21/09/2016
La
Presidenta Michelle Bachelet mantiene el secretismo sobre el Acuerdo
Transpacífico TPP impulsado por Obama, ya que ni los ciudadanos chilenos ni los
parlamentarios saben la fecha exacta en que llegará al Congreso el tratado, ni
qué urgencia tendrá su tramitación. El acuerdo, que incluye a Australia,
Brunei, Canadá, Chile, México, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y
Vietnam sólo será válido si los países que lo aprueben, suman al menos el 85%
del Producto Interno Bruto (PIB) del total de países miembros. Como Estados
Unidos ostenta el 67% del PIB, su rol es decisivo. Pero la aprobación del TPP
está siendo puesta en duda precisamente allí, ya que el discurso de campaña de
los candidatos a la presidencia ha sido de rechazo.
Bachelet
acudió al rescate, y en medio del cada vez mayor descrédito de su gobierno,
escogió recientemente como auditorio a la Cámara de Comercio
Chileno-Norteamericana para revelar que enviará el proyecto “en el segundo
semestre”, antes que concluya la actual administración norteamericana.
Su anuncio,
conocido pocos días después de que millones de ciudadanos marcharon en todo el
país para exigir el fin del sistema previsional chileno impuesto en dictadura,
fue el eco que permitió vincular el rechazo al TPP con esas demandas. Las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) obtienen ganancias escandalosas
para sus dueños, y entregan pensiones promedio de montos indignos. Entrevistado
en CNN Chile, el líder del movimiento social #No Más AFP, Luis Mesina, tras ser
recibido por la Presidenta Bachelet pocos días después de la segunda marcha
nacional, declaró que le solicitó “la no ratificación del tratado, ya que por
una parte los propios candidatos norteamericanos lo rechazan, y por otra,
sabemos que las AFPs son de capitales extranjeros, especialmente tres de ellas,
Principal, Metlife y Prudential, que son norteamericanas y podrían llevarnos a
los tribunales internacionales con el consiguiente daño a la soberanía
nacional”.
El dirigente
social alude a las disposiciones del tratado que garantizan a los inversores
extranjeros una “expectativa razonable de ganancia” (no definida), mediante un
sistema de solución de controversias entre estos y el Estado en que han
invertido. El mecanismo consiste en investigar (en secreto) y sancionar al
Estado por la vía de tribunales arbitrales internacionales, los cuales no
cumplen las normas del debido proceso. Sus fallos, inapelables, podrán exigir
indemnización y anular las políticas estatales que hayan dado origen al
reclamo.
Es primera
vez que Mesina expone públicamente el efecto “candado” del TPP sobre las
demandas sociales, al operar como un factor de clara inhibición a cambios
estructurales, y como una suerte de gobierno de las corporaciones
transnacionales que limita el ejercicio de la democracia y del propio
parlamento. Patricio Guzmán, asesor de #NoMás AFPs participó en el Encuentro
Nacional de la Plataforma Chile Mejor sin TPP realizado el 3 de septiembre en
Santiago, donde se acordó unir las luchas a nivel comunal, regional y nacional.
El calendario incluye movilizaciones el 16 de octubre y el 4 de noviembre. Para
esa fecha de noviembre, #No Más AFP ha convocado a paro nacional. Junto a
organizaciones sociales y ambientales como Indignados o Newen Kimun,
provenientes de ciudades como Temuco, Los Ángeles, Valparaíso, y Curicó,
representantes de los trabajadores de la salud, presentes en el Encuentro
Nacional a través de FENPRUS y del movimiento Salud para Todos se mostraron
plenamente dispuestos a asegurar el éxito de la convocatoria conjunta.
Impactos en
salud y otros derechos
En el caso
de Chile, a través de diferentes medidas administrativas el TPP extiende de 5 a
8 años el período de vigencia de la protección de información no divulgada de
los medicamentos biológicos. Eso implica que habrá una demora de 3 años para
poder contar con medicamentos genéricos. El costo de esta medida para el
sistema de salud chileno sería de 770 millones de dólares anuales, equivalentes
al presupuesto anual de cinco leyes “Ricarte Soto”, nombre popular de una ley
aprobada recientemente para asegurar el acceso a medicamentos para el cáncer y
otras de altísimo costo. Es decir, también aquí se anula un logro del
movimiento social que buscaba asegurar la salud como un derecho de todos y
todas.
En materia
de propiedad intelectual, el TPP vulnera el derecho a la libertad de expresión
al poner en vigor la cláusula de notificación y bajada vigente en Estados
Unidos, que en forma automática permite eliminar en forma masiva contenidos sin
investigación previa. Esto puede ser utilizado para ejercer censura política
por parte de gobiernos. Al mismo tiempo, el tratado obliga a los proveedores a
informar e iniciar acciones penales contra quienes rompan las medidas
tecnológicas de protección para acceder a materiales con propiedad intelectual,
sin importar que eso se haga sin fines de lucro, por interés público, en razón
de padecer impedimentos visuales o con fines de investigación y desarrollo.
Innovadores, periodistas, activistas podrán ser criminalizados.
A esa
privatización del conocimiento se agrega la vulneración del derecho a la
alimentación. El Tratado Transpacífico obliga a la ratificación del Convenio
UPOV 91 de privatización de la semilla que en Chile requiere reponer la
tramitación del proyecto de ley de Derechos de Obtentores Vegetales,
popularmente llamada “Ley Monsanto”. Ello afectaría la agricultura familiar
campesina y la biodiversidad al imponer en la práctica el monopolio de la
semilla “mejorada” y criminalizar el libre intercambio y reproducción de la
semilla, un derecho ancestral de campesinos y pueblos indígenas que no han sido
consultados según dispone el Convenio 169 firmado por el Estado chileno.
Además, el tratado crea un Grupo de Trabajo sobre Biotecnología cuya misión es
vigilar las leyes actuales y futuras y que apunta a impedir el etiquetado de
alimentos transgénicos y a promover ese tipo de cultivos, que hoy en Chile no
están autorizados para el mercado interno. Todo el tratado se rige bajo el
principio de que lo central es no poner obstáculos al comercio, por tanto las
leyes ambientales, o laborales deben subordinarse a ese predicamento.
La Plataforma
Chile Mejor sin TPP, que agrupa a organizaciones sociales, ambientales,
campesinas y políticas en diversas regiones de Chile, está intensificando su
trabajo de alerta y difusión pública tanto en redes sociales como en foros,
conversatorios e instancias territoriales. Nuevos parlamentarios se han
pronunciado públicamente en contra del tratado en forma individual, pero aún
muchos excusan su indefinición en el hecho de que aun no está en discusión el
proyecto.
En las
últimas entrevistas que ha sostenido la Plataforma con diputados de oposición y
de gobierno, ambos coincidieron en considerar poco probable que el proyecto sea
discutido este año, tanto por las iniciativas de ley pendientes de votación que
figuran en el gobierno de la Nueva Mayoría (como el de educación y el del
aborto) como por las señales de rechazo que llegan desde Estados Unidos. Para
la Plataforma, sin embargo, lo central es unir la lucha contra el TPP a las
demandas sociales urgentes, como la de #No Más AFP y las luchas estudiantiles.
Con un parlamento puesto en tela de juicio por acusaciones de corrupción en el
financiamiento de la política, la tarea de lograr el voto NO al TPP sólo puede
lograrse si a través de la movilización local, los parlamentarios comprenden
que está en juego su futuro político si van en contra de la voluntad popular. Y
eso deberá quedar en evidencia en las calles y en los territorios, porque Chile
está despertando.
Santiago de
Chile, 8 de septiembre de 2016
- Las autoras son miembros de la Secretaría Ejecutiva de la Plataforma Chile Mejor sin TPP, www.chilemejorsintpp.cl @mejorsintpp
Publicado en
:
http://www.alainet.org/es/articulo/180400
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