04-05-2016
En el editorial del 16 de abril de 2016, el diario
La República compara las fojas de los candidatos en la segunda vuelta,
señalando que no se aprecian diferencias de fondo en materia económica, pero
que en el terreno político Pedro Pablo Kuczynski “exhibe una foja democrática
aceptable”, vale decir que en la implementación del neoliberalismo ambos
candidatos se encuentran de acuerdo.
Sobre la foja democrática o antidemocrática de
Keiko Fuijmori se sabe bastante y debe seguirse explicando pues los resultados
de la primera vuelta muestran que aún falta mucho para terminar con la
influencia del fujimontesinismo en la vida del país.
El problema del editorial de La República y de
muchos que están asustadamente convencidos de votar por PKK o por lo menos lo
dudan, siguiendo las razones del Oidor que tan sarcásticamente relatara Ricardo
Palma en sus Tradiciones Peruanas, es que desvincula, separa, aísla, el
programa neoliberal de la política neoliberal, la “materia económica” del
“terreno político”.
Indudablemente el deslinde, desde los que
defendemos el cambio democrático y patriótico, tiene como problema central la
materia económica, que es donde, como señalara José Carlos Mariátegui, “se
percibe siempre con más claridad que en el político el sentido y el contorno de
la política, de sus hombres y de sus hechos”; pero la teoría y los hechos
nos han mostrado que el Neoliberalismo es, en política una teoría completamente
antidemocrática, ya no solo desde el punto de vista comunista sino inclusive
burgués, hasta alcanzar un límite difuso con el fascismo, empezando porque sus
principios establecen la libertad económica como la base de las demás
libertades, es decir la libertad de los dueños de las grandes empresa
nacionales y transnacionales; propugnan el individualismo por sobre lo
colectivo, lo que expresan cuando cuestionan “la dictadura de la mayoría sobre
las individualidades” y que al momento de elegir se elija representantes
contrarios a su “libertad económica”; y, predican que la desigualdad es
necesaria e incluso deseable para el desarrollo de la sociedad; todos ellos,
principios que socaban la democracia en cualquiera de sus formas. Esta
apreciación se puede corroborar en la práctica de sus principales teóricos y de
los gobiernos que implementan el modelo neoliberal; así no olvidemos que los
“Chicago Boys” (neoliberales formados en la Universidad de Chicago, Estados
Unidos), encabezados por Milton Friedman, no tuvieron reparos en asesorar al
gobierno fascista de Chile de Augusto Pinochet, tampoco olvidemos que en
Inglaterra el gobierno dirigido por Margaret Thatcher quebró los sindicatos
obreros para aplicar el neoliberalismo y, sin ir más lejos, en nuestro país la
implementación del Neoliberalismo necesitó del golpe del 5 de abril y la
dictadura fujimontesinista, rompiendo la llamada institucionalidad democrático
burguesa establecida en la Constitución de 1979, en la que Keiko Fujimori
fungió de primera dama y ahora es su candidata.
La manifestación de esa cercanía, por su credo
neoliberal no solamente económico sino político, de PPK y Keiko fue la segunda
vuelta de 2011, un evento muy cercano que muchos recordarán, por lo que
traeremos a la memoria otros hechos de lo que La República llama “la foja democrática”
de PPK.
En el primer gobierno electo después de la
Dictadura Neoliberal Fujimontesinista, el Gobierno de Alejandro Toledo, en
julio de 2001, PPK juramentó como su primer Ministro de Economía y lo primero
que hizo fue suscribir la Carta de Intención o “sujeción” con el Fondo
Monetario Internacional, sin consulta ni aprobación del pueblo, cuando se
cuestionó el contenido de dicha Carta, respondió, mostrando su “talante
democrático”, que no se iba a modificar y que si no les gustaban sus propuestas
se busquen otro Ministro de Economía (http://impresa.prensa.com/economia/Carta-intencion-Peru-FMI-cambios_0_534696624.html).
Tampoco debemos olvidar que en ese tiempo se creó
PROINVERSION, organismo dependiente del Ministerio de Economía del que era
Ministro el “Democrático PPK”, que se encarga hasta el día de hoy de
implementar las privatizaciones, que son parte de las actividades del programa
neoliberal. Ese organismo, el 14 de junio de 2002, llevó a la venta las
empresas EGASA de Arequipa y EGESUR de Tacna, violando el acuerdo electoral que
Alejandro Toledo había suscrito con los representantes del pueblo de Arequipa.
Esto generó el rechazo del pueblo arequipeño y su movilización, lo que fue
respondido con el estado de emergencia, la muerte de dos jóvenes arequipeños,
Edgar Pinto Quintanilla y Fernando Talavera Soto, y cientos de heridos, todo
para entregar a la transnacional francesa Tractebel las dos empresas
generadoras de electricidad, es decir en aras de la libertad de inversión y
ganancia privada y de someter la generación de energía eléctrica al mercado.
Este intento fue derrotado por la movilización y organización del pueblo y
Kuczynski con todo el gabinete tuvieron que renunciar en julio del 2002.
Vemos pues que los neoliberales, para imponer el
modelo que refleja los intereses de las transnacionales no se detienen ante las
formas democráticas, menos ante la voluntad democrática del pueblo, sus
diferencias políticas son mínimas, pues una idea tienen muy en claro: por
encima de cualquier democracia está la libertad del capital para aumentar sus
ganancias. Pero, también vemos que la organización y movilización del pueblo puede
derrotar sus medidas, pero es insuficiente para desmontar el modelo si no hay
conciencia y organización política contra el continuismo neoliberal y, en las
actuales condiciones, en que dos neoliberales compiten por la presidencia, es
necesario levantar la lucha por el cambio democrático y patriótico contra el
continuismo y profundización del neoliberalismo, desenmascarando a los
candidatos neoliberales y minando cualquier confianza que el pueblo pueda tener
en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario