Por Pablo Jofré
Leal
6 enero 2017
¿Es verídica la posibilidad, que en el contexto del conflicto en
Siria, se desencadene una guerra, que enfrente al régimen israelí con la
participación de Rusia?
En la parte
I de este trabaje me interrogaba sobre la posibilidad, que en el actual
escenario bélico que vive Oriente Medio: con guerras de agresión contra Siria,
Irak, Yemen y la ocupación de Palestina, se desencadenara una guerra, que
enfrente al régimen israelí con actores regionales que operan en favor de
rivales de la entidad sionista como es el caso de las Fuerzas de la Federación
Rusa.
Sostengo que
sí, que dicha posibilidad no es una quimera. Enfrentamiento ruso-israelí, que
podría darse a pesar que cerca del 15 % de la población Israelí es de origen
ruso y que representan la avanzada del sionismo más radical, racista,
ultraderechista y xenófobo “la gran mayoría de ellos odia a los árabes, rechaza
la paz, apoyan a los colonos y votan gobiernos ultranacionalistas” según señala
el periodista y exparlamentario israelí Uri Avnery, quien
nos consigna en su artículo “llegaron los rusos” que “corren varias teorías
sobre este carácter racista y belicoso de estos rusos en Israel y una de ellas
sostiene que durante la era soviética, los judíos eran sólo ciudadanos
soviéticos al mismo nivel que el resto. Cuando la URSSS se disolvió todo el
mundo se refugió en su propia nación. Los judíos quedaron en el vacío. Así que
se fueron a Israel y se hicieron más israelíes que todos los otros israelíes.
Incluso lo No-judíos de entre ellos se convirtieron en súper patriotas
israelíes. No existe partido político en Israel, ni menos alguno con
aspiraciones de poder, que no cuente en sus listas de lucha política con un
“ruso” en sus filas”
Se ha dado a
conocer, que el Lobby Sionista presente en Rusia, presiona al gobierno de Putin
para aumentar los lazos, en los más diversos ámbitos, de tal manera que
aprovechando el significativo porcentajes de rusos viviendo en Israel se
utilice la influencia regional e internacional de la Federación Rusa, para
influir positivamente en los intereses sionistas. HispanTV
señalaba en marzo del 2016 que según reportes de medios israelíes y
palestinos la comunidad judía en Rusia ha desempeñado un papel significativo en
el acercamiento entre ambos gobiernos. Tal vez ello limite la injerencia
directa del sionismo en actividades bélicas en territorio sirio, libanés e
iraquí y utilizando como peones a las fuerzas takfiríes, que han recibido
entrenamiento militar, apoyo logístico, asistencia sanitaria y seguridad por
parte de los organismos de inteligencia sionistas y de su Ejército. Tal
conducta no descarta, que de acuerdo al devenir de los acontecimientos, el
sionismo decida participar e involucrase directamente en las batallas lo que traerá
como consecuencia, la inevitable colisión con el Eje de la Resistencia y por
extensión con las fuerzas rusas.
Lo
Ataco o No Lo Ataco “That it the question”
Parafraseando
al Hamlet de Shakespeare, Rusia y su mirada, como potencia regional y
mundial debe sopesar, si es más fuerte e importante la presencia de 1,25
millones de rusos en Israel, la influencia de la comunidad sionista en su país
o los objetivos geoestratégicos que se juegan en Oriente Medio: la mirada
global con respecto a la política de alianzas con el Eje de la Resistencia.
Proyectos de combate a la hegemonía de Washington y la OTAN, que lo afectan
directamente en su frontera occidental y finalmente su deseo de avanzar hacia
el occidente en diversas materias. Primero, las económicas relacionadas con los
hidrocarburos – con los proyectos de gasoductos y oleoductos que se trabajan
con Irán, Irak y Siria - Las militares – con la consolidación de su
presencia en el puerto sirio de Tartus y las Bases Aéreas de Hmeimim en las
cercanías de Latakia, más el uso de la base área de Hamadan en la República
islámica de Irán- y políticas – vinculadas al prestigio ganado en la sociedad
árabe al apoyar, junto al Eje de la resistencia la lucha de defensa de su
soberanía de los pueblos sirio e iraquí. Llegado el momento ¿Atacar o no atacar
a Israel? Será la interrogante que deberá resolver la Rusia de Putin.
Rusia,
indudablemente, tiene su propio mapa de relaciones, que es respetado por sus
socios en la alianza de lucha contra el terrorismo takfirí. Prueba de ello son
las negociaciones que el gobierno ruso ha establecido con la entidad sionista,
para avanzar en materias económicas que establezca una zona de libre comercio
entre la Unión Económica Euroasiática e Israel. Negociaciones consideradas
vitales por Tel Aviv, en el marco de la preocupación que ha despertado la
campaña del BDS – Boicot, Desinversión y Sanciones – por sus política
colonialistas y racista en Palestina, que obligó al lobby sionista en Rusia a
presionar a Putin. Acción presidida por Michael Lobovikov, presidente del Likud
Rusia y exactivista en el movimiento de la aliá de los judíos soviéticos al
constatar las enormes pérdidas sufridas por este programa de resistencia civil
"Israel sufre grandes pérdidas debido a las actividades del BDS y ello
nos obliga a mantener relaciones con una potencia mundial que goza de mucha
influencia en el mundo entero como es Rusia” concluyó Lobovikov
A pesar de
los intentos de presionar a Putin, por parte de la comunidad sionista en Rusia
y los acuerdos comerciales gasíferos y petrolero que se están tratando entre
Moscú y Tel Aviv, más temprano que tarde, el pensamiento y la conducta
belicista que impregna el ADN de la entidad sionista va a generar una situación
de confrontación ineludible entre las fuerzas del Eje de la Resistencia, Rusia
e Israel. Los Misiles antiaéreos S-300 y S-400 que Rusia tiene instalados en
Siria encontrarán destino en las naves agresoras sionistas. Los aviones SU 24,
SU 25, 30 SM, SU 34 Fullback, los SU 35 S, encontrarán blanco en los F-16
israelíes, que hasta ahora ha debido mantener alejado del territorio sirio e
iraquí, aunque deseos de bombardear no le ha faltado al mando castrense
sionista.
Rusia
advirtió que derribará cualquier avión que amenace sus fuerzas en Siria y eso
incluye a Israel, por más acuerdos que se hayan logrado. Está en juego la
imagen que ha proyectado Rusia en la zona. Ya
en Septiembre del 2016 un avión y un dron israelí fueron derribados por la
defensa antiaérea siria a través del uso del sistema S-200. A lo que hay que
unir la muerte de una quincena de agentes sionistas en una zona cercana a
Alepo, tras el ataque de misiles crucero del tipo Kaliber, lanzados por la
flota rusa desde el mediterráneo. Agentes, que junto a otros militares
occidentales coordinaban los ataques de las bandas takfirí contra el Ejército
árabe Sirio, en Alepo e Idlib.
Hasta ahora
Moscú ha logrado contener los ataques limitados de la entidad sionista contra
posiciones de Hezbolá y del Ejército sirio ¿Podrá ello mantenerse en el tiempo?
Rusia está empeñado en que así sea, pues permitir un ataque de
envergadura de las fuerzas sionistas contra sus aliados o en las bases donde
operan sus fuerzas implicará el desencadenar una guerra regional, que en la
situación geopolítica que vive el mundo puede, perfectamente, precipitar una
conflagración mayor. Ampliable a Europa del Este, el Magreb, Ucrania y el
Cáucaso e incluso el Mar meridional de la China.
Para la
inteligencia israelí y agencias de análisis como el Portal MAKO israelí la
guerra entre Rusia e Israel “es sólo cuestión de tiempo”. Así
lo consignó un artículo publicado por una agencia de noticias rusa a inicios de
este mes. Asumiendo que Israel y sus mandos políticos y militares se
encuentran extremadamente preocupados por el aumento de la presencia rusa en
Oriente Medio en materia militar, naval y aérea, lo que implica el despliegue
del avanzado sistema de misiles S-300 y S-400 y la labor de inteligencia que se
lleva a cabo contra el régimen sionistas. Hoy, el ejército israelí, su Fuerza
Aérea y su Fuerza naval ya no tienen manos libres para actuar como quieran,
quedándoles sólo el detener a flotillas de barcos indefensos con ayuda a Gaza o
seguir bloqueando al territorio palestino frente al Mediterráneo pero, en
materias de enfrentar cara a cara a fuerzas equiparables, Israel se ha debido
conformar con rechinar sus dientes y constatar que el mundo se ha dado cuenta
que su poderío es sólo posible de usar sobre poblaciones indefensas.
El articulo
al que hago referencia señala que “por primera vez en los últimos 40 años las Fuerzas
Armadas israelís no están solas en la región y además ya no controlan su
territorio. Por lo visto el enfrentamiento con Rusia es solo cuestión de
tiempo", tal vez es un hecho que debería concretare de una vez, para
sopesar el verdadero calibre de un régimen que ha dedicado los últimos 58 años
– desde el año 1948 a la fecha – a usurpar territorios, asesinar y
transformarse en el gendarme de poderes occidentales en Oriente Medio.
Después de
décadas de dominar el Levante Mediterráneo, sobre todo gracias al apoyo de
sus aliados occidentales y la complicidad de regímenes corruptos, a los
Sionistas se les ha dicho que es hora de permanecer en el sitio que hoy ocupan,
sabiendo que ese territorio pertenece a otro pueblo y deberá ser restituido sí
o sí. El mundo está siendo testigo de la humillación israelí, a sabiendas que
una confrontación directa con Rusia es el paso para intensificar un conflicto
regional donde la entidad sionista tiene asegurada su destrucción. Netanyahu
tiene límites en sus amenazas y bien sabe que uno de eso límites implica no
presionar demasiado a Moscú, so pena de atizar el fuego de la destrucción
contra un régimen que se sustenta en el apoyo de Washington y las
influencias de los lobbies judíos en Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
Poderosos Sr. Es Don Dinero pero incluso esta herramienta de dominio tiene
límites.
Hoy el Eje
de la Resistencia y Rusia han generado en Israel “una pesadilla geopolítica y
existencial” que se acrecienta con la Resolución N° 2334 del pasado 23 de diciembre
del 2016 y los efectos esperados de una Conferencia de Paris del próximo 15 de
enero, donde lo más probable es que se vote para presionar a Israel a cumplir
las exigencias emanadas de la Resolución mencionada, so pena de avanzar en
otra que apele al capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
Mientras se exige a Israel el respeto a las leyes internacionales, la entidad
sionista sólo aspira a que su salvación provenga de las decisiones del
multimillonario devenido mandatario estadounidense Donald Trump que asumirá
cinco días después de la conferencia de París, con declaraciones altisonantes
de apoyo irrestricto a Tel Aviv pero…otra cosa es lo que se vocifera en campaña
y otra muy distinta, cuando se debe negociar con potencias como China, Rusia, Irán
y otros actores regionales en Oriente Medio, que poseen su propia agenda
política internacional y una soberanía imposible de aplastar.
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