Escribe:
Milcíades Ruiz
Al concluir el conteo de votos en la primera vuelta
del proceso electoral asoman algunos resultados paralelos que los analistas han
tomado para el análisis, aventurando algunas tesis. Sin embargo, creo que hay
que tomar los datos con mucha cautela para no llegar a conclusiones
equivocadas. En este evento hay mucho de falso y de apariencias engañosas. El
estado de ánimo electoral de la población es solo momentáneo y en gran parte es
obra del manejo mediático y sus encuestadoras al igual que toda propaganda
comercial o marketing neurológico.
Mucho depende también del cristal
con que se mire el espejismo electoral. Algunos sociólogos especializados han tomado
para el análisis su propia lupa para interpretar el proceso electoral como
resultado de posiciones políticas fijas, como una definitoria frente al
neoliberalismo, como preferencia entre costa y sierra, norte y sur, etc. Pero
quienes caminamos en el llano sabemos que la gente tiene sus maneras sencillas
de pensar y su lógica no se rige por posiciones políticas como las nuestras.
En gran parte, nuestra apreciación es subjetiva
dado que el proceso electoral da para muchas interpretaciones. Los derechistas
también tienen sus propias interpretaciones y su parcialismo los lleva a
equivocaciones como sucede entre nosotros. Es fácil equivocarse cuando hay
mucha falsedad en un proceso electoral lleno de vicios, arbitrariedades y por
su propia naturaleza descaradamente fraudulenta. Pero hay datos para
reflexionar como los siguientes:
1. En Cajamarca el movimiento
encabezado por Gregorio Santos barrió en las urnas pero mayor fue la votación
en blanco y viciados sin contar con el alto ausentismo cercano al 30%. Santos
obtuvo el 27,8% de los votos pero no tiene derecho a tener congresistas. Keiko
solo obtuvo el 20,3% y tiene 4 congresistas electos.
El pueblo cajamarquino eligió
como congresistas a Jorge A. Rimarachín (19,359 votos) e Idelzo Hernández
(18,984 votos) de Democracia Directa pero el sistema electoral dice que no
tienen derecho a ser congresistas como sí, lo tienen quienes sacaron la tercera
parte de votos como Wilmer Aguilar Montenegro (5,856 votos) y Segundo Leocadio
Tapia Bernal (5,267 votos), ambos de Fuerza Popular. ¿No es esto un fraude
legalmente consentido, un hecho antidemocrático y una vergonzosa injusticia?
El gran impulsor del Frente
Amplio, el sacerdote Marco Arana, que iba con el N° 1 por Cajamarca ni siquiera
recibió el respaldo de su tierra natal para ser congresista aun cuando obtuvo
una votación mayor (7,240 votos) que los congresistas electos de Fuerza Popular
ya mencionados. Prestó el nombre de su partido para que los beneficiados sean
otros. Ahora deberá poner la otra mejilla.
2. El Frente Amplio superó las expectativas
de propios y extraños, lo cual es un gran mérito. Pero cuidado con la soberbia.
No lo interpretemos como que todos los que votaron por Verónica Mendoza son de
izquierda. Ya quisiéramos que esos casi tres millones de votantes fueran
realmente de izquierda. No nos engañemos. No olvidemos tampoco que el F. A. no
es un frente de izquierdas aunque casi todos hayan votado a favor por diversas
razones. Son los medios informativos los que hacen ver al F. A como la
izquierda peruana.
Salvando las distancias, si
revisamos experiencias, veremos que hay una similitud con el fenómeno electoral
que llevó a la alcaldía de Lima a Susana Villarán en el 2010. Como se
recordará, a media campaña solo llegaba al 9% en tanto que sus rivales mayores,
Lourdes Flores y Alex Kouri tenían 32 y 24 % respectivamente. Pero este último
fue sacado de carrera y los votantes viraron hacia Villarán que ganó la carrera
con escaso margen. Ya sabemos cómo terminó esta lideresa.
En estas elecciones generales, la
chance de V. Mendoza era muy escasa pero bastó que les cortaran las alas a
César Acuña y luego a Julio Guzmán para que empezara a subir. Sin negar los
méritos de la campaña del Frente Amplio, no estaría mal analizar con más
prudencia. Hay una natural euforia por el éxito alcanzado pero si no se pisa
tierra, esto podría conducir a la soberbia sin fundamento.
Se escucha decir: “Somos la
segunda fuerza política del país”, “hoy empieza el cambio, el nuevo Perú del
bicentenario” y se amenaza con una férrea oposición fiscalizadora. ¿Qué pueden
hacer los 20 frente a los 110 de la derecha parlamentaria? A la primera serían
aplastados. Ponerse arrogantes teniendo tanta inferioridad numérica real quizá
no sea lo apropiado salvo que la estrategia así lo determine. La humildad suele
ser más efectiva porque hace cometer errores al enemigo desprevenido. Si somos
débiles no cabe otra que actuar con inteligencia para ganar terreno. La
pedantería conduce al fracaso.
Nos sucede por ejemplo, en los
sudamericanos de futbol que hemos alcanzado el tercer lugar consecutivamente y
muchos dicen “Somos terceros en América” pero eso no es cierto. Está comprobado
que este mérito es engañoso por el sistema del campeonato que empieza por
sorteo. A la hora de la verdad, no podemos ni siquiera clasificar a un mundial.
Lo real aunque nos duela, es que
el gran vencedor por mayoría abrumadora es el neoliberalismo. La marea
continental se veía venir cuando apareció en Argentina, Bolivia, Brasil y
Venezuela. También es cierto que el éxito del F. A. puede ser muy alentador por
las apariencias pero al mismo tiempo es una derrota ante las fuerzas del otro
bando que en conjunto tienen mucho de común contra la izquierda. La cruda
realidad es que la disputa final es entre dos fuerzas neoliberales; que estamos
fuera y cualquiera sea el ganador no habrá cambios estructurales, ni nuevo
Perú. Entonces, hay que ser conscientes que nos esperan muchas dificultades,
grandes luchas, sacrificios y mucho trabajo político inteligente.
3. El hecho de que dos “semi
extranjeros” estén disputando la final electoral debe llamar a la reflexión.
Quizá nuestro pueblo haya perdido la fe en todo peruano neto a los que ve como
pillos. “Todos son iguales” dice mucha gente y apuesta por algo diferente. La
carencia de consciencia política y de claridad ideológica quizá nos indique que
nos hace falta mayor difusión de nuestras ideas y planteamientos entre los
sectores sociales mayoritarios de las zonas capturadas por la derecha. Este
fenómeno merece ser estudiado detenidamente.
4. La unidad electoral lograda sigue
siendo muy frágil. No olvidemos que V. Mendoza no tiene partido. Las
divergencias no han desaparecido con el éxito electoral del F. A. cuyo futuro
es una incógnita dado lo que ha pasado con el partido “Tierra y Libertad” sin
el cual, el F. A. no habría podido participar. Cuántos congresistas ha sacado
“Tierra y Libertad”. ¿Nadie sabe para quién trabaja? Su propia evaluación quizá
los lleve a ir solos en el futuro o por lo menos a no repetir errores. Ellos
son los “dueños de la pelota” todavía y lo que decidan puede ser determinante
para el F. A. con miras a próximas elecciones. Si la cohesión se mantiene en
gran parte será una hidalguía de “Tierra y Libertad” y otro éxito del F.A.
5. Hace ya buen tiempo que en el
norte un gran sector de la población tradicionalmente aprista ante el desengaño
político se apartó de esta influencia, situación que ha sido aprovechada por
Acuña y el fujimorismo más no por la izquierda a pesar de tener más afinidad de
origen. Los norteños no ven el peligro del fujimorismo porque no han sufrido el
terrorismo de Estado ni el terrorismo senderista como sí lo sufrieron en carne
propia los pobladores de la sierra sur.
Tampoco han tenido que afrontar
con sus vidas la represión en las luchas campesinas y regionales contra la
contaminación minera, salvo en Cajamarca. En todas las zonas mineras la derecha
ha sido derrotada tanto en Cajamarca como en el sur. En estas zonas los grupos
de izquierda han estado nítidamente al lado de los afectados por los daños
ambientales y este apoyo ha sido determinante. Entonces por allí pudiera estar
la explicación a este contraste electoral entre el norte y el sur.
Las amplias victorias del F A en
Challhuahuacho - Cotabambas (Apurímac), zonas adyacentes a los proyectos
mineros Las Bambas - Antares, y en Cocachacra (Arequipa), donde está Tía María.
Rotundo éxito de D.D. en Celendín - Hualgayoc- Bambamarca, entorno de los
proyectos Galeno y Conga. Eso indica que la línea política en apoyo a los
campesinos afectados por los daños mineros arroja altos dividendos políticos
debiendo mantenerse como estrategia en las elecciones regionales y municipales
próximas.
6. Otro
punto a tener en cuenta es el electorado de Lima que es el que decide la
votación general pues tiene un padrón es más numeroso que la selva completa y
mayor que toda la sierra. Se entiende que aquí se concentra el llamado
proletariado, la mayor cantidad de sindicatos y la central sindical nacional.
Pero también está una abrumadora
mayoría los sectores pobres, ambulantes, migrantes en los barrios marginales de
la capital a los que consideramos nuestra gente y que son objeto de nuestros
desvelos ideológicos. Sin embargo, El peso electoral del F. A. en estos
sectores es muy inferior al de los partidos de los ricos y de la derecha, lo
cual demostraría que la izquierda ha calado muy poco en el sentir de esta
población y obliga a diversas tareas políticas.
En cambio resulta notorio que el
F. A. ha logrado los veinte escaños gracias al aporte de ocho distritos
electorales de la sierra con 12 escaños. Nada de la selva y tan solo 5 de la
costa con gran parte de electorado proveniente de la sierra y 3 de la capital.
Podría decirse que el fuerte del F. A ha Lima y la sierra sur. Total 13 de los
26 distritos electorales.
7. También
se dice que ahora la consigna es votar por el mal menor pero también se puede
decir votar por quien menos sufrimientos ocasiones al pueblo. El fujimorismo
está embriagado con 71 congresistas electos. No necesita negociar para imponer
su dictadura y tampoco está dispuesto a dialogar. La otra fuerza en disputa por
lo menos trata de negociar y lo ha intentado con Santos. Esto no se puede
descartar si se arranca compromisos tácticos como por ejemplo la renegociación
de contratos en hidrocarburos y minería, Conga no va ni Tía María.
Pudiera ser que el pueblo diga el
fujimorismo ya tiene mayoría en el congreso y hay que poner el contrapeso en el
ejecutivo, pero eso es solo especulación. Sea como fuere, lo dicho líneas
arriba son solo observaciones en caliente que podrían ser descartadas o tomadas
en cuenta por quienes tengan interés para las decisiones con miras al futuro.
Abril 2016
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