Tras las matanzas de París: el espanto, la rebelión y la acción
ATTAC FRANCE, 14 DE NOVIEMBRE DE 2015
Al día siguiente de las matanzas de París, los socios y simpatizantes de Attac, al igual que la sociedad francesa, sienten espanto y se rebelan delante del odio ciego y asesino. Attac expresa su solidaridad con las víctimas y sus allegados. Las personas asesinadas el viernes por la tarde sólo ejercían su derecho a la convivencia, al civismo, al arte, a la vida libre, toda lo que estos asesinos quieren erradicar en nombre de una visión fanatizada por la religión.
A pesar de la emoción y la tristeza, nos negamos a ceder al terror, rechazamos la sociedad del miedo, de la estigmatización y la búsqueda de chivos expiatorios. Afirmamos nuestra determinación de continuar circulando, trabajando, divirtiéndonos, reuniéndonos y luchando libremente.
"Francia esta en guerra", nos dicen. Pero ésta, no es nuestra guerra: después de los desastres americanos en Irak y en Afganistán, las intervenciones francesas actuales en Irak, en Libia, en Siria, en Mali, en Chad, en Níger, en la República Sudafricana, que contribuyen a desestabilizar estas regiones y a provocan las salidas de migrantes que se topan con la fortaleza de Europa y cuyos cuerpos encallan sobre nuestras playas. Desigualdades y predaciones desgarran las sociedades, las levantan las unas contra otras.
Al Qaeda o Daesh sacan toda su fuerza inhumana de estas injusticias. Pero esta guerra no lleva a ninguna paz porque no hay paz sin justicia. Para acabar con esta guerra, nuestras sociedades deberán desintoxicarse de la embriaguez de poder, de armas, de petróleo, de metales raros, uranio...
Más allá de la base social y económica que alimenta todas las desesperaciones y todos acto insensatos, queda la "banalidad del mal", es decir, el hecho de que la humanidad no está a salvo del retorno o la restauración de la barbarie cuando algunos deciden desembarazarse del respeto del ser humano en tanto que ser humano.
En lo que esté a nuestro alcance, debemos luchar, más que nunca, contra el imperialismo "humanitario", contra el productivismo destructor, y por unas sociedades sobrias, libres e justas.
Rechazamos de antemano toda restricción al derecho a manifestarnos y a luchar contra este mundo podrido, y por las alternativas conjuntas de los pueblos del Sur y del Norte. Del 29 de noviembre al 12 de diciembre, con ocasión del COP 21 y a través de nuestras movilizaciones ciudadanas, mostraremos que otro mundo es posible, urgente y necesario.
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