Divulgada por César
Aching Guzmán el 18/02/2016
Escribe: Carlos Alonso Bedoya
Fuerza Popular es el partido político
peruano más vinculado con el narcotráfico. No por nada el gobierno de Alberto
Fujimori convirtió al Perú en un Narcoestado, que daba luz verde a los mayores
productores y exportadores de droga como en el caso Vaticano.
Vladimiro Montesinos y varios abogados
asociados a él eran patrocinadores de narcos. El cliente más importante del
joven abogado Vladimiro en 1978 fue nada menos que Evaristo Porras, poderoso
narco colombiano.
Montesinos le ayudó a escapar de
prisión con el cuento de un traslado para revisión médica y lo puso en un avión
directo a Colombia.
Encima, movió a sus conocidos en el
Poder Judicial para desaparecer el expediente de extradición tras el escándalo
de la fuga. De allí para adelante, Montesinos se convirtió en el mejor abogado
del narcotráfico y aumentó su influencia en los tribunales, la policía, y más.
Ya como siamés de Fujimori en el poder,
hasta se dio el lujo de venderle fusiles AK-47 a las FARC de Colombia, que
compró previamente al gobierno de Jordania (y de manera oficial, como gobierno
peruano a través de militares y funcionarios en actividad). La plata con la que
la guerrilla colombiana pagó al Perú provenía de manos de “Fernandinho”,
poderoso narco brasileño, que dio el dinero a cambio de un cargamento de
cocaína.
Ya casi nadie se acuerda de los
“Fusiles que tumbaron a Fujimori” en un teatro de operaciones de política
internacional donde Estados Unidos le terminó bajando el dedo. El escándalo
explotó semanas antes de la difusión del primer vladivideo que precipitó el
escape de Fujimori.
En el libro “Memorias Olvidadas”, del
expresidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002), está con lujo de detalles
este caso que incluye tráfico de armas y drogas al más alto nivel estatal del
Perú.
Tampoco podemos olvidar que durante el
fujimorato muchos aviones de las Fuerzas Armadas y hasta el propio avión
presidencial, fueron usados para exportar toneladas de cocaína (caso
narcoavión).
Por eso no es sorpresa que Fuerza
Popular tenga tantos vínculos actuales con el tráfico de cocaína como los siguientes:
1) Caso Calle Quiroz, narco incluido en la lista norteamericana que donó 40 mil
dólares a Keiko en la campaña 2011; 2) Caso Barranca, donde el patrimonio del
candidato provincial, Beto Tapia, fue usado por cárteles mexicanos. Se encontró
cocaína en el camión del candidato en el 2014; 3) Caso Limasa, empresa de
propiedad de Kenji Fujimori y Miguel Ángel Ramírez, en cuyos almacenes se
encontró cocaína; y 4) Caso Joaquín Ramírez,el secretario general de Fuerza
Popular investigado por la Fiscalía por lavado de activos.
Fuerza Popular se vende como la cara
moderna del fujimorismo, pero en realidad mantiene lo peor del gobierno de
Alberto Fujimori, lo que apunta directamente al narcotráfico.
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