miércoles, 4 de octubre de 2017

MOVIMIENTO POR EL SOCIALISMO: BALANCE DE LA HUELGA MAGISTERIAL




HUELGA DE LOS MAESTROS: UN PASO ADELANTE EN LA LUCHA POPULAR

El sábado último se anunció el fin de la huelga indefinida de los profesores. Pedro Castillo, su dirigente principal, dijo en la plaza Dos de Mayo: “Por nuestros estudiantes y padres de familia, por el pueblo en su conjunto, el Congreso Nacional Extraordinario ha decidido suspender temporalmente nuestra medida de lucha y los maestros del Perú se concentrarán el día lunes en cada una de sus regiones para garantizar con sus gobiernos regionales que cese la represalia económica, administrativa y laboral, en cada uno de los rincones de la patria”.

LA REALIZACIÓN DE LA HUELGA FUE UNA VICTORIA POPULAR

El final de la huelga fue tan sorprendente como su desarrollo. Sin embargo, esta lucha ha significado una sana oxigenación del ambiente político dominado por la decadencia de las élites dominantes, las traiciones, las mentiras y la corrupción de los partidos y candidatos que olvidan fácilmente sus promesas.

Los intentos del Gobierno para ahogar la huelga fracasaron por completo. Se equivocó desde el inicio. Se imaginó que haber firmado un acuerdo con el CEN del SUTEP, luego del paro nacional del 13 de julio, podía detener la huelga. También se equivocaron los dirigentes nacionales del SUTEP, quienes estaban casi seguros que con dicho acuerdo iban a contener la huelga organizada por los “radicales”.

El CEN del SUTEP no percibió el enorme descontento acumulado ni comprendió el contexto político explosivo del país, en particular la profundidad de la crisis política. En lugar de organizar la lucha, vale decir, la huelga indefinida, en los hechos se colocó en el campo del neoliberalismo cuando en los intensos días de la lucha de masas apareció en los grandes medios de comunicación, las redes y las bases del gremio en la misma posición del Gobierno; llegando al extremo de hablar casi en los mismos términos que los funcionarios del Ministerio del Interior.

La política del Gobierno de PPK, el desempeño errático con aires aristocráticos de la Ministra de Educación Marilú Martens, la belicosidad del Ministro del Interior Basombrío y la conducta del CEN del SUTEP, se convirtieron en los combustibles que “incendiaron toda la pradera”: desencadenando una sorpresiva rebelión de los maestros contra el Gobierno y los máximos órganos de la dirección institucional del SUTEP.

La huelga consiguió logros importantes. Todas las actas firmadas entre el Gobierno y los sindicatos, los documentos no firmados como los llamados preacuerdos con el Comité de lucha, el Decreto de Urgencia N° 011-2017 del Ministerio de Educación, ubicándolos en el desarrollo del conjunto de la lucha, han sido resultados directos de esta peculiar huelga nacional indefinida organizada por el Comité Nacional de las Bases Regionales. El aumento de los salarios a 2000 soles, la homologación entre los contratados y estables que posibilitará a los primeros pasar automáticamente de un salario de 1200 promedio a 2000 soles y el reconocimiento, por parte del Estado, de la deuda social de 200 millones de soles han sido conquistas muy significativas.

Los organizadores de la huelga- prisioneros de sus palabras- hasta ahora no valoran debidamente la importancia de los logros de esta huelga, que son vitales para la vida de los profesores. Además, gracias a esta lucha, como se han visto obligados a reconocer tirios y troyanos, se ha colocado en la agenda nacional el tema de la educación, se han desnudado sus problemas y la falsedad de las reformas impulsadas por el Estado y ha planteado a toda la sociedad la necesidad apremiante de una verdadera Reforma Educativa.

Sin embargo, los líderes de la huelga tienen razón cuando dicen que su conquista principal ha sido reivindicar y recuperar la dignidad de los maestros, quienes en los últimos lustros fueron engañados y golpeados por los gobiernos de turno, juzgados negativamente por el “público” alentado por la campaña de los medios de comunicación y por lo tanto, ante la debilidad y crisis de la organización sindical llamada a defenderlos, fueron empujados hacia la desmoralización y se vieron obligados a replegarse para defenderse en los aspectos existenciales, más elementales, de su profesión. ¡Gracias a la huelga, hoy los maestros del Perú han conseguido una importante victoria!.

NATURALEZA Y PERSPECTIVAS DE LA HUELGA DE LOS MAESTROS

La huelga siguió un camino irregular, como muchas veces ha ocurrido en la historia del movimiento sindical. No fue convocada por los máximos órganos de dirección del SUTEP, sino por un Comité de Lucha conformado ante todo por las bases regionales. Los protagonistas principales de esta jornada fueron los maestros de provincias, quienes le dieron vitalidad y alegría a sus acciones; sacando provecho de su condición de formadores de la consciencia, acompañaron sus movilizaciones, mítines y consignas con sus cantos, bailes y poesías. Mientras duró la huelga, las ciudades, especialmente Lima, se convirtieron en escenarios progresistas de las movilizaciones populares y de la cultura popular que mostró su extraordinaria variedad, expresando la gran riqueza cultural de nuestra Patria.

La huelga se inició en el sur y se extendió hacia todas la regiones, alcanzando una dimensión nacional, que ni siquiera imaginaron sus organizadores. Esta lucha ha sido una nueva insurgencia popular progresista contra el statu quo neoliberal, contra el poder de la gran burguesía y las transnacionales y contra el gobierno de PPK que lo expresa directamente. Por esta razón profunda, en su largo camino despertaron las simpatías crecientes de los trabajadores, así como de importantes sectores de las capas medias emergentes y tradicionales. Los trabajadores de diversos sectores se identificaron rápidamente como una manera de luchar contra un régimen laboral que también los aplasta cotidianamente, contra las desigualdades que los afectan todos los días, contra la decadencia y la falsedad de las élites dominantes, a la que rechazan cada vez con más fuerza. Todos estos sectores asumieron esta posición sin importarles la prédica de aquellos que pretendieron presentar a la huelga como una simple acción de los grupos violentistas.

Sin embargo, más allá de todas sus apariencias “radicales”, e incluso de su contenido progresista, esta lucha se ha desarrollado, en cierto modo, en los marcos de los intereses y las movidas tácticas de las capas emergentes provincianas (burguesas y pequeñoburguesas) en su prolongada lucha contra la gran burguesía tradicional y el centralismo limeño; y existe la posibilidad de que luego de expresar un avance, esta lucha pueda desencadenar fenómenos sociales regresivos.

En el horizonte más inmediato existe la posibilidad de que el magisterio se balcanice y se desarrolle un regionalismo extremo, por sus contradicciones internas, y como un subproducto del proceso de regionalización en el país. En ese marco, podrían desarrollarse no sólo las tendencias radicales sectarias que la mayoría de los partidos de izquierda temen, sino también tendencias retrógradas contrarias a todo tipo de progreso, así como  múltiples tendencias reaccionarias contrarias al socialismo. Naturalmente todo ello puede ser facilitado si las fuerzas más progresistas del país no reconocen la naturaleza popular y justa de la lucha que acaba de culminar, y no asumen el compromiso de bregar de manera firme para avanzar en el camino de la emancipación social y nacional de nuestro pueblo.

LA HUELGA DE LOS MAESTROS, LA CRISIS Y LA DECADENCIA DE LA SOCIEDAD.

La reciente huelga de los profesores ha sido un síntoma muy claro de los problemas profundos que tiene la sociedad peruana, de la decadencia de toda su base económica y su superestructura y de la intensidad de la crisis en las alturas.

La situación de los profesores revela los problemas engendrados por las desigualdades sociales, que se expresan concentradamente en una realidad inocultable: durante los años de la última bonanza económica, la gran burguesía tradicional y sectores importantes de la burguesía emergente acumularon enormes riquezas, mientras amplios sectores del pueblo, los trabajadores y los maestros, se mantuvieron en una situación de extrema precariedad, de sobreexplotación, de marginación social y cultural, es decir, unos se volvieron más ricos y otros más pobres.

Las élites dominantes criollas y emergentes, siguiendo interesadamente los mandatos del Imperio, de los EEUU y de otras potencias extranjeras, han preservado el neoliberalismo a ultranza impuesto por el régimen fujimorista. Como parte de la aplicación de esta política, se privatizó la economía a niveles extremos, así como de manera gradual, pero profunda, se impulsó la privatización de la prestación de servicios básicos para la población, como son la salud y la educación. Un ejemplo de esta realidad es que alrededor del 55% de los alumnos estudian en los colegios privados, y sólo el 45% lo hace en los colegios públicos.

El fondo de esta política de “relativizar” el papel del Estado en la economía y en los servicios básicos es atentar directamente contra los intereses de los trabajadores y proporcionarles las facilidades a los empresarios tradicionales y emergentes para que se enriquezcan legal e ilegalmente a costa de los trabajadores, privándolos de los servicios sociales básicos de calidad e imponiéndoles un régimen laboral del siglo XIX.

En plena bonanza económica, expresando de manera cotidiana las extremas desigualdades sociales, las capas acomodadas multiplicaron sus posibilidades de acceso a los servicios de salud y educación, mientras en estos mismos aspectos, las condiciones del pueblo se deterioraron crecientemente, con graves secuelas para su vida, su bienestar material y espiritual.

En medio de la anarquía neoliberal fomentada por las élites dominantes, las transnacionales y los gobiernos de turno, expresada también en la crisis y decadencia de los servicios de salud y educación públicos, los trabajadores que laboran en estos sectores han perdido dramáticamente el poder adquisitivo de sus salarios y han sido empujados a una precarización y marginalización social;  circunstancias que han provocado un fenómeno social perverso: la enajenación profunda de importantes sectores de los trabajadores de la salud y la educación, quienes bajo múltiples formas han establecido un compromiso con la aplicación de la política neoliberal.

Los gobiernos y las autoridades de las instituciones de la salud y la educación, han impulsado las llamadas reformas de estos sectores, no para realizar una transformación profunda que eleve la calidad de estos servicios, sino ante todo para impulsar políticas de selección de personal para despedirlos o someterlos. Por lo general, las llamadas reformas se limitan a las capacitaciones y evaluaciones de los trabajadores, ejecutadas por “especialistas” dirigidos por neoliberales convictos y confesos. Por estas razones ,no es nada casual que el Perú, a nivel de la educación, ocupe en América Latina los últimos lugares.

Por ello, tampoco fue nada casual que el “entrampe” de las “negociaciones” durante la huelga de los profesores se concentrara en las evaluaciones: el Gobierno declaró como no negociable este punto y los huelguistas insistieron con justeza que deberían anularse. Para los trabajadores de la educación- así como para los especialistas más lúcidos- las actuales evaluaciones promovidas por el Ministerio de Educación son completamente absurdas, artificiales y engañosas; simplemente son parte de las “técnicas” para justificar los despidos masivos, es parte de la estrategia de seguir debilitando a la Escuela Pública.

LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA IZQUIERDA

La huelga está dejando muchas enseñanzas en todos los niveles. Por las particularidades de los trabajadores de la educación, de los profesores, las repercusiones serán en el conjunto de la sociedad y, sin duda, las más inmediatas serán en el seno de las fuerzas de izquierda.

El éxito de esta rebelión popular progresista se explica porque estalló en un momento de profunda crisis en las alturas. Esta circunstancia concreta posibilitó que la heroicidad de los huelguistas se convirtiera en un acontecimiento nacional y que se transformará en la lucha de todo el pueblo, que no podía ser ignorada por ninguna de las fracciones dominantes en pugna, ni por los grandes medios de comunicación. El gobierno de PPK, alejado por completo del pueblo y mostrando su precariedad histórica y su incapacidad política, no pudo enfrentar este problema. El fujimorismo pretendió beneficiarse pragmáticamente, incluso intentando presentarse como mediador, aunque en verdad sólo deseaban ganarse engañosamente las simpatías del pueblo y continuar en sus planes conspiradores.

La participación de la izquierda “oficial”, en su mayoría, fue ambivalente, producto de sus evaluaciones subjetivas de la coyuntura y de la sociedad peruana, de su propia experiencia histórica, de sus decisiones políticas particulares de mantenerse casi al margen de esta huelga, en gran medida porque no fue convocada por el SUTEP sino por un Comité de Lucha de las llamadas Bases Regionales al que se le acusaba de estar vinculado a Sendero. Sin embargo, a medida que transcurrió el tiempo, a nivel de las bases, la solidaridad con los huelguistas se impuso tal como pudo expresarse durante la jornada nacional del 24 de agosto convocada por la CGTP.

En estos días de tensión, en medio de una sorprendente huelga masiva de los profesores, se ha evidenciado el gran desafío que hoy tienen los partidos y las tendencias de izquierda, frente al protagonismo creciente de Sendero en la lucha política del país. Según algunos indicios, Sendero participó activamente en la huelga de los profesores, aunque probablemente no en el nivel o proporción que dicen los voceros del Ministerio del Interior.

Es evidente, que en el Comité de Lucha de las Bases Regionales se han aglutinado una serie de núcleos “radicales” que cuestionan la política educativa impulsada por el Estado desde sus puntos de vista particulares, que al mismo tiempo son herederos de la lucha de decenios en contra de los que dirigen el SUTEP. En medio de estos núcleos Sendero actúa, y pretende convertirse en el gran articulador.

Sin duda, después de la huelga habrá cambios muy profundos a nivel de la estructura del SUTEP, probablemente con repercusiones en el desarrollo del conjunto de la izquierda. El problema más complicado en los siguientes meses y años -que ya se evidencio durante la huelga- es si los partidos de izquierda están dispuestos a desarrollar una lucha ideológica y política contra Sendero, aceptando que es parte de una realidad presente; o lo siguen ignorando, con la secuela de dejarle todos los espacios del campo popular en un momento en que tienden a desarrollarse los conflictos sociales.

En este proceso complejo, los partidos de izquierda debemos presionar y obligar a Sendero, mejor dicho al Partido Comunista- Sendero Luminoso, a presentarse de un modo claro como partido para dar cuenta de sus responsabilidades en la guerra que estimuló y realizó a fines del siglo pasado, y su accionar en el transcurso de la misma en la que actuó con acendrado sectarismo, llegando al extremo de ejecutar crímenes contra dirigentes populares y activistas de izquierda que no seguían su guerra popular, considerándolos, por ello, traidores.

El Movimiento por el Socialismo (MS), que lucha por las grandes reformas sociales que el Perú necesita con urgencia y que lucha por el socialismo como futuro para la humanidad y nuestra Patria, desde hace mucho tiempo ha asumido ese reto. Como organización partidaria, no caemos en el negacionismo absurdo, de negar la existencia de Sendero, su historia, la guerra que desarrolló en las décadas pasadas,y su actual lucha política por avanzar en los diferentes espacios del movimiento popular y del conjunto de la sociedad.

Nuestro movimiento considera que sería suicida para los partidos y tendencias de la izquierda progresista, en particular para los que luchamos por el socialismo, intentar acabar con la influencia de Sendero, actuando como los defensores y voceros del statu quo neoliberal. En especial la responsabilidad principal de quienes somos revolucionarios, socialistas, es ganar al pueblo mediante una activa lucha por la conquista de sus reivindicaciones más inmediatas e históricas, única manera de avanzar en su proceso de emancipación social y nacional. En defensa de los principios socialistas, de los intereses de los trabajadores y de todo el pueblo, el Movimiento por el Socialismo se pronuncia por una lucha ideológica franca, clara y abierta.

Lima, 4 de Setiembre de 2017.
Movimiento por el Socialismo
MS

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