29/03/2017
MapochoPress.- Mientras partidos tradicionales y políticos
profesionales de diverso pelaje chapotean sin futuro aparente en el desbordado
pantano de la corrupción, la derecha y un sector del empresariado lanzaron al
reducido mercado político formal el nuevo producto Piñera 2.0 como prospecto
presidencial, un mesías chilensis supuestamente independiente y
equidistante de las formaciones de derecha que lo proclamaron con gran
entusiasmo.
Robar, robar, que el mundo se va a acabar
En tanto la corrupción en Chile lo devora todo,
incluido Piñera, también hunde a grandes empresarios y políticos que antes
parecían respetables (caso Penta, grupo Angelini, SQM, del yerno de Pinochet),
entre otros delitos por financiamiento ilegal de las campañas que aparecían
como “gastos legítimos” para defraudar al Fisco, que en última instancia fue el
gran pagador, con el dinero de los contribuyentes.
En otros tiempos, los supuestos “salvadores” fueron
los militares, pero han robado tanto y tan descaradamente, en particular los
fondos de la ley reservada del cobre, que ya no asustan a nadie. Hay generales
y otros altos oficiales de distintas ramas procesados por ladrones y coimeros
en el caso Milicogate, cuya investigación en desarrollo por el
Ministerio Público contabiliza hasta ahora 8,5 millones de dólares.
Carabineros, creado para resguardar el “orden público”, apareció con una
máquina montada por altos oficiales para que 300 involucrados robaran 38 millones
de dólares al Estado en fondos destinados a remuneraciones, según la
investigación en curso de la Fiscalía, por ahora la única institución confiable
del Estado chileno.
El sector privado también depreda en grande. Dos
millones de personas desfilaron en todo el país el domingo 26 para exigir el
fin del sistema privado de pensiones (AFP), que usa los fondos de los
trabajadores para hacer negocios y termina pagando jubilaciones donde las
mejores sólo llegan al 30% del salario. Este robo legal financia el "exitoso
modelo chileno", por eso nadie quiere cambiarlo, y su acumulación supera
150.000 millones de dólares gracias al 10% de los salarios extraídos para su
jubilación a todos los trabajadores activos. Hay decenas de casos de corrupción
institucionalizada, empresas pesqueras que pagan a senadores y diputados
"propios" para legislar a su favor; salmoneras extranjeras que
organizan marchas de "trabajadores" que defienden sus privilegios
pesqueros, etc.
Quizás lo más paradójico de todo este lodazal de
corrupción es que un ex yerno de Pinochet –Julio César Ponce Lerou– que con el
apoyo del suegro dictador se apropió de la rentable Sociedad Química de Chile,
perteneciente al Estado (SQM), aparece ahora como mecenas financista de
partidos y políticos de todos los colores, incluida la gobernante Nueva
Mayoría, que se hace llamar "la izquierda". La Fiscalía investiga
cómo Ponce Lerou financió al equipo organizador del regreso al poder de
Bachelet.
Piñera y su retroexcavadora
La imposición “desde arriba” de la candidatura de
Sebastián Piñera Echenique, como ya es habitual en el estilo estalinista
propio de la derecha política, y sus representados del sector económico, dejó
heridos en el camino, entre otras razones porque cerró el paso a unas
elecciones primarias a otros presidenciables del sector que aspiraban a medirse
con Piñera.
Para los tradicionalistas barones de la elite
Renovación Nacional (RN)-Unión Democrática Independiente (UDI) vale un comino
su propia “institucionalidad democrática”. No vacilaron en violar con tal de
preservar el legado de Pinochet, que los salvó de las reformas sociales de
Allende (1970-1973). Aún 44 años después de su muerte, consideran a Allende
como la versión más tenebrosa del “marxismo-castro-comunista” criollo.
El problema de fondo es el miedo que despierta en
esa derecha reaccionaria y su sustento empresarial, en rigor su apoyo real, el
lenguaje un tanto reformista de algunos líderes jóvenes de sus propias filas,
quienes piensan que el mundo algo debe cambiar… para que todo siga igual.
Las poderosas organizaciones empresariales Corporación de la Producción y
el Comercio (CPC), Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Sociedad Nacional de
Agricultura (SNA), Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Consejo Minero (grandes
empresas productoras de cobre, oro, plata y molibdeno), Cámara de Comercio y
muchas otras, encuentran abominables las tímidas y engañosas reformas que
impulsa Michelle Bachelet con su Nueva Mayoría, principalmente en educación y
tributación.
La primera tarea que anuncia el multi-millonario
Piñera es poner en marcha su propia retroexcavadora para “reformar” las
incipientes reformas aún inconclusas de Bachelet… Con un perfil radicalizado de
derecha dura, muy distinto a la impronta de “centro derecha” independiente que
vendió en 2010, la versión chilena de Donald Trump resulta ahora tan amenazante
como un niño jugando con una retroexcavadora, o un “mono con hojilla”, como
dicen en el “trópico”, tan despreciado por el racismo de la elite chilena, no
así los paraísos fiscales ubicados en la misma latitud bananera.
Los esfuerzos de Bachelet por la gratuidad de la
educación superior, y otras modestas reformas, a toda esta gente reaccionaria y
pinochetera le evocan el lúgubre pasado de cambios a favor de los trabajadores
impulsados por Allende, todavía estigmatizado y satanizado por la derecha
blanda y dura. Bachelet estableció gratuidad para unos 214.000universitarios
que cada año el gobierno de turno debe financiar con una glosa del presupuesto,
no con un mecanismo presupuestario permanente como parecía desprenderse de su
reforma tributaria.
Consecuente con su doble discurso, en el clímax de
las luchas estudiantiles por el derecho a la educación gratuita para todos, en
septiembre de 2011, el entonces presidente Sebastián Piñera dio un vuelco a su
narrativa cuando ante la Asamblea General de la ONU aseguró de "los
dientes para afuera": “La educación es la madre de todas las batallas y
los países deben luchar para dar una educación de calidad a todos nuestros niños,
en las últimas semanas han sido miles los jóvenes que han salido a manifestarse
a favor de una causa noble como es dar una educación de calidad y ser
protagonistas de su propio destino”.
“Ideario” sincero y profundo…
"La educación es un bien de consumo" [...]
que "tiene un componente de inversión", dijo "claro y
raspao" Piñera en julio de 2011, cuando en la populosa comuna de San
Joaquín inauguró un nuevo local del DUOC-UC, Departamento Universitario Obrero
Campesino de la Universidad Católica, creado en 1968, al calor de la reforma
universitaria esa casa de estudios, para impartir carreras profesionales y
técnicas a estudiantes de "las clases obrera y campesina", además de
diplomados y capacitaciones. Hoy es una más entre las iniciativas privadas
animadas por el afán de lucro.
Así como Trump se propuso –sin éxito por el
momento– destruir el programa de salud llamado Obamacare y rebajar
impuestos a los ricos, con una pobreza de lenguaje similar a la del
multi-millonario estadounidense, la narrativa del Piñera 2.0 tiene su propia
agenda contra-reformista, donde lo más rescatable de Bachelet lo compara con el
terremoto de 2010 y al igual que sus seguidores, olvidó la aceptación a ras de
suelo con que concluyó su estropeado gobierno (2010-2014).
Radio Sonar y El Mostrador observaron que en su
discurso de proclamación, Piñera copió una frase de una película de Batman:
"Sabemos que nunca la noche está más oscura que justo antes del amanecer.
Y ya podemos vislumbrar los primeros rayos del sol", dijo. El uso de esta
antigua expresión es tan antiguo que se remonta a antes de la Revolución
Francesa. Pero como el personaje parece dedicarle tiempo a la lectura sólo de
informes comerciales y financieros, tipo Bloomberg, dicen como más
probable que se haya “inspirado” en Harry Dent, uno de los villanos de la saga
cinematográfica, The Dark Knhight, de 2008, donde el fiscal de Ciudad
Gótica alude en términos similares la captura del Guason: "La noche es más
oscura antes del amanecer. Y les prometo que el amanecer ya viene".
Las dudosas encuestas ahora pretenden hacer creer
que el país estaría encantado de que Piñera se repita el plato para que los
dueños de Chile continúen fagocitando los fondos de pensiones de los
trabajadores (a través de las AFPs), subcontratando servicios a la “industria
privada de la salud” con cargo a los menguados presupuestos de la salud pública
y tantas otras exacciones al Estado que en definitiva succionan el bolsillo de
“todos los chilenos”, pero en particular a la inmensa mayoría de los más
pobres.
La óptica de Piñera
Piñera 2.0 volvió a sus mismas antiguas piñeradas
en los dichos inaugurales de su campaña que el domingo 26 publicitó El
Mercurio, diario dispuesto siempre a apoyar estas causas, aunque su dueño
Agustín Edwards va a cumplir un mes agonizando en un coma inducido en su
domicilio, no en una clínica u hospital. Al parecer se está muriendo en
secreto, con el mayor sigilo.
Entre otras hiper-pensadas frases embebidas de estupidez
antológica, en El Mercurio dijo: “No voy a prometer el cielo y entregar
el infierno, como es tan típico de la izquierda”. Pero lo más “profundo” no fue
una promesa, sino la advertencia de que seguirá enriqueciéndose: “Si vendiera
todo y repartiera el dinero en la plaza pública me seguirían acusando”.
Y como en el verso de Las dos linternas de
Ramón de Campoamor (1817-1901), y es que en el mundo traidor nada hay verdad
ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira. Por eso
quizás, no resulte rara la óptica de este dudoso triunfador en los negocios
ungido de nuevo como candidato presidencial.
Sebastián Piñera Echenique aparece en el quinto
lugar entre los 11 chilenos ricos con más de mil millones de dólares, según la revista Forbes de EEUU. El estudio valora su fortuna
en 2.700 millones de dólares al 20 de marzo de 2017, bastante más del doble de
los 1.200 millones que ostentó en 2007, antes de ser presidente, cuando ingresó
a la lista Forbes que hoy registra a 2.043 individuos de todo el mundo
dueños de más de mil millones de dólares.
Piñera, criticado por el notorio concubinato que
exhiben sus negocios con su vida política, alega que quienes lo acusan de usar
la información privilegiada que obtenía desde la presidencia (2010-2014) para
colocar sus inversiones, “no saben lo que es trabajar, ni quieren trabajar”.
Mientras el Ministerio Público investiga sus operaciones secretas en Chile, se
filtró que desde el palacio de La Moneda “trabajaba” conectado “on line” a los
indicadores internacionales de Bloomberg Markets y otros entes
financieros afines. ¿Con qué objeto? Entre otros, tomar decisiones de dónde
invertir en el exterior y en qué paraísos fiscales.
Comparaciones odiosas
Los haberes de Piñera, 2.700 millones de dólares,
equivalen a acumular íntegro durante 150.000 años un salario de un millón de
pesos chilenos al mes (1.500 dólares, ó 18.000 dólares al año), considerado
“bueno” en un país donde el sueldo mínimo mensual actual asciende a 400
dólares. En tal caso, para igualar al “trabajador” Piñera con el ahorro
completo de los 400 dólares del salario mínimo, se requiere un poquito más de
tiempo de vida: 562.500 años (5.625 siglos) juntando sueldos de 4.800 dólares
anuales… Habría que ser más viejo que la especie humana…
Para derribar suspicacias sobre un eventual
enriquecimiento durante la presidencia, Piñera vendió sus acciones del 8% de la
línea aérea LAN en el primer semestre de 2010 por 425 millones de dólares, la
estación de TV Chilevisión y entregó sus negocios restantes a un fideicomiso
“ciego”, que hoy cuestionan que por lo menos se destapó un ojo (fideicomiso
“tuerto”) porque, entre otras “vivezas” del trabajador que aspira a repetir la
presidencia no incluyó las inversiones extranjeras ni las colocaciones en
paraísos fiscales, hoy una de las pillerías más común que facilita el modelo de
economía global neoliberal.
Pese a sus 67 años, Piñera no se ha jubilado, todavía
“labura”. Se dedica a las inversiones, es decir, su “trabajo” consiste en
trasladar capital a cualquier parte del mundo para adquirir acciones de
empresas rentables donde haya mejores posibilidades de ganancias rápidas y
ojalá sin pagar impuestos. Hoy el capital es apátrida y, de acuerdo al dogma
político económico vigente, nada resulta más glorificado por tirios y troyanos
que la sagrada “inversión extranjera”, venga de donde venga…
Por ejemplo, a Piñera le cuestionan haber adquirido
muy oportunamente acciones de la empresa pesquera peruana Exalmar, justo cuando
ejercía la presidencia, porque muchos malpensados suponen que desde ese cargo
tuvo información privilegiada y anticipada sobre un fallo de la Corte de La
Haya que entregó al Perú 22.000 km de mar patrimonial de Chile rico en recursos
de pesca.
El puerto de Arica quedó sin acceso directo a alta
mar mientras Perú aumentó su mar patrimonial por el sur y adquirió una porción
de alta mar con especies valiosas que no se encuentran más al norte, todo esto
en beneficio de compañías peruanas como la Empresa Pesquera Exalmar S.A., donde
Piñera adquirió acciones a través de su sociedad Bancard, en una operación que
nunca dio a conocer al país. Pedro Pablo Kuczynski (PPK), presidente actual de
Perú, era miembro del directorio de la pesquera hasta 2015, cuando renunció
para convertirse en candidato presidencial. Esta inversión pesquera no formó
parte del “fideicomiso ciego”. Piñera dijo que la denuncia fue “canallesca”, no
por la compra de acciones sino por haber sacado a la luz pública su oscuro
negocio.
En 2010 Forbes declaró no conocer
exactamente la fortuna del ex presidente y ex senador (1990-1998). Los
redactores Luisa Kroll y Kerry Dolan señalaron que entrega una estimación
conservadora después de investigar sus inversiones en fuentes públicas, no los
negocios secretos.
Breve prontuario
El senador Piñera ya fue señalado en 1997 por
mezclar obscenamente la política y los negocios.
Esa vez utilizó su cargo de elección popular para
obtener mejores precios por la venta de sus acciones en Chispas en perjuicio de
otros accionistas menores. La compañía formaba parte del complejo eléctrico del
Estado englobado en Endesa-Chile, que terminó como propiedad de algunos
empleados que vendieron todo a Endesa España, en beneficio propio. Estos
“emprendedores” salieron de la nada convertidos en millonarios en dólares y por
tanto, en “personajes políticos” estilo Piñera.
«Yo negocio con el que me ofrece mejores condiciones.
Pero la gran diferencia es que lo hago como dueño y sin representar a nadie»,
explicó entonces Piñera para diferenciarse de los empleados-adueñados,
encabezados por José Yuraszeck, quienes se apropiaron de Endesa-Chile y
filiales (La Segunda, 19-11-1997).
En 1992 Piñera apareció pauteando a un periodista
de Megavisión, a través de un intermediario del mundo empresarial, para que le
preguntara determinadas cuestiones a Evelyn Matthei, entonces compañera de
partido en RN, pero rival en sus tempranas aspiraciones presidenciales. La
difusión de la conversación, proporcionada por el ejército al dueño del Canal,
Ricardo Claro, violó la intimidad de Piñera, lo convirtió en víctima de
espionaje, pero al mismo tiempo lo que dijo reveló sus rasgos profundos más
oscuros. Matthei se fue a la UDI. El episodio fue llamado
“Piñeragate”.
Un hito relevante en el estilo “al borde de la
navaja” del frecuente trasgresor de la ética empresarial ocurrió cuando Piñera
infringió de frente la ley. El 28 de agosto de 1982 el juez Luis Correa Bulo
ordenó el arresto de Piñera por fraude contra el Banco de Talca. La orden
aseguró que Piñera quebrantó la Ley General de Bancos, a la vez que fue
cómplice en cargos de estafa contra accionistas minoritarios. Y devino en
prófugo de la justicia, porque se escondió por dos semanas. Pasó a la
"clandestinidad", mientras sus abogados interponían un recurso de
amparo que garantizara su libertad. Después de esta leguleyada, el hombre de
negocios se presentó ante los tribunales y resolvió pagando.
Crecimiento afortunado
Forbes lo cataloga hoy como el rico Nº 688 del mundo. Sus
estudios de los últimos 11 años entregan datos (en millones de dólares) que
demuestran cómo duplicó su fortuna, pasando de 1.200 millones de dólares en
2010 a 2.400 millones en 2014, en llamativa coincidencia con los 4 años de su
ejercicio presidencial (2010-2014):
2017 = 2.700 millones de dólares
2016 = 2.500 millones
2015 = 2.500 millones
2014 = 2.400 millones
2013 = 2.500 millones
2012 = 2.400 millones
2011 = 2.400 millones
2010 = 2.200 millones
2009 = 1.000 millones
2008 = 1.300 millones
2007 = 1.200 millones
A despecho de las abundantes “canalladas
miserables”, pareciera que Piñera sí sabe “trabajar”… La pregunta es si podrá
frenar pacíficamente la sed de cambios que anima a las grandes mayorías que
perdieron todo bajo la dictadura cívico militar de sus actuales aliados
políticos y también bajo los 27 años de administración del legado neoliberal
pinochetero ejercido por la seudo “izquierda” Concertación-Nueva Mayoría.
Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno,
autor de “Los dueños de Chile” y “Yo Piñera”, entre otros.
Fuentes:
Reportes Forbes 2007-2017
Forbes 2017
Piñeragate:
No hay comentarios:
Publicar un comentario