Temas del Bicentenario de Carlos Marx (04)
Desde
hace pocas semanas, a través de las páginas de Facebook, vengo
sosteniendo un intercambio de ideas sobre el carácter marxista de Mariátegui, a
propósito de las declaraciones de algunos compañeros que nos
presentaban a Mariátegui como un “marxista antidogmático”.
A
continuación entrego un tercer comentario, precedido de mis dos comentarios
anteriores.
MARIÁTEGUI MARXISTA
CONVICTO Y CONFESO (01)
(26 de mayo de 2018)
Por Miguel Aragón
José Carlos Mariátegui no fue
un “marxista anti dogmático” ni un “marxista dogmático”; tampoco fue un
“marxista heterodoxo” ni un “marxista ortodoxo”. Mariátegui los criticó, superó
y combatió a ambos por igual. Mariátegui simplemente fue un “marxista
convicto y confeso”.
En la Respuesta a
un Cuestionario que preparó en marzo de 1930, para enviar a Buenos
Aires antes de su proyectado viaje, Mariátegui anotó “Los 7 Ensayos no son sino
la aplicación de un método marxista, para los ortodoxos del marxismo insuficientemente
rígido en cuanto reconoce singular importancia al aporte soreliano, pero
que en concepto del autor corresponde al verdadero marxismo”.
Y algunos meses antes, en
junio de 1928, en el artículo “Henri de Man y la “Crisis” del
marxismo”, anotó “El marxismo sufre desde fines del siglo XIX (…) las
acometidas, más o menos documentadas o instintivas, de profesores
universitarios, herederos del rencor de la ciencia oficial contra Marx y
Engels, y de militantes heterodoxos, disgustados del
formalismo de la doctrina del partido”.
El deslinde, lucha y
superación de ambas desviaciones, surgidas en la aplicación del método
marxista, fue una lucha muy larga, lucha sostenida por Mariátegui durante
varios años. Hay dos artículos claves que pueden servir para identificar ambas
luchas.
Aproximadamente a fines del
año 1923, Mariátegui preparó el texto “La Universidad Popular
y el dogma”, en el cual propuso la orientación cardinal para deslindar
y superar el dogmatismo predominante en los pocos compañeros que militaron en
la célula comunista organizada en Italia, incluido el deslinde con su propio
dogmatismo (revisar carta saturada de dogmatismo de César
Falcón, de setiembre de 1923).
El deslinde con la
influencia del dogmatismo, Mariátegui lo desarrolló entre los años 1924 y
1925, en una serie de artículos bajo el epígrafe “Motivos Polémicos”,
en los cuales revisó y actualizó varios conceptos fundamentales del
marxismo, textos que Mariátegui había pensado incluirlos agrupados en un
ensayo, como primera parte del libro “Diez ensayos de interpretación
de la realidad peruana”, y que después fue reservado como primera
parte del libro “Ideología y Política en el Perú”.
Sin ese
deslinde previo con el dogmatismo, Mariátegui no habría podido escribir un
libro tan trascendental como los “7 Ensayos”.
Posteriormente,
en los años 1928 y 1929, Mariátegui volvió a utilizar el epígrafe “Motivos
Polémicos” para escribir una serie de artículos para
deslindar y superar la creciente influencia de los “intelectuales heterodoxos”
y “anti dogmáticos”. El artículo clave de este conjunto de textos es “La
libertad y el dogma” escrito en junio de 1929, título que se ha
omitido en el libro “Defensa del marxismo” en las sucesivas
ediciones populares de la Colección de Obras Completas de Mariátegui publicadas
por la familia Mariátegui, así como en otras ediciones posteriores publicadas
por otros editores.
SOBRE MARIÁTEGUI, MARXISTA
CONVICTO Y CONFESO (02)
(27 de mayo de 2018)
Gustavo, lo que apareció en mi comentario Mariátegui,
marxista convicto y confeso, es todo lo que alcancé a escribir en las
últimas horas del día sábado (12 de mayo). No falta nada.
Más adelante, con más tiempo y más calma, habría que agregarle
notas informativas de las varias referencias poco conocidas, para así facilitar
su comprensión por parte de un público más amplio, público que no
está familiarizado con todos los escritos conocidos, y sobre todo con los “escritos
poco conocidos” de Mariátegui.
Los “escritos poco conocidos” de Mariátegui (que no están
incluidos en la Colección Obras Completas de Mariátegui, ni tampoco en la
monumental Correspondencia), a la fecha ya son muy abundantes [en el pequeño,
pero entusiasta, comité Centenario de Guillermo Rouillon estamos avanzando algo
en este trabajo de recuperación y reivindicación de la obra integral de
Mariátegui].
El trabajo de excavación y búsqueda en la valiosa
cantera de escritos de Mariátegui, no es un “tópico superado”, como
suponen algunos comentaristas superficiales, de esos que piensan que “todo ya
está dicho”, y que se conforman con los avances alcanzados
hasta comienzos de los años 80.
La búsqueda de nuevos materiales continúa, y la lectura,
comentario e interpretación de los nuevos materiales todavía está “en sus
comienzos”. Al respecto [nosotros los veteranos] no nos hagamos
ilusiones, porque nuestra generación tiene muy poco por aportar en el escaso
tiempo que todavía tenemos por delante.
Soy de la opinión que a la próxima generación [generación que
activará en lo fundamental entre el 2020 y el 2045] le corresponderá procesar e
interpretar correctamente todo este abundante material nuevo, e incluso
reinterpretar los materiales más conocidos hasta el presente, teniendo como eje
fundamental el estudio, debate y agitación de la propuesta programática
desarrollada por Mariátegui.
[Las primeras promociones de los activistas de la próxima
generación ya entraron y ya están en acción. Ellos fueron el contingente
principal de las luchas en defensa del derecho al trabajo digno (movilizaciones
contra la Ley Pulpín entre diciembre de 2014 y enero de 2015) y ellos son el
principal contingente en las últimas movilizaciones del
movimiento estudiantil universitario, que se han realizado en
los meses de marzo, abril y mayo]
Hay que volver a revisar “toda la obra de Mariátegui”, teniendo
como eje, en todo momento, la comprensión de la propuesta
programática que él llegó a desarrollar y
proponer.
BREVE COMENTARIO DE GUSTAVO PEREZ HINOJOSA
g perezhinojosa <gperezhinojosa@ gmail.com>
Para:miguel aragon
28 may a las 11:09
Apreciado Miguel, me surgen
algunas interrogantes, de la lectura de tu excelente artículo:
¿Es correcto ser dogmático o
anti dogmático?,
¿Son dos desviaciones en la
feroz e implacable "lucha entre las dos líneas"?,
Y, por último "ser
marxista convicto y confeso" frente al dogmatismo y el anti dogmatismo
equivale a "no ser culpable ni inocente, sino todo lo contrario"?
ALGO MÁS SOBRE MARIÁTEGUI
MARXISTA CONVICTO Y CONFESO (03)
(07 de junio de 2018)
Gustavo, la feroz e implacable “lucha entre dos líneas”, que nos
recuerdas en tu breve comentario, no forma parte de la rica tradición del
movimiento socialista.
LUCHA EN DOS FRENTES
El llamado estilo de “lucha entre dos líneas”, fue
una desviación introducida en las luchas del pueblo, en las décadas de 1960 y
1970, por tendencias ajenas al movimiento socialista, fue
introducido por el seudo maoísmo criollo.
Si revisamos los cuatro primeros tomos de las Obras
Escogidas de Mao Zedong, libros que abarcan su producción durante tres
décadas (las décadas de 1920, 1930 y 1940) hasta el triunfo de la revolución
china en 1949, podremos observar que Mao Zedong nunca propuso ni
utilizó ese equívoco estilo de “lucha entre dos líneas”.
Desde sus primeros escritos, y en especial en Acerca de
la Práctica, donde expuso la teoría del conocimiento según el método
marxista, Mao Zedong analizó y propuso desplegar “la lucha en dos
frentes”. Por un lado contra el empirismo, y por otro lado
contra el racionalismo.
Tanto el empirismo como el racionalismo, son dos formas de
expresión de la unilateralidad en el proceso del conocimiento.
El empirismo es la base del reformismo y degenera en
desviación de derecha; mientras que el racionalismo es la base
del aventurerismo y degenera en desviación de “izquierda”.
De igual manera, revisando las Obras Escogidas de Mao Zedong,
podemos comprobar que él no era partidario de rebajar el tratamiento de las
discrepancias al nivel de “los golpes implacables”. Por el contrario, Mao
Zedong siempre fue partidario de “tratar la enfermedad para salvar al
paciente”.
Te recomiendo volver a leer las obras fundamentales de Mao
Zedong, revisando sus textos originales, y no las opiniones de sus
mediocres comentaristas.
EL VERDADERO MARXISMO
Para ser un marxista convicto y confeso, como
fue Mariátegui, lo más recomendable es practicar
siempre “la lucha en dos frentes”.
Para practicar la lucha en dos frentes, no hay
necesidad de ser “dogmático”, ni tampoco “antidogmático”. Mariátegui nos dejó
ese ejemplo, aunque muy pocos se han preocupado en estudiarlo en forma
integral, solamente se ha divulgado, de manera unilateral, su lucha contra el
revisionismo europeo de los años ‘20 (ver primera parte del libro Defensa del
Marxismo).
Muy pocos se han preocupado en estudiar, y por lo tanto muy
pocos conocen, la lucha que Mariátegui llevó contra la desviación dogmática. Esa
fue una lucha a largo plazo. Fue desplegada, como cuestión principal, entre el
segundo trimestre de 1923 y mediados de 1927.
La célula comunista que se constituyó en Genova, Italia, con
participación de Mariátegui, César Falcón, y otros dos socialistas peruanos,
incurrió en desviación dogmática influida por el ambiente
europeo en el cual se formaron. Incluso, cuando Mariátegui regresó al Perú, en
los primeros meses de su estadía en Lima, actuó dogmáticamente. El
texto de la primera conferencia en la UPGP titulado “El proletariado
peruano y la crisis mundial” estuvo influido por esa desviación
dogmática, y además sectaria.
Mariátegui preparó el texto de su primera conferencia “El
proletariado peruano y la crisis mundial” a mediados de mayo de 1923,
antes de los sucesos del “23 de mayo”. Estaba programado para ser
expuesta el viernes 25 de mayo. Por los sucesos conocidos del “23 de mayo”, la
exposición de esa primera conferencia fue postergada por tres semanas, hasta el
15 de junio.
En las dos primeras conferencias en la UPGP (del 15 y 22 de
junio de 1923), Mariátegui fue silbado, e incluso un sector del público
asistente intentó agredirlo físicamente, rechazando la propuesta central de su
primera conferencia. En la prensa clasista de ese tiempo incluso se publicaron
críticas y ataques a las propuestas de Mariátegui. Recién en la tercera
conferencia, expuesta a fines de junio de 1923, Mariátegui inició una
saludable rectificación, trabajo de rectificación que continuó durante
varios meses del año 1923.
El largo ciclo de conferencias en la UPGP duró cerca de un año.
Comenzó el 15 de junio de 1923, y concluyó el 1° de mayo de 1924 (El
libro “Historia de la Crisis Mundial” no incluye los textos de
todas las conferencias, hay notorias omisiones). Para la clausura del ciclo de
conferencias, Mariátegui preparó el texto “El 1° de Mayo y el Frente
Único”. Para entender la rectificación de Mariátegui, recomiendo leer
y comentar juntos, dos textos, el de la primera y el de la última
conferencia (“El proletario peruano y la crisis mundial” y “El 1° de Mayo y el
Frente Único”)
En los meses de convalecencia de la operación a su
primera pierna, entre fines de abril y comienzos de setiembre de 1924,
Mariátegui continuó madurando la necesidad de revisar el
marxismo que él había aprendido en Europa, y comenzó a desarrollar
nuevos conceptos dentro del propio marxismo, nuevos conceptos más acordes a la
realidad de “un país que no era un país capitalista desarrollado” como ya eran
los países europeos; y que “tampoco era una nacionalidad ya formada” como ya
eran la mayoría de las nacionalidades europeas, sino que era una “nacionalidad
en formación”. Esos y otros conceptos nuevos fueron desarrollados
por Mariátegui en un extenso ensayo, que inicialmente tituló Motivos
Polémicos.
¿Motivos polémicos en 1924 y 1925?
¿Polémica con quién?
Ese ensayo de Mariátegui fue una polémica consigo mismo,
fue una polémica con el marxismo y dentro del marxismo que él había aprendido
de memoria y había asimilado durante su estancia en Europa. Con esa
preparación previa, a continuación Mariátegui acometió con toda seguridad y
firmeza el desarrollo de los otros ensayos de su proyectado libro 10
Ensayos de interpretación de la realidad peruana, proyecto que después se
desdobló en dos libros: “7 Ensayos…” e “Ideología y Política en el
Perú”.
”7 Ensayos..” ¿fue un libro dogmático?, claro que no.
Entonces “7 ensayos..” ¿fue un libro antidogmático?, claro que
no.
Sino
“7 ensayos…” no fue un libro “dogmático”, ni tampoco fue un libro
“antidogmático”, Entonces, ¿qué marxismo utilizó Mariátegui para escribirlo?
Dejemos que él mismo nos
responda: “Los 7 Ensayos no son sino la aplicación de un método marxista,
para los ortodoxos del marxismoinsuficientemente
rígido en cuanto reconoce singular importancia al aporte soreliano, pero
que en concepto del autor corresponde al verdadero marxismo” (Ver Respuesta a
Cuestionario para ser enviado a Buenos Aires, escrito en marzo de 1930).
Eso
fue “7 Ensayos…”, la aplicación del verdadero marxismo a la
interpretación de la realidad peruana en los comienzos del siglo XX.
Mariátegui nunca consideró necesario agregar ningún adjetivo a su
declarado marxismo. Nunca se autoproclamó “marxista antidogmático”, como ahora
nuevamente se está poniendo de moda entre algunos
intelectuales confundidos, ni tampoco necesitó autoproclamarse “marxista
dogmático” como todavía pregonan algunos pocos doctrinarios intransigentes.
Mariátegui simplemente se autoproclamó “marxista
convicto y confeso”.
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