por Thierry
Meyssan
El mundo cambia inesperadamente pero sólo
lo notamos con mucho retraso. Después de haber anunciado, en 2012,
la llegada de Rusia a Siria –que no se hizo visible
hasta dos años más tarde–, Thierry Meyssan anuncia ahora que
los Dos Grandes se retiran del Medio Oriente.
Red Voltaire | Damasco (Siria) | 19 de abril de 2016
En los próximos años, el Medio Oriente tendrá que
arreglar sus problemas por sí solo. Estados Unidos, país que ha
venido imponiendo allí su voluntad desde la Segunda Guerra Mundial,
y Rusia, que luchó contra los yihadistas en Siria, no tienen
intenciones de seguir desempeñando papeles protagónicos en esa parte del
mundo. Los pueblos de la región, a los que las potencias coloniales
infantilizaron durante siglos, además de ponerlos a pelear entre sí,
tienen ahora que comportarse de manera adulta.
Los Dos Grandes están enfrentando, los dos
al mismo tiempo, graves problemas económicos.
Washington, que soñó, en tiempos de George W. Bush,
con hacer del siglo 21 un siglo «americano», ya
no dispone de los medios necesarios para realizar esa ilusión.
Estados Unidos se ha visto obligado a dejar espacio a Rusia y China y
ahora tiene que concentrar sus fuerzas en el Extremo Oriente, mientras todavía
puede hacerlo.
El presidente Barack Obama y sus colaboradores han
concedido larguísimas entrevistas a Jeffrey Goldberg, quien las sintetizó
en un interminable artículo publicado en The Atlantic [1].
En esas entrevistas, el inquilino de la
Casa Blanca y sus colaboradores exponen los actos medulares de los
7 últimos años de la administración estadounidenses: contener las fuerzas
armadas de Estados Unidos y no volver a implicarlas en el Medio
Oriente bajo ningún pretexto. El tratado que Roosevelt firmó con Arabia
Saudita en 1945 –renovado por 60 años por G.W. Bush en 2005– ya
no tiene razón de ser: Estados Unidos ya no necesita el petróleo
saudita y está perdiendo su tiempo con wahabitas incapaces de adaptarse al
mundo moderno. Ha muerto la doctrina Carter, de 1980, que
estipulaba que el Pentágono tenía que controlar los campos petrolíferos
del Medio Oriente, doctrina que dio lugar a la creación del CentCom.
Aunque siga garantizándose la seguridad de Israel, Tel Aviv
no debe contar con la ayuda estadounidense para tratar de extenderse desde
el Nilo hasta el Éufrates.
Durante su maratón televisivo Línea directa con
Vladimir Putin, el presidente ruso también fue extremadamente
claro [2].
Debido a las sanciones occidentales, su país enfrentó el año pasado
una recesión de 3,7%, estimada en 1,8% para el año próximo, antes de que logre
registrar nuevamente algún crecimiento. Sabiendo que su Banco Central sólo
dispone actualmente de 387 000 millones de rublos, Rusia tiene que
mostrarse lo más ahorrativa posible para poder sobrevivir a esta tempestad.
Es por esa razón que retiró sus aviones
de Siria y que no volverá a enviarlos. Antes de retirar su
dispositivo, Rusia dotó al Ejército Árabe Sirio de material de guerra moderno y
formó a sus hombres para que sean capaces de utilizar ese material. Según el
presidente Putin, Siria dispone ahora de los medios necesarios para
reconquistar el terreno perdido.
Lo único que aún mantiene a Rusia en la región es
el hecho que necesita –al igual que Estados Unidos– derrocar al
presidente turco Erdogan antes de que la política supremacista de
este personaje y su manera de manipular el terrorismo lleguen
a provocar una catástrofe de proporciones planetarias.
Por consiguiente, Moscú y Washington respaldan ahora a los kurdos
en contra de Erdogan y si estos últimos entraran en conflicto
con Ankara en Siria, ninguno de los Dos Grandes va a meterse en
la pelea.
Por muy imprevisto que parezca, la retirada de los
Dos Grandes ya es un hecho. Y esta retirada deja huérfano
al Medio Oriente. Pero, como se dice, a la naturaleza no le
gusta el vacio, así que Arabia Saudita e Irán luchan ahora
entre sí por extender su influencia en la región.
Fuente
Al-Watan (Siria)
Al-Watan (Siria)
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