domingo, 16 de julio de 2017

REAJUSTES EN “LA REPARTIJA” GUBERNAMENTAL


(11 de julio de 2017)
Por Miguel Aragón

En los tres  últimos años, 2014, 2015 y 2016,   ocurrieron  tres  acontecimientos políticos muy importantes y a la vez decisivos, que están repercutiendo en el desarrollo político de la  actualidad.

I

 El acontecimiento político más importante del año 2014 fue la lucha por el Derecho al Trabajo Digno, lucha impulsada principalmente por trabajadores y estudiantes jóvenes en el mes de diciembre de 2014 contra la llamada “Ley Pulpín”. Esa lucha acompañada de masivas y combativas  movilizaciones de masas en varias ciudades del país, logró derrotar y hacer retroceder el plan gubernamental de imponer una ley que recortaba gran parte de los derechos laborales. Ese fue un síntoma del avance de las luchas del pueblo.    

A continuación, el acontecimiento político más importante del año 2015 fue las Elecciones Ciudadanas del 4 de octubre, elecciones primarias, convocadas por varios  movimientos políticos agrupados en el Frente Amplio en proceso de formación.

En esa oportunidad, más de 30 mil electores participamos muy entusiastamente en esas elecciones, para elegir  a los candidatos del pueblo que deberían representar al Frente Amplio en las elecciones generales de abril del año siguiente. Como es ampliamente conocido, la pre-candidata Verónika Mendoza recibió el respaldo de la mayoría de los votantes.

Las elecciones primarias del 4 de octubre fueron una gran victoria de las luchas del pueblo por impulsar el desarrollo de una democracia nueva en el Perú. Esa gran experiencia  es irrenunciable, y servirá de referencia obligada para las próximas contiendas políticas electorales.  

Al año siguiente,  el acontecimiento político más  importante del año 2016, fue la participación de las fuerzas democráticas en las Elecciones Parlamentarias del 10 de abril. En esa contienda político electoral, los Candidatos del Pueblo obtuvieron más de 3 millones de votos de respaldo, incluyendo  la votación mayoritaria en varias provincias y en numerosos distritos (principalmente en los departamentos del sur del país como Puno, Cusco, Apurimac, Ayacucho y Huancavelica, y también en Cajamarca en el norte). Los Candidatos del Pueblo lograron ocupar el segundo lugar en el cómputo general, y colocaron a 20 representantes  en el parlamento. Indudablemente esa fue una Gran Victoria del Pueblo Peruano, que reflejaba el gran desarrollo de la  Oposición Democrática en el país.  

Pero esta gran victoria del pueblo, a su vez significó una severa  advertencia para la clase dominante. En toda la accidentada campaña electoral que precedió al acto electoral, los voceros de la clase en el poder  menospreciaron  y ridiculizaron  a los candidatos del pueblo, augurando “un nuevo fracaso de la izquierda”, y vaticinaron que ni siquiera llegarían a superar el 5% de los votos válidos. 

Pero, como es ampliamente conocido,  los resultados fueron otros. Más del 15% de los electores apoyamos a los Candidatos del Pueblo, agrupados principalmente en el Frente Amplio.

Ese resultado, favorable para las fuerzas democráticas,  fue  una temible amenaza, intolerable para los grupos de poder.

Esos tres acontecimientos políticos de los últimos años (la lucha por el Derecho al Trabajo Digno el año 2014, las elecciones primarias del Frente Amplio el año 2015, y el gran avance en la lucha parlamentaria en el año 2016) están determinado el desarrollo de la lucha política actual.

II

En las elecciones parlamentarias del 10 de abril de 2016,  confrontaron las dos fuerzas, o dos bandos, principales que conforman la actual sociedad peruana. Por un lado, los representantes políticos de la clase dominante, fraccionados “a más no poder”, en varios grupos personalistas, como los fujimoristas, ppks, alanistas, toledistas, y otros grupúsculos caudillistas. Y por otro lado, en la contienda  política electoral participaron los Candidatos del Pueblo agrupados principalmente en la coalición Frente Amplio dirigido por la candidata Verónika Mendoza, y en otro movimiento menor, dirigido por el candidato Gregorio Santos, que tiene gran ascendencia en el departamento de Cajamarca.

Esa fue la segunda  alarmante preocupación de la clase dominante. En esa contienda electoral,  los candidatos del pueblo se presentaron “más unidos que nunca”, y sumando votos, de los dos grupos que participaron en la contienda electoral en representación del pueblo peruano, obtuvieron  más del 20% de los votos del total de electores. Mientras que los candidatos de la clase dominante se presentaron “más desunidos que nunca”, y con sus minúsculas pugnas internas (pugnas por la distribución de “las limosnas” que le entregan los poderosos).

Aterrados ante esta complicada situación, y para intentar contener el desarrollo de la oposición democrática poblana,  en abril de 2016 la Voz de Orden de la clase dominante fue conformar un Gobierno de Concertación Nacional.  


III

En las elecciones parlamentarias del 10 de abril, el movimiento fujimorista obtuvo la primera mayoría, mientras el Frente Amplio conquistó  la segunda mayoría. Por su parte,   los PPKs fueron relegados a una precaria tercera ubicación, detrás del Frente Amplio. El movimiento de los alanistas (agrupación formada por ex apristas) al borde la extinción, escasamente alcanzó  un 5% del apoyo electoral. No obstante esas divisiones y pugas temporales entre sus diversos representantes políticos, la clase dominante les exigió “unidad nacional”, unidad en base a la repartija entre ellos de la administración del  gobierno.

En esa repartija gubernamental, realizada en abril de 2016,  al alanismo, no obstante su escaso apoyo electoral, le asignaron la función de  continuar  manejando la magistratura, el poder judicial, que en los hechos ya se está convirtiendo en el primer poder gubernamental(como ya está ocurriendo en Brasil, Venezuela, y otros países). Al fujimorismo le encargaron  controlar el obsoleto parlamento feudal burgués, que en los hechos ya se ha afianzado como el segundo poder gubernamental, por encima del ejecutivo. Además, en mérito a su alta votación alcanzada, los fujimoristas  también deberían recibir el manejo  directo en otras varias instituciones públicas, como el BCR, la SUNAT, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General, INDECOPI, CONCYTEC, y otras instituciones más. En tercer lugar, los tecnócratas lobistas  agrupados en torno a PPK,  asumieron la dirección del alicaído gabinete del poder ejecutivo, que en los hechos ya está relegado  a ser el tercer poder gubernamental  (un síntoma de esta decadencia de representatividad, es que todos los últimos presidentes de la república, actualmente o están denunciados mediáticamente, o están acusados judicialmente, o están con orden de captura, o incluso están presos).

En esa Repartija Gubernamental, realizada en el mes de abril de 2016, inmediatamente después del triunfo de la Gran Victoria de los Candidatos del Pueblo, también  participan el Opus Dei (representado por el arzobispo Juan Cipriani), los castañedistas representados por el ocasional alcalde de Lima, y otros agrupamientos menores. Por ahora, los belaundistas, bedoyistas, toledistas y humalistas, quedaban temporalmente relegados a un segundo plano.

El objetivo principal de este oscuro contubernio de las fuerzas políticas burguesas es continuar recortando  los derechos del pueblo, y aplastar las luchas populares. Ese, y no otro, es el objetivo principal del promocionado encuentro entre Keiko Fujimori y PPK.     
        

IV

A la fecha, ya ha trascurrido un año desde el inicio  del Gobierno de Concertación Nacional (conformado por PPKs, fujimoristas, alanistas, castañistas y el Opus Dei, todos bajo la batuta y tutela de la cúpula de la CONFIEP) y las condiciones económicas, sociales y políticas en el país se han agravado, y las promesas electorales han quedado reducidas solamente a eso, a simples “promesas”. 

La temporal desaceleración del crecimiento económico se está prolongando por un  tiempo excesivo, y el desempleo y el subempleo se están incrementando aceleradamente, con todas sus nefastas consecuencias. Así, se están  creando condiciones muy favorables para el desarrollo de las luchas reivindicativas del pueblo trabajador. Ante esta complicada situación, y preocupados ante la próxima oleada de movilizaciones del pueblo, los desesperados representantes políticos de la clase dominante reclaman un urgente reajuste en la repartija gubernamental.

Aldo Mariátegui conocido vocero periodístico de los grupos de poder, lo ha dicho muy claro en su último artículo publicado en el diario Peru 21: “Esta cumbre Keiko-PPK no es tecnocrática: es política. Su fin último debe ser una tregua, amén de algunos acuerdos legislativos: lo ideal sería acordar la vital reforma laboral. Y ese tratado de paz debería pasar por acordar un ‘gabinete conversado’ y el indulto”.

En ese breve comentario,  está claramente expresada, cual es la intención principal de la reunión entre PPK y Keiko: reajustar la repartija gubernamental (gabinete conversado), para atacar a los trabajadores (vital reforma laboral), imponiendo una nueva ley anti laboral (Ley Pulpín 2.0), que recorte los pocos derechos que todavía subsisten en la legislación laboral.

Ante la forzada “unidad nacional” de los atemorizados representantes políticos de la clase dominante, agrupados  en su Gobierno de Concertación Nacional, el pueblo trabajador  solamente tiene una sola y única alternativa, debe responder con el fortalecimiento del frente unido del pueblo peruano.

 Este fortalecimiento del frente unido no se puede conseguir con componendas ni repartijas en las alturas, sino solamente se puede alcanzar en la acción, con la agitación, movilización y organización de las masas,  luchando por la reivindicación de sus derechos más importantes,  luchando  por el derecho al Trabajo Digno y luchado por el derecho  a la Vida Digna. Las luchas de los maestros en el Cusco y en el Perú entero, son las primeras muestras  de esta voluntad de luchar en defensa de sus derechos. Apoyar todas las luchas del pueblo, y aislar y golpear a los enemigos del pueblo, son  nuestras tareas del presente.   
        
 (A continuación trascribo el breve comentario que divulgué el pasado 10 de abril de 2016). 


GRAN VICTORIA DEL PUEBLO PERUANO
(10 de abril de 2016)

Por Miguel Aragón

El programa presentado por los Candidatos del Pueblo, agrupados principalmente en el Frente Amplio [en las elecciones de abril de 2016], es un programa de reformas democráticas, en defensa de los derechos del pueblo peruano (trabajo, educación y salud dignos). Es un programa renovador, acorde con las circunstancias actuales, es un programa que en el presente refleja la real correlación de fuerzas en la lucha entre el pueblo y la clase dominante, ahí radica su fuerza y su gran capacidad de convocatoria.

En las actuales circunstancias, no es necesario, ni es posible, plantearse tareas superiores más ambiciosas, tareas que en estos momentos no reflejarían las posibilidades reales de la lucha del pueblo.

Los resultados de la votación alcanzada  [en abril de 2016] por los Candidatos del Pueblo  al Parlamento y a la Presidencia de la República, son una GRAN VICTORIA DEL PUEBLO PERUANO.

Solamente esperábamos superar ajustadamente el 10% del apoyo del pueblo. Pero los resultados han superado todas nuestras expectativas. Se ha logrado  el apoyo de más del 15% de los electores (el apoyo de más de 3 millones de votantes es un acontecimiento  muy importante). Incluso se ha  logrado la primera votación en varios departamentos y varias decenas de provincias del Sur del país. Se ha logrado conformar una significativa bancada parlamentaria de oposición democrática (más de 20 representantes del pueblo).

La continuación y el desarrollo de la OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA POBLANA  ya están  garantizados para continuar la lucha. La tarea principal sigue siendo fortalecer el frente unido del pueblo peruano.

La tarea inmediata, que tenemos por delante, es continuar con la agitación, la movilización y la organización de las bases del frente unido, en barrios, municipios y provincias, constituyendo o reconstituyendo comités de base. Desde ahora mismo, hay que comenzar la preparación para la lucha político electoral municipal de octubre de 2018.



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