En Lima no
entienden, en especial los “sesudos” analistas de la “derecha bruta y achorada”
por qué en la Región Cajamarca no ganó en las recientes elecciones del 10 de
abril alguno de los “ilustres” paladines del “desarrollo”, del “progreso” y de
la “prosperidad”: Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski o algún otro
representante del capitalismo, del neoliberalismo y del modelo extractivista
minero. Abrigamos la esperanza de que ahora lo entiendan si leen la
siguiente narración del escritor cajamarquino de raigambre celendina
Jorge Pereyra Terrones, que la publicó originalmente en pleno conflicto Conga,
cuando varias provincias cajamarquinas estaban militarizadas en el intento de
aplastar la resistencia campesina y popular al ecocida proyecto Conga y a otros
proyectos mineros. Se recomienda a los amigos de Lima, en especial, que
impriman muchas copias de la narración y las hagan llegar a los pro-mineros y
defensores del actual modelo, especialmente a los integrantes de lo que Jorge
Pereyra llama la “fauna mediática”.
Wilder Sánchez
13.4.2016
AY, SI CAJAMARCA FUERA LIMA
Jorge
Pereyra
Esta
es una noticia de último minuto. Una gran empresa minera transnacional, durante
su proceso de exploración, ha descubierto gigantescos
depósitos de oro y cobre en el subsuelo de Miraflores, La Molina, Surco, San
Borja y San Isidro.
La
veta más enorme se encuentra en Chacarilla del Estanque. Animadas por estos
descubrimientos, otras empresas mineras extranjeras también evalúan participar
y sumarse a la explotación de esos inmensos recursos minerales a tajo abierto.
Naturalmente
que este descubrimiento haría olvidar el latente conflicto social que vive
actualmente Cajamarca, que estuvo varios meses militarizada y en estado de
emergencia, y cuya población vela con los dientes apretados a sus cinco muertos
y se opone masivamente, ahora más que nunca, al ecocida proyecto minero Conga.
Algunos analistas estiman que este descubrimiento le ha caído del cielo al
actual régimen narco-minero-militar y haría que el indicado conflicto pase a un
segundo plano.
La
transnacional minera sostiene que se podría usar el Estadio Nacional como poza
de lixiviación para verter allí el agua cianurada y utilizar también las
límpidas aguas del río Rímac.
Sin
embargo, pobladores “pitucos” de los distritos limeños afectados han salido a
las calles a protestar airadamente porque no fueron objeto de “consulta previa”
y porque temen que sus propiedades y terrenos sean expropiados por el Estado a
precios irrisorios. Ante la furibunda reacción de las clases medias altas, la
derecha mediática concentrada se ha apresurado a declararlos “antimineros”,
“terroristas”, subversivos, enemigos de la Patria, y de la inversión y el
desarrollo del país.
Rosa
María Palacios, Jaime de Althaus, Aldo Mariátegui, Cecilia Valenzuela, Mónica
Delta, el cardenal Cipriani, y toda la bancada fujimorista, aprista y pepekausista,
les han advertido que deben colaborar con la Patria o, de lo contrario, pronto
serán desalojados de sus viviendas. Les han increpado, asimismo, su falta de
sensibilidad social pues el Perú, según ellos, es un país minero desde hace 500
años y el modelo macroeconómico neoliberal no debe detenerse de ningún modo
pues la bonanza y riqueza de las grandes empresas estadounidenses, chilenas y
peruanas están apuntaladas por dicho modelo.
En
consecuencia, el gobierno ha dispuesto, por tanto, el traslado de la población
de dichos distritos pudientes hacia el norte del país, por la ruta hacia el
Cono Norte, y les ha autorizado que invadan cualquier arenal que encuentren a
su paso.
Por
otra parte, los vecinos de los barrios populares de San Juan de Miraflores y
Villa El Salvador han efectuado una serie de marchas de protesta ante probables
rumores de que algunos de los desalojados de Miraflores, San Isidro, Surco y La
Molina podrían ser reubicados en sus distritos.
Los
moradores de esas zonas populares han comenzado a levantar grandes rejas y a
tender alambrados de púas para impedirles el ingreso a sus vecindades porque
según se lee en sus pancartas dichos “pitucos” son gente de mal vivir.
Pero,
en un último flash informativo, se afirma que la gigantesca veta de oro y cobre
llega incluso hasta Palacio de gobierno y que por allí empezarán precisamente
los trabajos de extracción del oro y la construcción de un inmenso tajo debajo
de la Casa de Pizarro. Naturalmente, al conocer este hecho, Nadine Heredia, la
esposa del presidente Humala, lo ha abandonado y se ha sumado a las
manifestaciones saliendo a las calles a protestar, acompañada de su suegro
Isaac Humala y de Alejandro Toledo con su infaltable vincha.
Los
únicos que se han quedado al lado del presidente y permanecen fieles a él son
Roque Benavides, Keiko Fujimori, PPK, Lourdes Alcorta, Alan García y Jaime
Bayly.
Y
de pronto, me desperté…
Y
como en un flashback regresé al pasado, a la combativa Cajamarca del 2012. Los
helicópteros sobrevolaban el cielo de Cajamarca, las barricadas interrumpían el
tránsito de los vehículos, y masivamente la población desfilaba por las calles
voceando su malestar, repudio, descontento y oposición a Yanacocha y a su
engendro ecocida Conga.
Todo
había sido un sueño. Y había despertado otra vez a una amarga realidad.
Pero
nadie negará que una ficción de este tipo hubiera contribuido a desnudar la
hipocresía de algunos limeños y de sujetos despreciables como Rosa María
Palacios, Cecilia Valenzuela, Aldo Mariátegui, Jaime De Althaus, y demás fauna
mediática.
Y
me muero de ganas por saber qué opinarían, de esta inversión de la realidad,
los mencionados figurones de la derecha minerómana peruana.
A
veces la ficción es más convincente y aleccionadora que la misma realidad.
Y
los sueños, sueños son, aunque en ella figuren los dueños del Perú.
(Facebook de Jorge Pereyra Terrones;
21.3.201)
Enviado por Wilder
A. Sánchez Sánchez
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