20/09/2017
La generalidad de los economistas ha ridiculizado
la propuesta del presidente Maduro de desechar el dólar como moneda de reserva
y adoptar una canasta de monedas. Pero esa propuesta está ajustada a la
economía y a la geopolítica de hoy. El avance de China y su alianza con Rusia e
India marcan una clara superioridad con respecto a EEUU.
La dependencia de EEUU del gasto militar, de las
amenazas y agresiones a otros países, como Venezuela, Rusia, China, medio
oriente, Cuba… lo convierte en una amenaza para la humanidad. El déficit
comercial y el déficit fiscal se han hecho crónicos y no tienen solución,
convirtiendo el dólar, sin otro respaldo que la especulación financiera y la
fuerza militar, en fin, una manera de estafar al mundo.
El eje de la economía se traslada al Asia y
particularmente hacia China, el principal importador de petróleo del mundo,
quien anuncia que pagará el petróleo y el gas en yuanes y los bienes que China
vende al mundo se pagarán de esa manera y el Yuan-oro irá ocupando el lugar del
dólar. El monto de reservas de divisas y oro chinas alcanzó el récord de 3,82
billones de dólares.
Es en este proceso donde el presidente Maduro
decidió abandonar el dólar como moneda de reserva y adoptar una canasta de monedas,
que incluye al Yuan. ¿Quién está equivocado? Creo que los economistas que de
manera ligera se han pronunciado. Es el presidente Maduro quien está leyendo de
manera acertada la situación. Los economistas opositores no trabajan las
relaciones entre geopolítica y economía y su obsesión por derrocar a Maduro no
les permite comprender la totalidad de la situación.
Podríamos estar entrando en un proceso que vaya
cerrando el ciclo neoliberal que se consolidó con el golpe de Estado planetario
que el poder mundial dio el 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, con el
atentado contra las torres gemelas, que permitió justificar las leyes
antiterroristas que “legalizaron” la tortura, las detenciones sin fórmula de
juicio, los asesinatos fundados en la simple sospecha, las cárceles
clandestinas y dieron paso a la era del terror, que condujo a la invasión de
Afganistan, Irak, Libia, la guerra en Siria, al desarrollo de Al Qaeda, el
Estado Islámico y demás organizaciones terroristas. El capitalismo terrorista
debe ser la última fase del capital.
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