jueves, 30 de noviembre de 2017

GUILLERMO ROUILLONDUHARTE, EL BIÓGRAFO DE MARIÁTEGUI: PROTAGONISMO DE ARMIDA PICÓN MATOS VDA. DE ROUILLON



Antonio Rengifo Balarezo

Casa Museo José Carlos Mariátegui


Lima 2017

Guillermo Rouillon Duharte, el biógrafo de Mariátegui

Armida Picón Matos Vda. de Rouillon:
Su papel protagónico en la publicación del legado de su esposo.

        El día de hoy, como todos sabemos, nos ha congregado un acontecimiento que no podía pasar desapercibido; estamos conmemorando el centenario del nacimiento de Guillermo Rouillon  Duharte.  Para tal fin, no podía ser mejor lugar que en el santuario de J.C. Mariátegui.  Pues, fue Guillermo Rouillon quien tanto contribuyó a que esta casa fuese adquirida para convertirse en patrimonio histórico de la Nación.



        Guillermo RouillonDuaharte es por antonomasia el biógrafo de José Carlos Mariátegui La Chira.Aunque su temática como escritor ha sido diversa, su nombre siempre estará asociado a la biografía de Mariátegui, uno de los peruanos universalescomo nuestro poeta César Vallejo; ambos de raigambre socialista.

        Con el alumbramiento de la biografía confeccionada por Guillermo Rouillon, los mariateguistas de nuestra patria y del mundo sentimos que nos había devuelto a Mariátegui redivivo.  Dicha biografía fue un manantial generoso del cual todos hemos bebido para saciar nuestra sed de  conocimientos y tonificar nuestro espíritu.

Origen de la biografía de Mariátegui

En uno de sus primeros artículos referidos a Mariátegui que data de 1944:  Mariátegui, hijo querido del pueblo; nos hace una invocación que él la cumplió a cabalidad:

… es deber de todos los peruanos, defender la herencia de Mariátegui y difundirla para que de este modo seguirá viviendo.

        En el referido artículo, también expresa, de manera alturada y contundente, el concepto que tiene del partido Aprista y su devota admiración por Mariátegui.

Al año siguiente, del artículo mencionado, se siente en nuestro país la emergencia del movimiento popular; motivo por el cual, el presidente Manuel Prado declara una amnistía general para los presos políticos y exilados.  En esas circunstancias, Luis Alberto Sánchez retorna del exilio para participar en las elecciones.  Lo que es aprovechado por Rouillon para recordarle que el año 1930, a la muerte de Mariátegui, había prometidoescribir su biografía, tan necesaria ahora, en la coyuntura político que se estaba viviendo.  Para tal emplazamiento,Rouillon publicó en el periódico Callaoun artículo cuyo título es el siguiente: Luis Alberto Sánchez tiene un compromiso que cumplir con el Perú y América.

Para esa fecha, ya Rouillon había indagado los problemas nacionales en las escazas obras de Mariátegui durante sus años universitarios en la década del 30. Y había sido atraído por el magnetismo de la personalidad de Mariátegui al leer el ensayo Biográfico de Armando Bazán aparecido en Santiago de Chile en 1939.  Pero fue el incumplimiento de la promesa de Sánchez, el factor precipitante para que se lanzara al abordaje de su magna obra que duraría más de 20 años.  Mariátegui fue para Rouillon una sublime obsesión.

        El primer fruto de su sacrificada dedicación a la investigación fue la fundamental y monumental: Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui. Obra llevada a la estampa en la imprenta de la Universidad Nacional de San Marcos el 21 de noviembre de 1963.  El mismo Rouillon estuvo al cuidado de la edición.


        El gran trabajo de acopio de 3,462 fichas bibliográficas e iconografía fue puesto generosamente a disposición de los investigadores como una manera de estimularlos.

        Entre las pesquisas notables de Rouillon en la Bio-bibliografía fue el hallazgo de la partida de nacimiento y bautismo de Mariátegui en la ciudad de Moquegua  De esta manera rectifico los equívocos respecto al año y lugar de nacimiento.

        Con la Bio-bibliografía, Rouillon trajo a Mariátegui al foco de la atención pública en los momentos que estaban en auge los movimientos campesinos en el Perú.

        Hubo de transcurrir 12 años para saliera a luz en 1975 otro fruto generado por Rouillon:  La Creación heroica de José Carlos Mariátegui. Tomo I: La edad de Piedra (1894/1919). La publicación del esperado primer tomo de la biografía no aparecía por la dilación burocrática en la universidad de San Marcos; entonces, Alberto Tauro del Pino, profesor de Historia de la universidad, gestionó su publicación con Boris Acchinelli de la editorial Arica.Está obra está dedicada a Anna Chiappe de Mariátegui.  A  los esforzados discípulos de José Carlos Mariátegui que aún continúan por la senda trazada por el maestro.  (Al mes de publicada, la edición se agotó).

        Rouillon respaldó su obra con valiosos documentos y aprovechó oportunamente a los contemporáneos de Mariátegui para obtener información.  Recolectó trescientas declaraciones testimoniales de familiares y contemporáneos de Mariátegui mediante entrevistas, cuestionario, etc.

Dejo expresa constancia, con la humildad que lo caracterizaba que:

(…)  los verdaderos autores de La creación heroica de José Carlos Mariátegui, son los que generosamente me brindaron sus testimonios, y no yo.  (Entrevista de Alfonso La Torre. Diario Expreso; Lima, 26 de agosto de 1976)

Con la obra mencionada, contravino el deseo explícito de Mariátegui de que no se tomaran en cuenta sus escritos de esa época.  Además, y reveló el desconocido nacimiento, infancia, adolescencia y juventud; es decir, la simiente socialista de Mariátegui. (Anna Chiappe Vda. de Mariátegui e hijos publicaron el primer todo de ocho, de Los escritos juveniles en 1987; con un estudio preliminar, compilación y notas del historiador Alberto Tauro).

Rouillon continuó investigando, pues tenía que concluir la biografía integral de Mariátegui, La edad revolucionaria, que cubre la época de definición y deslinde ideológico.

        Aun  con la enfermedad que lo condujo a la muerte, siguió investigando mientras el vigor físico se lo permitió.  Primero concluir la Biografía; después, interesarse por su salud; había que ganarle la carrera a la muerte y a todos los que estaban interesados en soslayar la figura emblemática de Mariátegui.  El esperado segundo tomo fue su obra póstuma.  Rouillon  falleció el 3 de diciembre de 1978.

Tan igual como Mariátegui, elaboró su obra con honradez intelectual, sin dedicación exclusiva y sin financiamiento externo, con sus propios y limitados ingresos económicos.Y, sin adscripción a un partido político.  Su militancia era confeccionar la biografía de Mariátegui.

Esa condición le permitió libertad en su investigación sin tener que obedecer, disciplinadamente, a ninguna  consigna partidaria.  A la muerte de Mariátegui quienes asumieron la conducción del partido socialista, que él fundara, no continuaron con su orientación y actitud.  En consecuencia, tampoco hubo militante alguno que confeccionara la biografía de Mariátegui.

Papel protagónico de Armida

Pues bien, todos los que admiramos la vida ejemplar de José Carlos Mariátegui y a su biógrafo, Guillermo RouillonDuharte; también tenemos que admirar a ArmidaPicón; quien –tras el fallecimiento de su esposo- hizoposible la publicación deLa creación heroica de José Carlos Mariátegui. II tomo: La edad revolucionaria (1920-1930). 
Armida contrarrestó con coraje los intentos de sabotear la publicación y despojarla de la posesión de los manuscritos originales, valioso legado de su esposo.  .  La odisea que pasó Armida para publicar el legado inédito del biógrafo de Mariátegui fue la manera como honró la memoria de su esposo.

El hogar de un investigador

        Armida y Guillermose casaron en el año 1952 cuando ya Guillermo había empezado a acopiar material para la elaboración de la biografía de José Carlos Mariátegui. Rouillon era consciente de que se consagraba a la realización de una obra que sería imprescindible en la lucha de clases:  La Biografía de Mariátegui.  Tanto para Rouillon como para Mariátegui el matrimonio y los hijos no los apartaron de la consecución del elevado objetivo propuesto.

        Por todos los rincones de la casa de la joven pareja aparecían  referencias a Mariátegui, rumas de fichas, recortes de periódicos, cartas, fotos, libros, revistas y documentos de las pesquisas obtenidas sobre la vida de Mariátegui.  Buena parte de su tiempo “libre” de Rouillon estuvo dedicado a Mariátegui.

El hogar de los Rouillon/Picón estuvo constituido por dos hijos.  Al nacer su hija, Rouillon le concedió a Armida la decisión de ponerle nombre: Liliana.  Pero, cuando nació su hijo varón, intentó llamarlo: José Carlos. Armida, inmediatamente, se opuso con tenacidad.  Ya era demasiado, José Carlos por todas partes.  Entonces, Guillermo cedió. Hizo una contrapropuesta que Armida aceptó alborozada:  Francisco Xavier.  Sin embargo, notó algo raro en el cambio tan rápido de Guillermo, pues, normalmente era un hombre de decisiones firmes.  Resulta que Francisco Xavier era el padre y abuelo paterno de Mariátegui.

Continuando con la obsesión por Mariátegui hizo padrino de su hijo a Armando Bazán, que había sido amigo de Mariátegui y autor de la primera Biografía.

Mariátegui figuraba como un hijo más en el hogar; esto quiere decir, que de los ingresos económicos mensuales obtenidos por Rouillon, una partida la asignaba para los gastos del hogar y otra partida para los gastos que demandaba su investigación.  Esta asignación de recursos, no contaba,algunas veces, con la aquiescencia de Armida; quien, en esas condiciones, se volvió sumamente organizada y logró equilibrar el presupuesto familiar.

La Odisea de Armida

        Armida, sumida en la viudez y en posesión del manuscrito original del segundo tomo, La Edad revolucionaria, intentó su publicación. Solicitó una proforma a varias imprentas; pero el costo superaba sus posibilidades económicas. No logró una cotización que hiciera posible la publicación. 

Aunque atribulada, Armida pensó:  ¿qué puertas tocar?  No llegó a tocar ninguna puerta fue a ella a quien le tocaron la puerta de su casa. Eso ocurrió en al año 1980. Dejemos que la propia Armida nos relate ampliamente este episodio:

Estaba por creer en un “milagro”…, apareció ante mi vista sonriente… el “lobo vestido de cordero”…  que con sentido gesto de pesar al recordar a su “gran amigo Guillermo”, me manifestó su deseo de ayudarme en la publicación del 2do. tomo de la biografía.  Me prometió que la edición sería de lujo, tratada con el mayor de los esmeros. (Armida omite el nombre de dicho personaje por consideración a que ya es finado).
Agradecida y conmovida le facilité los manuscritos…, por cierto, me dio todos los datos concernientes de la imprenta Cosmos, y la referencia del Sr. Guerra, encargado de la Gerencia quien directamente me informaría del avance de la publicación.
Conversé con mi familia y consideraron “una gran suerte” este insólito acontecimiento, pero aun así, yo, tenía una inquietud, una desazón que no sabía explicar… Pasados unos días llamé al gerente encargado de la publicación, me dijo que estaban en pleno proceso de digitación y que en fecha próxima me avisaría del avance. Asimismo, cumplió con entregarme un documento en el que se hablaba de la publicación y un tiraje de 5,000 libros, nuevamente quedé impresionada…, mas pasado unos días me avisó que sólo imprimirían 2,000 libros.
Un amigo de Guillermo al enterarse de esta situación -para él, anómala- me dijo que exigiera a la Gerencia corregir las pruebas. Fui a entrevistarme con el susodicho Gerente y se molestó por pedirle la corrección de las pruebas, me dijo que “ellos se encargaban de todo”.
Mi desazón fue en aumento. Decidí protestar ante el personaje que había asumido la responsabilidad de la publicación, pero no respondía a mis llamadas telefónicas, era muy difícil ubicarlo hasta que lo encontré en una reunión rodeado de partidarios.
No tuvo más remedio que acercarse a saludarme. Sin mayores preámbulos le expresé mi extrañeza por las respuestas del Gerente de la imprenta. Quiso convencerme de que “ellos” se encargaban de todo a fin de lograr una edición impecable.
No acepté tal condición y en voz alta lo conminé a que me devolviera de forma inmediata los manuscritos que le había entregado. En horas de la tarde, me entregaron completa la documentación. En ese entonces, el sociólogo Alfredo Hernández Urbina me comentó que había leído un artículo de este personaje con datos sorprendentes, que luego comprobó pertenecían al 2do. tomo, aún inédito.

En medio de su desilusión a Armida la reconfortó estar nuevamente en posesión de los originales de su esposo.  Sin embargo, no se dio reposo. Ante Armida desfilaron una serie de personas.  Ella nos dice: Mi mente estaba obnubilada, parecía una conspiración, sentía un resquemor que me afectaba físicamente. Además, seguía atribulada porque no encontraba alternativa para publicar la obra de su esposo.  En esas circunstancias, se le presentó providencialmente un aliado para sobrellevar la soledad de su lucha.

Una gentil llamada telefónica de Francisco Izquierdo a Armida fue aprovecha para que le contara las tribulaciones que estaba pasando.  Inmediatamente Izquierdo ofreció su colaboración y acudió a su casa.  Así como también cuando acudió al hospital de neoplásicas cuando se enteró que Rouillon se hallaba internado; en todo momento fue un amigo leal. (Decir amigo leal, no es una hipérbole ni un pleonasmo; porque hay otra clase de “amigos”).

Armida, en posesión del texto original conformó un dúo bien afiatado con el pedagogo y literato Francisco Izquierdo Ríos para revisar y hacer algunas correcciones.  Juntos cotejaron página por página.  Hallaron algunos errores en la numeración de las citas.  En palabras de Armida:

Recuerdo que pacientemente todos los días en la tarde venía a mi domicilio desde La Perla Baja, Callao, a Miraflores en bus y, se reía de sus dolencias.

Habíamos quedado en revisar 10 páginas diariamente y lo hacía con entusiasmo, matizaba con anécdotas el momento en que disfrutaba de un café de Chanchamayo que mi hermana Perla le enviaba (pasado gota a gota) y que degustaba con verdadero placer.

Mis hijos, mi familia y yo, le estamos profundamente agradecidos por su ayuda pródiga cuando la "nave parecía zozobrar"; con su espíritu generoso y leal amistad volvió la calma y la seguridad de haber despejado las sombras que acechaban. 

Sin embargo, permanecía la incertidumbre de la publicación del segundo tomo de la biografía de Mariátegui.  En esas circunstancias…

¡Zás! se presentó otro “amigo” de Guillermo, periodista, a quien conocía por referencias, me ofreció sus servicios por una módica suma, para trabajar la publicación, me dijo tener en su haber la publicación de varios libros, citando títulos etc. etc. -tenía gran experiencia- así, me explicó su “modus operandis”: 1) llevar y traer de la imprenta a mi casa (él personalmente) lo avanzado en el tipeado o sea las pruebas para mi corrección y V° B°; pagar en cómodas cuotas los gastos de tipeo, micas, y las planchas de metal (que en esa época se usaban) para la impresión; 3) ver la compra del papel en resmas; 4) fotolitos, etc. y claro está, un adelanto de dinero.
Me pareció magnífico el ofrecimiento y acepté el trato con previo compromiso escrito en que se señalaba el costo, la corrección de las pruebas, la entrega de dinero en partes de acuerdo a las entregas y fechas respectivas.
Cumplida la entrega del adelanto y pasado un buen número de días, mutis, no aparecía ni llamaba por teléfono “este fulano de tal…” Fui a su casa, me dio “explicaciones”, de buscar otra digitadora, pues la anterior había fallado y con esta nueva todo iba a salir bien…etc. etc. etc.… me reiteró su buena voluntad e interés por sacar la obra. A la semana me llevó un puñado de hojas de prueba para corregir, a la semana siguiente de igual forma, pero a la tercera semana: mutis, la siguiente semana: mutis… ¡no cumplía con el trato!  Nuevamente fui a su casa y de nuevo las “explicaciones”… pero… pecó en comentarme que estaba postulando a un cargo en una empresa y que las diligencias que había realizado le habían tomado mucho tiempo ¡qué tal raza!
Me aseguró que llevaría en pocos días nuevas pruebas. Nada, ni asomos de él. Ya había pasado el mes y días. Fue a mi casa llevando más pruebas para corregir. Me pidió más dinero, para la compra de micas, pago de la operadora y también que le adelantara otro 50% más de su trabajo quedando un mínimo por cancelar, pues –según él- estaba en una situación difícil.
Le hice saber mi disgusto por su comportamiento, mas por sus ruegos y seguridades de la próxima aparición del 2do. Tomo, en un incomprensible “lapsus”…, le di un adelanto, aunque de menor cuantía.
Los días se sucedían, parecía una novela por entregas.
La paciencia se me agotó. Un premonitorio pensamiento maquiavélico se apoderó de mí.
Le envié una carta Notarial abierta a la Mesa de Partes de la empresa donde había conseguido una importante colocación; en la carta le reclamaba por su “incumplimiento en el trabajo que había contraído, con la consabida pérdida de tiempo; la devolución del último adelanto, en un plazo de 24 horas por constituir una estafa sus servicios; la entrega inmediata de toda la documentación suministrada y dar por cancelada su contratación, advirtiéndole que en caso contrario, haría la denuncia legal correspondiente en defensa de mis derechos ciudadanos”.
Al día siguiente lo tuve en mi casa indignadísimo, me increpó que malévolamente lo había indispuesto ante sus superiores creándole una mala imagen. En fin..devolvió todo.
¡Otra vez a fojas cero!

Armida estaba en un momento crucial, pero no cayó en un estado depresivo.  Se planteó la misma pregunta de Lenin ¿Qué hacer? cuando también Lenin estuvo en un momento crucial y que dio título a uno de sus libros.  Dicha pregunta fue respondida por la misma Armida con un principio de Mao TseTung:  Confiar en las propias fuerzas.  Es decir, sacar la publicación a como diera lugar, aportar trabajo personal y el limitado dinero que disponía.  De tanto ir i venir a las  imprentas adquirió conocimientos del proceso de impresión para abaratar costos.

Armida, cual Odiseo, arribó a Itaca después de sus aventuras desventuradas el año 1984. Salió de las prensas de la editorial Alfa LA CRECIÓN HERÓICA DE JOSE CARLOS MARIÁTEGUI. Tomo II La edad revolucionaria (1920/1930).El tiraje fue de 1,000 ejemplares.  La inusitada expectativa por informarse de la edad revolucionaria de J.C. Mariátegui agotó la edición en pocos días. Este fue el premio que reconfortó  sus desvelos y tribulaciones.  Así quedó registrado, imperecederamente, el heroico esfuerzo de Guillermo Rouillon.  Pues, en esa obra mi esposo dejó parte de su vida; como lo certifica Armida.
  

      
  Sin embargo, Armida es una mujer emprendedora y polifacética, cualidades que orlan su personalidad-, brindó su tiempo al ordenamiento y preservación del valioso archivo y libros de su esposo; ahora en la Biblioteca Nacional, junto con el busto de su esposo gracias a la gentil donación familiar.

Armidaha otorgado un generoso tributo a la memoria de su esposo y, por ende, a nuestro pueblo con la publicación de la biografía completa de Mariátegui.

Ante Armida y Guillermo,
¡nuestra reverencial genuflexión
y un eterno reconocimiento!

 Antonio Rengifo Balarezo,
Lima, 29 de noviembre del 2017

 

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