19/12/2017
Opinión
Introducción
Desde que Bernanke asumió la presidencia de la
Reserva Federal de EUAi
(Fed), en febrero de 2006, se ha instalado como legal que se puede resolver un
problema creando $ 1 Billón de la “nada”ii, al
comprar una gran cantidad de activos con ese billón de dólares. A partir de
este momento nada parecía más fácil para los bancos centrales; cada vez que el
mercado de valores está a la baja, la solución será crear dinero nuevo, comprar
y comprar más fondos del índice bursátil y el problema estaría resuelto, ya que
el mercado de valores deja de caer y rebota rápidamente porque los bancos
centrales los respaldan. Las políticas de los bancos centrales son señaladas
cada vez más como la fuente de la creciente desigualdad en los ingresos y
riqueza. Estas políticas respaldan las burbujas de crédito/activos pero una vez
que se vean limitadas o interrumpidas, estallaran/explotaran y con ello todas
las burbujas de crédito/activos. La pregunta del millón es cuándo sucederá.
Cuando las altas tasas de interés estaban
inhibiendo los préstamos y el crecimiento, la solución fue crear unos pocos
billones de dinero ´nuevo´ creados de la nada y comprar con ellos suficientes
bonos soberanos para reducir las tasas de interés a cero e incluso más allá, a
tasa negativa. Igualmente cuando bajo la demanda de inmuebles por los altos
precios, la solución (China recientemente) fue crear dinero sin respaldo, que
en manos de los agentes de los gobiernos locales servía para comprar los
edificios vacíos. Para terminar con los ejemplos, si hay deflación por una
demanda a la baja, una posible solución será emitir un billón en bonos del
gobierno con cuyo dinero se financian megaproyectos de defensa, cuyo
encadenamiento futuro con la economía real solo se garantizara (al menos en
parte) en tanto que se consigan ventas sustanciales en el extranjero.
El mecanismo para resolver los problemas
económicos, creando billones de dinero de la nada, pareciera una máquina de
movimiento perpetuo y sin límites a la cantidad de dinero nuevo que puede
crearse con un interés cercano a cero o cero, ya que hasta los pagos de
intereses pueden financiarse con ese dinero ficticio, emitido sin respaldo. Es
más aún, la Reserva Federal (Fed) compro incluso bonos del Tesoro y con los
ingresos que ese “dinero de la nada” genera devuelven dinero al Tesoro para
volver a emitir más bonos, poniendo así en marcha una máquina de creación de
dinero en movimiento aparentemente perpetuo. La política de crear Billones de
la nada para comprar Billones en activos, ha inflado una ´burbuja madre´ en
todas las clases de activos respaldadas o compradas por los bancos centrales y
sus representantes. Entonces nos podemos preguntar: ¿Podría explotar la ´madre´
de todas las burbujas o más bien ya no habrá más crisis bursátiles?
Trataremos primero dar respuesta a una pregunta con
otra: ¿hay problemas que no se pueden resolver creando otro billón y comprando
activos? Los últimos ocho años han creado la ilusión reconfortante de que
esencialmente todos los problemas en la era moderna del capitalismo basado en
la deuda en todos sus formas, sea americano, europeo japonés o incluso chino,
pueden resolverse creando tantos billones como sea necesario y comprando
activos o emitiendo líneas de crédito garantizadas con la nueva moneda creada
de la nada. Sin embargo, como afirma Charles H. Smith, hay algunos problemas
estructurales que no pueden ser resueltos por este mecanismo, algunos
principalmente económicos, otros político-sociales, pero todos ellos afectan al
sistema como un todo y no solo al ámbito financiero.
La fragilidad sistémica introducida por la
financiarización en algún momento llegará a su fin. Todo el mercado global de
activos -acciones, bonos, bienes raíces y ´commodities´-, en esencia constituye
un esquema ponziiii
piramidal en el que la rápida expansión del crédito (capital ficticio)
impulsa los precios de los activos hacia arriba, y dado que los activos son
colaterales para la deuda adicional, las mayores tasas de beneficio (ficticio)
habilitan una nueva ronda para la expansión del híper-crédito. Esto empuja las
valoraciones de los activos aún más hacia arriba, lo que crea el escenario para
una expansión adicional del crédito (capital ficticio), basada en un
supuesto aumento asombroso en el ´valor´ de la garantía que respalda la nueva
deuda. Los bancos centrales han impulsado este esquema piramidal comprando
bonos y acciones con divisas creadas de la nada y con ello han fomentado la
desigualdad económica y social como no se ha visto nunca antes en la historia
del capitalismo.
Pero, a partir de noviembre de 2017, se observa un
“cansancio” en la bolsa de valores. Además, el banco central estadounidense
(Fed) desde octubre ya no está con la política de fomentar la expansión
monetaria (QE) y más bien ha anunciado que va retirar dinero del mercado,
aumentando las tasas de interés. No solo Charles H. Smith sino muchos otros
anuncian que está por explotar la ´madre´ de todas las burbujas financieras
creadas. No tenemos dudas que este colapso financiero se puede atribuir primero
que todo a la fragmentación de las élites en pugna. Para nosotros son las
élites financieras unipolares globalistas las que bien podrían provocar dicho
colapso mientras tengan el control sobre la Reserva Federal de EUA, es decir
hasta febrero de 2018.
1. Trump vs el capital financiero
unipolar y globalista
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha venido
actuando efectivamente primero que nada para limitar el control que las élites
financieras unipolares globalistas ejercen sobre el mundo de las
finanzas y la emisión de dinero ficticio, a fin de desarrollar la economía real
de EUA. En este contexto, Trump acaba de poner a Jerome Powell a la cabeza de
la Reserva Federal. Es la primera vez que esa institución tiene un presidente
que no es economista sino jurista. Su misión, a partir de marzo de
2018, será poner fin a la política monetarista y a las reglas
en vigencia desde el fin de la convertibilidad del dólar en oro a
principios de los años setenta (1971/73). Jerome Powel, afirma Thierry Meyssan,
tendrá que concebir nuevos reglamentos que pongan el capital
al servicio de la producción y no de la especulación, como hasta
ahora sucede.
Para obstruir la expansión del capital financiero
globalizado, Trump sacó a Estados Unidos del Tratado Transpacífico de
Cooperación Económica, concebido para subordinar a China. En reciprocidad,
Pekín redujo de manera considerable sus derechos de aduana, demostrando así que
es posible instaurar la cooperación entre Estados en lugar de la anterior
situación de enfrentamiento. En noviembre de 2017, el Congreso de EUA aprobó
una reforma tributaria que también el Senado aprobó el 2 de diciembre. La
reforma fiscal de Donald Trump debería suprimir todo tipo de exoneraciones y
reducir las tasas sobre las empresas de 35 a 22%, o incluso a 20%.
Está claro que ni las clases medias ni mucho menos
las clases populares se beneficiarán con esta reducción en los impuestos, al
contrario si les tocará pagar de alguna forma la cuenta. En
realidad los expertos están divididos en cuanto a saber qué
fracciones de clases se van a beneficiar con esas medidas. Está también por
verse si las transnacionales regresarán o no a los EUA para que la reforma
genere indirectamente ingresos populares mediante el flujo de regreso de
empleos al país. A nuestro parecer, la creación de un billón tras otro para
comprar activos fue una política que ha enriquecido primero que nada a las
élites financieras a expensas de cualquier otra fracción de clase. La política
de emisión sin respaldo (QE) ha favorecido más a la élite del capital
financiero unipolar y globalista que a las elites del capital financiero
unipolar continentalista y ni hablar de los capitales nacionales, fracción que
expresa Trump directamente. En la opinión de Thierry Meyssan que compartimos,
está claro que la reforma fiscal vinculada con la reforma aduanera, harán menos
rentables los numerosos puestos de trabajo que las transnacionales han
transferido al extranjero y llevará a que diversas industrias regresen a
suelo estadounidense.
Una verdadera pugna entre fracciones de clase
comienza a darse cuando el aumento de la desigualdad social y económica divide
a las propias élites y provoca la desunión política del “Estado Profundo”,
hecho que llevó al poder a Trump en las elecciones pasadas. La política de
emisión sin respaldo (QE) ha sido la política por excelencia del capital
financiero unipolar y globalista, lo cual ha generado también conflictos entre
las dos élites financieras creando el espacio político para un tercero: Trump.
Estas contradicciones intra-clase se dan, en nuestra perspectiva por una
batalla por la riqueza ya existente, al no poder vislumbrar una opción clara
del reinicio de otro ciclo económico en la economía real ampliando dicha
riqueza.
La política de Trump primero que nada es
anti-globalista. En vez de disolver el brazo armado de las élites financieras
globalistas (la OTAN), Trump ha logrado obligarla a abandonar el uso del
terrorismo como método de guerra y la ha llevado a convertirse en una alianza
antiterrorista. Estamos a un año de gobierno Trump y en febrero la presidencia
de la Fed pasará a manos de un abogado alineado con la política de Trump.
Con Jerome Powell en la presidencia de la Reserve
Federal podemos estar seguros que luchará por una economía sin recesión al
menos en el primer año de su mandato, ya que un debacle en el mercado
financiero sería la mayor amenaza no solo para su mandato sino también para el
presidente Trump en persona a quién se le atribuirá semejante crisis. Sin embargo,
una vez que esté bien instalado en su cargo las prioridades de la Fed cambiarán
drásticamente y el enfoque de Powell estará dirigido a equilibrar las balanzas
financieras una vez que pueda dejar de preocuparse por el riesgo de una
recesión
La pérdida del control, por la élite financiero
globalista, sobre la Fed constituyó el momento oportuno para que planearan
aumentar las tasas de interés y causar así inflación creando las condiciones
para que explotara una bomba de tiempo: la ´madre´ de todas las burbujas
atribuyendo el desastre a la administración Trump y pidiendo su ´impeachment´ o
demisión. El tiempo para los globalistas se está acabando. No vemos que logren,
con la tercera alza de la tasa de interés en diciembre de 2017, haber creado
las condiciones necesarias para lograrlo. Aunque la actual presidente de la Fed
anunció que habrá otras tres alzas en las tasas de interés en el año 2018, ya
en febrero se acaba su mandato y con ello el tiempo para lograr imponerlos. Es
probable que a partir de ahí las fuerzas globalistas y el partido demócrata se
concentren en el ´impeachment´ o en la destitución del presidente de la
república por la vía legal.
2. La obsesión globalista por la
inflación: la ´madre de todas la burbujas´
El Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea,
otro instrumento importante de las fuerzas globalistas, emitió en 2017 un
informe, elaborado por Charles Goodhart y Manoj Pradhan, que afirma que el
cambio demográfico revertirá las tendencias mundiales de varias décadas.
Estaríamos ante una población que proporcionalmente envejece a nivel mundial
(longevidad en los trabajadores jubilados) y una fuerza de trabajo formal que
se contrae (mientras se expande la informal y la que se encuentra desarrollando
economía popular de subsistencia), para revertir las tendencias a la baja de la
inflación, así como el alza de las tasas de interés. Argumenta el documento que
la amplia expansión del crédito/deuda que impulsó la expansión monetaria global
en los primeros 15 años de siglo XXI está llegando a su límite. La deuda no es
capital real sino capital ficticio. Dicho de otra manera: los ahorros siguen
siendo importantes ya que son capital real de trabajo y, a medida que la
generación anterior de trabajadores se jubile, dichos ahorros se reducirán lo
que hará que el capital real sea más escaso y por ende más costoso que el
propio capital ficticio. Esta tendencia contradictoria conllevaría, concluye el
BIS, a alzas en las tasas de interés y las mismas a la inflación.
De acuerdo al documento del BIS, la política
económica de la demografía es como una batalla de generaciones (´a clash of
ages´). La batalla política consistirá en que las generaciones mayores lucharán
sobre todo por defender su seguridad social cada vez más costosa y la población
trabajadora luchará en primer lugar por mejores ingresos reales (poder
adquisitivo del salario). Por el momento los trabajadores adultos mayores
sabrán defenderse todavía al engrosar sus filas con el envejecimiento de la
población, pero habrá un momento que las generaciones económicamente activas
cuestionaran el consumo suntuario e improductivo de los adultos mayores.
El caso demográfico del documento del BIS en
realidad es un estudio de trabajo, capital y ahorro, afirma Smith. En esencia,
dice que la gran expansión de la fuerza de trabajo globaliv
(liderada por el surgimiento de China como el taller mundial) es algo único y
que está a punto de revertirse a medida que el ´Bono Demográfico´ (la relativa
sobre-representación de la población en edad activa en la población total) es
cada vez más un hecho del pasado y que la sobre-representación de la generación
´Baby Boom´v, en
edades de alcanzar en masa la edad de retiro, es un fenómeno cada vez más
global y difícil de soportar para la población económicamente activa que está a
la baja relativa.
El BIS anuncia, en otras palabras, que la inflación
se debe al envejecimiento de la población y con ello preparan argumentos para
implementar políticas de redistribución desde la mal llamada clase rentista e
improductiva (los trabajadores adultos mayores jubilados) hacia la población
trabajadora en activo, fomentando una lucha intergeneracional para solucionar
el problema. Una forma sería condonando las deudas estudiantiles cuando estalle
la burbuja. Estas deudas alcanzan sumas muy elevadas y no solamente en EUA. El
efecto inmediato sería un alza en la demanda de bienes y servicios por parte de
esta nueva generación. Para atenuar este efecto inflacionario es posible
transferir el costo a los adultos mayores improductivos en edad de retiro que
todo lo tienen. Semejante política tendría su público en un partido
socio-liberal-demócrata (globalista) y no afectaría la verdadera concentración
de riqueza a favor de las élites en el mundo.
Viendo las cosas más a fondo, los economistas ´main
stream´ (Banco Mundial, FMI, BIS) no han profundizado mucho el tema de la
inflación ya que hay inflación oculta. Es un hecho que China y otros países
emergentes pueden exportar la deflación en bienes que son comercializables,
disimulando la inflación en los productos y servicios ´locales´. Aquellos
bienes y servicios no transables tales como los del gobierno local, vivienda,
comestibles, comida rápida, la mayoría de los servicios de salud y educación y
hasta cortes de pelo, etc., en otras palabras, son una parte sustancial de la
economía real y se disparan a medida que el suministro de dinero se expande más
rápidamente que la producción/suministro de estos bienes y servicios. La
inflación ya está extremadamente alta en los sectores no transables pero es
in-visibilizada al estar a menudo dominada, financiada o controlada por el
sector público/gobierno. La deflación en cambio se da sobre bienes transables
tales como televisores, juguetes, celulares, software, etc., y estas rebajas de
precio resultan bien visibles al consumidor al verlo en su propia billetera.
Según un índice de ´precios sombra´ (Burrito
Index), los precios al consumidor han subido 160% desde 2001 al 1 de agosto de
2016. Gran parte de la inflación real en sectores como la salud es invisible
para las clases protegidas porque está siendo absorbida por el gobierno y los
empresariosvi.
Gráfico: La inflación según bienes y servicios
seleccionado 1996-2016
Al perder el control sobre la banca central (la
Reserva Federal) en febrero de 2018, las fuerzas globalistas y sus grandes
medios de comunicación necesitaran un medio más eficaz para aumentar la
inflación. Las predicciones son que muy pronto estaremos viendo que los
globalistas, representados por el partido Demócrata en EUA, van por la ‘opción
nuclear’, demandando una expansión monetaria (QE), es decir, crear dinero de la
nada por la Fed para inyectarlo directamente en ´Main Street´, en beneficio de
la población en general. Con la introducción de dinero nuevo “creado de la
nada” en la economía real, aumentaría rápidamente la demanda de productos de
consumo y servicios sin generar una correspondiente oferta nueva de productos y
servicios. Se crearán así las condiciones para un rápido proceso inflacionario.
Es un hecho que las políticas de expansión
monetaria (QE) han aumentado la desigualdad social como nunca antes se ha
visto. El siguiente gráfico muestra la cruda realidad: la creación de dinero de
la nada por el banco central de EUA (Fed) para la compra de activos, ha
enriquecido a la parte superior de la pirámide social de riqueza y poder (línea
de puntos en rojo), que se limita al 10% superior (más específicamente al 1%
superior) y ha producido también efectos cada vez más negativos para el 90%
inferior (línea de puntos en gris).
Conforme se acentúa la desigualdad social de
ingresos y riqueza al extremo, se acentúa la privación relativa e incluso
absoluta de productos populares básicos claves como cereales, agua dulce,
gasolina, etc. Con ello, aumenta también la disconformidad social y por ende
crea una coyuntura óptima para ejercer presión política sobre el gobierno y los
bancos centrales de hacer algo al respecto. Después de haber logrado una
victoria en la elección del senador demócrata en Alabama, los demócratas se
sentirán más alentados de presionar sobre el gobierno de Trump para un QE
popular (PQE por sus siglas en inglés). Jeremy Corbyn, como líder del Partido
Laborista del Reino Unido, ya propuso una flexibilización cuantitativa en el
Reino Unido para la gente en vez de para los bancos. Otro tanto intentó el
Parlamento Europeo en Estrasburgo, pero sin éxito, afirma Ellen Brown, debido a
la preocupación alemana por un proceso inflacionario al estilo de la República
de Weimar en los años treinta del siglo pasado.
En su trabajo ´Estímulo monetario: ¿a través de
Wall Street a Main Streetvii?´, Diego
E. Vacaflores señala que existe un fuerte cuestionamiento sobre el favoritismo
percibido respecto del sistema financiero. Al observar que pueden perder el
control sobre la Fed no podemos excluir que su actual presidenta globalista
Yellen, opte a último momento por una expansión cuantitativa popular, es decir,
para Main Street (Pueblo) en vez de Wall Street (Capitalistas). Aunque no es
muy probable, sería la última opción de la Fed para hacer estallar la ´madre´
de todas las burbujas y así poder crear un ´caos´ (un golpe financiero de
estado) para retomar el poder perdido.
Si se trata de aumentar los ingresos de Main Street
hay otras opciones más populares, pero que requieren a la vez de una mayoría en
el Congreso. Los partidos social-globalistas, como el Partido Demócrata y los
Medios de comunicación dominantes, seguramente van a abogar por el Ingreso
Universal Básico (UBI por sus siglas en inglés), presionando al gobierno y los
bancos centrales para que emitan “nuevo dinero de la nada”, para financiar UBI
y/o sus equivalentes. En este caso, el gobierno arrojaría dinero en efectivo
creado de la nada a la economía real. Este llamado ´dinero de helicóptero´ se
presenta en diferentes formas: como condonación de deudas como la estudiantil,
desgravaciones fiscales de la clase media y más social-demócrata y globalista
aún: como Ingreso Universal Básico. En todos los casos, este dinero de
helicóptero no expande ni la producción ni el suministro de bienes y servicios
en la misma medida en que si lo hace sobre la demanda. Lo que suele hacer es
expandir los fondos disponibles para el consumo popular, generando inflación
inmediata y con ello fomentando que explote ´la madre´ de todas las burbujas,
un gran golpe de estado global. Mucho mayor que aquel primer golpe global que
inicio Bernanke en junio de 2013, al anunciar la suba de las tasas de interés
del 0 al 2,5% para noviembre de 2013. Cuando este anuncio creo la salida
violenta de las inversiones financieras de capital ficticio (dinero emitido sin
respaldo desde 2010) de 22 países emergentes.
3. Trump vs. el capital financiero
unipolar y continentalista
Trump se enfrenta primero que todo a la élite
financiera globalista, pero también apunta su política contra el capital
financiero unipolar continentalista e imperial al desmantelar, al decir de
Thierry Meyssan, el «Imperio Americano» y restaurar la República,
o sea garantizar el interés general en EUA. En este contexto, desde que
inició su administración, Trump también ha ido contra del Tratado de Libre
Comercio entre EUA, Canadá y México, proyecto clave para la élite financiero
unipolar y continentalista.
La administración Trump apuesta firmemente a
disparar los gastos militares, pero no para dominar el mundo como imperio
unipolar sino para reactivar la economía real norteamericana buscando de hecho
una mayor aproximación al mundo multipolar. En nuestro estudio del mes de marzo
de 2017viii,
ya señalamos que el producto del complejo industrial y militar como tal no
encadena con la economía real en el ciclo económico siguiente y por ello, al
ver las cosas tomando a la economía como un todo y desde el contenido, los
productos bélicos son considerados como resultado de un trabajo improductivo.
Tratase de riqueza ficticia ya que en un ciclo económico siguiente en nada
contribuye este producto a ampliar el proceso de reproducción. Lo anterior por
el motivo que los medios de destrucción no amplían el stock de medios de producción
para ampliar la economía real, ni tampoco contribuyen al stock de medios de
consumo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo en ciclos
económicos siguientes.
Sin embargo, EUA al poder exportar su producto en
el mercado exterior gracias a su capacidad tecnológica aún existente en este
sector, aunque ya cuestionada su primacía por Rusia en las batallas en Siria
desde 2014 contra la OTAN/ISIS, EUA logra transferir este gasto improductivo a
terceras naciones. A nivel de la economía mundial como un todo, el gasto
militar sigue siendo un gasto improductivo, que podemos llamar riqueza
ficticia. Desde el punto de vista del país exportador, sin embargo, al
transferir dicha riqueza ficticia o capital improductivo a terceras naciones,
el capital ficticio se torna capital real en forma de dinero solo para EUA y
para que opte eventualmente por una reproducción ampliada de su economía real.
De esta manera contrarrestaría la reproducción ´limitada´ de su economía. En la
realidad, parte de las elevadas ganancias obtenidas en dichas ventas al
exterior, EUA suele reinvertirlas en Investigación y Desarrollo en el complejo
industrial y militar para así mantener el nivel de desarrollo tecnológico y la
lucha por la primacía en dicho sector con Rusia. El complejo industrial y
militar podrá sostener así su posición competitiva a través de varios ciclos
económicos. Esto suele llamarse ´Keynesianismo militar´.
En este sentido hemos de comprender el gran aumento
del presupuesto militar para 2018, propuesto por Trump con el apoyo
prácticamente unánime de todo el Congreso aunque sea por intereses diferentes.
Con ello Trump obtendría un “incentivo económico” del orden de los 150 mil
millones de dólares al año. En el ´Global Europe Anticipation Bulletin´ 119, noviembre
de 2017, lo llaman equivocadamente la “QE militar” pero si consideramos
aciertan al decir que, ahora más que nunca (lo que es mucho decir para EUA), la
economía estadounidense se apoya en el complejo industrial y militar.
Es nuestra opinión, y en esto coincidimos con GEAB,
el gobierno de Trump en lugar de invertir en acciones militares en el mundo
entero a fin de sostener el imperio construido bajo la hegemonía del capital
financiero continentalista y unipolar, su administración lo está invirtiendo en
la producción de armas por el complejo industrial y militar (el principal
sector económico de EUA) y menos en gastos de defensa. La reforma económica
responde a un principio de racionalidad económica basada en una disminución de
los gastos imperiales, lo que implica tener menos bases militares, hombres,
misiones, etc. en el mundo y un aumento considerable en los ingresos mediante
la venta en gran escala de más armamento producido.
Es correcto que, con esta lógica siempre existe el
riesgo de avivar un conflicto, como los grandes medios de comunicación
globalistas anuncian con bombos y platinos, especialmente en torno a Corea del
Norte. La visita de Trump a varios países en Asia, en la opinión de los
globalistas (CIA, OTAN, la Fed, los grandes Medios), giraba en torno a la
búsqueda de aliados (Japón y Corea del Sur) y potenciales aliados (China) para
iniciar un ataque preventivo sobre Corea del Norte antes del 20 de marzo de
2018. Es más, calculan que el presidente de China no se alineará con este plan
y con ello habrá el escenario perfecto para poner en marcha una guerra global.
Aquí se revelan, en pocas palabras, las intenciones de la OTAN y las fuerzas
globalistas. Es entonces coherente con la política de Trump, que el Secretario
de Estado Tillerson anuncie en diciembre de 2017 estar dispuesto a sentarse en
la mesa con el presidente de Corea del Norte sin condiciones previas, noticia
apenas mencionada por los grandes medios.
El torrente de problemas que Donald Trump ha
desatado en diciembre al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, según
Rashid Jaladi de Palestine Square, afectará positivamente a la construcción de
la paz en Oriente Próximo. Al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel
sitúa a Estados Unidos en una posición que contraría prácticamente a todos los
palestinos, a los árabes y a los musulmanes, y a la mayoría de los pueblos y
gobiernos de todo el mundo. Al precipitar esta dilatada crisis de Oriente
Próximo, Trump ha puesto en evidencia una realidad que nunca reconocerán los grandes
medios globales: ha hecho añicos el podrido statu quo del
“proceso de paz” estadounidense que durante un cuarto de siglo no ha servido
más que para afianzar y legitimar la ocupación militar y la colonización de
territorios palestinos, dificultando aún más una paz justa y duradera entre el
pueblo palestino y los israelíes.
Está claro, afirma Jaladi, que Donald Trump con su
último movimiento puede ayudar a los palestinos y a los árabes a salir del
“desierto” en el que vagan desde hace mucho tiempo. Es posible que su acción
aliente a los europeos y a muchos otros actores internacionales a superar la
histórica resistencia (de Estados Unidos en primer lugar), a asumir sus
responsabilidades internacionales y a empezar a comprometerse de verdad en
Oriente Próximo.
Trump al asestarle un gran golpe al derecho
internacional, a las múltiples decisiones de Naciones Unidas y a 70 años de
política estadounidense, al retroceder a la Resolución de la partición de
noviembre de 1947, ha mostrado (involuntariamente desde luego según los medios)
una vía para abordar la cuestión de Palestina de mejor forma que cualquiera de
las que se han ofrecido durante mucho tiempo. Frente a los argumentos sesgados
que han guiado todas las negociaciones previas (de globalistas y continentalistas),
hay que retornar a los principios fundamentales de justicia e igualdad para
ambos pueblos involucrados en este conflicto.
En lugar de que Estados Unidos siga monopolizando
las negociaciones, lo que hacía falta era, sigue Jaladi, un intermediario
internacional verdaderamente imparcial. Hay que abandonar ya la camisa de
fuerza de Oslo, diseñada expresamente por el gobierno israelí para confinar y
controlar a los palestinos, lo que le permitió colonizar y ocupar territorios
palestinos a su antojo. Las bases completamente renovadas para establecer
negociaciones deben ser todas las resoluciones de la ONU, incluida la
Resolución 181 de la Asamblea General, que reconoce el derecho de los
palestinos a un Estado mucho más grande que Cisjordania y Gaza y la Resolución
194, que garantiza el retorno y la indemnización a los refugiados palestinos
expulsados durante el establecimiento de Israel. Este proceso calza mejor en la
lógica de un mundo multipolar que con la visión unipolar e imperial del mundo.
Coincidimos con el informe de GEAB de diciembre de 2017 que una vez que se
asiente todo el polvo que ha levantado Trump, es entonces cuando el mismo Trump
desvelará su plan para la paz, cuyo contenido se mantiene en secreto, sin duda
por respetar el tiempo de decantación de su anuncio. Un plan de paz en el que
han trabajado varios países, en particular Arabia Saudita e Israel, pero que
debe ser irresistible para llegar a funcionar.
En un mundo multipolar se busca el equilibrio de
las fuerzas y es más factible lograr la paz. Un equilibrio de fuerzas implica
una distribución más equitativa de fuerzas militares. En un mundo multipolar la
exportación estadounidense de armas se verá considerablemente más potenciada
que en un mundo unipolar e imperial donde procura imponer su voluntad. En este
contexto hay que entender que la política de Trump crea el espacio para que los
países de la Unión Europea mantengan mayor independencia estratégica y tengan
menos subordinación a la OTAN o al país imperial. Con la presencia de la
administración Trump, la Unión Europea puede apuntar más que nunca a tener su
propio sistema de defensa regional.
A fin de aumentar las exportaciones de armas, Trump
está tratando de recuperar la confianza de sus potenciales clientes, adoptando
una mayor imparcialidad en los conflictos, incluso participando con Rusia en la
reducción de las tensiones en general y en Medio Oriente en particular. Se
espera que EUA aumente las ventas de armas en un 50%, lo que supondría un
aumento de ingresos de 25 mil millones de dólares. Buenos clientes para la
compra de armas norteamericanas hoy son Japón y Arabia Saudita. Japón, al igual
que Alemania en la posguerra, se vio políticamente limitado en sus gastos de
defensa, pero en los últimos años con el desarrollo de una crisis estructural (que
pone en cuestión el orden mundial pos Breton Woods de 1944) se abren los
espacios e intereses nuevamente para ser más “permisivos” con las naciones
derrotadas en la segunda guerra mundial, Japón y también Alemania están
volviendo a militarizarse rápidamente.
En un mundo multipolar, el dólar inevitablemente ha
de ceder espacio al ´petro-yuan-oro´ y eso ya empezó a suceder. Conforme el
pago del petróleo y gas se hace cada vez más fuera del ámbito del dólar, EUA ya
no podrá disponer de los petro-dólares que necesita para poder mantener las 800
bases militares que posee en el extranjero y que le cuestan unos 160 mil
millones de dólares al año. En tal contexto Trump opta por abandonar muchas de
sus posiciones y bases extranjeras. Honduras es uno de los países
latinoamericanos donde hay una base importante de EUA que bien podría ser una
de las en ser abandonadas por Trump para que deje de ser la cuña en el área del
Caribe que bloquea su integración y desarrollo. El hecho que después de tres
semanas de las elecciones no se ha confirmado quien ha sido electo presidente
en Honduras en medio de unas elecciones fraudulentas, donde que a medio camino
del conteo paralizaron el proceso, para horas después presentar resultados
invertidos a favor de la continuidad y del presidente en funciones muy afín a
comando sur. El candidato de la oposición ha sido invitado a Washington a tres
semanas del día de elecciones y el secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, propuso el lunes 18 de diciembre la
celebración de unos nuevas elecciones en Honduras ante “la
imposibilidad” de dar certeza en el recuento final de las elecciones del pasado
26 de noviembre. No sería extraño que la propuesta encuentre buenos oídos, lo
que podría revertir el proceso no solo en Honduras, en el Caribe sino en
América latina en general.
Es claro que EUA busca recuperar ingresos
económicos y ahorrar en gastos de defensa (bases militares), algo que lograra
más aún en la medida en que deje de ´ser imperio´ y reconocer el avance del
poder estratégico integral que manifiesta la China multipolarix y
los universalismos multipolares en general. Si EUA abandonara la mitad de las
bases, ahorraría alrededor de 80 mil millones al año. Que sumados a los 25 mil
millones de ingresos por exportación de armas, la economía alcanzaría más de
cien mil millones de dólares al año entre ahorros y beneficios. Puesto estos
cien mil millones de U$ en relación con el aumento en 150 mil millones del
presupuesto, constituye una recuperación/reducción de dos tercios en el
presupuesto.
Las cantidades de dinero en juego son evidentemente
mucho menores que en el caso de las emisiones de dinero sin respaldo (QE)
desarrolladas por las políticas de la Fed desde la crisis de 2008 e iniciadas
hacia fines de este añox.
Para dinamizar la economía real, sin embargo, esta política económica de la
administración Trump es más eficaz. Las balanzas comerciales crónicamente
negativas de EUA desde hace décadas, no son posibles de sostenerse sin el
petrodólar. Como imperio unipolar, EUA lograba apropiarse de riqueza
imprimiendo dólares sin respaldo por ser quien tenía (¿tiene?) el poder emitir
la moneda de reserva mundial que todos los países utilizaban (sobre todo para
la compra de petróleo) e imponer un sistema monetario basado en el petro-dólar.
Al reducirse sustancialmente el papel del
petro-dólar no habrá de otra vía que hacer un forzoso “aterrizaje económico”
estadounidense y reducir las importaciones drásticamente, aumentando a la vez
sus exportaciones y volver a funcionar por sí mismo, es decir aislándose del
mundo neoliberal global. Esto ha sido la política anunciada por Trump desde su
campaña. Los importantes contratos de exportación de armas estadounidenses a
Arabia Saudita y Japón, junto con la simultánea rebaja sustancial en la
importación de petróleo debido a su sustitución por el desarrollo del
suministro de combustibles propios (gas natural de esquisto no convencional)
por un lado y la baja sustancial en mantenimiento de bases militares en el
exterior por el otro, son ejemplo claro de una política para reequilibrar la
balanza comercial de EUA.
Ya señalamos en trabajos anteriores que China está
diseminando un nuevo paradigma económico en el mundo, y con los acuerdos de
comercio e inversión que el presidente Trump consiguió con este país, logra
inyectar más de $ 80 mil millones en 20 años a la economía norteamericana
mediante un ´proyecto piloto´ gigantesco del estado de West Virginia, al
recibir inversiones en plantas de energía, tecnologías de producción de energía
y químicos, empleo calificado, etc. Esta inversión en West Virginia triplica el
tamaño del presupuesto total del Departamento de Energía de EUA y aun así no se
reporta en los grandes medios globalistas y apenas en los de West Virginia. La
razón es sencilla de adivinar, la política de Trump es una bofetada para la
política unipolar y un claro paso para poner en marcha la economía de EUA con
un viraje de facto hacia el mundo multipolar.
4. El aun frágil futuro del mundo
multipolar
Es un hecho que los mercados están empezando a
dudar de la capacidad del dólar para continuar desempeñando su papel histórico
de moneda de referencia mundial. La confianza en el dólar, piedra angular de
este estatus, está empezando a romperse, aunque la confianza en el Yuan aún
está por probarse y consolidarse, pues aún falta ver si el resto de las
potencias monetarias como Japón y la zona euro querrán participar en serio en
el juego de la multipolaridad.
La clave para impulsar una moneda al estatus de
referente mundial es la “confianza”. El inversor debe confiar en el sistema
financiero del país emisor y en su estabilidad política, confiar en que este
esquema tiene la capacidad de avanzar sobre otros y consolidarse sumando y/o
subordinado a otros esquemas, lo cual no es una movida o juego que se reduce
solo a la órbita económico financiera. Esto es lo que hizo fuerte al dólar y
otorgó peso al marco alemán, al yen, al franco suizo y a la libra esterlina. Es
cierto que el dólar-oro adquiere su peso a partir de la preponderancia
económico-industrial desarrollada a partir de la I y II guerras mundiales y eso
también respalda al petro-dólar a partir de 1971-73. Bejín no puede ofrecer
tales garantías a corto plazo para el mundo de las grandes finanzas y las
oligarquías financieras.
Es un hecho que China ya es la economía real más
grande del mundo superando a EUA observado por PBI-Paridad y considerando a
China como parte de la propuesta multipolar Brics esta ha ya desplegado todo un
nueva arquitectura financiera multipolar e incluso una nueva arquitectura
productiva y comercial multipolar, ha hecho reconocer el yuan multipolar y
ahora propone un nuevo sistema monetario internacional.
La degradación de su calificación soberana por
parte de las agencias internacionales de calificación ha mostrado la capacidad
de los Unipolarismos en manejar unilateralmente las calificadoras de riesgo
crediticio. Son el FMI y las agencias de calificación de riesgos Standard &
Poor’s (fuerza globalista) y Moody’s (fuerza continentalista) los que han
causado la degradación de la calificación china en mayo y en septiembre de 2017
respectivamente. Bejín temía una crisis financiera y dejar que el yuan se
devaluara hubiera ocasionado una huida de los capitales hacia el dólar, que
hubiera podido desencadenar una oleada de pánico y el derrumbe del sistema
financiero chino. De ahí la decisión y capacidad de china de recuperar el
control del yuan y no dejarlo fluctuar libremente, para así mantener su
cotización estable de manera regulada.
Hemos de señalar que la situación financiera en
China tiene aún flancos débiles que la hace precaria. El crecimiento actual
radica fundamentalmente en el crédito y la burbuja inmobiliaria que generó no
ha contribuido precisamente a la estabilidad económica. En este contexto la
Nueva Ruta de Seda busca reconectar el crédito con la economía real a escala
internacional. China se enfrenta a dos desafíos, en parte, contradictorios. Por
un lado, necesita avanzar en consolidar al yuan como moneda de referencia mundial
y por otro, tiene la obligación de evitar una caída del sistema financiero
chino en caso de una fuerte depreciación del yuan (remimbi) al dejarlo
funcionar al libre juego del mercado, es decir al dejarlo expuesto a la puja en
el terreno (mercado) donde las transnacionales financieras globalistas y sus
agencias calificadoras son fuertes.
La nueva política de Xi Jinping, pos congreso, ha
dado los pasos en esta dirección y se caracteriza ya por la decisión de
estabilizar la economía. La utilización del yuan como moneda de intercambio
internacional y particularmente en las transacciones de petróleo y gas, ha
constituido un paso importante para llegar a acuerdos similares en aquellos
ámbitos donde el yuan-multipolar será la moneda de referencia. Tratase principalmente
de iniciativas de asociación global/universal, particularmente la iniciativa
universalista del Cinturón y Ruta de la Seda. Es un proyecto de inversión china
masiva, pero sobre todo a base de crédito. Estas inversiones han de favorecer
la posición del yuan en los balances de las empresas y gobiernos que participen
en el proyecto.
Bejín inició el 30 de junio de 2017 un programa que
permite a los inversores internacionales invertir en el mercado de bonos chino
a través de Hong Kong y viceversa (el llamado Bond Connect). Esto posibilitaría
una gran afluencia de capitales hacia China y por tanto hacia el yuan. Se prevé
una “reasignación de las inversiones en bonos” del resto de Asia hacia China.
Deutsche Bank estima que al menos 800.000 millones de dólares en bonos podrían
destinarse a la República Popular. Los dispositivos del Cinturón y Ruta de la
Seda, el Bond Connect y el petro-gas-yuan han de permitir que se consolide la
posición internacional de la moneda china a mediano y largo plazo.
En el corto plazo, la estrategia de China será no
atacar frontalmente al sistema del petro-dólar, sino minarlo progresivamente
para hacer que el yuan y otras monedas como el Euro, el Yen, etc. lleguen a ser
tan imprescindibles como el dólar, es decir, construyendo el mundo multipolar
de monedas. Hay acuerdos entre el Banco Central de China (PBoC) y el Banco
Central de la Unión Europea (BCE) para permitir intercambios directos entre el
yuan y el euro. Han firmado estos acuerdos para hacer posible que, finalmente,
ambas monedas se fortalezcan mutuamente de manera autónoma y fomentando la
interpenetración de los sistemas financieros de ambas regiones. En el corto
plazo la fragilidad del multipolarismo continuará, lo que implica cierta
vulnerabilidad frente a un eventual estallido provocado de la ´madre´ de todas
las burbujas en el mercado de valores.
5. La dificultad estructural de
volver a la economía real
A pesar de todos los esfuerzos para construir un
mundo multipolar, hay que tomar en cuenta que el capital real se encuentra ante
un callejón sin aparente salida. Con el afán de obtener una mayor tasa de
ganancia, el trabajo humano está siendo reemplazado por la robotización y
automatización con la esperanza de poder reducir los costos del trabajo sin
lograrlo y, por ende, sin lograr tampoco un aumento en la tasa de ganancia. En
medio de la robotización, donde Japón lleva la delantera, se preguntan los
neoclásicos ¿por qué aumentarían los salarios de los trabajadores cuando ya se
ha reducido a un mínimo la fuerza laboral? ¿Si con la robotización y
automatización la fuerza laboral se reduce a casi cero, como es posible que no
aumente la tasa de ganancia? La respuesta a los neoclásicos es que no es la
tecnología la que produce la plusvalía sino solamente la fuerza de trabajo. Al
ver que la innovación tecnología en la era de la robotización da pérdidas en
vez de ganancias, los neoclásicos de a poco van a tener que concluir que es
solo la fuerza de trabajo la creadora de valor y no la tecnología.
Para mejor entenderlo volvemos a señalar que es un
dogma en las ciencias económicas afirmar que el proceso de crecimiento
económico es impulsado por la innovación tecnológica, creyendo que es sobre
todo la tecnología misma la que crea valor y hay que reducir al mínimo posible
el trabajo humano. El propósito del capital es la maximización de la tasa de
ganancia-beneficios. Aumentar la productividad del trabajo a partir del
desarrollo tecnológico solo es el medio para lograrlo. Para sobrevivir en la
competencia-concurrencia entre capitales, el capital invierte en aquella
tecnología que ahorre más trabajo. El aumento en la productividad implica una
baja en el tiempo necesario para producir una unidad de producto o servicio y
ese tiempo de trabajo tiende a disminuir conforme aumenta la inversión en
tecnología y capital fijo en general. Al aumentar la ganancia de esta forma,
este incremento en la ganancia se lo atribuyen los neoclásicos básicamente al
desarrollo tecnológico y no al trabajo.
La automatización y robotización libere trabajo en
la planta lo que no quiere decir todavía que el costo de la fuerza de trabajo
restante (cada vez más reducida a Investigación y Desarrollo) sea menor que el
costo de toda la fuerza de trabajo empleada anteriormente. Un aumento en la
composición orgánica significa un aumento marginal cada vez menor en la
productividad de trabajo. Lo anterior se da no solo por el incremento en el
costo de la fuerza de trabajo restante, sino también por el aumento geométrico
en el costo de capital fijo a transferir (a cada unidad de producto) en el
proceso productivo. Para poder obtener la tecnología de punta del momento, el
capital acorta la vida media útil del capital fijo (maquinaria y edificios
esencialmente). Esta tendencia ha dado un enorme impulso al capital productivo
en la posguerra así como a la Investigación y Desarrollo en particular para
lograrlo. El efecto es claro: tenemos una fuerza de trabajo asalariada menor en
términos cuantitativos, lo que exige mayor calidad y por tanto costo, sobre
todo cuando el costo de Investigación y Desarrollo va en aumento geométrico y
se reduce al mismo tiempo la vida útil de la tecnología empleada.
El capital fijo se consideraba un factor más o
menos constante en tiempos pasados del capitalismo. En la actualidad la vida
media útil del capital fijo se ha reducido cada vez más. El resultado es que el
costo tecnológico por transferir al producto o servicio ha llegado a tales
niveles que ya no es compensado por la reducción en el tiempo (costo) de
trabajo necesario para emplear esa nueva tecnología. La tendencia actual por lo
tanto es a la baja de la tasa de ganancia debida justamente a la contradicción
aparente en la productividad del trabajo: a mayor productividad menos ganancia.
Estamos, en otras palabras, ante el momento en que
el desarrollo de las fuerzas productivas (particularmente la tecnología) se
torna un estorbo para aumentar la tasa de ganancia, es decir, para dar más vida
a la propia relación de producción vigente. Dicho de otro modo, la propia
relación de producción existente ya no permite un mayor desarrollo de las
fuerzas productivas. Llegó el momento que terminó, en nuestra opinión, la era
de las crisis cíclicas del capitalismo y estamos en medio de una crisis
sistémica. El capitalismo se encuentra sin posibilidad de generar un nuevo
ciclo, es decir, es un capitalismo en agonía. Si la madre de todas las
burbujas estallara en esta coyuntura, se revelará la imposibilidad absoluta de
un retorno del capital al ámbito productivo dentro de la lógica del capital y
con ello revelará también el carácter sistémico de la crisis.
La transición al mundo multipolar podrá subsanar
temporalmente la crisis con un keynesianismo de periferias o desarrollismo
productivo a nivel mundial (La Ruta de Seda ampliada en diferentes continentes).
Es un proceso sostenido a puro crédito, en cuyo proyecto participen
eventualmente todos los grandes jugadores, pero aún está por verse si las
grandes obras de infraestructura a las que apunten, constituirán un verdadero
puente hacia otro ciclo de acumulación de capital, o que más bien revela su
carácter improductivo desde la óptica del capital a nivel mundial, al no
relanzar la tasa de ganancia por ningún medio en ningún lugar. Nosotros creemos
que esto último es el escenario que se impone como el más probable, razón por
lo cual las inmensas deudas caerían en default (cesación de pagos) y nos
encontraremos no solo ante un cambio de paradigma sino ante la transición a
otra civilización. Una crisis civilizatoria puede conllevar también un mundo donde
las múltiples civilizaciones que la conforman y conviven, aunque fueron negadas
y opacadas por la visión eurocentrista de civilización desde 1770, pueden
retornar desde las periferias al escenario de las decisiones para ser parte de
una nueva solución. Por ende, el estallo de la ´madre´ de todas las burbujas
podría desembocarse en un movimiento popular a escala mundial, reivindicando
esa nueva civilización.
Bibliografía
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Donald Trump, www.voltairenet.org , 5 de diciembre de 2017
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de la crisis económica mundial, Ediciones Fabro, Buenos Aires, 2016
Wim Dierckxsens y Walter Formento, Trabajo
productivo vs Trabajo improductivo: ¿Cómo categorizar la geopolítica hoy?,
página web de Wim Dierckxsens, marzo de 2017
Diciembre de 2017
i Ben Bernanke deja presidencia de la FED para
entrar en la historia, 30 diciembre, 2013. Washington. EFE. La salida del
presidente de la Reserva Federal (FED), Ben Bernanke, anunciada este año, pone
fin a uno de los periodos de política monetaria más expansiva de la historia
del banco central de EE.UU., para hacer frente a la crisis resultado del
estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. Bernanke, nombrado por George W.
Bush en 2006 y confirmado por Barack Obama en 2009, lanzó una agresiva política
de estímulo por medio de un programa multimillonario de compra de bonos y bajó
los tipos de interés de referencia a un nivel entre el 0% y el 0,25%, donde se
encuentran desde 2009.
iii Esquema piramidal de deuda Ponzi. Madoff y el
Esquema Ponzi, http://madoffyesquemaponzi.blogspot.com.ar/2012/09/la-estafa-de-bernad-madoff-y-el-esquema.html
iv Capital financiero global, crisis, acumulación y
trabajo, Wim Dierckxsens, Walter Formento, Mario Sosa, 10/05/2017. https://www.alainet.org/es/articulo/185382
v Baby boomer es un término usado para describir a
las personas que nacieron durante el baby boom, que sucedió en algunos países
anglosajones, en el período contemporáneo y posterior a la Segunda Guerra
Mundial, entre los años 1946 y 1964. Tras la Segunda Guerra Mundial, varios
países anglosajones— Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda—
experimentaron un inusual repunte en las tasas de natalidad, fenómeno
comúnmente denominado «baby boom». En esos países el término se utiliza también
para denominar a esa generación. Los términos «baby boomer» y «baby boom» junto
con otras expresiones, también se utilizan en los países con la demografía que
no reflejan el crecimiento sostenido en las familias estadounidenses durante el
mismo intervalo de tiempo. https://es.wikipedia.org/wiki/Baby_boomer
x Se ha producido la primera corrida financiera
global en el marco de un golpe de Estado. El presidente del “Banco Central de
EEUU”[1] (BC-EU) plantea en junio de 2013, que debe pensarse la reducción o
cese de la política de flexibilización cuantitativa (política de estímulo
financiero para la salida de la crisis financiera) que implica billones de
dólares entregados a los Big-Banks (a los bancos demasiado grandes para
quebrar) a partir de diciembre de 2008, a una tasa de interés que resulta negativa.
Esta política ha inyectado 85 mil millones de dólares mensuales desde diciembre
de 2012 como ejemplo. La serie ha sido 600 billones de diciembre de 2008 a
2009; 600 billones de 2009 a 2010; 970 mil millones de 2011 a 2012; y lo mismo
en 2013. Billones de dólares que se otorgan a los Big Banks comprando sus
carteras de “bonos hipotecarios basura”; que son basura-incobrable a una tasa
del 5%, pero no a una tasa de menos del 1%. Fondos frescos para los Big Banks y
bonos basura para el BC-EU, el banco central de EEUU absorbe la “deuda mala”
incobrable de los Big-Banks y les libera fondos financieros para que sigan
creciendo y haciendo crecer el globalismo financiero. Cfr: Crisis
financiera global y Oportunidad histórica para los Pueblos del mundo.
Walter Formento, Octubre de 2013. Ponencia al 1er. Congreso del Pensamiento
Nacional Suramericano.
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