(04 de octubre de 2015)
Por Miguel Aragón
En abril
del próximo año se realizarán las elecciones parlamentarias y las elecciones
presidenciales, para renovar autoridades gubernamentales en el país. Y hoy día,
04 de octubre, se están realizando las elecciones ciudadanas convocadas por el
Frente Amplio, en representación y con el respaldo de amplios sectores del
pueblo peruano.
EL OCASO
DE LA VIEJA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA
En esas elecciones democrático burguesas de abril
de 2016, no se cuestionará ni estará en disputa el poder, el cual
seguirá en manos de la actual clase dominante, como siempre lo ha estado desde
los inicios de la época republicana, próxima a cumplir doscientos años. Lo que
sí estará en disputa será el gobierno.
Para legitimar su poder, y su dictadura de clase
sobre las mayorías, la clase dominante necesita convocar y desarrollar
elecciones democrático burguesas, necesita engañar y manipular al
pueblo, para que respalde sus elecciones, y por lo tanto reconozca, y soporte
como “legítimo” su poder político.
Al convocar a las elecciones democrático burguesas,
la clase dominante, prepara, promueve y financia a la misma vez a varios
grupos políticos que representen y defiendan sus intereses de clase
propietaria de los medios de producción.
En la mayoría de los países industrialmente
desarrollados, la gran burguesía en el poder, ha logrado formar dos bandos
políticos principales, que periódicamente se alternan en ejercer la función de
ser “oficialismo” o de ser “oposición”. De esa manera,
mantienen políticamente controlada a la mayoría de la población. Por el
contrario, en los países capitalistas atrasados, el poder de la gran burguesía
es muy precario, y no ha logrado imponer el ansiado “bipartidismo”, sino que
tiene que conformarse con el “multipartidismo”, y el constante cambio y
recambio de “partidos precarios”, como es el caso peruano.
Para las elecciones de abril de 2016, la
clase dominante en el Perú, presentará, por lo menos, seis grupos políticos
que superficialmente se disputarán, entre ellos, el derecho a representar
y defender sus intereses de clase propietaria.
Los viejos partidos políticos tradicionalistas,
autodenominados populares (la Alianza Popular Revolucionaria Americana,
el Partido Acción Popular y el Partido Popular Cristiano), ya cumplieron
su función, ahora la clase dominante los ha cesado, y los está dejando de
lado. Muertos, o ya agonizantes sus caudillos (Haya, Belaunde, Bedoya) estos
agrupamientos ya se están extinguiendo, y pronto serán piezas de museo como el
partido civilista.
En su remplazo, y desde 1990 en adelante, la clase
dominante en grave crisis doctrinal y política, ha promovido grupos
políticos personalistas, retrotrayéndose así a la práctica política del
pasado, cuando por ejemplo existían el partido “pradista” o el partido
“odriista”.
En los últimos 25 años, para remplazar a los
partidos tradicionalistas, la clase dominante ha venido formando el
“fujimorismo”, el “toledismo”, el “alanismo”, y el “humalismo”, los cuales ya
han ejercido y se han alternado en la función de ser gobierno, ya sea como
“oficialismo” o como “oposición”. A esos cuatro grupos personalistas, en los
últimos años se han sumado el “castañismo” actualmente en el gobierno
provincial de Lima, el “acuñismo” actualmente en el gobierno provincial
de Trujillo, los “ppk”, y otros agrupamientos menores. Todos estos
grupos “nuevos” en la forma, se han alineado con la tendencia neoliberal,
diferente al populismo que caracterizó la política oficial peruana desde la
década de 1960 hasta fines de los años 80.
EL GERMEN
DE LA NUEVA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Pero al convocar a las elecciones democrático
burguesas, la clase dominante no puede impedir que el pueblo se organice por su
propia cuenta, y que el pueblo postule sus propios candidatos del pueblo.
La clase dominante a través de sus operadores
políticos, sean estos populistas o neoliberales, ha impuesto la democracia
representativa, como forma de gobierno. Las próximas elecciones de abril
tendrán ese mismo carácter.
En oposición a esta vieja forma de democracia, el
pueblo está desarrollando formas embrionarias de democracia participativa.
Las formas de democracia participativa que practica
nuestro pueblo, no son “calco y copia” ni importaciones del extranjero, sino
resurgimiento y renovación de las formas democráticas ancestrales
practicadas en las comunidades nativas amazónicas y en las comunidades
campesinas altoandinas. El pueblo está reivindicando, renovando y comenzando
a aplicar estas formas de democracia participativa, en las
organizaciones vecinales, municipales y provinciales. Y además, las está
aplicando en la lucha político electoral.
Las elecciones ciudadanas del 4 de octubre,
convocadas por el Frente Amplio, serán, o mejor dicho ya son, una forma
germinal de la nueva democracia participativa del futuro, que se está
desarrollando en contraposición a los remanentes de la vieja democracia
representativa, cada vez más desprestigiada y despreciada por las
mayorías.
Viendo los procesos en perspectivas, las elecciones
ciudadanas del 4 de octubre de 2015, serán más importantes y
trascendentales que las elecciones generales de abril de 2016.
Las elecciones ciudadanas del 4 de octubre
representan el germen de lo nuevo en crecimiento, mientras que las elecciones
de abril serán expresión de los remanentes de lo viejo y obsoleto, que
tercamente se aferra y se resiste a abandonar la historia. Ese es el verdadero
trasfondo de estas elecciones, por eso, al lado de cientos de miles de
pobladores de todo el país, yo las estoy apoyando en forma decidida y
entusiasta.
Hoy día 4 de octubre, es un DIA DE FIESTA
CIVICA para todo el pueblo peruano. El presente es de lucha, el
futuro es nuestro.
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