Adital
Editorial Acción Ecológica
Sábado,
22 de agosto 2015
Durante las movilizaciones la deuda ha sido un tema
permanente. Una deuda pública de más de 35 mil millones de dólares con efectos
que condicionan no sólo la economía nacional, sino sobre todo la explotación de
la naturaleza y los impactos a sus pueblos, a esto le llamamos la deuda
ecológica.
En las cifras de la deuda monetaria - la más alta de la historia del Ecuador - se cuentan los préstamos directos, la venta anticipada de riquezas naturales, y la usurpación del ahorro nacional; en las cifras de la deuda ecológica se cuentan las secuela de desechos, destrucción, enfermedad y el despojo de territorios que dejan los proyectos que han justificado parte de esa deuda.
El
endeudamiento, sobre todo el de la China está orientado principalmente a
proyectos hidroeléctricos, petroleros y mineros. Debido a acuerdos previos con
China, los proyectos se entregan a sus empresas bajo el régimen de excepción,
es decir sin mediar una convocatoria pública; y con una serie de ventajas como
la construcción directa, la compra de suministros y la contratación de mano de
obra de ese país.
A comienzos
de este mes el Ministro de Hidrocarburos informó que la estatal china Sinomach
estaría interesada en la construcción de la Refinería del Pacífico y ofrecía
concretar el financiamiento del 100% de la planta, que es su primera etapa,
demanda 10.500 millones de dólares
La Refinería
es un buen ejemplo para explicar cómo opera la deuda ecológica y cómo se
relaciona con la deuda externa y los intereses transnacionales. En la Refinería
del Pacífico el país ha invertido ya más de 1.200 millones de dólares, de los
cuales cerca de 500 millones se ha entregado a la empresa brasileña Odeberecht
– cuyo presidente está acusado de pagar millones de dólares en sobornos a
funcionarios de alto nivel en la empresa petrolera estatal Petrobras para
obtener lucrativos contratos de construcción. Esta empresa está encargada de la
preparación del terreno y la construcción del acueducto que llevará el agua
desde la represa La Esperanza hacia el proyecto. Los tubos para este acueducto
fueron importados de la China.
La
preparación del terreno ha significado la deforestación de más de 500
hectáreas, la mayoría de bosque seco tropical, así también se ha despojado de
sus tierras a las comunas campesinas ancestrales de la zona. Además se prevé
que el petróleo que se refinaría provendría de las nuevas áreas de explotación
en la Amazonía, incluidos los bloques del Parque Nacional Yasuní. Así también
se ha priorizado el agua de la represa La Esperanza para la Refinería cuando
ésta fue construida para proveer de agua potable a la población y riego a los
campesinos de la región. Todo esto acumulará una gigantesca deuda ecológica en
la Amazonia y en el litoral ecuatoriano.
En cuanto a
la minería, en marzo del 2012, el Gobierno firmó el primer contrato de minería a
gran escala en el Ecuador, que permite la explotación por 25 años del proyecto
Mirador - ubicado en la Cordillera del Cóndor, en la Provincia de Zamora
Chinchipe - a la empresa de origen chino Ecuacorriente SA (ECSA). China
financia tres de los cinco proyectos mineros denominados estratégicos,
adicionalmente a Mirador, mina de cobre, (USD 846 millones) están: San Carlos
Panantza (USD 1.222 millones), el proyecto Río Blanco con un yacimiento de oro,
en manos de la CHINA JUNFIELD (USD 120 millones).
El desarrollo
de estos proyectos implican el movimiento de enormes cantidades de tierra y
rocas, la destrucción del paisaje natural, el uso de sustancias químicas
tóxicas, la liberación de elementos peligrosos, el consumo intensivo de agua y
energía. Estos proyectos están enclavados en territorios de gran biodiversidad
y territorio ancestral de la nacionalidad Shuar, donde ya se experimenta
desplazamiento de la población. Debido a la conflictividad minera han ocurrido
la muerte de tres indígenas Shuar.
Entre las
demandas de la marcha se llama a detener la persecución de dirigentes de los
pueblos indígenas y defensores de la naturaleza y se pide "ratificar el
pleno compromiso para derrotar el modelo de economía capitalista, sustentada en
la explotación petrolera y minera implementado por este Gobierno. Y establecer
una economía comunitaria alternativa en coherencia con el Estado
Plurinacional.”
Es por esto
que también nos movilizamos en contra de la deuda externa y sus impactos
sociales y ambientales; y exigimos el reconocimiento y la reparación de la
deuda ecológica.
Fuente: accionecologica.org
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