15/06/2017
Uno de los procesos más importantes que vive Lima
es la conformación de organizaciones de vecinos para la protección y promoción
de sus espacios públicos, áreas verdes y ecosistemas urbanos. No solo han
surgido varias organizaciones en poco tiempo[1],
sino que éstas se encuentran desplegadas por toda la ciudad: desde Salvemos el
Parque Manhattan en Comas hasta Defendamos Los Yuyos en Barranco, pasando por
el Comité de Defensa del Complejo Deportivo de Monteverde en San Juan de
Lurigancho (SJL), Defiende el parque Castilla en Lince o el Frente de Defensa
de Balconcillo en La Victoria.
Es interesante resaltar que estas organizaciones no
solo han ejercido formas de protesta tradicionales como las marchas o
plantones, sino que han acompañado estos mecanismos de presión con estrategias
de incidencia pública, acciones legales y promoción del uso comunitario de los
espacios en defensa.
Para incidir en la opinión pública estas
organizaciones designan responsables para la convocatoria a los medios de
comunicación y eligen voceros, entablan relaciones con las instituciones
involucradas en el proceso de apropiación privada del espacio público o su
eliminación por la construcción de infraestructura pública, y, además, generan
alianzas con representantes políticos interesados en la problemática.
En el plano legal, destacan, por un lado, las
acciones que buscan revelar las irregularidades en los procesos de concesión
del espacio público, exigiendo la intervención de la Fiscalía y la Contraloría,
por ejemplo, la investigación promovida por “Salvemos el parque Manhattan”, ha
concluido con la cancelación del proyecto que pretendía construir un
supermercado en el parque.
Por otro lado, las acciones que buscan contribuir
al desarrollo de una jurisprudencia y normativa que reconozca el valor de los
espacios públicos, las áreas verdes y los ecosistemas como elementos
fundamentales para una ciudad sostenible, saludable y en donde se pueda ejercer
el derecho a la recreación gratuita. Dos ejemplos interesantes son la acción de
inconstitucionalidad promovida por “Defiende El Castilla” contra la Ordenanza
que prohíbe el uso activo del parque, y el Proyecto de Ley de Espacios Públicos
promovido por la congresista Indira Huilca.
A estas estrategias “hacia afuera”, se suman los
intentos por recuperar el uso activo del espacio público en peligro. Se
convocan jornadas de limpieza y de recuperación del espacio, se organizan
asambleas para informar a los vecinos de la amenaza que se cierne sobre estos
espacios, se realizan intervenciones culturales, entre otros. Así, se apela a
una lógica de comunidad y a la importancia de la vida pública para defender lo
que es de todos.
Es fundamental que quienes
cuestionamos los impactos del neoliberalismo en la ciudad, reconozcamos en el
proceso descrito una oportunidad para recuperar el valor de “lo público”, para
cuestionar el actual rol del Estado en la economía (la regulación de los usos y
propiedad del suelo urbano es un asunto principalmente económico) y para
comenzar a desarrollar las implicancias del derecho a un medio ambiente sostenible
en el ámbito urbano[2].
Además, es una gran oportunidad para promover el reencuentro entre los sectores
más politizados y cuestionadores del modelo con los vecinos, ya que estos se
oponen a procesos privatizadores, aunque no por una razón ideológica, sino por
una necesidad concreta de espacios públicos y sentido de pertenencia.
Por estas razones, es que desde “Habla Castañeda”
contribuimos a la difusión de iniciativas ciudadanas que buscan proteger los
espacios públicos y participamos de sus convocatorias abiertas. Además, se ha
incorporado la problemática al pliego interpelatorio que deberá responder el
Alcalde una vez validadas las 25 firmas necesarias. Preguntando, entre otras
cosas, por la culminación de obras de creación y remodelación de parques
zonales, por el cuidado de las plazas del Cercado de Lima (responsabilidad
metropolitana), así como por el cumplimento de la Estrategia contra el Cambio
Climático o la Ordenanza que protege la estructura ecológica de la ciudad.
El déficit de espacios públicos y
verdes, así como el abandono estatal a la protección de nuestros ecosistemas
tiene una dimensión metropolitana que no puede ser obviada. Ecosistemas como el
litoral costero o las Lomas de Lima no se sostienen en la lógica fragmentada de
los distritos y, por el contrario, exigen de una gestión integral. Además, no
podemos olvidar que quien tiene la competencia para designar y modificar los
usos del suelo urbano, así como para aprobar desafectaciones, es la
Municipalidad Metropolitana de Lima, por lo que generar una normativa que
proteja a los espacios públicos de la voracidad inmobiliaria o el desarrollo
comercial, depende, en gran medida, del gobierno de Lima[3].
Así, es fundamental promover una articulación
ciudadana de carácter metropolitano que nos permita pasar de la “defensa” de
los espacios públicos, a la ofensiva. Lo que implicaría, en primer lugar,
incorporar una visión integral del papel que cumplen los espacios públicos y
los ecosistemas urbanos, diluyendo las fronteras distritales; y, en segundo
lugar, la formulación de políticas públicas desde la organización vecinal que,
a su vez, incorpore a ésta como un elemento fundamental para la protección y
promoción de dichos espacios. ¡Vamos por ello!
Marité Bustamante
Promotora de Habla Castañeda
Notas
[1]
Entre las que he podido enumerar se encuentran: Salvemos el parque Manhattan,
Defiende Elías Aguirre, Defiende El Castilla, Comité de Defensa del complejo
deportivo de Monteverde, En Defensa de la Alameda de Los Incas, Frente de
Defensa de Balconcillo, Defendamos Yuyos, además de las distintas
organizaciones en defensa y promoción de las Lomas de Lima.
[2]
Otros temas asociados son la importancia del uso activo y democrático de los
espacios públicos, en una estrategia preventiva contra la inseguridad
ciudadana, promoviendo actividades culturales y deportivas; o la importancia de
incorporar el enfoque de género para mostrar las diversas formas en que hombres
y mujeres usamos la ciudad, con un saldo excluyente para las últimas.
[3]
La situación descrita se agrava si tomamos en cuenta que el alcalde Castañeda
se ha negado sistemáticamente a someter a consulta y aprobación el Plan Urbano
de Lima al 2035 (PLAM 2035). Dicho instrumento de gestión fue elaborado en el
gobierno de la Confluencia por Lima, durante el mandado de Susana Villarán; y
presenta un diagnóstico y visión integral de la ciudad, proponiendo un conjunto
de instrumentos de ordenamiento urbano y territorial, entre los que se
encuentra, el sistema de espacios públicos e infraestructura ecológica. Para
mayor detalle, puede revisar el siguiente artículo: https://goo.gl/yDkKMU
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