Antonio Rengifo Balarezo
Lima - 2017
Identikit
del Sectario
Antonio
Rengifo Balarezo
El fanatismo o
sectarismo es una enfermedad carencial de la personalidad. Se presenta en épocas de crisis. Sectas y
sectarios han existido –y existirán- en
diferentes épocas de la historia. Ahora, en un mundo globalizado, ha adquirido
la magnitud de una pandemia. Está en todas partes y quizá en uno mismo.
En la presente
época, con el crecimiento del mundo industrial –capitalista o
socialista- se ha destruido a la familia transformándola en un agregado
precario de individuos con intereses diferenciados y, algunas veces, en
competencia entre ellos. Asimismo, el
crecimiento demográfico y su concentración en ciudades, que han perdido la
escala humana, genera un ambiente de desamor y tensión nerviosa.
En
consecuencia, los factores de riesgo para que un agente transmisor tenga la
oportunidad de inocular la doctrina sectaria, y empiece el periodo de
incubación, son los siguientes: depresión, angustia, temor, soledad, vacío
existencial, frustración, desamparo y desamor.
Todos esos factores de riesgo conducen a una situación de crisis que
no es resistida o superada de manera natural
por las personas de mayor susceptibilidad. La secta ofrece un tranquilizante
ilusorio para sobrellevar la crisis y evadirse de los problemas.
Existen
diversos criterios para clasificar a las sectas y a sus doctrinas infecciosas
que guían su accionar; como por ejemplo, sectas subversivas y sectas contrasubversivas. Pero el enfoque nuestro está dirigido a identificar
a los agentes transmisores de la enfermedad; es decir, a las personas sectarias
o fanáticas con el fin de prevenir la enfermedad o controlarla. No al origen ni
a la curación.
A
continuación presentamos las características que configuran la personalidad de
un sectario o fanático. Advertimos que el cuadro expuesto a consideración de
ustedes son unas gruesas pinceladas de un esbozo.
1.-El sectario
o fanático presenta –en su afán
proselitista- una imagen terrorífica e
incompleta del mundo. Solo guerras,
epidemias, desastres ecológicos, delincuencia, inseguridad ciudadana, injusticia
social, adicciones y conflictos familiares. Con esos síntomas elaboran un
cuadro clínico y formulan un diagnóstico. Diagnóstico que justifica la salvación en
la secta.
2.-El
sectario, como contraparte, ofrece una
esperanza de cambio.
Se
interesa por ti para que cambies, para
salvarte. Pero, que cambies únicamente en
su secta y de manera radical y obligatoria. La secta ofrece seguridad y refugio
para liberar el dolor, la angustia y el temor que conducen a una crisis. No existe problema que no tenga solución
ilusoria. ¡A vivir en el mundo de la
fantasía!
3.-El
fanático es utilitario y oportunista.
Con
tal de lograr el objetivo, que beneficia a la secta, cualquier medio es
“lícito”. La Asociación Testigos de
Jehová “compró” por 65, 500 dólares el Salón Comunal y el cine-teatro de la Unidad Vecinal N°3 a la Empresa
Nacional de Edificaciones en liquidación, ENACE. (Partida electrónica N°
11207565). La Asociación y la Empresa se aprovecharon de la indiferencia y
desunión de los vecinos.
4.- El
sectario no duda.
Está convencido de tener
el monopolio de la certidumbre. Y de
la verdad universal. Para él, todo tiene
respuesta. Actitud que lo ayuda a vencer todo sentimiento de debilidad. El sectario es incapaz de aprender de la
experiencia.
5.- El sectario es intolerante, inflexible; es decir, dogmático.
No dialoga. Para el sectario la tolerancia es
una lamentable debilidad y la transigencia un signo de deslealtad. El sectario se alarma ante el ejercicio de la
actitud crítica y objetiva. Y puede
llegar al asesinato. El fanatismo es peligroso, porque elimina
al disidente; ya lo dijo Marcel
Marceau, un artista francés extraordinario.
Nada más antitético para un sectario
que el aforismo mariateguiano: la unanimidad es siempre estéril.
6 - El
sectario se aísla de la familia.
No intima ni se identifica con los miembros de su familia
mientras no pertenezcan a su secta. Para
un sectario su única familia son los miembros de la secta. Pero una familia
absorbente, voraz. Las actividades en la secta interfieren con la
responsabilidad familiar.. El sectario
ideal es exclusivamente un sectario,
sin ningún otro atributo o interés que no fuese el de la secta. Todo el ciclo vital del sectario se realiza
dentro de la secta.
Si entre
las personas ajenas a la secta figuran los miembros de la familia, se esforzará
por convertir en sectarios a toda la familia.
Si no lo logra, antagoniza con la familia o se aísla no brindándole su
apoyo. Mucho más importante es la secta
que su familia.
7.-El
sectario no tiene amigos.
La amistad no existe para el sectario. Abimael Guzmán, autodenominado Presidente
Gonzalo y jefe de Sendero Luminoso,
afirmó en la llamada “Entrevista del siglo”, yo no tengo amigos, sino camaradas.
Así mismo, uno de los lemas de la secta católica Sodalicio de Vida
Cristiana (Sodalitium Christianae Vitae):
Un sodálite solo puede confiar en
otro sodálite. Lo que significa que el sectario únicamente confía en otro
sectario. La personalidad sectaria está baldada para la amistad.
El sectario se aísla de los amigos, mientras no se conviertan a su secta. Su confianza y lealtad la deposita en otro
sectario; él se debe y depende de su secta.
Si se muestra generoso con una persona que no pertenece a su secta es
con fines proselitistas.
José Carlos Mariátegui, fundador del partido socialista
del Perú, que no era propietario de ningún bien tangible; cuando murió dejó
amigos; según palabras de Anna Chiappe, su viuda. Carlos Marx, fundador de la doctrina de los
trabajadores dependientes, estampó una dedicatoria en su libro “El Capital”, A
mi inolvidable amigo, el valiente, leal y noble paladín del proletariado
GUILLERMO WOLFF Nació en Tarnau el 21 de junio de 1809. Murió en Manchester, en
el destierro, el 9 de mayo de 1864. Tanto para Mariátegui como para Marx, la amistad es
la gratificación generosa y espontánea que no tiene precio.
Para los sectarios la amistad no trasciende raza, edad, sexo, clase social, cultura,
profesión, religión, partido político y nacionalidad. Simplemente, no existe.
8.- El
sectario endiosa al jefe de su secta.-
Todas las cualidades o virtudes que el
sectario cree no tener se las atribuye en grado superlativo a la personalidad
del jefe de su secta. Es lo que se llama
culto religioso a la persona. El líder
es sabio, justo, infalible, omnipotente y demás cualidades. El sectario le tiene fe ciega y obedece sin
reflexionar el cumplimiento de sus órdenes.
“Las órdenes se acatan sin dudas ni murmuraciones”. Ante el jefe el pensamiento crítico o
reflexivo es tomado como un pecado mortal o herejía. La disidencia es combatida, dentro de la
secta, hasta su erradicación. Ningún
sectario tiene criterio personal, el líder piensa por todos y opina de todo. En
un gran sector de la población, existe la necesidad de creer en un ser
omnipotente que le ordene su vida. No existe sectario que no le rinda culto a
la personalidad de su jefe. Ni a un
texto único. (Por excepción el jefe máximo de una secta y el sectario son
personas sanas mentalmente. El sectarismo o fanatismo es una especie de locura
mística, una compensación ilusoria a la carencia de amor).
9-El
sectario es portador de falsa modestia.-
Los sectarios presentan una falsa humildad cuando se acercan a las personas
-que no están afiliadas a la secta- con un fin proselitista; ya que los
denominan con apelativos despectivos o denigratorios: infieles, gentiles, paganos,
mundanos, civiles, etc. Sin embargo,
ellos mismos se autocalifican: selectos,
puros, únicos, santos, elegidos, superiores, los mejores hijos
del pueblo, es decir, lo máximo.
El sectario se cree un ser superior
mientras pertenece a la secta.
Cuando la Inquisición del imperio español reprimía a los judíos se les llamaba marranos. Pero, a su vez, los judíos se consideran
asimismo como el pueblo elegido de Dios, tal como está registrado en la
Biblia.
10.- Los
fanáticos no saben reírse.
No saben reírse –especialmente- de sí mismos
ni toleran a quienes ironizan a su jefe, lo consideran una blasfemia; el líder
es intocable. El humor es considerado
frivolidad.
11.- Los
fanáticos son militantes.
Están afiliados a una organización vertical, jerarquizada
y totalitaria. El sectario pertenece o se debe incondicionalmente al ejército,
iglesia o partido político sectario. Han
perdido su libertad. Sus actos no son de elección personal; pues la secta no es
un organismo deliberativo y pauta toda su conducta; es un Estado dentro de otro
Estado. La secta adscribe a sus
militantes en determinadas funciones jerárquicas y en representación de la
secta.
12.- Los
fanáticos son conversos no son
genéticamente fanáticos; aunque existe la propensión. Luego de la etapa de seducción, el postulante
a una secta, pasa por una serie de pruebas que lo humillan y atentan contra la
dignidad de la persona. La finalidad de
las pruebas es provocarle un estrés traumático, despersonalizarlo, para
implantarle una nueva identidad; lo
bautizan y renacen a una nueva vida; de esta manera, lo hacen dependiente de la
secta, pierde su libertad. Ahora el
nuevo sectario cree que es un ser superior mientras permanece fiel a la secta.
Dentro de la secta es alguien, fuera de ella, nada. En la secta satisface su necesidad de reconocimiento.
13.- Los
fanáticos están poseídos de un afán
proselitista.
Ellos quisieran
ardientemente que todo el mundo admita sus creencias y se incorpore a su
organización sectaria. Empiezan en su
afán proselitista con su familia. Quieren
que sus hijos se casen con miembros de su secta. Son propagandistas o apóstoles
en todo momento; hasta en momentos inoportunos.
Sus objetivos preferentes son los presos de las cárceles, los enfermos,
los adolescentes y ancianos y migrantes de origen campesino. Es decir, personas
que están en crisis o desadaptados; y, por consiguiente, son susceptibles o
vulnerables a su prédica.
14.- Los
fanáticos hacen espíritu de cuerpo.
Que la secta ayude a cualquiera de sus
miembros que está en un momento difícil es una obligación humanitaria; pero es infamante
cuando un fanático ha cometido un delito execrable y tratan de encubrirlo o de
entorpecer a la justicia. Al respecto,
dos casos como ejemplo: el crimen de “Los Barrios Altos” ejercido por los
militares en la guerra contrasubversiva. Y él de los directivos de la secta Sodalicios Luis Fernando Figari Rodrigo
y Germán Doig Klinge por abuso sexual y psicológico..
Cuando la
secta no logra encubrir el delito o entorpecer o dilatar un proceso judicial inmolan
al sectario delincuente para salvaguardar a la secta o institución
sectaria. Es la figura llamada
“fusible”. El cuerpo de la organización
sectaria es mucho más importante que cualquiera de sus miembros. Esto lo aceptan gozosamente los sectarios.
15.- Los
fanáticos son disciplinados y
organizados.
Los sectarios tienen su vida organizada las 24 horas del
día durante todo el año. Están
acostumbrados a permanecer en estado de alerta. Siempre se encuentran ocupados. La permanencia en la
secta es garantía de su “estabilidad”. No
hay ningún resquicio libre como para una recaída en una nueva crisis. También la disciplina y organización propicia una
eficiencia robotizada que anula la propensión a la innovación. Además de la
disciplina y organización, la secta inventa un enemigo externo para mantener la
unidad interna de la secta y evitar la disidencia.
16.- Los
fanáticos se distinguen por su fisonomía y vestimenta. Tienen un libreto para actuar frente a ustedes
y mostrar un rosto de optimismo exagerado.
Aunque cada secta tiene un estilo; los sectarios en general son ajenos a
la moda y son extremistas; ejemplo: unos tienen cabellos muy cortos y otros, muy
largos; barba corta o larga; bigotes gruesos, etc. En su vestimenta y colores todos están
uniformados: túnicas, hábitos, ternos,
etc. Zapatos cerrados o sandalias. En su idolatría hacia el jefe de la secta, lo
imitan. Las mujeres sectarias no usan pantalones; sino faldas largas, debajo de
la rodilla. etc., etc. En suma, la
vestimenta les otorga sentido de pertenencia.
----ooOoo---
Con el retrato en la mano:
Usted logrará identificar a un sectario y tomará medidas profilácticas. Con
ese mismo retrato, todos debemos adquirir el hábito de mirarnos en el espejo
para un cotejo. Nadie está libre de la
tentación… Con el identikit en la mano, el sectario dirá: ese no
soy yo, él que tú te imaginas...
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Lima, Unidad Vecinal N°3, enero, 06 del 2017.
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