Cubainformación
21-09-2017
En el año
2000 Mijaíl Gorbachov confesó durante un discurso en la universidad
norteamericana de Turquía:
“El objetivo de mi vida fue la aniquilación del
comunismo…mi esposa me apoyó plenamente y lo entendió incluso antes que yo […]
para lograrlo logré encontrar compañeros de lucha, entre ellos A.N. Yakovlev y
E. A. Shevardnadze”.
Recientemente la CIA desclasificó algunos
documentos donde se afirma que “el magnate financiero George Soros y la CIA,
ayudaron a Gorbachov a proporcionar la posterior disolución de la URSS”.
Sobre ellos el analista y ex empleado de la NSA,
Agencia de Seguridad Nacional, Wayne Madsen, afirmó que el multimillonario
George Soros, proporcionó en 1987 cobertura económica, al gobierno de Mijaíl
Gorbachov, a través de una ONG de la CIA conocida como el Instituto de Estudios
de Seguridad Este-Oeste, IEWSS, por sus siglas en inglés.
La información expone que Soros y la CIA
promovieron la difusión de dos términos orquestados desde Occidente en aquellos
años, la “perestroika” (apertura) y la “glásnost” (transparencia) para que
ambas sirvieran como ente desestabilizador en acelerar la desaparición de la
URSS.
Esos documentos de la CIA prueban que lo sucedido
no fue producto de un acto “espontáneo y democratizador” de Gorbachov,
debido a que el sistema socialista estaba “agotado y quebrantado”, como
quieren hacerle creer al mundo.
En Turquía el propio Gorbachov afirmó:
“Para lograrlo aproveché mi posición en el Partido
y en el país, tuve que sustituir a toda la dirección del PCUS y de la URSS, así
como a la dirección de todos los países socialistas de Europa”.
La verdad es que fue la CIA con el dinero de la
Organización Soros, quien diseñó y ejecutó esa gran operación, con todo el
apoyo del entonces líder soviético.
El ex analista Wayne Madsen asegura que el plan
diseñado para eliminar el bloque socialista de Europa oriental fue organizado
por dos copresidentes del IEWWS de Soros, Joseph Nye, economista de Harvard, y
Withney MacMillan, presidente del agro multinacional Cargill, quien había mantenido
relaciones comerciales con la Unión Soviética en los años setenta del siglo XX.
No satisfechos con los resultados alcanzados, en
1991 la CIA y Soros centraron sus esfuerzos en provocar un fuerte golpe en la
nueva Federación de Rusia, estimulando el separatismo en sus regiones con el
fin de debilitarla al máximo.
El informe de Nye y MacMillan augura el fin de la
Unión Soviética y los elementos del nuevo modelo para las futuras relaciones de
Moscú con Estados Unidos, para pasar a la era capitalista, y, según ellos, “cualquier
nueva evaluación de las relaciones de Occidente con una Unión Soviética
aperturista, tiene que partir de una posición de fuerza en vez de un equilibrio
de poder”.
El informe del IEWWS fechado en 1987, y su
aplicación práctica, fue una forma incruenta de ir despedazando a la URSS por
etapas.
En dicho documento se exhorta a Occidente a tomar
ventajas respecto de la agonizante Unión Soviética, en el nuevo mapa
geopolítico que se avecinaba, en particular en el Tercer Mundo, un área que
hasta entonces había sido de influencia soviética.
Madsen apunta que Soros y sus aliadas
organizaciones de “derechos humanos”, trabajaron activamente para
destruir la Federación de Rusia, apoyaron los movimientos independentistas en
Kuzbass (Siberia), a través de los derechistas alemanes que buscaban restaurar
Konigsberg y Prusia Oriental, y estos financiaron a nacionalistas lituanos y de
otras repúblicas autónomas y regiones como Tatarstán, Osetia del Norte,
Ingushetia, Chechenia, entre otras, con el propósito de estimular el
separatismo en las llamadas Repúblicas Autónomas Socialistas Soviéticas.
La actividad injerencista de Soros contra Rusia no
se ha detenido, se ha incrementado provocativamente a través de sus bases
operativas repartidas en los territorios aledaños, en particular Ucrania,
Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, Suecia, Moldavia, Georgia, Azerbaiyán,
Turquía, Rumania, Mongolia, Kirguistán, Kazajstán, Tayikistán y Uzbekistán,
unido a grupos de corte terroristas en coalición con fascistas ucranianos y
neonazis moldavos sionistas.
Recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin
expulsó a varias organizaciones de Soros como, la Fundación Open Society
Foundation y otras ONG de la CIA que operaban en similares circunstancias
en territorio ruso, incluidas la NED (Fundación Nacional para la Democracia),
el Instituto Republicano Internacional, la Fundación MacArthur y la Freedom
House, considerándolas como indeseables y una amenaza para la seguridad del
Estado ruso.
No por gusto Mijaíl Gorbachov fue premiado con el
Nobel de la Paz, pues siguió diligentemente las orientaciones de la CIA y de
George Soros.
La CIA no descansa y pretende eliminar todo
vestigio de socialismo en la tierra, por eso sus planes contra Cuba y ahora en
Venezuela, donde nada es casual ni por obra y gracias del espíritu santo, pero
como dijo San Juan: 8-32, “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Por eso cada día el mundo comprueba de lo que son
capaces los yanquis para lograr sus intereses hegemónicos y las mentiras que
tejen, creando patrones preconcebidos entre las grandes masas mediante sus
campañas de prensa; de ahí que sabiamente José Martí afirmara:
* Arthur González, cubano, especialista en relaciones
Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
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