El
Desconcierto
03-02-2016
Desde una
editorial independiente y autogestiva, nacieron en Argentina las
“Antiprincesas”: mujeres reales, independientes, latinoamericanas y
revolucionarias en formato de cuentos para niños y niñas. Su autora conversa
con El Desconcierto de las motivaciones y la lucha contra los estereotipos de
los cuentos tradicionales.
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En el barrio
de Agronomía, en la ciudad de Buenos Aires, una niña llegó a la escuela con su
edición de Juana de Azurduy, de Antiprincesas, para compartir con sus
compañeras. Pero al llegar a la sala, se encontró con que sus compañeras tenían
la edición Frida Kahlo y otras tenían la de Violeta Parra. La
anécdota llegó a los oídos de Nadia Fink, periodista argentina y escritora de
la serie de libros infantiles que busca, a través de historias de mujeres
reales y latinoamericanas, contrastar el ideal de que promueven los clásicos
cuentos infantiles.
Desde su lanzamiento a mediados del año pasado, la
serie Antiprincesas tuvo una repercusión inesperada. Desde una editorial
independiente -Chirimbote- y de manera autogestiva, los argentinos Nadia
Fink (escritora), Martín Azcurra (diseñador) y Pipo (dibujante), tomaron
los casos de Parra, Kahlo y de Azurduy para contarles a los niños las historias
de estas mujeres libres, pensantes, independientes y revolucionarias. Todas
lejos del estereotipo de género clásicos de los cuentos infantiles, donde la
princesa espera a ser rescatada por un príncipe.
En conversación con eldesconcierto.cl, Nadia
Fink cuenta cómo ella misma de niña sufrió con el estereotipo que transmiten
los cuentos infantiles. “La idea de ser la mujer que tenía que quedarse
esperando que la rescataran me resultaba muy aburrido y siempre terminaba
pidiendo ser hombre, no por una cuestión de género, sino por diversión”.
– ¿Qué es lo que los motivó a lanzar un proyecto como
este?
Veníamos pensando hace varios años laburar la
infancia, porque nos parecía que tanto los medios independientes, las
editoriales o como la izquierda misma, se debía un trabajo con la infancia. A
veces se trabaja de la inmediatez de la noticia, de la información y la
infancia queda un poco relegada a quienes se ocupan de su educación o de su
cultura. Y lo de hacer historias de mujeres reales nos parecía bueno para
romper un poco con los estereotipos de princesas, que muchas veces se repiten
en la crianzas. Tenemos presente en nuestra cultura el estereotipo del 90-60-90
en el cuerpo femenino, de los pelos preciosos y larguísimos, hay fiestas para
nenas que festejan su cumpleaños a los 7-8 años. Nos parece que más allá de que
se avance en un montón de discusiones, las princesas que más permanecen de
Disney son las clásicas, Blancanieves, la Bella y la Bestia.
– Y ahí toman la decisión de romper los estereotipos
tradicionales a través de mujeres con historias de vida dura y que son parte de
la cultura latinoamericana. ¿Por qué?
Justamente, los cuentos clásicos se repiten
permanentemente, no hay mucho cuestionamiento. Creo que a veces el final feliz
opaca toda una vida de penurias, tristezas, degradaciones en casi todas las
historias. Sí, tuvieron vidas más reales, más cercanas a lo que pueda tener
cualquier mujer. Y que sean latinoamericanas nos parece trascendental porque
ese tipo de libros se han focalizado siempre en la cultura europea y creemos
que nuestras niñas necesitan estos espejos diferentes donde mirarse, que se
acerquen más a su realidad, a su contexto, a su vida, a sus colores, sus
tamaños. No parecía que estas tres primeras heroínas que elegimos, estas tres
primeras anti princesas tenían características de haber trascendido a su
tiempo, de haber intentado ser felices a partir de lo que generaron, de superar
sus dolencias físicas y emocionales para seguir tras su objetivo, de tener un
objetivo colectivo más común.
– ¿Qué esperan que aprendan los niños después de leer
estos libros?
Un libro solo no cambia la vida o el pensamiento de
nadie. Sí generan preguntas que ayudan a ser disparadores para quienes están
trabajando, sobre todo adultos y adultas que pueden tener otras herramientas
desde donde trabajar. Tratamos de proponerlos como disparadores para que se
sigan trabajando otros temas y por suerte han resultado muy atractivos para los
chicos y las chicas. La imagen también es fundamental, que Pitu consigue de
manera sensible, creativa, original, cercana del espíritu de la niñez, y en eso
tratamos de no espantarnos con asemejarnos a lo industrial en el sentido de
darle importancia a la imagen. Eso también es un desafío que tenemos que
superar desde la autogestión y la independencia.
– ¿Cómo analizas la repercusión mundial que ha tenido
la colección?
No lo esperábamos. Venimos trabajando de manera
autogestiva de hace muchos años y no esperábamos que tuviera esta repercusión
porque estábamos haciendo las cosas de la misma manera, no hicimos nada nuevo y
diferente, sino simplemente que se fue propagando, gestándose una movida de
boca en boca, de muro en muro como digo yo. Nos gusta porque si bien hay mucha
gente que lo compra porque conoce a Frida Kahlo y le llamó la atención la
imagen, adentro se encuentra con algo mucho más profundo, que trata de romper
desde estereotipos hasta algunas concepciones de temáticas.
– ¿Y cómo presentan esas temáticas distintas desde la
literatura infantil? Asumen que lidian con niños y niñas pensantes, capaces de
reflexionar sobre estos cuentos…
Lo que tratamos de hacer es simplificar el lenguaje
pero no empobrecerlo, de sumar palabras difíciles con este recurso que ideó
Martín Azcurra, el diseñador, que es generar vínculos, ventanitas, que emulan
las nuevas tecnologías y ayudan a definir palabras difíciles y hay un pajarito
preguntón, un perrito preguntón, va rotando el animalito o el objeto que
interviene en esas preguntas que a veces se hacen los niños y las niñas cuando
se lee en voz alta, así que el relato va teniendo sus idas y vueltas.
– La sociedad chilena, por ejemplo, es muy
conservadora y está discutiendo un proyecto de aborto en tres causales. ¿Esa
fórmula que dices les permitiría abordar temas como aborto, matrimonio homosexual,
transgéneros, a través de la literatura infantil?
En realidad vamos sumando de a poco ciertas temáticas.
Cómo plantear el aborto de verdad que no tengo idea jaja, supongo que llevará
bastante tiempo, pensando que no en todos lados es legal. Acá en Argentina se
da una disputa de hace muchos años, más allá del progresismo kirchnerista, es
un tema que no se puede debatir y hasta el día de hoy, si bien hay un protocolo
ante ciertos casos, los médicos no los cumplen. Así que ese tema será para
mucho más adelante porque es para niños y niñas. Tenemos que pensar en un tema
que no sea para bajar líneas sino que esté dentro de una historia, una
narración, un cuento, con personajes y otras características. Sí hablamos en
los libros -en el caso de Frida- de la revolución, de amor libre, de
homosexualidad, en caso de Violeta de la crianza sola de los hijos e hijas que
les sucede a muchas mujeres. Hablamos de la muerte, de la enfermedad, lo
planteamos dentro de la historia que estamos contando. Por eso tratamos de que
todo esté inserto en un relato y no algo que trate de llamar más la atención.
En general han tenido buena recepción, incluso en padres o madres que no son
tan progres por decirlo de una manera y que eligen como contárselos también.
– En el libro de Violeta Parra omiten el tema del
suicidio. ¿Por qué?
Tratamos de ver qué queremos contar y qué focalizar de
cada vida. En caso de Frida, se habla de la muerte, y está contada a partir de
una leyenda azteca. Pero en Violeta decidimos obviarlo porque queríamos
rescatar otras cosas y nos pareció que contar el suicidio podría querer
transmitir que las mujeres que se animan terminan todas mal. Entonces íbamos
cuidando y tuvimos una nueva manera de encarar el relato. En eso también
tratamos de jugar, en que cada libro sea único y que nos lleva a nosotros a la
experimentación creativa también.
– La última publicación es de Julio Cortázar el primer
Antihéroe. ¿Qué aspectos de su vida lo hacen ser un antihéroe?
En realidad los anti héroes serían, más que anti
heroes, anti súper héroes. Algunos nos decían, por qué no anti príncipes. Pero
el tema es que el príncipe no ocupa un lugar protagónico en la vida de los
niños, en general son figuras que están a disposición de un princesa. En cambio
los súper héroes si son lugares de donde se puede desarrollar el estereotipo
masculino, el que tiene la fuerza, el súper poder, que es burlado e ignorado
hasta que todos descubren que es un genio que puede salvar al mundo. Estos
hombres, anti héroes, tienen superpoderes, pero en caso de Cortazar es el súper
poder de la palabra puesta en juego, que es algo que nos interesa de él. Y
justamente que hablamos de hombres que se destacaron en algunos aspectos,
también no profundizamos mucho en lo biográfico, como sí lo hacemos en su
legado. En Cortázar es un recorrido a los saltitos -emulando a La Rayuela- de
su obra y de sus personajes más entrañables.
Desde la editorial independiente Chirimbote ya
decidieron las próximas ediciones de los populares cuentos para chicos y
chicas: El Che Guevara, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano y el
Subcomandante Marcos serán los Antihéroes, mientras que las Antiprincesas
serán Clarice Lispector, Mercedes Sosa, la colombiana Policarpa Salavarrieta
y Eva Perón.
En Chile se pueden conseguir las ediciones de Violeta
Parra, Frida Kahlo y Juana de Azurduy – y próximamente Julio Cortázar- a través
de la editorial Chirimbote
Chile y librería Proyección.
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