Publicado
por Francisco Umpiérrez Sánchez
jueves, 10 de diciembre de 2015
Jesús, seguidor de mi
blog, en referencia con los acontecimientos acaecidos en París y con todo con
lo que está interrelacionado, formula la siguiente cuestión: ¿No es cierto que
los conceptos occidentales determinan el ser universal? Hago una primera precisión: más que hablar de
conceptos occidentales, sería más correcto hablar de los conceptos de la
sociedad burguesa clásica: la libertad, la igualdad y la fraternidad. Estos
conceptos son la expresión ideológica de las relaciones de producción capitalista.
No en vano en la sección IV de El Capital
titulada Transformación del dinero en capital, Marx se expresa en los
siguientes términos: “La esfera de la circulación o del intercambio de
mercancías, dentro de cuyos límites se mueve la compra y la venta de la fuerza
de trabajo, era en realidad un verdadero edén de los derechos innatos del
hombre. Lo único que impera aquí es la libertad, la igualdad, la propiedad y
Bentham (el egoísmo)”. El mercado libre capitalista, tan laureado entre los
burgueses, es la base económica de los llamados derechos humanos; que en vez de
presentarse como conceptos que corresponden a una determinada época histórica,
se presentan como conceptos que corresponden al ser humano en general. Los
conceptos ideológicos tienen esa peculiaridad: se borran las raíces
histórico-económicas de las que brotan y se presentan como conceptos propios
del ser humano en tanto ser humano. Este
es el modo en que concibe la religión al hombre, no como el resultado de un
largo y doloroso proceso de desarrollo, sino como un ente creado con todas sus
determinaciones desde un principio. La religión representa la más clara
manifestación del idealismo: el concepto es anterior al ser y es obra suya.
Para profundizar más en el tema que nos ocupa y situarlo en un concreto
teórico determinado, para que así los conceptos queden atados a una estructura
y no anden sueltos y dislocados, expondré algunas ideas de Engels contenidas en
su obra Ludwig Feuerbach y el fin de la
filosofía clásica alemana. Hegel concibe la realidad como aquello que
además de existir es necesario. En este sentido Engels formula la siguiente
afirmación: “En 1789 la monarquía francesa se había hecho tan irreal, es decir,
tan despojada de toda necesidad, tan irracional, que hubo de ser barrida por la
gran Revolución,…”. Los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad no se
hicieron realidad por sí mismo, sino mediante la práctica revolucionaria. Así
que los conceptos no determinan la realidad, sino que son la expresión
idealizada de la necesidad de cambiar la realidad. Pero el cambio de la
realidad solo es posible mediante la práctica. En suma: entre el concepto y la
realidad media la práctica.
Aunque desde Occidente se esperaba que la primavera árabe trajera a los
países del norte de África la democracia occidental y sus valores, no fue
posible. ¿Por qué? Porque en esos países las relaciones de producción
capitalista están poco desarrolladas y las determinaciones feudales siguen
estando muy presentes. El mayor atraso político de buena parte de las naciones
musulmanas está en que en ellas la religión no está separada del Estado, o lo
que es lo mismo, el Estado no se ha liberado de la religión. Y la falta de
unidad económica interna que existe entre las distintas zonas territoriales de
esas naciones ha hecho que la religión se convierta en uno de los más poderosos
medios para lograr esa unidad. Lo que observamos en esas naciones, por mucho
que las potencias occidentales pretendan lo contrario, es una exacerbación de
la religiosidad. Y como el imperialismo practicado por Occidente ha sido
durante muchos años oprobioso, los pueblos árabes han convertido a la religión
en la principal seña de identidad cultural.
He afirmado en varias ocasiones que la izquierda radical sigue atada a
los viejos conceptos y entre sus filas predomina la representación del mundo
extraída de los libros sobre la percepción de la realidad. Todos los que hemos
militado en partidos leninistas reconocemos la validez de los conceptos
elaborados por Lenin en su magna obra El
Imperialismo fase superior del capitalismo. Esos conceptos eran válidos
para las primeras décadas del siglo veinte,
pero carecen de validez en la actualidad. En ese entonces de acuerdo con
las apreciaciones de Ilích Ulianov nos encontrábamos en la época de las revoluciones
proletarias, de manera que todos los movimientos de liberación nacional
formaban parte de la revolución socialista mundial. Pero desde la extinción de
la URSS y la transición de China hacia una economía mixta donde el capitalismo
ha ganado la posición predominante, no nos encontramos en la época de las
revoluciones socialistas, sino todo lo contrario: en la época de la
globalización de las relaciones capitalistas. De ahí que todos los movimientos
de liberación nacional que acaecen en los pueblos árabes formen parte de esa
globalización capitalista y no de la revolución socialista. Por lo tanto, es un grave error de percepción
el que comete la izquierda radical cuando examina los actuales movimientos
nacionales a la luz de los conceptos que tenían validez hace ahora mismo un
siglo.
Así que no es cierto que los conceptos occidentales capitalista
determinen el ser universal de Asia central
por las siguientes razones: una, porque entre los conceptos y la
realidad media la práctica, dos, porque las relaciones capitalistas en los
países musulmanes están poco desarrolladas, tres, porque esos pueblos no se han
liberado políticamente de la religión,
cuatro, porque en lucha contra el imperialismo occidental los pueblos
árabes han hecho de la religión un factor clave de su identidad cultural, y
quinto, porque el poder hegemónico en la mayoría de las naciones árabes está en
manos de los jeques y no de partidos burgueses de izquierda.
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