La naturaleza insuperable (e inviable) del Capitalismo contemporáneo
24/05/2018
| Miguel Fuentes
El análisis de la economía mundial, las relaciones
estatales y las dinámicas de la lucha de clases constituyen uno de los pilares
básicos del método marxista. La historia de esta tradición podría resumirse, de
hecho, al estudio de las tendencias a largo, mediano y corto plazo en estos
ámbitos. Aunque con énfasis y niveles de sofisticación variados, cada uno de
los grandes estrategas marxistas de los siglos pasados tuvieron en la base de
su pensamiento este método de análisis.
La economía, los estados y la lucha de clases
serian entendidos así como esferas de la práctica humana caracterizadas, entre
otras cosas, por la existencia de leyes de desarrollo objetivas dispuestas a
ser manipuladas por la acción política. El método marxista constituiría desde
aquí, parafraseando a Trotsky, un tipo de “aritmética” en el análisis (e
intervención) de las “fuerzas” fundamentales del proceso histórico. Es precisamente
dicha concepción la cual se encontraría en la base de la definición leninista
del marxismo como una guía teórica para la acción revolucionaria.
Una analogía con esta concepción
del papel de la práctica humana en el análisis de las tendencias objetivas de
la realidad histórica puede hallarse, aunque guardando las proporciones, en la
esfera de la física clásica. Tal como en el caso del Marxismo, una de las tareas
del físico consistiría en el descubrimiento de leyes al nivel de los fenómenos físicos,
volviéndose aquel capaz de interpretarlos, predecirlos y en cierto grado manipularlos.
Una de las muestras más evidentes de esta lógica en el marxismo clásico ha sido
la formulación de una serie de leyes para describir (e intentar predecir) las
dinámicas principales del proceso económico y social contemporáneo: por
ejemplo, entre otras, la ley del valor de Marx y la ley del desarrollo desigual
y combinado de Trotsky.
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