11/10/2016
Las cotizaciones que se pagan a las AFP son de dos
tipos: un 10% que va al Fondo de Pensiones de cada trabajador, y la Cotización
Adicional que históricamente (1981 a 2009) fue en promedio de 3%, y remunera
las AFP.
La mayor parte de las críticas a las AFP se centran
en el 10% que va al Fondo de Pensiones. Esos montos son invertidos en diversos
instrumentos financieros, tanto en Chile como el extranjero, que han tenido una
muy baja rentabilidad o incluso una rentabilidad negativa, o sea pérdidas.
Según las propias AFP, las miserables pensiones que otorga el sistema tendrían
su origen en las crisis financieras internacionales que afectan a las Bolsas de
Valores. Según este razonamiento, las exiguas pensiones no son responsabilidad
de las AFP, sino del sistema financiero internacional.
Para mejorar la rentabilidad, estabilizar las
pensiones y paliar los riesgos del mercado, las AFP crearon diversos tipos de
fondos. Unos con mayor riesgo –llamados de renta variable– que podrían generar
una rentabilidad mayor, pero que están sujetos a la ‘volatilidad’ de los
mercados financieros. Otros fondos, llamados de renta fija y centrados más bien
en las obligaciones, no quedan expuestos a un gran riesgo pero generan una
rentabilidad menor.
Estas triquiñuelas no han logrado aumentar las
pensiones, ni lo lograrán nunca. La creación de diversos tipos de fondos no es
sino un volador de luces para disimular la causa real de las bajas pensiones
que ofrece este sistema.
Otro argumento de las AFP y sus defensores, señala
que los trabajadores tienen muchas lagunas en su vida laboral y no pueden
cotizar para aumentar el Fondo de Pensiones. Las AFP son blancas palomas sin
responsabilidad ninguna, puesto que el culpable de las miserables pensiones es
el sistema económico chileno incapaz de generar empleos estables y bien
remunerados.
Si bien es cierto que la precariedad y los bajos
salarios son una realidad de nuestro país, las AFP no explican cabalmente
porqué le sirven pensiones miserables incluso a los trabajadores que tuvieron
estabilidad laboral y salarios relativamente decentes.
Varias decenas de miles de trabajadores,
principalmente del Estado, –profesores y otros profesionales–, que percibían
remuneraciones relativamente altas y que beneficiaron de estabilidad en el
empleo, perciben pensiones de hambre que no alcanzan al 30% de su última
remuneración mensual.
Esos miles de trabajadores jubilados en el sistema
AFP, transformados en pobres a pesar de haber disfrutado de estabilidad laboral
y salarios decentes, crearon el poderoso movimiento NO+AFP.
La amplitud del movimiento obligó a los políticos y
al gobierno a reaccionar, proponiendo modificaciones al sistema. Estas últimas,
sin sorpresa alguna, fueron pergeñadas por las mismas AFP que le han impuesto
sus “soluciones” al gobierno.
Entre ellas, la de aumentar la cotización de 10% a
15%. Para suavizar la cosa, proponen que ese 5% lo paguen los empleadores,
afectando sensiblemente a las Pymes. Otra de las soluciones que proponen las
AFP, es aumentar la edad de jubilación. Nada impide que trabajemos hasta los 80
años sostuvo Sergio de Castro, Ministro de Hacienda de la dictadura.
Todo análisis, crítica y/o solución, se centra
únicamente en la cotización de 10% que va al Fondo de Pensiones. Sobre la
Cotización Adicional del 3% que remunera las AFP por administrar la cotización
de 10%, reina el silencio. Sin embargo, aritméticamente, las AFP cobran por sus
servicios el 30% del dinero que mal administran.
Esto equivale a depositar $1000 en un banco, a una
tasa de interés que no va más allá del 2% o el 3% anual, o sea 20 a 30 pesos al
año, a cambio de lo cual tú tendrías que pagarle al banco 300 pesos por el
favor. Claro, nadie está obligado a regalarle su dinero a los bancos. ¡Pero sí a
las AFP!
Quieras o no quieras, estás obligado por ley. El DL
3.500 te fuerza a pagarle $3 a las AFP por cada $10 que pones en tu fondo de
pensión. Este es el robo legal y obligatorio que maquillan en “libre mercado”.
Robo impuesto por la dictadura, que ningún gobierno
dizque ‘democrático’ se ha atrevido a terminar. Entre otros, porque las
transnacionales financieras no lo permiten. ¿Quién es el que manda aquí, Ah?
Las AFP son empresas privadas que benefician del
mercado cautivo que generó el DL 3.500 al obligar a todos los trabajadores a
entregarle sus fondos previsionales. Metieron todas las aves en un corral, y
luego introdujeron los zorros. Eso es el sistema de AFP. Sistema con el que se
acomodaron Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera. Y porqué no decirlo, sus
secuaces.
Las ganancias de las AFP no dependen de una buena o
de una mala gestión, ni del mercado, ni de la competencia, ni de ostias en
vinagre: simplemente, cada vez que cotizas $130 se quedan con $30. Fin del
cuento. Es como ganarse el Loto todos los días.
Así fue, cada mes y cada año, desde 1981 hasta el
2009. Es la más colosal estafa contra los trabajadores que conoce la historia
de nuestro país. Se dice que quienes crearon este sistema eran tan inteligentes
como Al Capone.
Nunca en la historia chilena y quizás mundial, se
vio un negocio más extraordinariamente seguro para una empresa privada. Ni las
peores crisis financieras mundiales han logrado afectar el lucro de las AFP, a
pesar de que el valor de los Fondos que administran se redujeron a menos de la
mitad. ¡Pagamos para que pierdan nuestro dinero!
La estafa fue disimulada mediante la astucia de
dividir la cotización previsional en dos partes: la adicional, que remunera las
AFP, y la que va al Fondo de Pensiones. Intuitivamente, los trabajadores sólo
se preocupan de la evolución de este último.
En los últimos años esto ha cambiado. Todas las AFP
pertenecen en parte o en su totalidad a compañías internacionales de seguros.
Por eso la cotización adicional fue a su vez dividida en dos partes: una que se
llama Cotización Adicional propiamente tal o Comisión de administración, y otra
que se llama Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SYS). Ambas cotizaciones
deben ser pagadas a la misma AFP en que uno está afiliado.
Existen además otros cambios, dizque para mejorar
el sistema. El SYS es licitado, y todas las AFP se lo deben pagar a la compañía
de seguros que ganó la licitación anual. En la actualidad el SYS representa un
1,41% del salario, lo que también es un robo comparado con lo que se paga en
los países desarrollados por este tipo de seguros. Otro cambio importante en el
SYS reside en que ahora no lo pagan los trabajadores sino los empleadores.
En la cotización adicional que va directamente a
las AFP, también hay cambios. Los trabajadores pueden afiliarse a la AFP que
deseen, pero todos los nuevos afiliados, los que por primera vez ingresan al
mercado del trabajo, se pueden afiliar durante el primer año solo a una sola
AFP, la que ha ganado la licitación con la propuesta de la más baja comisión de
administración.
Los 2 últimos años la licitación la ganó la AFP
Planvital, que propuso una comisión de 0,47% el año 2015, y de solo 0,41% el
año 2016. Nótese que esa cifra es casi un cuarto de lo que cobra la AFP
Provida: un 1,54%. ¿Qué es lo que lleva a Provida a cobrar cuatro veces más?
Esta cotización adicional de 0,41% de Planvital
pone en evidencia que la que han cobrado las AFP era un robo. Excluyendo el
SYS, la cotización se situaba por sobre el 2%, es decir por sobre el 20% del
Fondo de Pensión.
En comparación, la ex Caja EMPART, creada en 1952
por la Ley 10.475, destinaba solo 3,5% del Fondo para la administración del
sistema, (entiéndase un 3,5% del Fondo, y no del salario como en el caso de las
AFP) cuando todo se hacía y se calculaba en forma manual porque no existía la
computación. Esto quiere decir que la tasa de 0,41% de la AFP Planvital, aún
podría bajar a 0,35% y esta AFP seguiría ganando dinero.
Que la cotización adicional de Planvital haya
bajado de 0,47% el 2015 a 0,41% el 2016, significa que todas las AFP podrían
cobrar una comisión no superior a 0,41%. Esto nos permite proponer una solución
para aumentar las pensiones de los trabajadores.
Esta solución consiste en establecer por ley que la
cotización adicional que remunera las AFP tenga un techo de 0,5%. Podrían
cobrar menos si lo desean, pero en ningún caso sobrepasar el techo de 0,5%.
A los trabajadores se les seguiría descontando
11,5% en promedio, pero 11% irían al fondo de pensiones y 0,5% a las AFP. Por
otra parte los empleadores seguirían pagando el 1,41% correspondiente al SYS,
que iría a incrementar el fondo de pensión de los trabajadores.
Así, el fondo de pensión aumentaría de 10% a 12,5%
sin aumento de cotizaciones ni para los trabajadores ni para los empleadores.
Las AFP perderían 1% de sus abusivas e injustificables comisiones, en favor de
los trabajadores.
¿Y el SYS? ¿Quién financiaría el SYS? Este debería
quedar a cargo del Estado a través del IPS, y se financiaría con los ingresos
generales del Fisco.
Las AFP no podrían alegar que con 0,5% de
cotización no se financian, porque desde hace 2 años la AFP Planvital lo hace
incluso con menos.
Por otra parte, existe una solución aún mejor para lograr
una buena pensión: volver al sistema antiguo EMPART, CANAEMPU, etc. Quién
conoce el DL 3.500 dirá que no es posible porque su art. 2 estipula que un
asalariado, desde el inicio de una actividad laboral, solo se puede afiliar a
una AFP y que dicha afiliación es para toda la vida.
Así es, pero se trata de una disposición
abiertament6e inconstitucional, que viola el N° 16 del artículo 19 de la
Constitución que establece: "Ninguna ley o disposición de autoridad
pública podrá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como
requisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la
desafiliación para mantenerse en estos".
Esto significa que ninguna ley ni autoridad pueden
obligar a nadie a afiliarse a una AFP para poder ejercer una actividad o
trabajo.
Si se recurre al Tribunal Constitucional, este
tendría obligatoriamente que declarar la inaplicabilidad por
inconstitucionalidad del art. 2 del DL 3.500, por infringir el N° 16 del art.
19 y los principios generales de la Constitución Política de la República.
Me permito pues sugerir que el Colegio de
Profesores realice una demanda colectiva de todos los profesores que están
cerca de jubilar, para solicitar en un tribunal la desafiliación masiva del
sistema de AFP.
El Tribunal, en aplicación del art. 2 del DL 3.500,
tendría que rechazar dicha desafiliación, pero antes que se dicte esa
sentencia, in limine, se debe recurrir de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad de ese artículo ante el Tribunal Constitucional.
Esto lo puede hacer cualquiera persona que recurra
a un tribunal para pedir la desafiliación del sistema de AFP. ¿Para qué hacerlo
complicado si podemos hacerlo de la forma más sencilla posible?
Julián Alcayaga O.
Economista y abogado
©2016 Politika | diarioelect.politika@gmail.com
http://www.alainet.org/es/articulo/180877
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