07/03/2018
La empresa de manejo de datos Cambridge Analytica,
que se autodenomina “cerebro” de la campaña de Trump ofrece desde 2016 sus servicios en México,
incluso una de sus (¿ex?) empleadas expresó en redes sociales que serían el
“cerebro detrás de las próximas elecciones presidenciales” en el país. (El
Financiero Bloomberg 25/1/18 tinyurl.com/y9jl82gc)
El caso no sólo es preocupante por la intención de
manipular elecciones sino también porque pone sobre la mesa el uso y
manipulación que se puede hacer con nuestros datos, que por razones personales,
de trabajo, de acceso a servicios públicos, médicos, educativos, de
entretenimiento, la mayoría entregamos a diferentes instituciones y
empresas. Situación que se combina con la cada vez más extendida
red de cámaras de vigilancia públicas y privadas, información geográfica
satelital, ampliación de redes de internet y nuevas formas de minería de datos
y extrapolación de éstos con programas de inteligencia artificial.
Los casos más conocidos de Cambridge Analytica son
la elección de Trump a la presidencia y su intervención para lograr el voto a
favor del Brexit. En una entrevista con la revista Vice en 2017, la
empresa asegura haber participado en 32 elecciones en el mundo y “sólo haber
perdido una” (https://tinyurl.com/y8uxr7fw).
Cambridge Analytica (CA) es una empresa de reciente
formación en Estados Unidos, pero compró SCL en Reino Unido, empresa que desde
1993 realiza investigación conductual y comunicación estratégica, incluyendo
operaciones “psicológicas” militares y electorales. El principal accionista es
Robert Mercer, un experto informático y multimillonario estadunidense de
extrema derecha. Fue programador en un laboratorio de la Fuerza Área de Estados
Unidos, luego pasó por IBM y posteriormente se hizo millonario con un fondo de
inversión de alto riesgo que usa algoritmos en mercados financieros. Es también
principal inversionista de Breitbart News, agencia dedicada a la
creación de noticias muchas veces falseadas, que promueve entre otras cosas, el
racismo, la libertad de uso de armas, la negación del cambio climático y el
apoyo a Trump. Steve Bannon (ahora retirado de la administración Trump)
es co-fundador de Breitbart News y fue vice-presidente de Cambridge
Analytica.
Sabemos que en 2017 Trump no ganó las elecciones
por mayoría de votos directos (tuvo casi tres millones de votos menos que
Hillary Clinton) sino por el sistema electoral de Estados Unidos, que es de
votación indirecta a través de un Colegio Electoral donde se vota por cupos por
estado. Cambridge Analytica se acercó a Trump para ofrecerle sus servicios, con
una estrategia que parecía sencilla: en lugar de convencer a la mayoría de la
población, debía dedicarse a convencer con los argumentos adecuados a una
pequeña parte del electorado que podía darle la mayoría en estados
tradicionalmente demócratas, que serían pivot en el sistema de votación
colegiada (Wisconsin, Michigan y Pensilvania). La campaña de Trump se enfocó en
esos estados, con publicidad abierta y subliminal a personas específicas a
través de redes sociales, mensajes y llamadas telefónicas con alto contenido
emocional, con promesas –aunque no tuviera intención de cumplirlas- que
apelaban directa y selectivamente a los temas de insatisfacción, en particular
del electorado demócrata o indeciso.
El método de la empresa es acceder o adquirir bases
de datos personales de instituciones, empresas, bancos, tiendas, redes sociales
y luego analizarlos aplicando un método para establecer perfiles
“psicográficos”. El análisis de comentarios y relaciones en redes sociales, de
los “me gusta” o no, a qué y quiénes, arrojan mapas de posibles preferencias
relacionales, comerciales, temáticas y políticas. Al cruzar esto con datos
geográficos, resulta en posibles insatisfacciones, deseos y preferencias por
región, además de permitir mercadeos dirigidos directamente a personas.
Facebook por ejemplo, ya vende anuncios diseñados para llegar solamente a
perfiles y regiones seleccionadas. El documental de la agencia alemana DW
“Juego Sucio, cómo ganó Trump las
elecciones” da cuenta de algunas de estas manipulaciones, y sostiene además
que parte de los anuncios en diferentes medios y redes, eran
subliminales, o sea que el receptor ni siquiera es conciente de haberlos visto,
pero su cerebro graba el mensaje (https://tinyurl.com/y8vsl4z9)
Según el reportaje citado de El Financiero,
una empleada de la empresa –que CA niega sea su jefa de operaciones - ha estado
reclutando personal para trabajar en la compañía de internet Mowisat (cuya
dirección física es la misma que Cambridge Analytica en la Ciudad de México)
que ofrece instalar internet satelital de amplio alcance en áreas rurales no
conectadas y también tiempo aire libre con la aplicación Pig.gi, a cambio de
permitir anuncios directos a su celular (tinyurl.com/y9jl82gc)
Es claro que para que el sistema de CA funcione,
las personas “objetivo” tienen que tener acceso a internet, redes sociales,
etc., lo cual cada vez más se promueve hasta gratuitamente por parte de las
compañías telefónicas, que probablemente compensan el “gasto” con la venta de
datos y este tipo de anuncios a esa clase de empresas.
El tema tiene muchas aristas y siendo grave, la
manipulación en tiempos electorales es sólo una de ellas. Exhibe además el
entramado de control y vigilancia a que estamos expuestos debido a las nuevas
tecnologías de información y comunicación y que puede ser usado tanto por parte
de empresas como de intereses políticos y militares. No quiere decir que tales
métodos realmente tengan el resultado que esperan–no somos robots y la
“inteligencia artificial” todavía depende de la programación e interpretación
que hacen humanos. Pero urge avanzar la discusión colectiva sobre las
implicaciones de éstas y otras nuevas tecnologías. (https://tinyurl.com/ycaeag5k)
Silvia Ribeiro
Investigadora del Grupo ETC
https://www.alainet.org/es/articulo/191451
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