Por Julio C. Gambina
Resumen Latinoamericano
LaHaine / 4 de agosto de 2015
El principal problema que intoxica al sistema mundial son las relaciones
sociales capitalistas y el ejercicio del poder mundial desde el principal
Estado capitalista: EEUU
En un mes, entre mediados de junio y julio cayó un 30% la valorización
bursátil en Shanghái, una de las ciudades emblemáticas de la expansión
económica de China, y en un año su deuda creció de manera exponencial.
Hasta ahora, solo se escuchaba hablar del crecimiento económico en
China, especialmente desde el inicio de la modernización de su modelo económico
desde 1978. Las llamadas tasas chinas, del 10% anual o más, así lo verificaban.
En el último tiempo se habló de desaceleración, con tasas del 7%, muy
superior a la evolución de cualquier economía nacional, de países
desarrollados, emergentes o atrasados. El interrogante es si bajo las nuevas
condiciones de crisis evidente esto seguirá así, e incluso afectará la tasa de
crecimiento y con ello al sistema mundial en una nueva espiral recesiva.
Vale el interrogante entre nosotros, por ser China uno de los
principales compradores de la Argentina y un nuevo proveedor de fondos por
inversiones externas o préstamos negados por el sistema mundial. Es una
situación bastante generalizada en la región latinoamericana y caribeña, por lo
que la situación se incluye en la agenda de preocupaciones de los gobiernos y
los pueblos en esta parte del mundo.
El éxito del modelo escondía que junto al crecimiento se consolidaban
todas las formas de las relaciones capitalistas, entre ellas el trabajo
asalariado estimulado por inversiones externas difundidas por las
transnacionales de todo tipo, sustentadas en el aliento del Estado.
Las relaciones capitalistas, el dinero, el Estado y la deuda
Ello suponía una inserción de China en la economía mundial, como gran
productor fabril y gestor de una fabulosa masa de dinero, usada principalmente
para sostener el déficit estadounidense, convirtiendo a China en el principal
acreedor del mayor Estado capitalista, de una deuda pública gigantesca, la más
grande del mundo.
Con esas relaciones de producción, distribución, cambio y consumo se
consolidó un tipo de desarrollo sustentado en la expansión del consumismo
interno y la exportación, favoreciendo el despliegue de un sistema de crédito e
inversión especulativa en mercados diversos, especialmente alentando la burbuja
inmobiliaria y el crédito personal y empresarial local.
La intervención estatal tuvo ese propósito, la de estimular la expansión
de las relaciones mercantiles y monetarias capitalistas.
Parecía que el gigante asiático, ascendiendo en el podio de la
producción y la economía mundial quedaba afuera de la crisis mundial del
capitalismo.
De hecho, China disputa la primacía de la producción mundial con EEUU y
algunos se anticipaban a predecir el surgimiento de una nueva potencia
hegemónica en el sistema mundial, replicando otras previas transiciones en la
historia del orden capitalista.
Parece que no, que la burbuja especulativa tiene ahora su trayecto en
China, con un Estado con capacidad de intervenir muy fuerte desde sus tenencias
por 4 billones de dólares de reservas internacionales. Es lo que genera
incertidumbre y expectativas de control de los desastrosos efectos de toda
crisis, especialmente entre los sectores más vulnerables.
El Estado estadounidense tiene para actuar sobre la crisis el poder del
monopolio de la emisión de dólares. China lo hace desde el poder de la tenencia
de activos globales, especialmente estadounidenses y el intento de hacer
circular su moneda por todo el mundo, por lo que generaliza acuerdos
sustentados en intercambios en monedas locales. El objetivo es la
mundialización del yuan, la moneda local de China.
Desde allí y el poder estatal sobre la propiedad de las principales
empresas y la gestión de ámbitos de la regulación de la política económica
puede intervenir para aletargar los efectos de la inevitable crisis.
Emisión como política anticrisis
Una crisis, que, reiteramos, es mundial y se hizo visible en 2007/2008
en Wall Street, el mercado inmobiliario, de valores y de toda la economía de
EEUU, transferida al sistema mundial, con escalas y acontecimientos visibles en
España, Europa, con Grecia en el centro de las noticias y la agenda actual.
En todos esos países el tema del endeudamiento es clave. Es un mecanismo
utilizado para posponer el problema de la crisis e intentar superarla.
EEUU necesita prácticamente todos los años la autorización parlamentaria
a los efectos de incrementar su deuda, que es del 100% de su PBI.
Al mismo tiempo, como esa deuda genera intereses que deben cancelarse,
el problema fiscal se constituye en problema estructural y año a año, así como
crece la deuda, se sostiene un déficit fiscal (mayores egresos que ingresos)
que se explica con emisión sin límite, forzando la posibilidad que tiene cada
Estado de imponer la circulación de su moneda.
En el caso de EEUU, el Estado obtuvo desde 1945 la prerrogativa de
imponer al mundo la circulación y dominación del dólar, aun con la crisis de la
convertibilidad de 1971.
Hoy amenaza con la suba de tasas que provoca la caída de las otras
monedas y los precios de las materias primas de exportación, generando
condiciones para imponer una salida a la crisis capitalista desde los intereses
nacionales de la dominación transnacional global. Pretende atrapar a los
capitales excedentes del sistema mundial en búsqueda de rentabilidad y
seguridad.
Para el caso griego, el Estado está limitado por los compromisos
impuestos por el euro-grupo, y el monopolio en la emisión del euro, que algunos
quisieron violentar sin éxito, sugiriendo emitir euros virtuales sostenidos
para la circulación en el interior de Grecia. Era parte de lo que se llama Plan
B en la situación griega e incluso para otros países atrapados en la lógica del
euro y la hegemonía ortodoxa de Alemania y su gobierno.
Algo así como los bonos provinciales de la crisis del 2001, las “cuasi
monedas” que favorecían el intercambio entre los habitantes de la Argentina,
más allá, claro, de quitas y restricciones de sectores privados a la
circulación de esos títulos públicos. Fue el mismo argumento usado en los
clubes del trueque, con el reconocimiento y validez que la propia sociedad
otorgaba a esos medios de pagos, los que también fueron objeto de especulación
y fraude. Fueron medios que desaparecieron con el tiempo, pero el Estado y la
Sociedad puede imponerlos, aun transitoriamente como medios de circulación y
pago.
La soberanía de los Estados nacionales está puesta en discusión por la
crisis actual y sus manifestaciones monetarias, que entre otros, se explica,
según CEPAL, como volatilidades monetarias para América Latina, con respuestas
coyunturales diferenciales entre los países, algunos devaluando sus monedas y
otros posponiendo las medidas con políticas diferenciadas, pero todos desde una
lógica de subordinación al dólar o a las monedas de aceptación en el mercado
capitalista mundial.
Crisis, hegemonía y alternativa
Por eso es que sostenemos desde hace tiempo que la crisis no es de
algunos países que se hacen visibles por ciertas dificultades, hoy Brasil,
Grecia o China, sino que el problema está en el capitalismo en su conjunto y
por eso, el principal problema que intoxica al sistema mundial son las
relaciones sociales capitalistas y el ejercicio del poder mundial desde el
principal Estado capitalista: EEUU, que ejerce con la fuerza del dólar, las
armas y la simbología del poder cultural la hegemonía mundial.
El problema es que sus recetas impregnan las instituciones que formulan
políticas con pretensión universal, la OMC, el FMI, el Banco Mundial, y con
ellos se difunden las recetas liberalizadoras en las cumbres y todo protocolo
de asistencia a países con problemas. Cuando no funcionan las recetas es
siempre responsabilidad de mal aplicación de los poderes locales, nunca del
sistema ideológico que promueve esas medidas.
Asumo la dificultad de romper la lógica de la receta del poder dominante
para superar la crisis y restablecer la normalidad de la valorización y la
acumulación. Ello supone superar el conjunto de valores culturales de la
sociedad capitalista, de un modelo de producción sustentado en la explotación y
el saqueo junto a una cultura de consumismo estimulado por las cuotas del
irresponsable endeudamiento inducido por el sistema financiero y las políticas
públicas del capitalismo contemporáneo.
Tenemos el desafío histórico de hacer realidad las propuestas
emancipadoras que sucumbieron ante el proyecto de dominación. Como siempre
decimos, parece una tarea gigantesca que se inicia desde el debate y la
construcción de una práctica social por orden social y cultural de cooperación,
solidaridad y pensando en la armonía del metabolismo social, lo que supone el
respeto a la reproducción de la naturaleza, o sea, la inclusión de la
reproducción de la humanidad, su hábitat la sociedad.
-.o0o.-
de: Resumen Latinoamericano <resumen@nodo50.org>
responder a: resumen@nodo50.org
fecha: 5 de agosto de 2015, 18:45
asunto: [Diariodeurgencia] ARGENTINA Victoria de la lucha de los
trabajadores Después de 41 días de conflicto (…)
lista de distribución: diariodeurgencia.listas.nodo50.org
enviado por: listas.nodo50.org
firmado por: nodo50.org
Mensaje importante principalmente por los integrantes de la conversación
-.o0o.-
Colectivo Perú Integral
11 de agosto de 2015
11 de agosto de 2015
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