sábado, 6 de febrero de 2016

TPP: EL QUE CALLA OTORGA.




Escribe: Milcíades Ruiz

La sabiduría popular tiene entre sus dichos el de “El que calla, otorga”. Se supone que los partidos políticos y movimientos antiimperialistas conocen las implicancias del TPP- (Tratado Transpacífico) promovido por los EE UU. El presidente de la república lo ha suscrito a espaldas de la nación y sin consulta previa a los pueblos afectados porque se trata de un pacto secreto. Los abogados saben si este proceder es constitucional o no. Pero lo que llama la atención es el silencio de algunas agrupaciones y candidatos que no se pronuncian ni hacen “cuestión de estado” al respecto. (¿?). ¿Será que están de acuerdo?

En el Perú de 1960, la oligarquía estaba por encima de los poderes del Estado, teniendo bajo su servicio a todas las autoridades nacionales y partidos políticos mayoritarios. A nivel mundial esta configuración se viene dando a través de tratados como el TPP y otros. La oligarquía transnacional pretende así, abrir un nuevo orden mundial posesionándose de un poder supremo que esté por encima de las naciones. Se ha iniciado la construcción de una estructura jurídica internacional en la que el mundo va reconociendo de a pocos un poder global que no se identifica con un solo país hegemónico sino que está por encima de todos. Hasta la ONU tendría que reconocerle ese derecho o sucumbir.

No solamente es la eliminación de todas las soberanías y defensas nacionales arancelarias o de protección de la producción propia sino también nuevas reglas favorables a las inversiones de las transnacionales y que abarcan áreas de comercio, medio ambiente, legislación laboral y toda clase de políticas gubernamentales de los países comprometidos. Todos los países firmantes del acuerdo transpacífico están obligados adecuar su legislación a lo que será la carta magna mundial. Ello hace que las actuales promesas electorales sean solo  un canto a la bandera.

El primer paso en esta dirección fue la firma de los TLC (Tratados de Libre Comercio) de manera bilateral y el segundo es el de los tratados multilaterales. En el Océano Pacífico el TPP y, en el Atlántico el TTIP llamado también ATCI (Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones) que también es una amenaza tramada en secreto para involucrar a países europeos y crear un área comercial de 800 millones de consumidores. Las otras regiones también están en el proyecto esperando que pasen las convulsiones sociales para armar los otros bloques.

El asunto es más serio de lo que muchos suponen. Con este poder omnímodo la oligarquía planetaria tendrá el control político del nuevo orden mundial como en nuestro caso lo tenía la oligarquía antes de la revolución velasquista y que, manejaba la política, las leyes, la economía, la justicia, etc. Ya actualmente con los TLC las empresas tienen el derecho de llevar de las orejas al Perú ante tribunales extranjeros y pedir cuantiosas indemnizaciones.

Los conflictos con las transnacionales ya no se tratan gobierno a gobierno. Ahora las empresas particulares están en condiciones de chantajear a los gobiernos nacionales amenazándolos con acudir a juzgados internacionales en caso que no accedan a sus caprichos además de, amenazar con represalias económicas, bloqueo económico, confiscación de cuentas en el extranjero e intervención militar en defensa de sus inversiones. Todo esto de manera legal. 

Por ello, nuestro gobierno le teme a las empresas inversionistas extranjeras a pesar de lo cual se somete al TPP porque es prisionero de la concepción neoliberal y de la corrupción antipatriótica. Pero el TLC bilateral con otro país todavía permite escapes para evadirlo, lo que ya no se podría hacer con el TPP multilateral, pues funciona como circuito cerrado sin escapatoria del carga montón. 

En materia comercial, se nos dice que es una gran oportunidad para crecer ya que se nos abre un inmenso mercado para vender nuestros productos. Este solo es un espejismo pues lo que tenemos para vender no se equipara con lo que tienen los otros para vendernos. Este desbalance ocasiona pérdidas económicas por intercambio en desigualdad de condiciones ¿Qué hacemos con un enorme mercado si no tenemos mercadería? Pero estamos obligados a dejar que ingrese a nuestros mercado interno la mercadería de los otros países sin interponerles ninguna barrera aunque avasalle a la nuestra. 

Tendremos entonces competencia desleal con productos subsidiados extranjeros con precios por debajo del costo de producción. Sabido es que los otros países subsidian la exportación de algunos productos para evitar el descalabro económico de los suyos por sobreproducción. Es el caso de los granos que otros países tienen como sobre stocks y cuyos costos de almacenamiento prolongado son antieconómicos. Sucede con el maíz, arroz, trigo y otros cereales. Esos países procuran exportarlos a precio de remate para evitar pérdidas mayores. Salen de su problema pero a costa de hacernos daño.

Pero sabemos también que los subsidios no solamente son a los productores y exportadores de manera directa. Los subsidios encubiertos están en todo el proceso. Todas la universidades reciben subsidios para investigación agropecuaria que es de gran ayuda para los productores tanto en semillas, como en tecnología de manejo productivo, control de plagas y enfermedades, etc. Los subsidios están también en los programas estatales rurales, en la asistencia técnica, extensión agrícola, comercialización y el algunos casos hasta se paga al agricultor para que no siembre y así evitar sobreabastecimiento.

Ese no es nuestro caso y competir en condiciones desiguales es fracaso seguro. El Perú será esquilmado. Los más fuertes le meterán la mano al bolsillo para arrebatarle su dinero. En el deporte, un boxeados de categoría pluma nunca pelea con un peso pesado porque sería inaudito. Pero en este caso de libre comercio no hay reglas de protección. Hasta la alimentación nacional está en peligro porque según el TPP los campesinos están obligados a comprar semillas directamente a distribuidores organizados para crear dependencia pagando propiedad intelectual cada vez que la usen.

No es que nuestro agricultor no sea competitivo. Es la abismal diferencia de condiciones de trabajo y producción pues el productor peruano no recibe ningún tipo de ayuda del gobierno. De agricultor a agricultor, el peruano es más competitivo que cualquier agricultor gringo que no sabe hacer nada sin máquinas. Pongamos a trabajar la tierra a un campesino andino y a un gringo en iguales condiciones y veremos cuál es mejor.

El desastroso primer gobierno aprista nos dejó la triste experiencia de la invasión de carne neozelandesa que llegó hasta los último rincones de los andes desgraciando al ganadero nacional. ¡Ah, pero en camélidos nadie nos gana! ¿Cómo dijo? El Perú tendrá la mayor cantidad de alpacas en el mundo por ahora pero las mejores, con mejor calidad de fibra, están en Australia y Nueva Zelandia firmantes del TPP.

Australia tiene ya cerca de medio millón de alpacas de primera calidad de fibra debido al proceso sostenido de mejoramiento genético. Las alpacas peruanas parecen “chuscas” al lado de las bellezas australianas, alimentadas con pastos cultivados selectos. La productividad de fibra por alpaca supera las siete libras doblando el rendimiento de nuestras zonas alpaqueras. En estas condiciones, ¿podríamos competir con nuestras chompas de alpaca con Australia?

Pero también podemos ser invadidos con la importación de lácteos afectando nuestra ganadería lechera, que ya tienen competencia desleal en productos lácteos industrializados lo cual se agravará al retirar los aranceles para dejar libre el paso a la industria láctea extranjera. Nueva Zelanda es el mayor exportador mundial de mantequilla y queso, uno de los mayores exportadores de carne y segundo en la exportación mundial de lana, pero también está Australia, Canadá y EE UU.

Australia es el mayor productor mundial de lana (25 % de la producción) y el  más grande exportador, en especial la de oveja merina. Exporta trigo, carne, productos lácteos y lana pero tiene enorme producción de arroz, algodón, frutales que anteriormente importaba. Ahora tiene limón y mango para cubrir la demanda interna y su agroindustria es de alto nivel tecnológico. 

Pero esto que sucede con la producción agropecuaria sucede también con textiles, manufacturas diversas y otros rubros industriales pues el Perú no tiene una estructura productiva diversificada ni competitiva. Los minerales que exportamos no son nuestros ¿Qué les vamos a vender? ¿Solo frutas y hortalizas? No podemos competir en electrónica con Vietnam ni menos con arroz y café. Ni hablar de competir con Canadá, Japón, EE UU y otros firmantes del TPP. 

Ya no se necesitará perseguir a los contrabandistas porque tampoco podrán competir con la invasión comercial. Las microempresas productoras serán aniquiladas y el emporio comercial de gamarra también pagará las consecuencias. Es el liberalismo que se introdujo con Fujimori y su hija seguirá la misma escuela de llegar a la presidencia. No se olviden la inmensa cantidad de trabajadores estatales que perdieron su trabajo con el neoliberalismo fujimorista.

Pero el avasallamiento de la producción nacional no viene solo sino acompañado de cierre de fábricas y empresas con el consiguientemente desempleo y despidos porque casi todo será importado. Ya no solo se trata de las medicinas encarecidas exageradamente sino que el TPP es una amenaza para nuestros padres en peligro de perder sus empleos, para el futuro de nuestras familias y de las nuevas generaciones. Está en juego el desarrollo nacional.

El acuerdo consta de 30 capítulos, cubriendo todos los aspectos de la vida nacional. 
Entre las medidas están:
ü  Prohibición de etiquetado obligatorio para los productos modificados genéticamente.
ü  Protección de patentes y derechos de autor, sobre todo en medicamentos, favoreciendo a las transnacionales de la industria farmacéutica.
ü  Reconocimiento mutuo de numerosas regulaciones, menos garantías para nosotros y más beneficiosas para las empresas transnacionales.
ü  Detrimento de la contratación pública en favor de la privatización (menos compra de productos locales y más de los extranjeros).
ü  Desregulaciones ambientales y de tramitología pasando por alto las consideraciones ecológicas.
ü  Desregulación financiera.
Podemos concluir entonces en que, mientras no estemos en condiciones de afrontar tantas desventajas actuales, no es conveniente firmar el TPP hasta que el desarrollo nacional nos permita progresivamente adquirir la capacidad de competir, impulsando nuestra ciencia y tecnología y con una estructura de diversificación económica (no solamente productiva).

La lucha por la no aprobación del TPP nos involucra a todos hasta los últimos rincones de la patria. Ni siquiera los empresarios derechistas estarán a salvo. Empoderar a la oligarquía planetaria es ponernos la soga al cuello. La lucha es de todos y no solo de algunos. No dejemos solos a los estudiantes que son los abanderados. Todos los gremios del campo y la ciudad están en el deber de luchar por sus representados. 

Tal como va el proceso electoral, solo una marcha masiva como la de los cuatro suyos puede impedir que el Congreso de la República ratifique el despropósito gestado por el imperialismo norteamericano. No solamente tenemos que crear conciencia nacional de este peligro sino también incorporar a todas las fuerzas patrióticas del país y del extranjero. De la capital y de las regiones, gobiernos regionales, provinciales y distritales. Tenemos que pedir el apoyo de todo el pueblo sin distingos políticos. Vayamos a todas las redes sociales y sistemas electrónicos disponibles. Todos unidos, costa sierra y selva, norte centro y sur.

Febrero 2016

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