SEGUN INFORME DEL FMI Y EL MEF LOS ANCIANOS Y JUBILADOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA
Según
la bruja Christine Lagarde del FMI, los ancianos son un peligro para la
economía global. Es una muestra de la insensibilidad, inmoralidad y
obscena voracidad pecuniaria de los que dirigen las finanzas mundiales.
Mas bien, habría que hacer algo con ellos porque son un peligro para el
futuro de la humanidad por sus ideas genocidas.
Sus
más fieles discípulos en el Perú han pasado o aún siguen enquistados en
el MEF (PPK, Carranza, Benavides, Castilla, josé Villena, Meche Araoz,
la vicepresidenta de PPK, etc.), donde uno de ellos, comentando las
pensiones de militares y policías, dijo que "los pensionistas se demoran
mucho en morir".
Chalo
Etiquetas:FMI, POLITICAS FMI
DOS PERSONAS PELIGROSAS PARA LA BRUJA DEL FMI.
SEGÚN INFORME DEL FMI LOS ANCIANOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA
Publicado: julio 7, 2015 en ECONOMIA, MAFIA EUROPEAEtiquetas:FMI, POLITICAS FMI
SEGÚN INFORME DEL FMI LOS ANCIANOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA
Por: Fabríz’zio Txavarría Velázquez
Washington-EUA-AGPROG(07-07- 2015).-De
acuerdo a un informe financiero del FMI, sacado a la luz recientemente,
en él se revela el establecimiento de políticas drásticas de shock
draconianas dentro de los estados y principalmente afectando a los
sectores sociales débiles y en este caso al sector de los más ancianos,
con el único objetivo de quitar esta responsabilidad social a los
estados y disminuir o anular una vez más las políticas y gastos
sociales, en favor una vez más de las corporaciones.
Las
críticas no se han hecho esperar principalmente en Europa, donde el FMI
empieza a imponer políticas económicas impopulares, afectando a las
clases más desposeídas. En este caso el número tres de Podemos y líder
popular ha vuelto a recabar la atención de los medios de comunicación en
defensa del pueblo y de las clases más humildes de Europa. Así, durante
su intervención en un mitin celebrado en Linares (Jaén) este lunes.
Juan Carlos Monedero se dirigió directamente a la directora y Presidente
del Fondo Monetario Internacional (FMI) y miembro de la Troika que
maneja el sistema bancario Europeo, Christine Lagarde, con estas
palabras: ¡Danos el ejemplo y muérete!”. Tras enfatizar el papel de los
pensionistas durante la crisis, el dirigente de Podemos criticó,
desafiante, que Lagarde había puesto en duda la sostenibilidad de las
pensiones por parte de los estados. En concreto, Monedero señaló lo
siguiente: “¡Qué vergüenza! La responsable del FMI Fondo Monetario
Internacional, ¿recordáis?, que dijo: Es que hay un problema muy serio.
Es que ahora la gente vive mucho. ¡Pues danos el ejemplo y muérete tú si
consideras que esa es la solución!”. En alusión al documento del FMI.
De
este modo, daba a entender que Lagarde apoya una reducción de la
esperanza de vida en los países desarrollados, defendiendo así que la
gente mayor se muera antes, para así ahorrar costes en las pensiones. Lo
que busca el FMI desde un inicio es la necesidad de emprender profundos
recortes sociales para garantizar sus arcas en los bancos. En resumen
quitar el dinero a los pobres, clases humildes y ancianos,
asignándoselos a las oligarquías bancarias. Haciendo más ricos a los
ricos y sus corporaciones y más pobres a los pobres. Lo más grave es que
el FMI en un informe que se publicó analiza el denominado “riesgo de
longevidad de la población”, en donde se identifica como una amenaza el
vivir más de lo esperado, como un serio riesgo sobre las finanzas de las
corporaciones y los bancos, recomendando ciertas medidas estructurales
severas.
El
español y miembro también del FMI José Viñals explicó que “si el
promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el
coste del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las
empresas, aseguradoras y particulares aumentaría un 50%” en las economía
avanzadas, tomando como referencia el PIB de 2010, mientras que en los
países emergentes, ese coste adicional sería del 25%.
Todo
ello se traduciría en mayores niveles de deuda pública y una menor
solvencia de las entidades aseguradoras. Lo que se interpretaría en más
dinero para el área social y menos dinero para los Bancos. Por ello es
necesario reducir la esperanza de vida de los ancianos y de los de
escasos recursos.
Viñals,
por su parte, indicaba al respecto lo siguiente: “Vivir más, conlleva
un riesgo financiero importante principalmente para los Bancos. Nos va a
costar más como individuos, a las corporaciones y a los Gobiernos. Por
eso debemos preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para
que los costes no nos atosiguen en el futuro”. Por ello, para mitigar o
neutralizar los efectos financieros del riesgo de longevidad, el FMI
propone, entre otras medidas de shock aumentar drásticamente la edad de
jubilación obligatoria y la voluntaria. Las contribuciones a los planes
de jubilación con incrementar los recortes de las prestaciones
sociales”.
Otro
que recomendó políticas de shock sociales muy fuertes fue el ministro
de Finanzas japonés, Taro Aso, firme discípulo del FMI e instituciones
bancarias corporativas capitalista liberales, quien afirmó que el
problema del sustancial aumento del gasto destinado a pensiones públicas
“no se resolverá a menos que les des prisa a morirse a los ancianos”,
esto en referencia descarada a la población en edad de jubilación.
Una opción drástica y estrategia para darles prisa a morir a los ancianos y
la clase en edad de jubilación seria aumentar sus costos de vida tanto
en alimentación y salud, con el consiguiente aumento de las enfermedades
dentro de esta amplio sector social, como también encarecer las
prestaciones sociales. Esto sería posible solamente mediante la
implementación de políticas de shock hábilmente diseñadas por las
corporaciones bancarias.
MEDIDAS DRASTICAS DEL FMI
El FMI pide bajar pensiones por “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”.
El organismo quiere que la edad de jubilación se ajuste con la esperanza de vida.
Sus economistas proponen recorte de prestaciones y aumento de las cotizaciones.
El Fondo plantea que las aseguradoras privadas cubran el riesgo de longevidad.
El
envejecimiento de la población es un reto conocido un reto que según el
FMI no se debe asumir, porque se trata de un gasto social innecesario. Y
a eso dedica un extenso análisis el Fondo Monetario Internacional, en
un adelanto de los documentos de su cumbre semestral. Lo que llama la
atención es la agresividad y crudeza de sus políticas con la que pone de
relieve el problema. El Fondo reclama, entre otras medidas, que se
recorten aún más las prestaciones y se retrase inclusive aún más la edad
de jubilación ante “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”.
Y también propone soluciones de mercado para mitigar ese “riesgo”.
Es
lo que los economistas bajo la batuta del español José Viñals llaman
“riesgo de longevidad”. Y dan una cifra para poner en contexto. “Si el
promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el
coste del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las
empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un 50%” en las
economía avanzadas tomando como referencia el PIB de 2010.
Para
los países emergentes, ese coste adicional sería del 25%. En términos
absolutos, se disparará el coste previsto en decenas de billones de
dólares a escala global, lo que iría en desmedro de las entidades
bancarias financieras. Eso supone una amenaza para sostenibilidad de las
finanzas públicas al disparar los niveles de endeudamiento público en
una proporción similar. En paralelo, es un riesgo para la solvencia de
las entidades privadas que sustentan a la pública base estructural del
modelo implementado por el FMI.
Según
ha explicado el propio Viñals en la rueda de prensa en la que ha
presentado el informe, “vivir más conlleva un riesgo financiero
importante”. “Nos va a costar más como individuos, a las corporaciones
financieras y a los Gobiernos. Por eso debemos preocuparnos ahora por
los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos atosiguen en el
futuro”, ha comentado Viñals, responsable del departamento de Mercado
de Capitales.
En
1750, la esperanza de vida en el momento del nacimiento en los países
de la Europa occidental no llegaba a los 40 años. Desde 1900, siguió un
incremento lineal hasta tocar los 80 en 2010 gracias a las políticas
sociales ganadas y mejoras de los sistemas de salud. A escala global
pasó de los 48 en 1950 hasta los 70 en el último año de referencia. Pero
lo que cambia los cálculos, según el FMI es la esperanza de vida cuando
se tiene 60 años.
Naciones
Unidas proyecta que para 2050 la esperanza de vida a partir de esa edad
llegará a los 26 años en las economías avanzadas y a los 22 años en los
países en vía de desarrollo. Eso significa que irá mejorando al ritmo
de un mes por año. Tomando como referencia a los europeos de 60 años que
vivían en 1910, la esperanza de vida era de 15 años. Un siglo después
llegó a los 24 años.
Al
vivir más la población, tendrá que pagarse más en pensiones y
prestaciones a la seguridad social y eso es precisamente el costo que el
modelo financiero del FMI no contempla. En este caso pone como ejemplo
los planes de pensiones privados en EE UU. “La empresas tendrían que
multiplicar varias veces sus contribuciones para poder afrontar esos
pasivos adicionales”, apunta. “Reconocer y mitigar este riesgo es un
proceso que debe ponerse en marcha ahora”, remacha. En otras palabras
los estados no deben realizar gastos sociales nunca más, cuidando de
esta forma sus finanzas y la estructura bancaria.
Tanto
el sector público como el privado llevan años preparándose para
amortiguar el impacto financiero del envejecimiento. Pero el FMI cree
que se subestimó la evolución demográfica de la población y eso pesará
“más de lo esperado” en un balance que en ambos casos están ya de por si
debilitados. Eso, por tanto, amenaza con exacerbar su vulnerabilidad
frente a otras crisis.
Christine
Lagarde, directora gerente de FMI, quiere que la reunión de primavera
en Washington sirva para mirar hacia delante. En este contexto, exige a
los Gobiernos que reconozcan que el subvencionar el gasto del
envejecimiento les puede crear un serio problema en el futuro y que es
un riesgo grave a las corporaciones. Para neutralizar sus efectos,
recomienda aumentar la edad de la jubilación con otras medidas más
drásticas, como recortes en los gastos sociales.
Para
el retraso de la edad de jubilación, propone que se ligue a la
esperanza de vida, de modo que el número de años en que los jubilados
cobran la pensión no aumente. En la reciente reforma española del
sistema de pensiones que retrasaba la edad de jubilación a los 67 años
de forma progresiva ya se prevé un mecanismo de este tipo, llamado
factor de sostenibilidad. Así, la ley prevé que las variables clave del
sistema de pensiones (como la edad de jubilación) se revisen cada cinco
años a partir de 2027 en función del aumento de la esperanza de vida. De
esta forma los más ancianos seguirán trabajando sin jubilarse. También
se prevén recortes en la sanidad lo que incrementaría la disminución de
la población longeva.
Pero
ese retraso no basta. El Fondo cree que hay que tomar más medidas de
terapia de shock y cita entre ellas el recorte de las pensiones, el
aumento de las cotizaciones y la posibilidad de que los Estados
privaticen por completo el sistema de pensiones y contraten aseguradoras
privadas para la cobertura de ese “llamado riesgo de que la gente viva
más de lo esperado”.
De
hecho para el modelo económico del FMI y el Banco Europeo y todo el
euro grupo los ancianos son un riesgo que debe ser eliminado y debe
abaratarse el costo de mantenerlos inútilmente.
Así,
el informe de estabilidad financiera plantea que se recurra a los
mercados de capitales para que se transfiera el riesgo de la longevidad
de los planes de pensiones a las instituciones privadas que tienen más
capacidad para gestionarlo.
Los
economistas banqueros del organismo plantean también que los propios
individuos aumenten su ahorro a través de planes de pensiones,
recomienda que se facilite o incluso obligue a contratar rentas
vitalicias y también apoya el uso de las hipotecas inversas, por las que
la casa en propiedad se entrega en el momento de fallecimiento a cambio
de recibir hasta ese momento una renta por ella. De esta forma los
bancos toman posesión de los bienes de los pensionados.
El
Fondo también pide más transparencia a los países a la hora de informar
sobre la tendencia del envejecimiento y como se están preparando para
financiar la jubilación.
El
FMI concluye recordando que todas estas reformas deben acelerarse y
cualquier retraso en el proceso dificultará hacer frente al reto como es
debido. “Prestar atención al envejecimiento de la población y al riesgo
de la longevidad adicional forma parte del conjunto de reformas
necesarias para restaurar la confianza en la viabilidad de los balances
del sector privado”.
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