13/04/2017
Ya es un clamor mundial de los pueblos exigir
respeto para Venezuela. Una y otra vez, el imperio y sus cómplices han
intentado descarrilar el proyecto político y económico que la voluntad
democrática del pueblo venezolano ha defendido en jornadas electorales
ejemplares, reconocidas por los diversos Organismos Internacionales y bajo la
inspiración de Hugo Chávez.
Las instituciones democráticas del mundo
exigen que se respeten los Diálogos de Paz que se desarrollan en Venezuela
alentados por la UNASUR y el Papa Francisco, con la participación del
delegado del Vaticano y los ex presidentes José Luis Rodriguez Zapatero de
España, Martin Torrijos de Panamá y Leonel Fernandez de República
Dominicana, como instancia ejemplar para dirimir diferencias y garantizar la
expresión de todas las voces.
No obstante los esfuerzos del Gobierno venezolano,
y sin importar los diversos avales económicos, técnicos y políticos que
Venezuela ha conquistado en Organismos Internacionales gracias a sus avances en
materia de educación, irrefutables logros en vivienda, salud y trabajo, los
sectores de la derecha local y regional insisten en entrometerse usando burdas
operaciones mediáticas, utilizando organizaciones financiadas desde
EEUU para operar, calumniar, engañar y deformar la realidad respecto
a Venezuela. Se ha llegado a una situación insostenible e inaceptable. Basta
ya.
Hoy la República Bolivariana de Venezuela vive bajo
un acoso mundial descomunal, injusto e ilegítimo. Se trata de un ataque
irracional e irresponsable que el imperio ha desatado castigando al pueblo de
Bolívar, y contra el presidente Nicolás Maduro, a través de una guerra
económica inclemente, un plan de encarecimiento artificial de los insumos
básicos, un desabastecimiento programado, una inflación manipulada desde
Miami; una guerra mediática con acusaciones irresponsables y peligrosas como el
decreto de Obama acusando a Venezuela de “amenaza inusual y
extraordinaria”.
El mundo sabe que se intenta derrocar al gobierno
de Venezuela para adueñarse de sus riquezas naturales, esclavizar la mano de
obra y castigar su atrevimiento por querer ser un país fraterno, soberano y
revolucionario.
El gobierno de la República Argentina ha encabezado
en la región una infamante y vergonzosa campaña contra la hermana República
Bolivariana de Venezuela. Mauricio Macri ha hostilizado al legítimo gobierno
venezolano difamando, descalificando e impulsando acciones de desestabilización
en una perversa articulación de la derecha regional, en consonancia con las
acciones destituyentes orquestadas por los Estados Unidos. Lejos de sumar
esfuerzos en favor del diálogo y la concordia, Macri ha sido un activo promotor
de la exclusión de Venezuela del Mercosur y de la injustificada aplicación de
la Carta Democrática de la OEA.
El desprecio de Macri hacia el gobierno venezolano
no puede sino configurar el correspondiente desdén y desaire hacia el pueblo
que eligió, convalidó y ratificó a ese gobierno. Por estas horas el pueblo
venezolano actualiza su compromiso con la revolución bolivariana y vuelve a expresar
multitudinariamente en las calles su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro.
El infame proceso de exclusión de Venezuela del
Mercosur, protagonizado por Macri y el golpista Temer, ha implicado una
flagrante violación de la institucionalidad de nuestro bloque regional.
Repudiamos las aviesas maniobras impulsadas por los gobiernos derechistas de la
región contra Venezuela provocadas con el evidente fin de posibilitar que el
Mercosur se constituya en una plataforma del Libre Comercio y de las
operaciones y fuga de divisas de las empresas transnacionales.
Asimismo, repudiamos las agresiones físicas y
verbales a las que fueron sometidos la Canciller venezolana Delcy Rodríguez y
el Canciller boliviano David Choquehuanca en ocasión de la reunión de
Cancilleres de Mercosur, realizada en Buenos Aires en el mes de diciembre de
2016, en abierta violación de las más básicas normas del derecho
diplomático.
La agresividad hacia Venezuela se ha reiterado
en las expresiones parciales y violentas de parte de la Canciller de la
República Argentina Susana Malcorra y del resto de los Cancilleres presentes en
la reunión de Cancilleres de Mercosur celebrada en la ciudad de Buenos Aires el
día 1 de abril de 2017, las que tensionan aún más la situación con la hermana
República Bolivariana de Venezuela y desestabilizan nuestra Región, que se
caracteriza por ser una región de Paz, sin diferendos ni hipótesis
de conflicto entre sus miembros.
Esas mismas actitudes han sido proyectadas por los
gobiernos derechistas de la región a otros organismos internacionales, como es
el caso de la OEA. En ese sentido, expresamos nuestro más enérgico repudio al
agravio institucional cometido por un grupo de representaciones de Estados
miembros de la Organización de Estados Americanos en contra del Estado
Plurinacional de Bolivia, al que le fueran usurpadas las funciones de la
Presidencia del Consejo Permanente y de la Comisión General
de la Organización con el único fin de aprobar una resolución en contra de la
República Bolivariana de Venezuela, violando expresamente los principios y las
normas que rigen la funciones de ese organismo internacional. Una vez más,
queda en evidencia que quienes reclaman por democracia y derechos humanos en
Venezuela son los mismos que violentan el orden institucional en el Mercosur y
en la OEA, prohijan a las expresiones más violentas de la oposición venezolana
y promueven la injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano que
sólo incumben a los venezolanos y venezolanas.
Alertamos al mundo sobre la extrema gravedad que
reviste el avance de los Estados Unidos desde una posición abiertamente
injerencista hacia la amenaza de una intervención directa de naturaleza
militar. En tal sentido, resultan preocupantes y absolutamente repudiables las
declaraciones del jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Kurt W. Tidd,
durante su comparecencia ante el Congreso norteamericano, quien ha afirmado que
"la creciente crisis humanitaria en Venezuela podría eventualmente obligar
a una respuesta regional". Advertimos que la apelación a la doctrina de la
seguridad colectiva regional implica no sólo una amenaza para Venezuela sino
para todos los países de la región. Rechazamos categóricamente tales amenazas e
instamos a los pueblos, gobiernos y parlamentos de la región a repudiar toda
intervención política, económica y militar de parte de los Estados Unidos y sus
aliados en nuestra región.
Quienes firmamos este documento exigimos
respeto irrestricto por la soberanía de Venezuela, por sus
autoridades democráticamente electas y por su Constitución. Exigimos
respeto por la libre determinación y la voluntad democrática de su pueblo.
Exigimos que cese toda agresión y toda intromisión. Exigimos que se respeten
los Diálogos de Paz y se salvaguarde su desarrollo.
Instamos
a que se revise el rol que ha cumplido en la OEA su secretario general Luis
Almagro y se le juzgue por el conjunto de las agresiones, sobradamente
denunciadas y probadas, que viene cometiendo contra Venezuela y contra la misma
OEA.
Llamamos a la unidad solidaria de la Región y
pedimos que los pueblos se mantengan alerta manifestándose por todos los medios
posibles para que Venezuela escuche y sienta que, en esta circunstancia, como
ante cualquier otra agresión, los pueblos del mundo clamamos: No a la
Intervención ¡Venezuela se Respeta!
FIRMAS:
Adolfo Perez Esquivel, Premio Nobel de la Paz
Alicia Castro, Diputada Nacional
(MC) Embajadora en la RB Venezuela y ante el Reino Unido
Oscar Parrilli- Director Instituto Patria
Guillermo Carmona, Diputado-Vice
Presidente comisión Relaciones Exteriores
Oscar Laborde, Diputado PARLASUR
Fernando Buen Abad, filosofo
Atilio Boron, sociólogo, RED en Defensa de la
Humanidad
Jorge Kreyness
Juliana Marino, Ex Embajadora en Cuba
Carlos Raimundi
Telma Luzzani
Jorge Drkos, Senador mc
Siguen las firmas....
http://www.alainet.org/es/articulo/184796
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