sábado, 31 de diciembre de 2016

INFORME COMPLETO DE LOS SUCIOS NEGOCIOS DEL CAPITALISMO BRASILEÑO: CASO ODEBRECHT


La empresa de construcción civil brasileña Odebrech admitió haber pagado $ 3.500 millones en sobornos a funcionarios de 12 países para ganar negocios, entre ellos Ecuador. Esta información la divulgó el departamento de justicia de EE.UU.
 
Vea el informe completo de El Telegrafo en el enlace de abajo:

http://www.eltelegrafo.com.ec/especiales/2016/Caso-Odebrecht/



 

LA PROPUESTA NO+AFP





Punto Final
31-12-2016


El sistema de AFP es un modelo fracasado. La dictadura lo impuso prometiendo pensiones con tasas de reemplazo del 70%. Pero la realidad es que apenas alcanzan a 30%... y a solo 22% para las mujeres. Pero la perspectiva es peor. Según la Comisión Bravo, en los próximos diez años más del 50% de las pensiones de quienes coticen entre 25 y 33 años tendrán tasas de reemplazo que no llegarán al 20%. Incluyendo los beneficios del pilar solidario, el 79% de los jubilados recibirán pensiones por debajo del salario mínimo, y un 44% por debajo de la línea de la pobreza. Hoy el 80% de los jubilados vive en condiciones precarias con pensiones de menos de 147 mil pesos. La Coordinadora Nacional de Trabajadores No+AFP presentó su propuesta de otro sistema de pensiones -de reparto, tripartito y solidario-. 

Según Luis Mesina Marín, vocero de la coordinadora, el sistema de reparto es el más eficiente para lograr buenas pensiones. Puede ser establecido con parte de las cotizaciones actuales: “Se pueden duplicar las pensiones de inmediato, sin gasto fiscal y sin cargar a las pymes con más cotizaciones. No pretendemos expropiar los fondos que los trabajadores mantienen actualmente: respetaremos los fondos acumulados. Se trata de aportes tripartitos para el financiamiento de un sistema de reparto, combinando contribuciones y beneficios definidos para establecer pensiones dignas y justas. El nuevo sistema permitiría que los pensionados percibieran, por lo bajo, desde un 103% a un 145% del sueldo mínimo. La pensión más baja rondaría los 277 mil pesos, monto que aumentaría a medida que el trabajador -junto con el aporte estatal y de su empleador- cotice más, manteniendo las edades de jubilación. Contempla, además, una compensación para las mujeres: una bonificación de 5 años de cotización. La propuesta considera que el Estado aporte el 0,3% del PIB, y que experimente un aumento gradual hasta el 0,6% hasta el año 2100”. 

¿Cómo se elaboró la propuesta? 

“Hemos recibido aportes que hemos contrastado con varios economistas: Manuel Riesco, del Cenda; la Fundación Sol; el Cisec; logramos ganar en el debate último a Andras Uthoff y Claudia Sanhueza. El mayor aporte lo ha hecho la Fundación Sol, con los que tenemos más proximidad. Teníamos propuestas distintas pero las hicimos converger. Esto es fruto de un largo proceso. Una propuesta de esta naturaleza no surge de la noche a la mañana. Teníamos ideas dispersas, algunos sabíamos un poco más lo que es un sistema de reparto, pero eso no basta, debía ser una propuesta factible de sustentarse en el tiempo, porque no faltan los agoreros y defensores de las AFP que dicen que no se puede financiar un nuevo sistema, que es absurdo, que de dónde se van a sacar las platas… Nuestra propuesta está calculada hasta el fin del siglo. Hoy tenemos un gasto de 4,31% del PIB en pagar pensiones, pero los países de la OCDE están pagando entre 7 y 8% del PIB en pensiones. Si somos de la OCDE y queremos parecernos a ellos, recién en 2050 vamos a estar en 8,14%. 

Tras el paro del 4 de noviembre, nos hemos concentrado en la preparación de esta propuesta. Es un sistema que se plantea sobre la base de restablecer el aporte patronal y la intervención del Estado, con un aporte más focalizado de manera tal que sea efectivamente un sistema financiado tripartitamente. Administrado también tripartitamente, por un organismo público cuya estructura esté garantizada por normas de rango ojalá constitucional, similar a lo que hoy ocurre con el Banco Central. Un organismo público pero autónomo, de manera que los gobiernos de turno no puedan meter las manos”. 

¿Mejorar las pensiones pasa por un cambio de sistema? 

“El mejoramiento de las pensiones no pasa solo por el cambio de este sistema, sino también por otros factores que hoy están fuera del debate, como la negociación colectiva. Mientras los trabajadores no tengan negociación colectiva ramal o sectorial, no podrán acceder al mejoramiento salarial. Si tenemos un sistema bien construido, pero la gente gana poco, no tendrán buenas pensiones. En todo caso, nuestra propuesta las mejora sustancialmente, porque focaliza el nivel de contribuciones para un propósito único: el pago de pensiones. Genera algún grado de excedente, pero que sería administrado con sentido social, radicalmente opuesto a lo que tenemos hoy. Actualmente, los excedentes se mantienen en las cuentas individuales, pero los utilizan los dueños de las AFP que los colocan en empresas de EE.UU. Más de un 40% está invertido en ese país. Pueden emitir bonos de deuda y las AFP les pasan dinero, en circunstancias que Chile necesita recursos para desarrollar industrias importantes y que pueden generar retornos más bajos de lo que se podría obtener especulando, pero permanentemente garantizados. El 4% de rentabilidad es suficiente para mantener un Fondo de Reserva Previsional que permita enfrentar los momentos más complejos. Pensamos que es la única propuesta seria de los últimos 35 años. Planteamos acabar con las AFP y con el lucro de la seguridad social, restituir este derecho de manera tal que los trabajadores al fin de sus días tengan pensiones mucho mejores, pero además se plantea también generar un debate”. 

Defensores de las AFP les acusan de querer expropiar ahorros de los trabajadores. 

“El sistema que proponemos no va a expropiar las platas de los trabajadores activos, como afirma la propaganda de la derecha y de sectores del gobierno. Al contrario, reconoce el aporte que han hecho los trabajadores para lograr una determinada cantidad de ahorro. Más del 60% de los trabajadores tiene ahorrado menos de 40 millones de pesos, por lo que accederán a pensiones inferiores a 200 mil pesos, por debajo del salario mínimo. Y de ellos, un 40% no llegará ni a la línea de pobreza. Hay trabajadores que con mucho esfuerzo han ahorrado 5 ó 10 millones de pesos, y el sistema que proponemos reconocerá esos ahorros. La ventaja es que tendríamos contribuciones y prestaciones definidas. Actualmente, con las AFP hay contribuciones definidas de un 10%, pero no sabemos cuánto es la prestación. Nuestros ahorros hoy dependen de factores como la volatilidad del mercado financiero, lo que es impresentable”. 

¿Existen recursos para cambiar el sistema? 

“Sí, y estamos derribando muchos mitos al respecto. Por ejemplo, que vamos a desfinanciar el Estado. Si hasta les estamos diciendo a los milicos que se queden con el 1%. Después, lo ajustaremos, pero que ellos hablen ahora, ya que fueron los que nos expropiaron el sistema de seguridad social en 1981. El gasto adicional del Estado como empleador es un 0,04%, y va a crecer a un 0,14%, y después se mantendrá constante. Del 4,31%, un 1,2% corresponde a gastos del sistema antiguo, pero eso se va a ir extinguiendo, mientras sube el Fondo de Reserva, equilibrando las cuentas. Nuestra propuesta se formuló sobre variables muy conservadoras, para que no puedan decirnos que no es posible. Se pensó sobre la base de que el PIB en todo el periodo crezca solamente 1% anual, lo que es muy bajo. Hoy, que estamos en plena desaceleración, crecerá alrededor de 2%. Y si crece al 2%, ya es un 100% más de recursos. ¿Cuál es el argumento que han usado casi 40 años? ‘Que hay que preocuparse que el país crezca, porque cuando crece, hay chorreo’. Les vamos a cobrar la palabra. Un año que crezcamos 5% tendríamos cubiertos 5 años de pensiones. Lo calculamos sobre supuestos macroeconómicos y demográficos muy conservadores, con una remuneración real imponible en el mismo periodo solamente de 1%, con un salario mínimo imponible que aumenta 1% anual -si crece más habrá más plata para el fondo-, con una tasa de desempleo de un 7,5% -bastante alta-, y una inflación promedio de 3,5%. Calculamos una rentabilidad del Fondo de Reserva muy conservadora: 2,5%, cuando pensamos que puede llegar a 4% promedio, porque en este nuevo sistema la rentabilidad se podría obtener de inversión productiva, por ejemplo, en el litio, en ferrocarriles, en yacimientos mineros, etc. Perfectamente podemos tener garantizados treinta años con rentabilidad del 4% o 4,5%. Lo hicimos conservadoramente para que nadie diga que no hay recursos. Porque, además, sabemos que esos recursos ya están, y podrían incrementarse mucho más. Nuestra propuesta es viable, no tiene complicaciones estructurales, y es perfectamente posible de llevar adelante. Si hubiera voluntad política podría materializarse en pocos días. 

Pensamos que perfectamente se podría generar reactivación de la economía si invertimos una parte importante de los ahorros en la red de ferrocarriles Santiago-Puerto Montt y Santiago-Arica, incluyendo todos los ramales. Eso implica una inversión a largo plazo, veinte a treinta años, pero generando empleos de mayor calidad, permitiendo el impulso de polos de desarrollo. Genera empleo y calidad de vida. También pensamos en más líneas del Metro para la Región Metropolitana. Son ejemplos de lo que podría hacerse. Se mejora la calidad de vida y, también, la productividad. Se podría obtener rentabilidad en los yacimientos de la minería, explorar nuevos en el norte grande, con un marco regulatorio que les impida seguir contaminando las napas subterráneas y ecosistemas. También la renacionalización del agua forma parte de una política pública fundamental. La política de seguridad social debe contribuir al desarrollo de un nuevo proyecto de sociedad”. 

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 867, 23 de diciembre 2016.

LA LARGA SOMBRA DE ODEBRECHT EN PERÚ Y LA DESCOMPOSICIÓN DEL CAPITALISMO




Odebrecht y los ratones

Nuestra Bandera (Perú)
31-12-2016

Cuando los militares brasileños adscritos a la Escuela Superior de Guerra –Olimpio Moura de Minas Gerais, Castello Branco, Amaury Kruel,  y  otros- derrocaron a Joao Goulart en marzo de 1964, se inició una nueva etapa de expansión del capitalismo sub regional en América Latina.

El Golpe tuvo claras connotaciones imperiales.  Su acción, se desencadenó a partir del 13 de marzo de ese año, cuando el Jefe del Estado firmó una ley expropiando refinerías de petróleo y tierras. Seis días después -el 19-, los Cipriani de ese escenario y época, salieron a las calles en una gigantesca “paseata”, por “Dios, Familia y Libertad” reclamando “la patriótica intervención de los uniformados”. 

Eran los tempos en los que Carlos Lacerda y la “Prensa Grande”  saludaban las maniobras militares norteamericanas en suelo brasileño ejecutadas bajo el sugestivo nombre de “Brother Sam”, y decían sin rubor: “lo que es bueno para los Estados Unidos, es bueno para el Brasil” 

A la sombra de ese golpe -31 de marzo de 1964- y en años sucesivos, algunos grupos económicos acumularon inmensas fortunas haciendo uso de métodos lícitos unos,  e ilícitos otros, que multiplicaron su capacidad operativa; en tanto que morían en las calles luchadores de la talla de Carlos Marighella y otros -como Dilma- sufrían horrendos castigos en las ergástulas del régimen.
 
Cuando los uniformados se vieron forzados a dejar el Poder en 1985, gracias al vigoroso ascenso de un  movimiento popular que nunca dio tregua a la dictadura; estos grupos dejaron de “mandar” en el nuevo escenario. Virtualmente  “quedaron a la sombra”,  y se dedicaron a multiplicar sus ingresos formando empresas constructoras y financieras, dando fuerza a  un verdadero “imperio de la corrupción” 

Surgieron así  Odebrecht, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, Queiroz Galvao, y otras,  que buscaron reacomodar su presencia adaptándose a la “nueva situación”, creada a partir de  los años 80 del siglo pasado.
 
El periodo de transición de los años de la  dictadura a los de la democracia formal, en ese gigantesco país, fue prolongado; pero, además, nunca profundo. Se cambiaron las formas de dominación, pero la esencia, fue la misma.
 
El Fondo Monetario y el Banco Mundial acomodaron sus recetes y la aplicación de sus políticas financieras y de reactivación;  en tanto que los “Poderes Fácticos” - la Prensa Grande, el sistema financiero, las entidades patronales, la jerarquía eclesiástica, y otros- mantuvieron  intactos sus vínculos laboriosamente forjados y construidos a partir de la discriminación, el racismo, la marginación y el anticomunismo desenfrenado.
 
La llegada del PT al gobierno a fines de los años 90 generó una esperanza; pero, sobre todo, una ilusión. Afincó la idea que era posible introducir cambios profundos en el esquema de dominación vigente, maquillando el rostro del Poder. 

En otras palabras, se indujo a creer que bastaba variar el rumbo de la política para hacer más digerible el consistente, y casi imbatible, sistema de dominación hasta entonces imperante. 

A  fin de “vender” mejor ese producto, aparecieron los “programas sociales”, las políticas de inclusión; y las propuestas orientadas a reducir los índices de pobreza y marginalidad.
 
El discurso atractivo se basó en la idea que “en democracia”, era posible disminuir la pobreza y aliviar la situación las poblaciones más olvidadas; y que, para hacerlo, no era preciso quitarle nada a nadie.  Como la Revolución no era posible y el Socialismo  no tenía fuerza;  la “salida“, era distinta: había que embellecer el capitalismo, no cambiarlo.
 
Con otras palabras, se hizo carne el mensaje de Haya de la Torre en 1945 en su recordado discurso de la Plaza San Martín ante los bacones del Club Nacional: “No se trata de quitarle la riqueza al que la tiene, sino de crear riqueza para el que no la tiene”. Sabiéndolo, o ignorándolo, esa fue -finalmente- la  esencia de la política del PT en lo que va del  nuevo siglo
 
A partir de entonces se vio en  la patria de Tiradantes una suerte de escenario compartido. Los empresarios, hacían sus “negocios”, y  los líderes del PT “sus políticas”.  Ninguno. Interfería en el juego del otro. Al contrario. Unos y otros se respetaban y aún mas, podían “darse la mano” si eso fuera necesario. Lo importante era convertir en realidad “el Milagro Brasileño“, y lograr lo que ya había predicho Richard Nixon: “hacia donde mira el Brasil, mira  América Latina”.
 
El “darse la mano”, tenía sus riesgos, pero valía la pena. Los empresarios podían “aporta fondos” para algunos de los “programas sociales” en boga, a cambio de que no se tocaran sus privilegios  -ni sus tierras,  ni sus empresas-; en tanto que los políticos podían ayudarlos a “extender” sus negocios, sin comprometer los intereses del Estado.
 
Fue en ese marco que las empresas brasileñas llegaron al Perú. Las trajo Alberto  Fujimori en la última etapa de su gestión; y las heredó, en su momento,  Alejandro Toledo. Luego vendrían  García y Humala,  sólo que en similares condiciones.
 
Como lo han dicho algunos de los “analistas” que abordaron el tema, estas empresas no tenían contenido político, ni rumbo ideológico. Tenían, simplemente, objetivos comerciales. Hacían negocios, independientemente del signo político de sus circunstanciales “aliados“. La vida les había enseñado algo que el mundo conocería después en palabras de Deng Xiaoping: “no importa de qué color sea el gato; lo que importa, es que coma ratones”.
 
Y si Odebrecht  fue el gato, los ratones en este rincón del mundo, fueron los mandatarios  peruanos que, a cambio de algunos millones de dólares, les dieron jugosas concesiones. “Hagan sus  políticas, que no nosotros haremos nuestros negocios”, pareciera haber dicho Marcelo, el brasileño de las coimas.
 
En 29 millones de dólares se calcula el monto que el consorcio brasileño “invirtió” en los gobernantes peruanos que suscribieron convenios. A decir verdad, no invirtió  nada en el rubro; porque la suma aludida, fue “descontada” del monto de la inversión empresarial, de modo que la pagamos todos.
 
De alguna manera eso lo puso en evidencia, en  el periodo anterior, el congresista Juan Pari, pero no le dieron “bola”. Y es que, en su informe, no sólo aludió a la “carne fresca” -Humala y Nadine-; son también a la podrida: Fujimori, Toledo y García. 

Hoy, forzada por la circunstancia, la “prensa grande” resucita el “Informe Pari”, pero querrá “liberarlo” de  la  presencia  del  chinito  de la yuca, para investigar a los demás  -incluida Nadine, claro- porque a ella, se la tiene jurada.
 
Que investiguen a fondo, y que investiguen todo; porque ese olor putrefacto, es del capitalismo en descomposición; ese que deja “hacer política” mientras no toquen sus intereses; y que tolera a “los políticos” mientras le sirvan. Cuando eso ya no ocurra, los tratarán como a Dilma, o como a Nadine, claro.
 
Una buena experiencia, al fin y al cabo.

Gustavo Espinoza M. pertenece al Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera

Fuente: https://nuestrabandera.lamula.pe/2016/12/29/peru-odebrecht-y-los-ratones/nuestrabandera/

ESTOS SON TODOS LOS DESTROZOS QUE VA CAUSANDO EL TERREMOTO ODEBRECHT EN LA POLÍTICA PERUANA



 


Laura Grados

Viernes, 30 diciembre 2016

Hace poco más de una semana, los directivos de la brasileña Odebrecht contaron a la justicia estadounidense con cuánto dinero y en qué países habían pagado sobornos para poder ganar licitaciones. Todo esto en el marco de las investigaciones por el caso Lava Jato.

En el Perú, la cifra, según los testimonios, ascendía a 29 millones de dólares (que pueden ser más) entre los años 2005 y 2014. La corrupción, desde la gigante empresa, había campeado en los tres últimos gobiernos democráticos.

Desde la confesión, pocos días antes de Navidad, en nuestro país han ocurrido distintas reacciones, tanto desde quienes no pueden dormir por este caso, como por el propio gobierno de PPK, cuya reacción ha sido, sino débil, al menos tardía.

1. Un poquito de corrupción


Sin comentarios.
Foto: Correo

Consultado por este escándalo que se mantendrá vigente seguramente durante todo el 2017, el presidente Kuczynski no tuvo mejor idea que contestarle al diario Gestión, comparando el monto -repetimos, puede ser más- usado para romperle la mano a varios funcionarios  con lo que se pagó en otros países.
  • “En una entrevista con el diario Gestión, el mandatario dijo estar “en contra de la corrup­ción, pero no todo lo de Odebrecht en Perú es co­rrupto”. Incluso com­paró el caso de nuestro país con el de Colombia, que tiene “tres páginas” en el informe fiscal de EE.UU. mientras que el caso peruano solo cuen­ta con “10 líneas”.”.
El presidente, además, dijo que 29 millones de dólares era una cifra pequeña en comparación de otros países.

2. A zavalazos aprendí

La tardía reacción del gobierno sobre el caso Odebrecht-Lava Jato es comprensible después de ver la posición de PPK. El miércoles, casi una semana después de que reventara el chongo, el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, tuvo que esperar seis preguntas iguales para recién decir que Odebrecht, y otras empresas involucradas, no podrán de participar en licitaciones del Estado. Así lo reportó (roche) la agencia Reuters.

“No podrán participar en licitaciones públicas”, dijo Zavala a los medios de comunicación cuando se les preguntó si eso incluía a Odebrecht.

(…) Sin embargo, los comentarios de Zavala podrían ayudar a la firma gubernamental a mantener su postura contra la corrupción después de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski se enfrentara a críticas por defender a Odebrecht diciendo que no toda la compañía era corrupta.

3. Yo no fui, fue teté

Es posible que se trate de la reacción más infantil de todas. O más evidente. El 26 de diciembre, durante una entrevista en la televisión, el abogado de Alan García, Wilber Medina, sacó cuerpo y al toque puso el parche de la siguiente manera.

Resulta que el exdirector ejecutivo de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico, Oswaldo Plascencia Contreras, fue quien se encargó de todos los tratos con la empresa Odebrecht para la construcción de la obra.

Recordemos que, según las declaraciones de los directivos de la empresa, para construir el Tren Eléctrico pagó 1.4 millones de dólares en sobornos.

Lo primero que hizo Medina fue negar que Plascencia sea una persona allegada al presidente García. Luego remató aclarando que quien lo había llevado hasta ese cargo era el exministro de Transportes del segundo gobierno del Apra, Enrique Cornejo.

“Los únicos asesores que tuvo Alan García du­rante el periodo 2006- 2011 fueron Luis Ca­rranza, Jorge Salazar y Susana Pinilla (…). El se­ñor (Oswaldo) Plasencia es un desconocido para el expresidente y, por lo tanto, no ha trabajado con él, ni ha sido desig­nado a su despacho”.

4. La protesta de Popy

El miércoles pasado, el excandidato presidencial, Fernando Olivera, encabezó una protesta en la sede de Odebrecht en Lima.

Ese día, fue acompañado por un grupo -no tan pequeño- de popyaliados armados con las escobas que han sido el símbolo de Olivera desde las épocas del FIM. El acto consistió en barrer las ventanas de la empresa para “limpiarlas de corrupción”. Es un gesto bien paja, pero alguien avísele que ya terminó la campaña.

5. Cuéntanos, Marisa

Si alguien está pasando piola con todo este chongo, son los directivos de la Municipalidad de Lima durante la gestión de Susana Villarán. Pero una columna de nuestro enemixer Aldo Mariátegui, titulada “Cuéntanos, Marisa”, nos trajo a la memoria algunos hechos ocurridos en la Municipalidad cuando los integrantes de Fuerza Social y otros partidos de izquierda estaban al mando.
  • Odebrecht le regaló a la gestión Villarán la arena que colocaron en la playa La Herradura para “recuperarla”, pero terminó siendo llevada por el mar.
  • Para este obsequio, la empresa desembolsó un sencillo de 75 mil soles. Muy generosos (como con el Cristo del Pacífico).
  • Meses después, Odebrecht ganó uno de los contratos más millonarios que licitó la gestión: Rutas de Lima. Por 30 años, la empresa se encargaría de la construcción y mantenimiento de casi todas las vías de acceso a la ciudad. La inversión era de poco más de 400 millones de dólares. Y el peaje lo cobrará por los próximos 30 años. Negocio redondo.
Pero, ¿por qué Marisa tendría que responderle a Aldo si ella solo era regidora? 

En realidad no es solo ella quien debería responder sino los que manejaban el dinero en la gestión, empezando por el exgerente de la MML, José Miguel Castro. Sin embargo, sí es necesario decir que era la hoy congresista la que salía siempre en la prensa a explicar cómo Odebrecht iba a aplicar el cobro de peajes.

*****

Los directivos de Odebrecht continúan confesando sus fechorías ante la justicia estadounidense (porque en ese país fue que se hicieron transacciones de dinero). Con el tiempo podrían dar los nombres y apellidos de los funcionarios a quienes les rompieron la mano para hacerse de millonarias licitaciones. Todos siguen en la mira.