miércoles, 22 de febrero de 2017

CORRUPCIÓN EN PERÚ: ¿Y ALAN GARCÍA, CUÁNDO?



21/02/2017

"Alan García ha regresado al país, haciendo elocuencia una vez más de su gastada retórica de impoluto, mostrando su “enojo” por el delito de sus pares. Nadie le cree pero la justicia sigue sin tocarlo, haciendo que para el sentido común sea “el que la sabe hacer”. A esto se suma la condescendencia con la que los grandes medios lo tratan, manteniendo y haciendo suya la impunidad de García"

A pesar de haber enjuiciado y sancionado al presidente más corrupto de nuestra historia, Alberto Fujimori, la sensación de la ciudadanía en torno a la impunidad en casos de corrupción es altísima. Los peruanos y peruanas sentimos que la corrupción no se castiga o, en todo caso, si se hace no se toca a las cabezas, y como dice el dicho la pita termina rompiéndose por el lado más débil.

Esta sensación tiene asidero y una base indiscutible con ciertos personajes de la política nacional que se han erigido como los intocables del sistema judicial. Sin duda, el arquetipo de este sector es Alan García, quien tiene en su haber grandes vínculos históricos con casos de corrupción e irregularidades, por decirlo generosamente, que se han colocado como los peores escándalos de los últimos años.

Es una burla a la inteligencia de la ciudadanía pretender que García está limpio y nada ha tenido que ver con las grandes coimas de la empresa brasileña Odebrecht. O que firmó más de cinco mil indultos a narcotraficantes y otros delincuentes en su segundo gobierno porque como él lo ha dicho “escuchaba a Dios” y no por haber estado involucrado en una red que cobraba a presos que habían cometido grandes delitos para que sean liberados.

Alan García ha regresado al país, haciendo elocuencia una vez más de su gastada retórica de impoluto, mostrando su “enojo” por el delito de sus pares. Nadie le cree pero la justicia sigue sin tocarlo, haciendo que para el sentido común sea “el que la sabe hacer”. A esto se suma la condescendencia con la que los grandes medios lo tratan, manteniendo y haciendo suya la impunidad de García, a la vez que ensucian la imagen de otros que nada le deben al país. Una vez más, lo único que les importa es la defensa de quienes garantizan el modelo y no adecentar la política.

Hoy tenemos la oportunidad histórica de romper con un círculo maldito que nos resta dignidad como nación. La oportunidad de que el Poder Judicial supere el bochorno de que los casos de megacorrupción de empresas brasileñas, que son delitos en territorio peruano, se hayan descubierto en poderes judiciales de otro país y no aquí. La oportunidad de demostrar que no está capturado por lo peor del aprismo. Por último, darnos la oportunidad de tener una respuesta a la pregunta que nos hacemos millones de peruanos y peruanas: ¿Y Alan García, cuándo?

http://www.alainet.org/es/articulo/183677

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