06-04-2018
James
Petras habla sobre la cultura de guerra imperante en Estados Unidos y sus
efectos en la población. Se refiere a la importancia de la lucha estudiantil
actual contra las armas, entre otros temas.
James Petras: […] Lo peor de todo, para hablar claramente, es la cultura de guerra que está fomentando la mentalidad bélica y asesina. Cuando tienes 7 guerras simultáneas por más de 15 años, has sembrado la mentalidad que afirma que el problema se puede resolver con las armas. Y más allá de eso tenemos el gatillo fácil de la policía que cada semana mata afroamericanos y otros más. Y tenemos también a los medios de comunicación donde todas las novelas y los policiales muestran cómo se pueden utilizar las armas para resolver problemas. Los medios de comunicación, la cultura de guerra han creado un tipo de psicosis que penetra la mentalidad de personas que están inestables. Y como los gobernantes desde la época de Reagan están cerrando los lugares que tratan problemas de salud mental, cualquier persona con problemas mentales no tiene lugar donde ir ahora, tiene que buscar algún familiar, pagarle a un psicólogo y mucha gente que tiene problemas no está dispuesta a hacer esto. Entonces, la falta de tratamientos para personas con problemas mentales, la falta de una cultura que cultive la resolución pacífica de problemas y las guerras constantes ha creado el clima para estos asesinatos. Los estudiantes dieron el primer paso, cuestionando las leyes sobre las armas y tratando por lo menos de restringir el acceso y la circulación.
James Petras: […] Lo peor de todo, para hablar claramente, es la cultura de guerra que está fomentando la mentalidad bélica y asesina. Cuando tienes 7 guerras simultáneas por más de 15 años, has sembrado la mentalidad que afirma que el problema se puede resolver con las armas. Y más allá de eso tenemos el gatillo fácil de la policía que cada semana mata afroamericanos y otros más. Y tenemos también a los medios de comunicación donde todas las novelas y los policiales muestran cómo se pueden utilizar las armas para resolver problemas. Los medios de comunicación, la cultura de guerra han creado un tipo de psicosis que penetra la mentalidad de personas que están inestables. Y como los gobernantes desde la época de Reagan están cerrando los lugares que tratan problemas de salud mental, cualquier persona con problemas mentales no tiene lugar donde ir ahora, tiene que buscar algún familiar, pagarle a un psicólogo y mucha gente que tiene problemas no está dispuesta a hacer esto. Entonces, la falta de tratamientos para personas con problemas mentales, la falta de una cultura que cultive la resolución pacífica de problemas y las guerras constantes ha creado el clima para estos asesinatos. Los estudiantes dieron el primer paso, cuestionando las leyes sobre las armas y tratando por lo menos de restringir el acceso y la circulación.
M.H.: En estos días estuve leyendo un libro de relatos
que escribiste hace 20 años, en uno comentás cómo comenzó la lucha en Berkeley,
y ahora te escucho diciendo “las más grandes movilizaciones desde Vietnam” y
estamos a las puertas de un nuevo aniversario del comienzo del Mayo Francés, un
22 de marzo de 1968, pero cuatro años antes comenzó la lucha en Berkeley y
fuiste un protagonista principal.
J.P.: Es cierto. Nuestra generación estaba luchando
contra las guerras y contra la discriminación racial. Y buscando liberar al
pueblo de las guerras, eliminar el racismo institucional. Tuvimos algunos
éxitos después de 6 años de lucha, terminando la guerra en Vietnam y avanzando
pero no terminamos la lucha por la liberación de las minorías. Ahora tenemos
problemas similares con los inmigrantes y la política gubernamental de expulsar
a millones de sus trabajos, de sus familias y sus estudios, eso forma parte de
esta movilización estudiantil, con mucha simpatía hacia los estudiantes que
quieren expulsar del país, hay muchos mexicanos-americanos que han pasado su
vida aquí y es muy parecido al problema que tuvimos en los 60, con una
diferencia, ahora es mucho más grande y extendida la lucha, va mucho más allá
de las Universidades y las aulas de los secundarios, es un problema público
porque todas las masacres ocurren en los espacios públicos, atacando a los
estudiantes en escuelas públicas.
Ante esto Trump quiere armar a los maestros, al
servicio de limpieza, no quiere entrar en la profundidad del problema. Ningún
maestro quiere manejar armas en las aulas. ¿Cómo se puede enseñar con pistolas
en el cinturón? Es un país de locos y el Presidente Trump está a la cabeza de
los locos. En este sentido los estudiantes quieren aprender, quieren
profundizar el desarrollo de la educación pública. A las elites no les molestan
los asesinatos porque tienen sus hijos en escuelas privadas, no necesariamente
enfrentan problemas, están bien protegidas sus comunidades, entonces no están
preocupados por las masacres.
M.H.: Te quiero preguntar por el nombramiento de John
Bolton.
J.P.: John Bolton es un extremista al estilo Hitler.
Quiere resolver todos los problemas con bombas. Cuando habla de Irán habla de
tirar bombas, cuando habla de Corea del Norte habla de echar bombas, cuando
habla de Palestina habla de asesinatos. Es un partidario 100 % de Israel, casi
un agente de Israel. Bolton tiene mucha influencia en el gobierno ahora porque
es el principal asesor de seguridad nacional de Trump, entonces él con Pompeo,
el nuevo canciller que es otro extremista, piensan con la pistola, no con la
cabeza. Ahora están inventando a Rusia como enemigo con esta idea de que estuvo
involucrada en envenenar a una ex doble agente pero no tienen ninguna prueba,
aunque todos los europeos están agrupados ahora expulsando diplomáticos rusos.
Sin pruebas, sin examinar la materia sobre la mesa.
Entramos entonces en un período de mucha
volatilidad, de muchas posibilidades de guerras nucleares y es algo que nos
tiene que preocupar y espero que pronto construyamos un gran movimiento popular
anti guerra. Es una gran necesidad en este momento. Los estudiantes empiezan a
tratar el problema de la violencia en las escuelas pero la violencia está
generalizada ahora, está pasando más allá de cualquier lugar, se ha extendido a
todo el mundo.
M.H.: A comienzo de los 2000 tu presencia a en la
Argentina nos ayudó mucho. Sé que tu estado de salud no nos permite tenerte
ahora con nosotros. Pero si pudieras venir a la Argentina, ¿qué nos dirías?
J.P.: Lo primero es movilizaciones unificadas, cada
sector ahora hace huelgas: los mapuches, los maestros, cada sindicato tiene su
propia reivindicación... La primera cuestión es unificar las fuerzas. Segundo,
extender y profundizar las luchas, como los piqueteros en los 2000 que
paralizaron la economía, paralizaron la circulación, paralizaron el
funcionamiento del sector financiero. Recuerdo nuestra primera discusión cuando
eras un delegado sindical bancario muy activo. Recuerdo que ese era un factor
importante atacando el Banco de Boston y otros sectores influyentes en la clase
alta. Creo que algo similar debe pasar, la lucha callejera se tiene que
profundizar y empezar a afectar el funcionamiento económico. Las denuncias son
un paso, las movilizaciones pacíficas son otro paso, pero más allá de eso hay
que paralizar el funcionamiento de los instrumentos económicos del poder.
M.H.: Te dejo el cierre.
J.P.: Creo que lo importante es un diálogo que podría
internacionalizarse. Ahora hay ataques contra el gobierno de Venezuela, hay
enfrentamientos en Brasil, están preparando atacar al gobierno de Bolivia, lo
que falta es una Internacional, un agrupamiento de todos los afectados por la
ultra derecha que ha tomado el poder. Creo que una gran asamblea internacional
de representantes y delegados de los sectores populares sería muy importante.
Tenemos que internacionalizar la lucha y profundizarla, afectando a los
instrumentos de poder.
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