lunes, 2 de noviembre de 2015

PREOCUPACION PRIMARIA DEL PRESENTE: COALICIÓN DE PARTIDOS, O FRENTE DE MASAS (*)


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21 de octubre de 2015
Estimado Hugo Laredo:

Aprovecho tus últimas informaciones por correo virtual, para exponer algunos comentarios.

1.- El enemigo principal del pueblo peruano: la clase dominante.- 

Cada vez se entiende mejor, que el enemigo principal del pueblo peruano es la clase dominante, actualmente hegemonizada por "el sector de la burguesía bancaria, por el sector de los propietarios de las grandes empresas comerciales mayoristas, y por el sector de la burguesía propietaria de la gran minería". 

En las elecciones generales de abril 2016, esta clase dominante presentará varios candidatos para que representen y defiendan sus intereses económicos y políticos. Estos grupos políticos caudillistas y personalistas son:  el partido alanista, el partido fujimorista, el partido toledista, el partido humalista, el partido de PPK, el partido castañista, y otros grupos menores (entre ellos las camarillas políticas de César Acuña, de Antero Flóres-Aráoz,  de Humberto Lay,  los remanentes del partido bedoyista-PPC, y otros).

Entre ellos, estos grupos político partidarios  “discrepan en todo”, y a veces hasta se insultan, pelean, denuncian y enjuician.  Pero, por encima de sus discrepancias superficiales, todos ellos  coinciden plenamente en dos cosas fundamentales: en la defensa de los intereses económicos y políticos de la clase dominante, y en la defensa del estado, que justamente representa los intereses de esta clase en el poder.

2.- El pueblo peruano: dos sectores sociales, varias tendencias, y varias facciones.-  
En el otro extremo de la sociedad peruana,  luchando permanentemente contra la clase dominante, se encuentra el pueblo peruano. 

El pueblo peruano, no es una multitud uniforme y “homogénea” como suponen algunos, sino que  está constituido por varias clases sociales, y por varias fracciones de clases sociales. Por eso mismo, está dividido en varias tendencias teóricas, y en varias facciones políticas. 

Por un lado, en las filas del pueblo  estamos los trabajadores asalariados, que tampoco somos una masa homogénea, sino que  estamos constituidos por diferentes sectores. En primer lugar, hay trabajadores  manuales y trabajadores intelectuales, que somos  trabajadores asalariados. En segundo lugar, hay  trabajadores del campo y trabajadores de la ciudad, que también somos trabajadores asalariados. En tercer lugar, en cada uno de estos diferentes sectores, a su vez hay tres capas o niveles de trabajadores asalariados, que nos  diferenciamos por nuestros  ingresos: del nivel alto que son los menos, del nivel intermedio, y del nivel bajo, que somos la mayoría. 

Por otro lado, además de los trabajadores asalariados, en las filas del pueblo también se encuentran    los pequeños y medianos propietarios, que en su conjunto nos superan numéricamente a los trabajadores asalariados. Igualmente, estos pequeños y medianos propietarios, que conforman la mayoría del pueblo peruano,  se subdividen en diversos sectores, ya sea que trabajen en el campo o en la ciudad, que se dediquen a las actividades agrícolas y pecuarias, mineras e industriales, pesqueras, forestales, construcción, o  los servicios, el comercio, los transportes, la educación, y un largo etcétera.  A su vez, en cada uno de estos sectores  encontramos los tres niveles: los de ingresos altos, los de ingresos medios y los de ingresos  bajos. 

A todas estas diferencias sociales y económicas existentes  entre los diferentes sectores del pueblo,  se suman las diferencias teóricas y políticas, colectivas y personales,  diferencias que en su conjunto son la base y la causa de la existencia de más de cincuenta grupos de “izquierda”, que justamente en la actualidad se han convertido en la principal dificultad para fortalecer la unidad del pueblo

Además, al lado de los pequeños grupos de “izquierda”, hay una inmensa mayoría de luchadores no partidarizados, que  hemos sido, somos y siempre seremos la mayoría.  Los no partidarizados, no nos consideramos “independientes”, porque en una sociedad dividida en clases sociales, en que la población está agrupada en dos campos fundamentales   y contrapuestos (la clase dominante y el pueblo), nadie puede ser “independiente”. La disyuntiva es sumamente clara, o estamos con el pueblo o estamos con la clase dominante, aquí no hay posibilidades de término medio. 
 
No obstante estas grandes diferencias, ya sean económicas y sociales, o teóricas y políticas, y por encima de estas diferencias, la tendencia principal predominante en el pueblo es trabajar por  la unidad, fortalecer la unidad en la lucha común contra el enemigo común.

3.- El problema de la unidad del pueblo: dos propuestas.-

Hoy en día, la preocupación primaria, en las filas del pueblo, es el problema de la unidad del pueblo. Todos los demás temas, que fueron más importantes en otros momentos,  ahora pasan a segundo plano. Y aquí surge un gran dilema entre todos nosotros. O nos reducimos a reclamar solamente la “unidad de la izquierda”, o nos elevamos a trabajar por “la unidad del pueblo”. 

La mayoría de la “izquierda” forma parte del pueblo, eso no está en discusión. Pero la “izquierda” no es la mayoría del pueblo, y mucho menos “la izquierda no es todo el pueblo”, como  subjetivamente suponen algunos caudillos de la izquierda.  

Yo considero que, en la actualidad,   LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA NO ES POSIBLE, porque simplemente LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA NO ES NECESARIA en este momento. Lo que realmente se necesita, con carácter de urgencia, es LA UNIDAD DEL PUEBLO, que si es necesaria, y por lo tanto si es posible alcanzarla. 

Esta diferencia entre "unidad de la izquierda" y "unidad del pueblo" se expresa en dos propuestas diferentes: o nos conformamos y nos reducimos a construir una "coalición de partidos", o nos esforzamos por elevarnos a "un frente de masas". 

Este es el fondo del problema, y justamente esa es la cuestión, a la cual se oponen los caudillos que dirigen a la mayoría de los grupos de “izquierda”. Los que priorizan “la unidad de la izquierda”  o “un frente de frentes”, están pensando en una coalición de grupos de “izquierda”, entendida como una “repartija” entre cúpulas de caudillos personalistas, organizada de arriba hacia abajo, al estilo de la Izquierda Unida de los años ‘80. Actualmente ese tipo de unidad  ya no es posible. 

Las  elecciones ciudadanas del 4 de octubre, marcan un hito histórico en la renovación de la lucha por la unidad del pueblo. Estas elecciones primarias, en las cuales participamos consciente y voluntariamente más de 30 mil pobladores,  han significado  o deben significar una ruptura radical con el pasado.  

Los que priorizamos “la unidad del pueblo” estamos pensando en fortalecer el frente de masas, organizado de abajo hacia arriba, comenzando por las coordinaciones, concertaciones y agrupaciones a nivel de barrios y municipios, y después a nivel de provincias y departamentos, niveles de base, en los cuales debemos continuar  promoviendo  la acción conjunta y la discusión, participando y apoyando, no solamente las lucha político electoral, sino también las luchas reivindicativas y las luchas teóricas, que siempre son luchas permanentes. 

  Actualmente, el frente unido del pueblo peruano todavía está subdividido en varias secciones, una de las cuales, y a la vez la principal (pero no única), es el movimiento Frente Amplio. En todas estas secciones  se debate la preocupación  primaria del presente “o coalición de partidos de izquierda, o frente de masas”. Todavía no se sabe cuál de estas dos tendencias predominará en el presente proceso electoral 2016, y el tiempo que se tiene por delante para las elecciones de abril de 2016 es muy corto para definir conscientemente este debate.  

Pero si colocamos en primer plano las elecciones municipales de octubre de 2018, el tiempo disponible es más que suficiente para dirimir esta cuestión de la manera más acertada y acorde a las necesidades reales de las luchas del pueblo. 

Estimado Hugo, tenemos muchos otros temas por seguir conversando y concertando, pero por ahora me parece que aquí está expuesta la idea central (continuaremos).
 
Saludos
Miguel Ángel Aragón

 (*) Esta carta abierta que la escribí el 21 de octubre,  es un comentario al breve mensaje que  nuestro compañero Hugo Laredo divulgó el día 20 de octubre, en el cual él decía:   “Saludo, la verdadera unidad de las izquierdas no se dará a nivel de las cúpulas, sino en las bases. Para eso estamos trabajando a nivel de las bases del FA”.

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