Ciencia a
lo Sherlock Holmes
Juventud
Técnica
30-11-2015
Insospechado nunca fue. Demasiadas coincidencias en
aquella gran epidemia de dengue hemorrágico en el 1981 cubano. Los crímenes
serán siempre imperfectos. Y detrás del delito, la ciencia buscando las
huellas, las pistas…, persiguiendo verdad. Y aunque tenga que esperarse por la
ciencia más de treinta años para demostrar, por ejemplo, que esa epidemia
ocurrió a causa de una orden y no por caprichos naturales, vale la pena verla
saborear la pipa a lo Sherlock Holmes y, con mirada arrogante, oírla revelar
las pruebas que confirman una hipótesis inicial: la cepa del dengue serotipo 2
causante de la epidemia fue una cepa de laboratorio introducida deliberadamente
en Cuba.
Antes, en el año 1977, el 44,46 por ciento de la
población cubana había estado infectada con el virus del dengue 1 bajo el
cuadro benigno de la enfermedad. Se corría el riesgo de una infección
secundaria si un serotipo de dengue diferente entraba al país, pues los
anticuerpos contra el dengue 1 no protegen contra el 2; por el contrario,
amplifican la infección. La carga viral aumenta y por ende, la probabilidad de
que la transmisión ocurra a través del agente transmisor, el mosquito Aedes
aegypti, es más alta.
Los números de la epidemia sorprenden hoy, y no
podría decirse ahora con exactitud qué sintió el pueblo cubano de mayo a
octubre del año 1981: 344 mil 203 infectados, diez mil 312 casos graves y muy
graves, 101 niños muertos de un total de 158 personas fallecidas. Los por qué
se volvieron inminentes.
Treinta años más tarde, la Doctora en Ciencias de
la Salud Rosmari Rodríguez Roche y su grupo de investigación del Instituto de
Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), al obtener la secuencia del genoma
completo del dengue 2 aislado durante la epidemia, proporcionaron las
evidencias científicas, y obtuvieron, el Gran Premio en el Concurso Premio Anual
de Salud 2015, por el impacto científico y político del estudio titulado
“Primera epidemia de dengue hemorrágico en las Américas, 1981: nuevos
conocimientos sobre el agente causal”..
“En la epidemia de 1981 el profesor Kourí describe
por primera vez el fenómeno de incremento de severidad en el tiempo, que luego
se repite en Santiago de Cuba en el año 1997 y más tarde en La Habana en el
2001 –explica la Doctora Rosmari Rodríguez–. Es decir, que al final de la
epidemia, cuando el país entero estaba volcado ya en controlar, los médicos
estaban más avisados y la atención más organizada, hubo una acumulaciónde casos
graves y fallecidos que no era lógico. Entonces supusimos que el virus cambiaba
durante la epidemia. Teníamos la duda de si cepas de diferentes momentos de la
epidemia del 81 mostraban una variabilidad, una evolución, que explicara este
incremento de severidad".
“Por otro lado, la epidemia de 1981 tenía algo en
particular: se había evidenciado que se trataba de una cepa de laboratorio
introducida deliberadamente en el país. Pero las investigaciones en esa década
del 90 fueron realizadas con metodologías de secuenciación manual, un
complicado método en el que se utilizaban isótopos radioactivos. Con
herramientas muy simples se comparaban las secuencias obtenidas y dado el
porciento de similitud se llegaba a una conclusión. En aquel estudio se
secuenciaron unas 200 o 300 bases de un genoma completo que tiene 11 mil bases.
Con ese pequeño fragmento se dijo que la cepa del 81 era similar a una cepa
aislada en Nueva Guinea en el año 1944, considerada la cepa prototipo de dengue
2 que se utiliza en la mayoría de los laboratorios de dengue a nivel mundial.
“Qué sucede –cuenta Rodríguez Roche–, cuando este
artículo sale a la luz muchos científicos a nivel mundial que trataban la
temática de la evolución de los virus decían que eso no era más que una
contaminación de laboratorio, porque las técnicas moleculares tienen ese
problema, son muy sensibles. Si uno trabaja en un laboratorio donde se
manipulan diferentes virus y no se toman las medidas adecuadas para su buen
funcionamiento, puede que se amplifique una cepa que no es la que se intenta
estudiar, y se contamine el ensayo. Se decía que ese virus, después de casi
cuarenta años aislado en Nueva Guinea, en el Sudeste Asiático, si estaba
circulando aún debía estar sujeto a los mecanismos de la evolución y por tanto
debió acumular un número de mutaciones que lo diferenciara del aislado en el 81
en Cuba”.
En resumen, los científicos cubanos tenían las
interrogantes de cómo se incrementaba la severidad en el tiempo, y cómo
demostrar si se trataba o no de una contaminación. De esa forma, cuando el IPK
obtuvo una tecnología de secuenciación automática, se propusieron secuenciar el
genoma completo de cepas de dengue 2 aisladas en la epidemia del 81, que
estuvieron guardadas en los bancos de cepas durante más de treinta años.
“De un total de dieciocho cepas que se conservaban
logramos secuenciar cinco –asevera la Doctora–. No queríamos manipularlas, sino
trabajar con las originales de aquella época; así, utilizando sistemas de alta
fidelidad para la amplificación del genoma, se obtuvo la secuencia de cinco
cepas correspondientes a diferentes momentos de la epidemia. Luego, utilizando
herramientas bioinformáticas de alta resolución que no solo se basan en la
similitud, sino en complejos modelos de evolución que permiten obtener árboles
filogenéticos, nos dio el mismo resultado. O sea, las cepas se relacionaban
genéticamente con la de Nueva Guinea de 1944. Y además descubrimos que el virus
cambiaba con el transcurso de la epidemia. Entonces dijimos, las
contaminaciones no mutan –si usted contamina con algo que tiene en el
laboratorio, siempre en cada muestra va a tener la misma contaminación–. El
hecho de que el virus cambiara en el transcurso de la epidemia nos da pie para
rechazar la hipótesis de contaminación y, por otro lado, para explicar el
incremento de severidad”.
- Pero… ¿por qué puede afirmarse que el dengue 2
fue introducido en Cuba deliberadamente y no que entró por otras causas?
- Una epidemia de dengue empieza habitualmente por
un caso índice de una persona que viene infectada de algún lugar, incluso sin
síntomas; y si en ese sitio habita el mosquito Aedes aegypti, este puede
picar a la persona infectada, incubar el virus por unos días y volver a picar a
otra persona y así comienza el ciclo de transmisión.
“En el caso de la epidemia del 81 existen
evidencias de que los casos aparecieron en tres puntos del país al unísono:
oriente, centro y occidente. Una posible vía de introducción pudo ser a través
de mosquitos infectados con la cepa de dengue 2. En realidad, no era imposible
o absurdo pensar que en Cuba pudiera entrar el dengue, pero debió ser una cepa
que estuviera circulando en ese momento, si no en la región, al menos en el
mundo, aunque en esa etapa los viajes no eran tan frecuentes como ahora. El
hecho de encontrarnos con la cepa prototipo de laboratorio, tan antigua por
cierto, fue el elemento más trascendental que sugirió la introducción
deliberada.
“Cuando los científicos cubanos descubrieron en
aquel momento, que se trataba de un virus de origen asiático, la explicación
que se le halló fueron los movimientos de los internacionalistas cubanos que
entonces colaboraban en Vietnam. Sin embargo, la alta similitud con la cepa de
Nueva Guinea del año 1944, permite rechazar la hipótesis de que haya sido
trasladado hacia Cuba desde territorio vietnamita en la década del 80”.
- ¿Qué valías en el sentido científico tiene la
secuenciación del genoma completo del dengue 2?
- Este trabajo acerca de la epidemia de 1981 es
importante no solo por su impacto político al demostrar que sí circuló en Cuba
una cepa de laboratorio, sino también porque se aportan resultados que desde el
punto de vista científico tienen novedad, por haber sido realizados en un
escenario epidemiológico único. En ese sentido, el contexto cubano ha sido
utilizado en muchas investigaciones para probar determinados factores de riesgo
que puedan conducir a un dengue grave. En un lugar donde circulan todos los
serotipos del virus dengue a la vez –dígase un país asiático, por ejemplo– es
muy difícil comprobar cuál llegó primero o después, y tener la historia
epidemiológica exacta. En este caso, se estudió el incremento de severidad en
el tiempo durante la circulación del dengue 2, en un contexto donde solo
existía inmunidad a dengue 1 pues no habían circulado otros serotipos. Por
tanto, los niños más afectados fueron los mayores de cuatro años que ya se
habían infectado con dengue 1 en 1977.
“Por otra parte, este estudio es relevante porque
se realizó completamente en Cuba, a diferencia de estudios anteriores de
caracterización de cepas aisladas en el país, que se ejecutaron con la
colaboración de instituciones científicas extranjeras. Contar en el IPK con las
herramientas para caracterizar los virus circulantes tiene un gran impacto
social, pues con la alerta temprana emitida a las autoridades de salud sobre la
entrada al país de nuevos virus y su potencial virulento, es posible tomar
medidas para cortar la trasmisión en áreas de salud o municipios específicos, y
evitar que se extiendan al resto del país.
“Asimismo, la caracterización molecular a nivel de
genoma completo ofrece información valiosa a la comunidad científica
internacional para el diseño racional de candidatos vacunales contra el dengue.
Se conoce que una vacuna eficaz debe ofrecer protección contra todos los
serotipos del virus al mismo tiempo (vacuna tetravalente), y existe
preocupación sobre la gran variabilidad genética de los virus y sobre la
posibilidad de que aparezcan mutantes de escape. Por tanto, para una adecuada
evaluación de los candidatos vacunales contra el dengue es imprescindible
contar con un mapa genómico de los virus circulantes por países y regiones.
Este es un proyecto que promueve la Organización Mundial de la Salud, y al que
esta investigación brinda valiosos aportes.”
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