Uno
PELIGROSO AUTOENGAÑO
Por: José Vicente Rangel | Lunes, 28/09/2015 10:28 AM
1 Sobre
los actos realizados por la oposición el sábado 19 de este mes en Caracas y
ciudades del interior, conviene reflexionar. Tanto a la oposición como al
chavismo. Porque un análisis sesgado de lo sucedido puede dar pie a un
peligroso autoengaño. Me explico, si la oposición considera que lo que ocurrió
ese día es un éxito, está incurriendo en un grave error. Lo mismo pasa con el
chavismo: si de la escasa concurrencia de la oposición deduce su derrota
electoral, incurre en una ligereza. La percepción que se tenga del intento
opositor por retomar la calle, cuenta para evaluar las posibilidades futuras de
cada sector en las parlamentarias del 6-D.
2 Si la
manifestación opositora, convocada con todos los hierros -incluida la
motivación de protestar la decisión judicial contra López-, se la juzga por la
asistencia, el resultado no pudo ser más decepcionante para la MUD, Voluntad
Popular y El Nacional que se la jugó a fondo. Fue un evento que repitió, en
mayor escala -dado el énfasis y recursos empleados para motivar la asistencia-,
fracasos anteriores. Que confirmó el cómo funciona la MUD, con el liderazgo y
el discurso que tiene, en vez de atraer suscita rechazo o indiferencia. En
concreto, a la luz de las últimas experiencias, perdió la calle y carece de
capacidad para recuperarla. El fracaso es tal que un medio español, El País
-antivenezolano hasta los tuétanos-, reseñó la actividad así: "La
indignación opositora por la reciente condena a más de 14 años de prisión de
Leopoldo López, apenas alcanzó este sábado para reunir a unos cuantos
centenares de personas en una cuadra del este de Caracas en contra de lo que se
esperaba". La reseña remata con lo siguiente: "en el evento no
participó el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles Radonsky".
Si los dirigentes opositores estiman que obtuvieron un éxito ese día,
premonitorio de una próxima victoria electoral, allá ellos si quieren vivir en
una burbuja y eludir la realidad. Sin embargo, me atrevo a decir que si el
chavismo considera que el mandado está hecho porque la oposición carece de
calle y fracasa en cada convocatoria a manifestar; que es un enemigo que marcha
fatalmente hacia la derrota electoral el 6-D, comete un error.
3 Cierto:
la oposición es un desastre. No tiene capacidad para competir con una fuerza
tan poderosa, coherente y dirigida con acierto en el terreno electoral, como el
chavismo. Hoy por hoy, la diferencia entre uno y otro sector es más evidente,
dadas las característica de los comicios de diciembre, en circuitos donde es
obvia la ventaja organizativa y el implante del chavismo. Pero apostar solo a
esta ventaja no es aconsejable. Porque el antichavismo tiene otra manera de
expresarse. Su conducción no tiene capacidad de convocatoria, pero la masa
opositora sí la tiene para concurrir a votar. Tiene la obsesión de derrotar al
chavismo, y para eso no necesita manifestaciones en la calle, que hasta ahora
no le han resultado, que desgastan, o derivan en violencia. El descontento,
producto del malestar económico, cuenta. Pero así como no se debe desdeñar,
tampoco se debe magnificar. El voto, hoy día, es esencialmente político. Poner
de lado mitos y fantasías es lo recomendable en las actuales circunstancias. Y
aguardar con serenidad el resultado.
LABERINTO
La ofensiva en la región contra la opción democrática, con fuertes
contenidos sociales, avanza peligrosamente. Antes la burguesía le recomendaba a
los movimientos populares que abandonaran la lucha armada -cuando adoptaban esa
vía-, y optaran por trabajar en el terreno legal. Que asumieran el sufragio y
desecharan otros caminos. Finalmente, el movimiento popular, la izquierda en
sus diversos matices, tomó en cuenta el consejo y comenzó a cosechar éxitos.
Uno fue el de Allende, que derrotó a la esclerosada derecha chilena. Pero la
experiencia de esa victoria no fue asimilada democráticamente y, de inmediato,
se montó la conjura de la reacción y EE.UU que desembocó en el cruento golpe de
Pinochet. Es decir, que la respuesta al intento de la izquierda por legitimarse
a través del sufragio, significó la adopción por su adversario del tortuoso
camino de la violencia. Luego se sucedieron otros episodios con iguales
características…
El acceso de Chávez a la presidencia acarreó la puesta en práctica por
la derecha desalojada del poder y la injerencia norteamericana, de la
estrategia de la "conspiración permanente" con expresiones como el
11-A, el sabotaje petrolero y la guarimba…
-En
Paraguay, un presidente electo por el pueblo, Fernando Lugo, fue desalojado del
gobierno mediante un golpe parlamentario tramado por la ultra derecha…
-En
Honduras sucedió igual: un presidente progresista, Zelaya, fue derrocado…
-En
Nicaragua y El Salvador sus mandatarios, Ortega y Sánchez Ceren, son acechados
a diario…
-En
Ecuador, el presidente Correa es acosado por constantes intentos golpistas…
-En
Bolivia, Morales encara un proceso subversivo que no cesa, pese a las reiteradas
victorias electorales del presidente…
-En
Brasil, la derecha se quitó la máscara democrática y se trazó como meta impedir
que la presidenta Rousseff culmine el mandato…
-En
Argentina, a Cristina Kirchner la oligarquía no le da tregua con persistentes
intentos por derrocarla…
-En
Chile, con motivo del nuevo mandato de Bachelet, la derecha y los restos
insepultos del pinochetismo, la mantienen en jaque y piden su renuncia. A tal
extremo llega la situación que Isabel Allende, presidenta de la Nueva Mayoría, declaró:
"Hay bastantes componentes de sedición contra la presidenta y denuncio una
ofensiva opositora para desestabilizarla". La madre de Bachellet, Angela
Jeria, advierte que "las críticas a la presidenta le recuerdan los últimos
tiempos de Allende"…
¿Acaso esta situación no es la que vive el gobierno constitucional y
democrático de Nicolás Maduro? Es la misma. Con matices, y aún más inquietante
por la condición antidemocrática de la oposición y el descaro con que actúa el
gobierno de EEUU. La acción concertada, dentro y fuera del país, que desconoce
el origen del mandato de Maduro y los avances sociales, políticos e
institucionales del proceso bolivariano, es parte del guión desestabilizador
que los sectores ultras de la región reciclan, irrespetando principios del
orden internacional como la no intervención y la ejecución de políticas
fundadas en valores democráticos, de respeto a la voluntad popular expresada a
través del sufragio. En este contexto, el caso venezolano es emblemático. De lo
que ocurra aquí dependerá el futuro de la democracia en la región. Su
estabilidad o su desplome…
Un libro que recomiendo: Mujica, una Biografía Inspiradora, de Allan
Percy, experto en manuales de superación personal. Semblanza del expresidente
uruguayo que resume su pensamiento. Los rasgos de su vida y la sabiduría que
emana de él. Plasmada en frases impactantes como esta: "No hay milagro,
eso es pura poesía, y fantasía, tu progreso sale del trabajo, del compromiso,
de la ciencia, de la seriedad, del levantarse todos los días y volver a
empezar, y sentir una derrota. Finalmente, tengo el derecho para gritar que en
este mundo derrotados son solo aquellos que dejan de luchar". O esta:
"El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes verdaderamente son".
Compendio de lecciones de un hombre que vive con intensidad, en función de
valores, la lucha política…
El encuentro Maduro-Santos, ¡positivo! Pero "amanecerá y
veremos" en cuanto al cumplimiento de lo acordado. Un compromiso que corre
el riesgo de decepcionar. Ahora las partes están más comprometidas.
Dos
ADIOS AL CHAVISMO
Por: Roland Denis | Lunes, 28/09/2015 12:54 PM
Al paso por calles y campos, si en algún momento cualquiera de nosotros
ha tenido que ser parte de la historia reunida en estos últimos 20 o 30 años,
sin duda alguna se encontrará con caras malgastadas, frustradas, rabiosas,
despidiéndose de una historia que al fin y al cabo es la de ellos y ellas, la
historia por muchos años apasionada de lo que se ha llamado el chavismo. Una
despedida que no es formal, se mueve entre la duda y hasta el llanto, en otras
con la alegría de descargarse de un peso insoportable, pero despedida al fin de
la historia que no se pudo.
Este escrito ya desde hace mucho tiempo ha debido hacerse, pero ya es
hora de echarlo sobre la rueda pública, palabras que en realidad tienen una
connotación tan personal como política. Poco importa, porque ni en lo más
íntimo dentro de todos los perfiles de una vida controversial siempre se van
uniendo irremediablemente los asuntos personales y los políticos, las cargas
sociales y propias que llevamos por dentro. Es por eso que las cosas en
definitiva “hay que decirlas” si algo todavía tiene sentido decirse. La
revolución son tonterías románticas, utópicas, quizás, pero que cobran toda su
razón de ser cuando vemos como el corazón se une a la cantidad de sueños que
han atravesado nuestras vidas, y que muchas veces han tenido que sufrir la
atrocidad de las bestias represivas; dolor y querencia allí está la
confrontación imposible de resolver. Y así como han tenido que sufrir al
bárbaro también han sentido la maravilla de la apoteosis colectiva en su propio
grito. Seres desplegados pidiendo el olvido a toda la maldición centenaria de
la esclavitud, la pobreza y la sumisión para al fin hacerse dueños de sus
cuerpos y tierras, que quisieron en su momento decirle adiós para siempre a esa
historia odiada. Esa era la revolución y seguirá siéndolo pero en su senda
perdida; la premonición de un gran fracaso que se revienta ante nuestros ojos,
y que en mi caso lo pude percibir desde muy temprano.
“Prefiero decir un NO” como dice la canción de la diva a seguir
convalidando circunstancias que son algo que nos niega dentro de cualquiera que
sea el sentido que le hemos dado a los pasos que uno a uno se han hecho entre
luchas y sueños, ese es el mensaje latente que se siente tras bastidores de
miles y miles de gentes que aún hacen lo posible de darle algún sentido a
alguna franela roja que les sobra en el armario. Venezuela es un país mediano,
sin connotación alguna dentro de la risa imperial que no sea su inmensa masa de
recursos minerales y biocarburos, pero lleno de recordatorios legendarios que
la vuelven una ensalada entre los mitos repetidos y las presencias de certeros
engañadores a la zaga de la riqueza pública concentrada entre el BCV y PDVSA.
Curioso país que no tiene nada que ofrecer en lo que acontece a su actualidad
pero es el bolsón originario de todos los heroísmos nuestramericanos. Un meollo
al fin sin síntesis posible entre grandezas pasadas y la realidad más inanimada
sujeta al mando de quienes jamás entendieron lo que es un paso a favor de la
alegría colectiva, ni tampoco les interesó en lo más mínimo. Cuando no hay
visión de nación, no hay colectividades profundamente morales y mucho menos de
una nación que propone al mundo una vida radicalmente distinta a la que nos
impuso el devastador capitalismo, cuando ella es simplemente una guerra que se
mueve entre discursivas grandiosas de heroísmos pasados y las ansias
desesperadas por tomar el control de las rentas de riqueza que deja el subsuelo
sortario, entonces pueden estar seguros que la “razón revolucionaria y
emancipadora” rápidamente se esfuma, como ciertamente ha pasado y con ella lo
mejor del chavismo.
El chavismo se fraguó como una apuesta subversiva que supo en su momento
recoger todas las fuerzas que quedaron pendientes luego de los grandes fracasos
de las izquierdas armadas y reformistas, al mismo tiempo que una jugada con
seres gansteriles que supieron entender que lo mejor era entremezclarse con la
diáspora rebelde que desde mediados de los años ochenta no tuvo manera de
contenerse, poniendo bajo la mesa muy bien escondida el verdadero
conservadurismo que unía en una misma cofradía conspirativa al gánster con el
ser más reaccionario, unidos al vuelo subversivo de los soñadores. Desde esa
majestuosa ensalada donde no hay sabor que se combine, es que se entiende que
el nuevo apogeo revolucionario tenía que asumir las formas de una gesta
caudillesca como en efecto pasó. De hecho era imposible para aquel entonces una
dirección colectiva, ideológicamente homogénea, más bien las apologías “a la
diversidad, a la horizontalidad” que una y otra vez repetimos, en nuestro caso
particular paradójicamente no eran más que una bienvenida al caudillismo, un rechazo
al nosotros unificado y organizado y una raro retraimiento al “pueblo” liso y
pobre comandado por su hijo elegido, de siglos pasados. Por estas mismas
razones, era inaceptable la emergencia de un caudillo imponente y despótico,
sino un aprendiz de la base popular que dio vida; la maravillosa senda y
personalidad de Chávez. Él también tenía que ser “diverso y horizontal”, es
decir, igualitario, algo que Chávez entendió y militó en ello, aunque me haya
pateado en la cara el libro de “Los Fabricantes de la Rebelión”, por indudable
soberbia.
Desgraciadamente ese mismo aprendiz de multitudes, de sus sueños y de
sus programas, de la radicalidad extrema a la hora de proponer un nuevo
horizonte a nuestro país, de esa fantasía inicialmente maravillosa del poder popular,
del vomitar cualquier pasado para hacer cierta la posibilidad de algo que se
asemeje a la realización material bolivariana, al mismo tiempo convirtió en
tesis de gobierno arrastrar esa ensalada gansteril que poco a poco se fue
comiendo no solo las antesalas burocráticas de la presidencia y ministerios
sino a colectivos, dirigentes, cuadros históricos de la lucha revolucionaria.
Si hay un legado de Chávez realmente oscuro es el no haberse sacado de encima
el caudillo que lo obligaron a ser para convertirse en el dirigente con
disposición a utilizar el mando de Estado en contra del sustrato gansteril que
lo acompañó en su fase conspirativa y posteriormente democrática.
Esta maraña de situaciones tengo años tratando de entenderla después de
sufrirla, en algunos casos de escribirla, sin mayores éxitos, lo cierto es que
tenía que suceder lo que hoy sucede para tomar el paso del cual muchos
sencillos seres de mi país hacen sin mayores complejidades mentales, aunque
sean muy intensos sus sentimientos: el adiós al chavismo. Una revolución supone
situaciones de dura decisión que llevan consigo todos los riesgos de la
historia, sin esas decisiones es absurdo, cobarde y mentiroso hablar de ella y
mucho menos dirigir en nombre de ella. Si aquí no se hizo desde los inicios que
era indispensable entonces desde hace mucho tiempo hemos debido hablar en estos
términos. El chavismo muere con Chávez al igual que el fidelismo muere con la
ida de Fidel de la dirección de Estado. Cuba y Venezuela han sido las últimas
utopías de Estado revolucionario encarnadas en los héroes que le dieron paso.
Chávez al no romper con el caudillo que le crearon alrededor suyo, no tuvo otra
salida que gritar la necesidad de la ruptura cuando su vida se sabía acabado,
pero aún así, y personalmente sin entender aún porque no se atrevió a ello,
dejo intacto el sustrato gansteril. No entiendo porque más miedo se le tiene al
poder que te rodea que a la propia muerte. ¿Es que las estructuras de
burocráticas de Estado son tan inmensamente poderosas que aún frente a la
evidencia de la muerte se imponen?. Aquí hay algo que no entiendo, es un fondo
metafísico desconocido o simplemente alguna información que me falta, o será
que soy un imbécil.
A partir de allí ha venido un desastre que harto estamos de denunciarlo
en sus efectos y orígenes material-económicos, políticos, sociales, pero en
este caso no se trata de repetir lo gritado. Un amigo me decía que en estos
días en uno de estos programas de chismes contra la oposición de Diosdado
Cabello, el amigo ya no solo habla de chismes acompañados por cualquier
cantidad de discursos de Chávez, sino que ahora, asemejando al caudillo, hace
programas junto a civiles y militares que lo aplauden. Pero burlándose de su
héroe y comandante, hace poco monta un programa donde su público militar y
civil, aplaude nada menos que una hora de televisión presentando a su familia.
No es la familia de su cachifa que las deben tener a montones la que vale, no
es la familia haciendo colas condenada a un sueldo pírrico que no es más que
explotación pura de una fuerza de trabajo que paga con su esfuerzo lo que otros
han desfalcado, es su familia, padres, tíos, hijos, hermanos, y dele, gozando
las consecuencias infectas de una historia. Su goce es el retrato perfecto de
la burla a nuestra explotación como pueblo. Pero en fin, más que el
aborrecimiento que personalmente me da semejante manipulación mediática con
valores fotográficos gomecistas o propios de las culturas pictóricas de la
oligarquía del siglo XIX, quiero simplemente acotar que el “adiós al chavismo”
no es solo del honor indignado del pobre, es también de los que se gozan con
televisión al frente, todas las divinidades del poder. Si mi familia es lo
bonito, el caudal de una fama política heredada, entonces mi amigo usted quedó absorbido
del todo dentro de una equivalencia sonámbula de que su familia pueda ser el
retrato de algún placer que dignifique al ser nacional. ¡Que locura
egocéntrica, reaccionaria y hedonista!... ¡adiós al poco chavismo realmente
profuso y de pueblo que queda!... y súmenle una cuota simbólica evidente:
militares aplaudiendo el acto, es al mismo tiempo un mensaje de terror que bajo
sus sonrisas compradas nos están añadiendo haciendo uso familiar del orden
mediático que controlan.
El poder corrompe, si claro pero más allá de todo el poder es una
creación histórica desde que un hombre se puso por encima de otro creando las
diferencias sociales, algo que solo desde Maquiavelo se entendió cuan poco
tenía que ver con lo moral sí mucho de la capacidad de mover las técnicas de la
manipulación de circunstancias en la relación amigo-enemigo. Fue genial su
aprendizaje o lo que inspiró, dejó en claro de que se trata la política frente
a un mundo que se preparaba para invadir el mundo bajo su modelo
mercantil-explotador que habrían de llamar “democracia”. El chavismo como a
todos le tocó también corromperse, reproduciéndose en un legado de digna
manipulación maquiavélica donde a diferencia de tantas memorias revolucionarias
pasadas no deja materialmente nada. No deja nada que suponga inteligencia,
productividad, ciencia, organización colectiva, de lo cual podamos estar
orgullosos a pesar de todo. Es un legado vacío y meramente simbólico, donde
solo los pocos que han podido resistir al cerco violento y burocrático al que han
condenado este país, quedan medrando un grito revolucionario y autogobernante
posible: comunidades, comunas, ordenes de control obrero decaídos, sin
posibilidad alguna de unificarse para despedazar esta infernal burla. Eso ahora
es imposible, más tarde
quizás pero los pasos de unión habrá que darlos, y son muchos y largos.
El “adiós al chavismo” es el adiós a un extraordinario sueño que frente
a nuestras caras se nos convirtió en una pesadilla, en una especie de maldición
a la cual todas las tendencias que se dicen revolucionarias día a día le
proponen una salida; unas mas principistas, otras más pragmáticas, otras
valientemente se despegan del comando político oficial. Pero así mismo, todos
los días esto va perdiendo más y más sentido, ya que el chavismo dejó de
tenerlo, siendo inútil proponerle salidas cuando su esencia quedó totalmente
ahogada en el fichaje gansteril que gobierna el gobierno, gobierna sus bases,
gobierna el saqueo monumental que han generado.
Los afiches del recuerdo chavista y del mismo Chávez se desmoronan ante
la indiferencia colectiva, para pasar a la nada, al símbolo sin contenido
propio de los capitalismos informáticos, esa “estética del vacío” que
inauguraron ya hace unos años nuestros espléndidos escuálidos. Y esa es
precisamente la razón por la cual el chavismo muere condenando a todo un pueblo
a la improductividad, fascinado por la capacidad de manipulación que le ha
dejado su comandante-presidente y que se la arrebatan después de muerto, pero
deshaciéndose a su vez en esta fascinación mediatizada. Se olvidaron de hacer
el cálculo en el tiempo de cuánto funciona semejante imposición al
subconsciente colectivo. Ya llegó su fin, ya llegó el adiós que millones le
estamos dando.
Estoy seguro no obstante, que este adiós, y los que se van a ir
acotando, no son solo un final de frustraciones dejando castrada la aventura
revolucionaria. Precisamente ese enorme vacío, ese contexto de radical
improductividad con que deja tirado el chavismo este país, puede ser al mismo
tiempo, el punto de partida de un nuevo brote soñador, sin caudillos ni ordenes
simbólicos preestablecidos, de relaciones directas, horizontales, comunicantes
y productivas entre comunidades de seres trabajadores donde resplandezca de
nuevo la “moral del alzado”. Si nos fijamos en el proceso de pacificación de
las FARC y probablemente el ELN en Colombia, también podría decirse que muere
lo que fue un gran sueño lleno de sangre. O la misma Cuba de donde renace el
placer de la usura y la acumulación, después de décadas de increíbles
esfuerzos, combinada a la amistad con los EEUU. Puede ser que generaciones que
ya hemos pasado los años nos quedemos atrapadas en esta frustración, trataré
que no sea mi caso. La sangre nuestramericana no se va a quedar quieta, y mucho
menos entre nosotros venezolanos donde el chavismo al irse finalmente al
carajo, nos deja todo por hacer, vivitas las utopías de quien no acepta morir
entre afiches y propagandas; la nada nos forzará a la creación. Un mundo nuevo
sigue por crearse y la belleza vital del Che que todavía muerto parecía en
vida, lo sigue inspirando, mientras tanto váyanse al coño de lo que sea
grandísimos farsantes, ladrones, mentirosos, traidores, que el pueblo
venezolano y nuestramericano pide paso, y si no se lo dan será de nuevo con su
sangre que sabrá dárselo, ¡no hay pueblo vencido!
de: Jose Gabriel ruiz santamaria <comasolven8@gmail.com>
para: Gabriel Ruiz <comasolven8@gmail.com>,
(…)
fecha: 14 de octubre de 2015, 14:46
asunto: Re: Dossier 13 oct
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
21 de octubre de 2015
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