04/01/2017
En los
últimos días ha proliferado en numerosos sitios de Internet una nota de opinión
sobre un diagnóstico de la situación mundial del actual Vicepresidente de
Bolivia, Álvaro García Linera titulada "La globalización ha muerto"
(1)
Teniendo en
cuenta la personalidad internacional de Linera y su profundidad intelectual, la
nota nos parece sirve como disparador del debate para la acción que necesita
Nuestra América en un momento crucial de su historia y del destino que nos toca
en la globalización.
Nos
tomaremos la humilde licencia de disentir con Linera en algunos puntos de sus
planteos porque consideramos que el tiempo estratégico que nos toca vivir y
actuar, nos obliga al coraje de discutir y debatir sin medias tintas, ya que
nos une el mismo objetivo y los idénticos anhelos: la independencia de América
Latina. Por eso realizamos esta nota, no con el afán de ponernos a la altura de
Linera, pero con el convencimiento que a la independencia la haremos -si la
realizamos- entre todos, que no estamos en la época del Rey Filósofo de Platón.
Por lo
tanto, no entraremos a analizar desde que paradigma reflexiona Linera, sino
señalar errores que nos parecen nodos estratégicos de la situación mundial y
regional que Linera soslaya. Demás está decir que es un planteo distinto, pero
no pretende ser monopólico, sino que sirva como disparador de un debate de
ideas para la acción.
No
escribimos desde una "neutralidad cientificista" sino embarrados en
la militancia político académica por la Patria Grande de Manuel Ugarte y del
continentalismo de Juan Domingo Perón. Aclarado este punto, pasamos a enumerar
en general lo que consideramos errores o verdades parciales que pueden
conducirnos a falsos diagnósticos, para lograr una hoja de ruta que nos ubiquen
en el horizonte de la autonomía.
Álvaro
García Linera realiza en la nota citada un muy importante bosquejo del estado
de la situación mundial bajo el título "La globalización ha muerto".
En verdad la
llamada globalización , mundialización, sistema-mundo o universalismo-como lo
denominó Juan Perón de manera anticipatoria -es un proceso histórico
multidimensional- de interconexión mundial no de integración ni de
homogeneización que abarca y atraviesa todas las dimensiones, desde lo
político, lo económico, lo científico-tecnológico, lo social, lo cultural , lo
demográfico. Lo que queremos decir que independientemente del nombre, este
sistema de interconexión mundial que se inició en el siglo XV en Europa con la
emergencia del capitalismo y las grandes expansiones geográficas que dan origen
a la política mundial y a la generación de centros y periferias y viceversa, no
puede ser reducido a un fenómeno exclusivamente capitalista, porque caeríamos
en una interpretación dogmática del proceso histórico y no estratégica.
La
globalización puede ser parcialmente entendida, si se lo asocia exclusivamente
con el neoliberalismo , en verdad la última sub etapa de la globalización, que
se inicia hace unos 40 años cuando se rompe el consenso keynesiano .El
neoliberalismo entiende a la globalización desde una visión ideológica donde el
mercado gobierna y la política administra, y el mercado se unifica a través del
gobierno de las finanzas y nos hallamos ante el "fin de la historia",
de la "geografía" y hasta del mismísimo Estado, sin precisar qué Tipo
de Estado entra en crisis y que tipo de Estado surge.
Lo que está
en crisis -punto de inflexión desde su origen etimológico griego krisis- es un
capitalismo monopólico corporativo transnacional con ramificaciones en los ejes
financieros-económicos-comunicacionales-militares de carácter global con
epicentro en los EEUU.
Pero no
debemos asociar mecánicamente y confundir neoliberalismo con sistema mundo. El
neoliberalismo como dijimos, es una sube tapa del sistema mundo que empezó en
el siglo XV en Europa occidental.
El primero
que utilizó la categoría de sistema mundo como política global, ha sido el gran
geopolítico inglés Halford Mackinder cuando en su famosa conferencia de 1904
"El pivot geográfico en la historia”, afirma que la etapa de los grandes
descubrimientos había llegado a su fin y que el mundo se había transformado en
un único sistema.
La crisis de
la globalización en el subperíodo del sistema mundo ha sido, entre otras, las
causas del triunfo de Trump en los Estados Unidos, la derrota del Brexit , la
crisis europea con la consecuente aparición de partidos "anti
sistema" -mal llamados populismos- sino que en el fondo representan la
vieja xenofobia que condujo a los totalitarismos.
La Unión
Europea, a diferencia de lo que afirma Linera, no fue nunca "la mayor y
mas exitosa ilusión liberal de nuestros tiempos". Y que "provenga de
dos naciones que hace 35 años atrás, enfundadas en sus corazas, anunciaron el
advenimiento del libre comercio y la globalización como la inevitable redención
de la humanidad".
Esto en
verdad, es un concepto abstracto y hasta un poco confuso. Europa fracasó porque
no pudo llevar a cabo el ideal fundacional de un Estado europeo con los
fundadores Schumann, Adenauer, Monnet, etc. Prevalecieron sus fracturas
religiosas, culturales, lingüísticas y políticas y Europa no pudo armonizar o
sincronizar la identidad entre la Unión Europea, la Eurozona y la OTAN. Más
aun, al carecer de un brazo militar propiamente europeo y con Inglaterra
erosionando o jaqueando como punta de lanza norteamericana .En síntesis, es la
vieja pero siempre vigente política que aconsejo el gran geopolítico
norteamericano del poder marítimo, el Almirante Alfred Mahan a los ingleses en
1904, que se acoplasen a la política norteamericana.
La globalización
como "horizonte político" ideológico capaz de encausar las esperanzas
colectivas hacia un único destino que permitiera realizar todas las posibles
expectativas de bienestar, ha estallado en mil pedazos".
Aquí nos
parece, un error clave de Linera, porque lo que estalló fue la dictadura del
pensamiento único del neoliberalismo y de su falsa opción, de que el mercado
gobierna y el Estado administra. Sin embargo, el sistema mundo -nosotros
utilizamos esta categoría analítica desde la visión Geopolítica de Mackinder-
avanza con una velocidad inédita .Y esta falsedad ideológica, tiene tanta
potencialidad en Occidente que terminó colonizando culturalmente al pensamiento
político occidental en todo su espectro, desde el arco ideológico del liberalismo
al socia-liberalismo en lo político y en las ciencias sociales, la tercera vía
de Antonny Giddens fue una caricatura del liberalismo.
Esto no
quiere decir, como sostiene Linera, que "hoy no existe en su lugar nada
mundial que articule esas expectativas comunes; lo que se tiene es un repliegue
atemorizado al interior de las fronteras y el retorno a un tribalismo político,
alimentado por la ira xenofóbica , ante un mundo que ya no es el mundo de
nadie".
Está fuera
de discusión el aporte de Marx como uno de "los primeros y más acucioso
investigador de los procesos de globalización del régimen capitalista”. Tampoco
"los esquemas de Giovanni Arrighi en su propuesta de ciclos sistémicos de
acumulación capitalista a la cabeza de un Estado hegemónico: Génova-siglos
XV-XVI-, los Países Bajos -siglo XVIII-, Inglaterra-siglo XIX- y Estados
Unidos-siglo XX-."
Linera, se
queda en la cita de Marx y de Arrighi pero no precisa, y esto se torna medular,
los tipos y capacidades estatales en cada ciclo sistémico del capitalismo. El
recorrido histórico seria: ciudad-estado burguesa, Estado-monárquico,
Estado-Nación industrial -este actor dejó de ser exclusivamente europeo y
llegaron a poseer esa capacidad Inglaterra, Francia, Alemania e Italia -en esa
secuencia-, Japón, el primero extra europeo- y el Estado continental
industrial- EEUU, luego de la guerra de la secesión y la URSS. En el fondo un
Estado continental industrial reúne, en un espacio de dimensiones geográficas
continentales, un poder que reúna la dimensión científica-tecnológica,
industrial, militar, cultural y por lo tanto la renta geoestratégica de sumar
un poder estatal continental industrial. En verdad, la guerra fría más que una
confrontación ideológica fue la bipolaridad de dos Estados continentales industriales.
Cuando implosiona la URSS se inicia una nueva lógica mundial. Aquí se hace
altamente necesario dos puntualizaciones:
A-En la
historia habían existido Estados continentales, pero agrarios multiétnicos.
Como el romano, el imperio mongol, etc. Pero, el primero industrial
fueron los EEUU, superadores de toda unidad política previa.
B-Linera
ha expresado en muchas ocasiones la necesidad de concretar en Nuestra América
un "Estado continental plurinacional". Se vuelve difícil de entender
esta categoría porque en verdad somos una Nación fragmentada en múltiples
Estados. Una Nación en la diversidad, donde lo común es lo ibérico y la
diversidad reside en la riqueza de nuestras etnias originarias y las diferentes
formas que tomó el mestizaje con sus choques y confluencia.
Es decir, la
única respuesta al desafío que nos somete el sistema mundo es la Nación de
Repúblicas de Bolívar, la Patria Grande de Ugarte, el continentalismo de Perón.
Allí se encuentra el núcleo de nuestra razón de SER o NO SER.
Es la Patria
Grande o la nada. Así de simple. Así de complejo. Así de difícil. Así de
apasionante.
La caída de
la URSS significó para George Bush-padre- el comienzo de un "nuevo orden
mundial" en correlato con el japonés norteamericano Francis Fukuyama que afirma
"El fin de la historia". Esta fue la interpretación oficial que
irradia al mundo la República Imperial, al decir de Aron. Linera cae en esta
conceptualización al decir: “Hoy, cuando retumban los últimos petardos de la
Larga fiesta del fin de la historia, resulta que quien salió vencedor, ha
fallecido dejando al mundo sin final ni horizonte victorioso".
No estamos
de acuerdo para nada de esta afirmación incluso riesgosa, porque en verdad
desde nuestra óptica, la caída de un polo -URSS- no se reflejó en la victoria
del otro polo -EEUU-, sino que se iniciaba una nueva lógica mundial donde las
incertezas predominan por sobre las certezas. Uno de los que advirtió de esta
nueva lógica mundial, es justo reconocerlo, fue el Papa Juan Pablo II en 1991
en la Encíclica Centésimas Annus -a cien años de la República Novarum-.
-"Entonces
con el socialismo de Estado derrotado y el neoliberalismo fallecido por
suicidio, el mundo se queda sin horizonte, sin futuro, sin esperanza
movilizadora".
Repetimos,
Linera expresa un pesimismo que opaca su relativo optimismo -nos atenemos a su
nota-, por la crisis de Occidente.
Sin embargo,
esta crisis de Occidente para nada debe eclipsar para Nuestra América en
categoría de José Martí, dos sucesos centrales del actual sistema mundo:
-la
emergencia definitiva de un "orden” multipolar de carácter global
desoccidental -por primera vez en la historia- y multicivilizacional de
círculos culturales que convergen geoculturalmente con los Estados
continentales (EEUU, China, Rusia, India, Irán, etc.).
-la
irrupción de un Papa Latinoamericano por primera vez en la historia, como el
Papa Francisco, hijo de la Teología de la Cultura que rescata la religiosidad
popular, la opción por los pobres y la Patria Grande. Partidario de un Estado
Continental en América Latina, de gran influencia en su formación, el pensador
uruguayo Alberto Methol Ferré
-un
"orden" multipolar nos brinda a los latinoamericanos un mayor margen
de viabilidad, si nos ponemos en la altura de las exigencias de la época
El final o
conclusión de Linera nos parece interesante. Apela a la esperanza: “No existe
ser humano que pueda prescindir de un horizonte y hoy estamos compelidos a
construir uno. Eso es lo común de los humanos y ese común es el que puede
llevarnos a diseñar un nuevo camino distinto a este emergente capitalismo que
acaba de perder la fe en sí mismo”.
Nadie puede
prescindir de la esperanza. Pero en esta conclusión de Linera, dejamos esta
observación. En primer lugar, no se trata de un capitalismo emergente sino de
una economía casino que está llenando al sistema mundo de lo que el Papa
Francisco llamó "la globalización de la indiferencia". Y refugiarnos
solo en la esperanza es un camino de derrota anunciada. Aquí también volvemos
al último libertador José Martí, cuando decía: "Para crear hay que
creer".
Desbordaría
esta nota y caeríamos en el intelectualismo inútil y dañino, creer que se puede
elaborar un plan de gobierno como hoja de ruta de compromiso con el futuro a
partir de nuestras raíces y no de evasión y de refugio pasivo con la esperanza.
Este enorme
desafío nos conduce al Maestro del Libertador Simón Bolívar, Don Simón
Rodríguez y su apotegma: “O inventamos o erramos".
En este
sentido, rescatamos la oleada integracionista postconsenso de Washington que
integró los peldaños del Mercosur, la Unasur y la CELAC. Pero, como dijo el ex
presidente de Uruguay José Mujica, quedamos rehenes de los discursos.
Una hoja de
ruta constituye puntos concretos transformados en metas estratégicas a realizarse
en no más de dos años. Es decir las metas relegan a los discursos. Metas que
deben ser conducente al Estado continental. En forma de ejemplo me permitiré
enumerar algunas a realizar dije en dos años como máximo:
-Ciudadanía
común suramericana y latinoamericana.
-Reconocimiento
de estudios en todos sus niveles
-Tierra,
techo y trabajo sea los acuerdos programáticos de todas las fuerzas políticas y
movimientos sociales
-Integración
de infraestructura y energética del subcontinente con el paradigma de la Casa
Común del Desarrollo Sustentable y Sostenible
-Armonización
de códigos penales y criminalidad económica para una lucha frontal contra la
criminalidad organizada
-Ley común
regional para el financiamiento de las campañas políticas con el fin de evitar
el financiamiento de la política y transparentarla al máximo
-Recuperar
una Pedagogía Latinoamericana que incluya las nuevas tecnologías y nuevas redes
en la globalización. Debemos generar el humanismo que reconcilie a la Ética con
la Ciencia. La educación inclusiva sólo es, si es de calidad. Esto es
imposible sin una política que devuelva la alianza entre el estado, la familia
y la escuela
-Fortalecer
y potenciar medios de comunicación desde y para la comunidad. Con decisión y
respetando la libertad.
-Impulsar
cadenas de complementariedad económica industrial que tenga como base las pymes
y el cooperativismo.
Estas son
simples enunciados concretas a manera de ejemplo. Pero todas ellas resultan
imposible sin el primer punto que ahora enunciamos y todo sería una mentira
-Solo es
posible llevar a cabo estas medidas con una reconstrucción de un poder ético
político impenetrable a la corrupción. El cáncer más difícil que nos ha tocado
vivir. No, porque sea nuevo, sino empieza a ser sistémico. Por lo que esta
epopeya nos involucra a todos.
Agradezco
enormemente a Álvaro García Linera que me hizo pensar. Y esta es una tarea de
todos, porque el pensar con muchos es mejor que con uno.
Nota
1.
La globalización ha muerto, Pagina12/La otra mirada
https://www.pagina12.com.ar/11761-la-globalizacion-ha-muerto
2.
Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia
política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.
http://www.alainet.org/es/articulo/182638
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