanzar. En el fondo del debate se encuentra también el modelo de desarrollo con el que se proyectan las ciudades colombianas. Bogotá tiene adicionalmente el reto de pensar un modelo para una ciudad de casi 10 millones de habitantes donde temas claves como movilidad, seguridad y ambiente están generando afectaciones en la calidad de vida de quienes la habitan. Hoy la disputa por Bogotá radica en hacer efectiva el derecho a la ciudad y en garantizar condiciones dignas de vida, así como la posibilidad de que seamos sus habitantes quienes la construyamos.



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