martes, 20 de octubre de 2015

CUATRO CLAVES PARA LA COMUNICACIÓN POLÍTICA EN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES (2)



EL NUEVO HACEDOR DE LLUVIA (CLASE 2)

El partido político, el candidato, la campaña, el gobierno...todos deben ser esencialmente productores sistemáticos y permanentes de contenidos.

¿Qué contenidos?
 
Textos. Audios. Fotografías. Videos.
 
No en la campaña electoral sino antes, durante y después. Todo el tiempo, sin parar.
 
No contenidos de auto-elogio sino contenidos que informen, que eduquen, que entretengan, que cuenten historias, que emocionen y que inspiren.

En esta clase de 15 minutos vas a descubrir:
  • Cuánta cantidad de información consume el ciudadano promedio y qué implica para la comunicación política
  • Por qué murió el concepto central que refleja la serie Mad Men
  • Cuál es la tarea principal de los nuevos hacedores de lluvia
  • La imprescindible transformación de los partidos políticos en centros productores de contenidos

Transcripción de la Clase


Por Qué la Clave del Éxito Político no es el Marketing sino la Estrategia de Contenidos

Éste no es un tiempo de marketing político tradicional ni de publicidad electoral rutinaria.
 
Es un tiempo de creación de contenidos políticos.
 
El hacedor de lluvia es aquel que sabe cómo hacerlo.

El partido político, el candidato, la campaña, el gobierno…todos deben ser esencialmente productores sistemáticos y permanentes de contenidos.
 
¿Qué contenidos?
 
Textos. Audios. Fotografías. Videos.
 
No en la campaña electoral sino antes, durante y después. Todo el tiempo, sin parar.
 
No contenidos de auto-elogio sino contenidos que informen, que eduquen, que entretengan, que cuenten historias, que emocionen y que inspiren.

Soy Daniel Eskibel y ésto es El Nuevo Hacedor de Lluvia, curso de Introducción a mis Seminarios Online. Son 4 clases de Comunicación Política que cambiarán tu visión sobre las campañas políticas.

Comienzo la segunda clase muy agradecido con la cantidad y la calidad de comentarios, preguntas y observaciones que me han planteado sobre la primera clase de este curso. 

Todo ese material es de incalculable valor y me ayuda a diseñar propuestas educativas ajustadas a las necesidades reales.

Con respecto a la primera clase, hagamos una breve recapitulación para luego seguir adelante.

El Hacedor de Lluvia atraviesa el desierto

Hay una grieta, una distancia, un quiebre entre las campañas políticas y las personas a quienes van dirigidas. Esa ruptura tiene mucho que ver con una comunicación política antigua, seca, estéril.

Y esa grieta desemboca en otro tipo de sequía: faltan votos, falta entusiasmo y faltan recursos.

O sea que las campañas políticas resecan su comunicación y la gente a cambio reseca sus aportes, su entusiasmo y sus votos. Así de simple.

Este cuadro tan desértico es, sin embargo, también una oportunidad.
 
¿Oportunidad para qué?
 
Para que te des cuenta a tiempo y emprendas el camino para transformarte en un hacedor de lluvia.

¿Quién es el hacedor de lluvia?

Es la persona decisiva en las campañas políticas. Esa persona que aprende a mantener la calma, el rumbo y la estrategia. El que aprende a llevar el barco a buen puerto. El que aprende un nuevo marco mental para dirigir las campañas. El que aprende cómo comunicarse efectivamente con la gente en el contexto social de nuestro tiempo.

El hacedor de lluvia no es un mago.
 
Es un político o un profesional.
 
¿En qué se diferencia de otros políticos y profesionales? En que tiene la lucidez intelectual de darse cuenta que estamos en una época nueva de las campañas políticas, un tiempo donde ya no sirven las viejas recetas de siempre.
 
¿En qué más se diferencia? En que tiene el coraje de cambiar y de emprender nuevos caminos. Y en que tiene la inteligencia emocional para saber que es un desafío pero también una gran oportunidad.

Si esos que llamo hacedores de lluvia se multiplican por el mundo, entonces daremos un gran salto adelante desde la comunicación seca, vieja y gris hacia una nueva comunicación fresca y en sintonía con la gente. Si lo logramos, entonces habrá lluvia. De votos, de recursos, de entusiasmo, de apoyo, y también de diálogo y de soluciones.

¿Por qué me debes escuchar a mí en estos temas?
 
Pues supongo que porque es sobre lo que escribo desde hace tiempo, es sobre lo que enseño en varias universidades y en conferencias en distintos países, y es sobre lo que asesoro en campañas políticas locales y nacionales.

Son más de 10 años de práctica política, más de 20 años de consultoría y más de 30 años de docencia (muchos de ellos superpuestos entre sí, por supuesto). Y con todo lo aprendido en todos esos años estoy seguro que te puedo evitar los errores que yo mismo ya cometí alguna vez.

Hablemos de errores, pues. Errores que están en el núcleo mismo de nuestro cambio de época. Errores de comunicación política que ayudan a construir un nuevo tiempo si los sabemos superar. Errores que llevan ocultos los nuevos caminos.

La muerte de “Mad Men”

Supongo que has visto la serie Mad Men. Si no la viste te recomiendo que sea lo primero que hagas al terminar esta clase. Porque es una de las mejores series de la historia.
 
Porque es una maravilla en la recreación de época de los años 60 del siglo pasado.
 
Porque te presenta unos personajes extraordinarios con un guión muy inteligente.
 
Porque te instala en el mundo de las agencias publicitarias y la comunicación del siglo 20.
 
Y porque te permite reflexionar y aprender mucho.

Bien.
 
La noticia es que Mad Men ha muerto.
 
No porque haya finalizado el último capítulo de la última temporada.
 
Sino porque murió su concepto, su idea central, la forma de comunicar de su tiempo.

Yo también creí que una gran campaña publicitaria era el arma decisiva de las campañas políticas.
 
Ya sabes: creatividad, originalidad, impacto, persuasión.
 
Yo también lo creí. Y disfruté, y sigo disfrutando, de esos geniales spots televisivos que te hacen sonreir o hasta erizar la piel.

Pero no.
 
Sigo creyendo que una gran campaña publicitaria es importante. Muy importante.
 
Pero no es el arma decisiva.
 
No es el concepto central.
 
No es la clave.

¿Sabes por qué?
 
Porque ese concepto era válido para un público que tenía otra forma de sentir, pensar y actuar. Para un público que tenía otra vida, diferente a la de hoy.

Te voy a dar un dato que te va a sorprender. Está extraído de una investigación realizada en 2015 por científicos de la University of Southern California.

¿Sabes cuánta información consume un ciudadano promedio durante un día?
 
Si sumamos las unidades de información consumidas diariamente por una persona a través de la televisión, la radio, la computadora, las tablets y los smartphones…llegamos a una cifra de 74 gigabytes.

74 gigas de información por día.
 
¿Es mucho o es poco?
 
Piensa lo siguiente. En mi computadora tengo una buena cantidad de archivos que voy acumulando a lo largo de los años. Textos míos y ajenos. Libros enteros, muchos libros. También música. Siempre alguna película. Unos cuántos videos. Miles de fotos. Sería un tremendo, un gigantesco monto de información si quisiera consumir todos esos archivos en un solo día.
 
Y en mi caso son un total de 60 gigas.

Que un ciudadano promedio consuma 74 gigas diarios de información es más aún que si yo consumiera toda la información de mi computadora, toda, en un solo día.
 
Una locura, podríamos decir.
 
Una locura de información.
 
Un exceso, un bombardeo informativo sobre el pobre cerebro humano.

Ahí está la clave.
 
Un cerebro masivamente bombardeado por informaciones es un cerebro exhausto, desbordado, estresado.
 
Un cerebro saturado.
 
Y en un cerebro saturado no funciona ni siquiera la mejor campaña publicitaria. Porque esos spots televisivos simplemente se van a perder en la maraña de los 74 gigas diarios que consumimos.

Por eso murió Mad Men, o por lo menos lo que Mad Men signicaba en materia de estrategias de comunicación.
 
Y con la muerte de Mad Men cae también el marketing político tradicional, tan anclado como estaba en la publicidad televisiva.
 
Por eso tenemos que pensar en nuevos caminos.

El partido político como creador de contenidos

El hacedor de lluvia es aquel que entiende que este es un tiempo de creación de contenidos políticos. Y que sabe cómo hacerlo.
 
No es un tiempo de marketing ni de publicidad.
 
Sino de creación de contenidos políticos.

El partido político, el candidato, la campaña, el gobierno…todos deben ser esencialmente productores sistemáticos y permanentes de contenidos.
 
¿Qué contenidos?
 
Textos. Audios. Fotografías. Videos.
 
No en la campaña electoral sino antes, durante y después. Todo el tiempo, sin parar.
 
No contenidos de auto-elogio sino contenidos que informen, que eduquen, que entretengan, que cuenten historias y que inspiren.

Si vas a ser un hacedor de lluvia tu tarea de fondo será convertir organizaciones políticas, de gobierno y electorales en centros creadores de contenidos políticos.
 
Porque esa es la manera de llegar al alma, al corazón y a la mente de las personas de hoy. La publicidad tendrá su lugar de importancia, claro está. Pero el eje estará en los contenidos.

Ya ves que no se trata de un cambio cosmético y superficial sino de una transformación de fondo.
 
Y hay que aprender cómo hacerlo.

Aprender es complejo. A veces duro. Y siempre te reclama algún sacrificio.
 
Porque aprender es cambiar, es transformarse. No es repetir algunas frases memorizadas en un evento de fin de semana o leídas en una red social. Es más hondo. Te involucra más. Te compromete.

Un cambio de esta magnitud requiere que las personas y las organizaciones inviertan tiempo, dinero, esfuerzo e inteligencia.
 
No todos lo pueden hacer.
 
Y no todos lo quieren hacer.

Algunos dicen que ‘esas cosas no son aplicables en el contexto político de mi país’. Y señalan que su realidad es tan peculiar y distinta que nada puede funcionar allí.
 
Pues bien: se equivocan.
 
La psicología del ser humano es básicamente la misma. Siempre hay que ajustar las cosas en función de las culturas locales, por supuesto. Pero los modos esenciales de sentir, pensar y actuar atraviesan toda la humanidad.
 
En caso contrario ni siquiera podría existir la psicología ni como ciencia ni como práctica profesional…
 
Pero existe.

En la próxima clase te voy a poner un ejemplo concreto.
 
No te voy a hablar de las campañas de Obama porque me dirás que todo es más fácil con los mejores especialistas del mundo más un presupuesto de campaña de más de 1000 millones de dólares. No es tan así, pero doy por válida tu objeción.

Te voy a presentar un caso en América Latina, en una elección legislativa, con un candidato compitiendo en una circunscripción electoral de unos 100 mil votantes. Y te voy a explicar cómo desmontamos la antipatía hacia el candidato utilizando no el marketing tradicional sino una estrategia de contenidos.

Estoy seguro que a través de ese ejemplo vas a comenzar a comprender mejor cómo hacer estrategia de contenidos y cómo reducir las opiniones negativas hacia un político.


Nos encontramos en la próxima clase, la tercera de estas 4 clases del Curso El Nuevo Hacedor de Lluvia.

Hasta entonces.



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