Antecedentes del Acuerdo GOBIERNO-FARC (1-2)
PROCESOS
DE PAZ
EN
COLOMBIA
(UNO)
Este es un recorrido por los diferentes
procesos y diálogos de paz, desde 1953 hasta los actuales diálogos de la
Habana, con el fin de reflexionar sobre la necesidad de una salida negociada a
los conflictos y que los ciudadanos comprendamos el papel central que cumplimos
para garantizar el éxito de dichos procesos de diálogo y para avanzar en la construcción de paz y la
defensa de los derechos humanos en nuestro país.
1953
Amnistía a las Guerrillas Liberales (1953)
Antecedentes
El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, el 9
de abril de 1948, fue parte de un proceso de violencia política que venía
imponiéndose en Colombia desde los primeros años de la década de los cuarenta.
Signos del ascenso del descontento social y de la polarización en las élites,
fueron entonces numerosas huelgas y movilizaciones agrarias y, en la alturas,
el intento de golpe militar para derrocar a Alfonso López Pumarejo quien había
sido elegido Presidente para un segundo mandato. La oposición conservadora
había advertido que de darse ese triunfo mercería desde el atentado personal
hasta la guerra. Los conservadores del sector encabezado por Laureano Gómez, en
alianza con voceros de la jerarquía católica y poderosos latifundistas y
empresarios cafeteros, radicalizaron la oposición al reformismo liberal
iniciado con la “revolución en marcha” y no fue suficiente que para conciliar
con ellos y con los reclamos de la propia elite liberal, con el gobierno de
Eduardo Santos se declarara la “pausa” en reformas, incluido el desmonte de la
pretendida reforma agraria de 1936. La retórica de los partidos durante este
periodo, retomó por el lado conservador los discursos del franquismo y su
dictadura impuesta en España y, por el lado liberal se pasó de la influencia
republicana y del New Dial de Roosevelt al panamericanismo alineado con Estados
Unidos en contra del nacismo o la amenaza comunista. La declaratoria de guerra
de Colombia a Alemania en 1943, en medio de una grave crisis interna y de
debates por corrupción gubernamental, fue respondida con agresividad desde el
lado laureanista: en febrero de 1944 el diario El Siglo publicó una declaración
del Directorio Nacional Conservador afirmando que “…existen razones suficientes
para declarar una guerra civil”.
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"http://www.banrepcultural.org /blaavirtual/revistas/credenci al/enero2006/cuartelazo.htm"
http://www.banrepcultural.org/ blaavirtual/revistas/credencia l/enero2006/cuartelazo.htm
En estos años se agudizó la oposición conservadora, hubo intento de golpe
militar, el propio Laureano fue acusado penalmente y obligado al exilio y el
presidente obligado a retirarse de su cargo antes de las elecciones de 1944 que
ganaría el candidato conservador Mariano Ospina Pérez. Las expectativas
populares se ampliaron con los anuncios de la “revolución liberal en marcha”
proclamada en 1934 y chocaron con la realidad de tibias reformas modernizantes
que estaban en función de la naciente industria y de las exportaciones
cafeteras. Las reformas en educación y trabajo fueron importantes pero en otros
campos fueron de tono menor. La presión campesina por la realización efectiva
de la reforma agraria y la emergencia del sindicalismo y de capas medias
urbanas en busca de espacios económicos y políticos fue defraudada por la
dirigencia liberal “oligárquica” y canalizada por la corriente encabezada por
Jorge Eliecer Gaitán en ese partido. Las protestas campesinas y de trabajadores
fueron reprimidas violentamente en varias regiones. El partido liberal se
dividió en las elecciones de 1944 y le tocó al gaitanismo hacer la oposición no
solo al nuevo régimen sino a la jefatura de López, Santos, Echandía y Lleras en
su propio partido. Entre 1944 y 1947 el pueblo liberal se agrupó bajo las
banderas gaitanistas y se movilizó contra la represión en movilizaciones
multitudinarias como la marcha del silencio que colmó la Plaza de Bolívar para
acompañar la Oración por la Paz. Bajo el lema “Contra la oligarquía liberal y
conservadora”, el gaitanismo desplazó a la elite liberal y se proyectó como
seguro triunfador en las elecciones presidenciales. El asesinato de Gaitán
desató el levantamiento del pueblo liberal en Bogotá y en casi todo el país. La
insurrección en Bogotá, como en otras ciudades, fue ahogada en sangre y, desde
el gobierno y bajo ley marcial, fue respondida con una cruzada de represión y
guerra implacable. Los jefes liberales no gaitanistas entraron al gobierno de
Ospina para intentar una conciliación pero la dinámica de terror y el llamado a
imponer el orden a sangre y fuego los llevó al exilio. El asesinato de los
parlamentarios liberales en plena sesión del Congreso de la República presidió
la disolución de esa corporación y señaló la dimensión que había cobrado el
sectarismo y el llamado a la guerra civil. Lo que siguió fue la dictadura del
terror impuesta desde las cúpulas del Estado. Las elecciones para nuevo
presidente se dieron en medio de la persecución implacable para asesinar
gaitanistas y opositores y el liberalismo dio la orden de abstención. El nuevo
gobierno elevó a política la guerra de exterminio y amparó la acción
inmisericorde de la policía, los servicios de inteligencia, las bandas de
paramilitrares y de civiles encargados de asesinatos en masa. La insurrección
frustrada fue respondida con la dictadura y la dictadura con la multiplicación
de guerrillas especialmente en los llanos orientales, Cundinamarca, Tolima,
Santander, Huila y Antioquía. El levantamiento guerrillero fue respaldado en
campos y ciudades por el pueblo liberal que había puesto sus esperanzas en el
triunfo de Gaitán y ahora era sometido al genocidio y obligado a la guerra
civil. Al comienzo de la década de los cincuenta, la clase dirigente, es decir,
los jefes políticos de los partidos Conservador y Liberal se dieron cuenta de
que habían perdido el control del país y este se sumía cada vez más en caos y
la incertidumbre. Habían permitido o desatado una violencia feroz que se les
había salido de las manos. Recurrieron entonces a los militares para poner
orden y eligieron al general Gustavo Rojas Pinilla para salvar la situación. Lo
llevaron al poder y lo declararon nuevo libertador del pueblo tras un incruento
golpe de Estado contra Laureano Gómez Castro, quien saldría expulsado del país
con sus hijos, los ya jefes conservadores, Enrique y Álvaro Gómez Hurtado. El
Partido Liberal y la otra facción del Partido Conservador dirigida por el ex
presidente Mariano Ospina Pérez, apoyaron el llamado “golpe de opinión”, al
tiempo que los conservadores laureanistas nunca reconocieron a Rojas. Pero de
hecho, la violencia disminuyó en algo durante los primeros meses de la
dictadura militar de Rojas Pinilla. A los guerrilleros liberales de los Llanos,
se les convenció para que depusieran las armas y volvieran a la vida civil,
cosa que hicieron millares de alzados en armas a quienes se les ofreció toda
suerte de garantías de libertad. El retorno a la normalidad se vio alterada por
nuevos hechos de violencia y por las redadas de la Policía Montada, el DAS y el
propio Ejército. Las guerrillas resurgieron y se vivió lo que Monseñor Guzmán y
los autores del Informe sobre la violencia, denominaron la segunda ola. Años
después del amnisticio, en junio de 1957, el más destacado jefe de la
“revolución del llano”, Guadalupe Salcedo, fue asesinado inerme en Bogotá en el
momento de su detención. Buena parte de los ex comandantes de la guerrilla del
llano corrieron la misma suerte.
1957
Plebiscito: Frente Nacional (1957)
Antecedentes
El plebiscito de 1957 fue un pacto de paz
después de una década de violencia generalizada, dictaduras, genocidios,
levantamientos guerrilleros y guerra civil. El gobierno militar impuesto el 13
de junio de 1953 por las direcciones de los partidos liberal y del sector
ospinista del conservatismo, después de un año de luna de miel, fue cobrando
autonomía de las direcciones tradicionales de esas colectividades. La Asamblea
Nacional Constituyente, ANAC, conformada en 1952 bajo hegemonía conservadora,
abandonó la tarea de elaborar una nueva constitución corporativista y consagró
al T. General Rojas Pinilla como Presidente de la República para el periodo 13
de junio de 1953 a 7 de agosto 1956. Pero Rojas, en lugar de preparar la
transición para el retorno de los que Gaitán llamó la “oligarquía
liberal–conservadora”, se propuso mantenerse en el poder sin nuevas elecciones
“hasta que termine la lucha fratricida” y formar su propio proyecto. Para ese
cometido convirtió a la ANAC en su reemplazo del Congreso de la República, se
prolongó el periodo hasta 1958 y promovió varias reformas que no estaban en la
agenda del bipartidismo: voto para la mujer, tributos a las fortunas mayores y
a los industriales. Asumiendo un discurso nacionalista católico se acercó al
populismo que estaba en ascenso en Latinoamérica con Perón en la Argentina, Getulio
Vargas en el Brasil. El Movimiento de Acción Popular que proclamó Rojas Pinilla
fue respondido con creciente oposición desde el partido liberal antes de que el
nuevo régimen hubiera realizado reformas de fondo. La dictadura se desplegó con
la ofensiva militar, apoyada por los “pájaros” y “contrachusma” en los campos,
y con la imposición de restricciones y represión en los centros urbanos. La
oposición liberal y del laureanismo fue respondida con la persecución a sus
jefes y el cierre de la prensa. Fueron clausurados El Tiempo, El Espectador, El
Siglo y La República. En esas circunstancias se formó el Frente Cívico,
encabezado por Alberto Lleras Camargo, Presidente del Directorio Nacional
Liberal, Guillermo León Valencia por el conservatismo y finalmente contaron con
el apoyo de Laureano Gómez y sus seguidores. Cuando el T. General intento otra
reelección, la huelga general marcó el momento cumbre del levantamiento cívico
contra Rojas y el Pacto firmado en Sitges, donde se encontraba exiliado
Laureano, sello el acuerdo bipartidista que llevó al Frente Nacional. El 10 de
mayo de 1957 se retiró el dictador y transitoriamente asumió el poder una Junta
Militar que gobernó hasta agosto de 1958.
Mayo 28, 1984
El Pacto de la Uribe FARC-EP (1984)
Antecedentes
El pacto de la Uribe con las FARC-EP,
firmado el 28 de mayo de 1984, fue un acuerdo de cese al fuego y tregua entre
la guerrilla de las FARC-EP. A través de éste las partes se comprometieron a un
cese bilateral del fuego y a la búsqueda conjunta de una salida política al
conflicto armado colombiano. El documento fue suscrito por la Comisión de paz,
diálogo y verificación en representación del gobierno y por el Estado Mayor de
las FARC-EP, y firmado en el campamento conocido como Casa Verde en el municipio
de La Uribe (Meta). Ese mismo día, las FARC ordenaron el cese al fuego a sus 27
frentes, mientras que el presidente Betancur también hizo lo mismo a todas las
autoridades civiles y militares del país. En la Comisión de paz, se acordó que
cuando hubieran cesado los enfrentamientos armados, se abriría un período de
prueba de un año para que los integrantes de las FARC-EP se organizaran
política, económica y socialmente, y se acogieran a los beneficios de la ley 35
de 1982 y decretos complementarios. El gobierno les otorgaría, de acuerdo con
la Constitución y las leyes, las garantías y los estímulos pertinentes. Sin
embargo, el pacto nunca contempló la entrega de armas por parte de la
insurgencia y además el gobierno debía impulsar una serie de reformas políticas,
económicas y sociales que el congreso aprobaría mediante leyes de la república.
Un año y medio después de la firma del acuerdo, en noviembre de 1985, se
conformó la plataforma de lanzamiento de un nuevo y amplio movimiento político,
denominado Unión Patriótica (UP), en el que participaron integrantes de las
FARC-EP, miembros de partidos políticos, sociedad civil, sindicalistas, entre
otros. Este movimiento político participó en las elecciones para corporaciones
públicas de 1986, eligiendo 350 concejales, 23 diputados, nueve representantes
a la cámara y seis senadores, como resultado de una exitosa y amplia gestión de
alianzas políticas. Ese mismo año, participó en las elecciones para la
presidencia obteniendo más de 350.000 votos, hecho nunca antes visto en la
historia de la izquierda colombiana. Este movimiento se convirtió en un
importante jugador de la política colombiana, acostumbrada al bipartidismo de
liberales y conservadores. Así, se generaron airadas y radicales reacciones de
los sectores más militaristas de la oligarquía colombiana y se generó una
oscura alianza entre la mafia del narcotráfico, organismos de inteligencia del
Estado y paramilitares, quienes se propusieron a exterminar a la Unión
Patriótica (UP). A partir de ese momento se desató una ola de asesinatos sin
precedentes.
Agosto 24, 1984
El Diálogo Nacional M-19, EPL, la ADO
(1984)
Antecedentes
El acuerdo entre el gobierno de Belisario
Betancourt y el M-19, el EPL y el ADO (Movimiento Autodefensa Obrera) en 1984,
se dio a través del pacto de una tregua para desarrollar un eventual diálogo de
paz. El 24 de agosto de ese año se firmó el acuerdo "Cese de Fuego y
Diálogo Nacional" con estos grupos guerrilleros, el cual generó tensiones
dentro del Estado y fue aprovechado por las guerrillas para fortalecerse
política y militarmente. Después de un año y tres meses de la firma del pacto,
el 6 de noviembre de 1985, el M-19 se tomó el Palacio de Justicia en Bogotá. La
retención de rehenes por parte del M-19 y la posterior “retoma” del Palacio por
parte del ejército durante dos días, dejó un resultado trágico de 11 personas
desaparecidas y 95 muertas, de las cuales 11 eran magistrados. De esta forma,
el acuerdo de paz “Cese de Fuego y Diálogo Nacional” tuvo un desenlace
violento.
Marzo 9, 1990
Los Procesos de Paz, M-19, EPL, PRT y
Quintin Lame (1989-1991)
Antecedentes
El presidente Virgilio Barco, durante su
gobierno, planteó la Iniciativa para la Paz en 1988, a través de la cual hizo
un llamado a los alzados en armas a reincorporarse a la vida civil y negociar
la paz. Como consecuencia, varios grupos guerrilleros hicieron entrega de armas
y pactaron la paz, dentro de los cuales se resalta el M-19, el EPL, El
Movimiento Quintín Lame y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Tal vez la principal implicación de estos procesos, además de haber firmado la
paz, fue el abono del terreno para la conformación de la Asamblea Nacional
Constituyente que redactó una nueva constitución en 1991. El proceso de paz con
el M-19 se inició con la decisión que tomó este grupo guerrillero de dejar
voluntariamente las armas, una medida asumida democráticamente por sus
militantes. Posteriormente, durante varios meses, se realizaron mesas de
análisis y concertación de donde surgieron diversas propuestas para reformas en
temas políticos, sociales, económicos y de justicia. El resultado del trabajo
en las mesas se plasmó en el Pacto Político por la Paz y la Democracia, firmado
en noviembre de 1989, el cual se complementó con un acuerdo sobre favorabilidad
política y una Ley de Indulto. El pacto se concretaría y formalizaría a través
de una reforma política que el congreso debía aprobar, sin embargo, el
gobierno, simultáneamente libraba una guerra contra el narcotráfico, por lo
cual vinculó la implementación del Pacto a una reforma constitucional que
también contenía instrumentos para combatir al narcotráfico, incluyendo la
institucionalización de la extradición. En diciembre de ese mismo año, a la
hora de votar la reforma constitucional en el congreso, ésta se hundió ya que
el tema de la extradición se volvió principal punto de divergencia entre el
congreso y el gobierno. Ante el hundimiento de la reforma, el M-19 buscó como
garantía el compromiso de todos los precandidatos liberales para el
cumplimiento de los acuerdos pactados, sobre todo en lo referente a la
convocatoria de una Asamblea Constituyente. Así mismo, la Registraduría
Nacional accedió a inscribir las listas de los desmovilizados del M-19 para las
elecciones de Marzo de 1990, donde se votaban para todos los cargos de elección
popular -menos para Presidente-. Es así como el 9 de marzo, en el caserío Santo
Domingo (Cauca), el M-19 realizó el acto simbólico de “dejación voluntaria de
armas”, con el liderazgo de Carlos Pizarro y la presencia de observadores
internacionales y prensa nacional e internacional como testigos del hecho. A
través de este hecho, el M-19 hacía realidad la reinserción a la vida civil de
sus integrantes. A partir de ese momento, el M-19 comenzó su participación
activa en la política colombiana a través del Movimiento Alianza Democrática
M-19, que tuvo como candidato a Carlos Pizarro para las elecciones
presidenciales de 1990. Sin embargo, el candidato fue asesinado a tan solo unas
semanas de haber firmado la paz, en plena campaña electoral. Antonio Navarro lo
reemplazó y participó en la contienda presidencial logrando el tercer lugar.
César Gaviria fue elegido como presidente de Colombia ese año y en su gobierno
se concretó la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, luego de
haber tomado fuerza con el impulso de los proceso de paz y por la iniciativa de
grupos de estudiantes y jóvenes universitarios que lideraron el Movimiento
conocido como “Séptima papeleta”. El proceso con el M- 19, además, motivó a
otros movimientos insurgentes a buscar una paz negociada. De esta forma, el
EPL, El Quintín Lame y el PRT iniciaron conversaciones con el gobierno nacional
las cuales se fueron concretando de forma acelerada debido a la convocatoria a
la Asamblea Constituyente, ya que la desmovilización de estos grupos se
convirtió en condición para participar con varios escaños en la misma. El
acuerdo entre el gobierno y el Ejército Popular de Liberación comprendió la
participación de dos voceros del EPL en la Asamblea Nacional Constituyente y
condiciones para la promoción de su proyecto político. Una parte del grupo se constituyó
como Esperanza, Paz y Libertad y otra parte participó en la conformación de la
Alianza Democrática M-19. El acuerdo del Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT) incluyó una vocería en la Asamblea Constituyente. A
diferencia del M-19 y del EPL, este grupo guerrillero no conformó un partido
político. Algunos de sus miembros participaron en la Alianza Democrática M-19 y
otros iniciaron trabajos en sectores sociales, con énfasis en la promoción de
la paz. En cuanto al Quintín Lame, este grupo también tuvo participación en la
Asamblea Nacional Constituyente. Desde ese momento, el movimiento indígena ha
tenido presencia en diversos órganos de representación política. Posteriormente
a su desmovilización, el Quintín Lame conformó un partido político denominado
la Alianza Social Indígena (ASI), fuerza política que aún cumple un papel
importante en el escenario político regional y nacional.
Mayo 15, 1991
Diálogos de Tlaxcala y Caracas (1990-1991)
Antecedentes
Los Diálogos de paz de Tlaxcala (México)
hicieron parte de una serie de encuentros de paz entre las guerrillas de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL) con el gobierno del
entonces presidente de Colombia, César Gaviria. Las guerrillas en ese entonces
hacían parte de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. La primera reunión
fue realizada el 15 de mayo de 1991 en Cravo Norte, municipio del departamento
de Arauca (Colombia) y la segunda se realizó en Caracas, Venezuela, en el mes
de junio. Esta ciudad había sido escogida por las partes para seguir
reuniéndose, sin embargo el golpe de estado de febrero de 1992 en Venezuela
originó el traslado de los diálogos a la ciudad de Tlaxcala en México. A partir
de marzo de 1992 se inició con el proceso de negociación.
Julio 4, 1991
La Constituyente (1991)
Antecedentes
La Asamblea Nacional Constituyente es el
resultado de una masiva expresión ciudadana que pidió la redacción de una nueva
Constitución en Colombia, en reemplazo de la Constitución de 1886. El 9 de
diciembre de 1990, durante el gobierno de César Gaviria Trujillo, los
colombianos votaron para la conformación democrática del grupo de líderes
encargados de discutirla y escribirla. El camino para llegar a esta Asamblea,
se materializó gracias a la exigencia de la ciudadanía ya que la nueva
Constitución fue una realidad gracias a la Séptima papeleta, propuesta
originada por un sector de académicos y líderes sindicalistas, la cual fue
fortalecida con el movimiento estudiantil que planteó la inclusión de un
séptimo voto en las elecciones del 11 de marzo de 1990 el cual solicitaría la
convocatoria de una Asamblea Constituyente. La ciudadanía respondió masivamente
a la propuesta. De esta forma, se puede afirmar que el movimiento ciudadano de
la Séptima papeleta fue el origen de la Constitución de 1991, sumado al exitoso
proceso de paz con el M-19, el cual tenía como acuerdo una constituyente. La
constituyente estuvo conformada por 70 miembros, que provenían de diversas
corrientes políticas. Ante la pluralidad de partidos políticos, se decidió
elegir una presidencia tripartita, con líderes de los tres partidos políticos
que más obtuvieron votación: El Partido Liberal Colombiano, la Alianza
Democrática M-19 y el Movimiento de Salvación Nacional. De esta forma, la
Asamblea contó con la dirección de Horacio Serpa, Álvaro Gómez Hurtado y
Antonio Navarro Wolff. Dicha tarea fue realizada durante 150 días y fue
culminada el 4 de julio de 1991. La Constitución de 1991 es considerada la
Constitución de los derechos, ya que reconoce y consagra no sólo los Derechos
fundamentales sino los derechos económicos y sociales y los derechos
colectivos, o de tercera generación. Además crea los mecanismos necesarios para
asegurarlos.
Abril 9, 1994
Proceso de Paz CRS (1994)
Antecedentes
La Corriente de Renovación Socialista
(CRS) fue una organización proveniente del Ejército de Liberación Nacional
–ELN-, de la cual hacían parte un número muy significativo de antiguos
militantes que decidieron cuestionar la lucha armada y optar por la legalidad
de la acción política y social. El 9 de abril de 1994, durante el gobierno de
César Gaviria, los miembros de la Corriente de Renovación Socialista se
reincorporaron a la vida civil con la firma de un Acuerdo Político que fue
facilitado por el Embajador de los Países Bajos. En este proceso se
desmovilizaron 865 excombatientes que recibieron los beneficios de la
reinserción (701 personas) y los beneficios jurídicos (164 personas). A pesar
del acertado proceso de paz, los costos fueron altos. Mientras se desarrollaba
la negociación en Flor del Monte y se daba la concentración de los guerrilleros
de la CRS, fueron asesinados, en una extraña operación militar, los
negociadores Carlos Manuel Prada González y Evelio Bolaños, el 23 de septiembre
de 1993 en Carepa, Antioquia. Adicionalmente, 77 integrantes más fueron
desaparecidos en forma violenta o fueron asesinados. Como resultado del Acuerdo
de Paz suscrito con el Gobierno Nacional, la CRS dio el paso a su constitución
como movimiento político legal con aspiraciones de consolidarse como fuerza
independiente, aglutinante de múltiples sectores de la sociedad colombiana no
vinculados a los partidos políticos tradicionales.
Fuente: Wikipedia
(Continúa en la siguiente entrega)
COLECTIVO
PERÚ
INTEGRAL
30 de
noviembre 2016
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