TRUMP
ANTE COREA DEL NORTE E IRÁN, EN 15 PUNTOS
13-06-2018
Rompe el acuerdo nuclear con Irán, logrado tras siete años de arduas
negociaciones, mientras afirma que busca un pacto sobre las armas nucleares
de Corea del Norte (CN). ¿Qué pretende Trump, realmente?
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Varias
personas miran en Seúl un programa de televisión que informa sobre la cumbre
entre EE.UU. y Corea del Norte. REUTERS / Kim Hong-Ji
“Hagan
un trato o les asesinaremos”, es el ultimátum del presidente de EE.U.U
a los mandatarios de Irán y de Corea del Norte y el subconsciente le
traiciona al poner el ejemplo de Gadafi: ¿O sea, que al líder libio no le mataron los “rebeldes demócratas” sino los terroristas bajo
el mando de EE.UU.?
1.
La táctica perseguida por Trump con ambos países ha sido plantear
exigencias imposibles de cumplir para que se las rechacen, provocando
situaciones bélicas. En palabras de John Bolton “una reunión
entre Trump y Kim es útil solo porque inevitablemente fallaría y luego EE.UU.
podría moverse rápidamente a la siguiente fase, presumiblemente una
confrontación militar”. Estos profesionales de la manipulación de
conciencias y de hacer “guerras preventivas”, presentan una acción agresiva
como justificada. Es lo que EE.UU. hizo con Yugoslavia: En febrero de 1999
rechazó la propuesta de Belgrado para iniciar conversaciones de paz, el regreso
de los desplazados, y la formación de una asamblea descentralizada para los
pueblos. Pero, Washington pretendía acabar con el
ultimo Estado socialista de Europa. Le impuso el “Acuerdo de
Paz de Rambouillet”, que convertía el país en un feudo de la OTAN, y preveía la
separación de Kosovo, hoy la segunda base militar más grande de EEUU. Lo mismo
pasó con Afganistán: Según Kabir Mohabbat, empresario contacto entre EEUU y el
Talibán, Mula Omar ofreció la entrega incondicional de Bin Laden y sus
lugartenientes al Tribunal de la Haya, a la Unión Europea o a propio EEUU. Sin
embargo, Bush le dio largas hasta octubre de 2001 cuando mandó a 300.000
soldados a ocupar el
estratégico país, bajo el pretexto del 11S. Y sucede lo mismo
con los palestinos.
2.
EE.UU. ha rechazado la propuesta china-rusa del “Doble congelamiento”:
de que Washington pare sus ejercicios militares en la frontera de Corea del
Norte y ésta, a cambio, detenga sus pruebas nucleares y de misiles.
3.
Trump pide a Corea del Norte que haya una ‘desnuclearización completa,
verificable e irreversible’, que significa la destrucción de las armas
nucleares y la eliminación de su uranio almacenado, y a cambio de nada.
Si se porta bien y cumple, quizás una vez desarmado mande levantar las
sanciones, y les proporcione tecnología, ayuda económica, y la retirada de las
tropas de Corea del Sur. ¿Realmente piensa que los coreanos, que en 1953
perdieron el13% de su población bajo 32.000 toneladas de bombas de napalm de
EEUU, y de hambre y desesperación, son suicidas o
estúpidos? Al poner el ejemplo de la “solución de Libia” como
la “pedagogía del terror”, el propio Trump muestra la calidad de su materia
gris: Gadafi se deshizo de las armas químicas en 2003 y en 2011 su desarmado
país fue arrasado bajo toneladas de bombas de la OTAN. También está la “lección
de irán”: aunque renuncies a tu programa nuclear y firmes un acuerdo, lo pueden
drogar, someter a tu nación a unas duras sanciones y una vez exhausto,
sepultarte bajo las cenizas y escombros.
Los
verdaderos objetivos de Trump con respecto a Corea del Norte
4. Impedir un
acercamiento entre las dos Coreas, y su posible reunificación.
Que Corea del Sur tenga una vía directa de dialogar con el Norte, resta la
capacidad de presión de EE.UU. a Corea del Norte y debilita sus planes bélicos.
Fue un movimiento audaz de Kim el intentar separar a CS de EE.UU.
5.
Trump pretende ser visto como “el gran estadista”, preocupado por la paz
mundial, y merecedor (como Obama) de un Nobel, quizás por sus méritos en
conseguir el monopolio de las armas nucleares y tener el único en tener el
derecho de su uso.
6.
Intensificar la guerra económica contra China, bajo el nombre de sanciones
secundarias y tras “el fracaso de las negociaciones”.
7.
Dominar el espacio de influencia de China, aunque el Sr. Xi hará todo lo
posible para evitar una guerra o una Corea unificada bajo el control de
Washington.
8.
Amenaza a Corea del Norte para intimidar a China y Rusia, para que acepten
sanciones más severas contra este país (que perjudica a las dos potencias)
impidiendo una guerra.
9.
Ahora que está perdiendo terreno político-económico a China en esta región,
aumentar la presencia militar de EEUU en Guam y construir nuevas bases
militares en CS (por la empresa estadounidense Gilbane Federal de Concord que
ha recibido 133,4 millones de dólares). Ya ven, el simple anuncio de una
amenaza sube los beneficios de las compañías de armas. Rusia, por su parte,
exhibirá sus misiles en el Pacífico en respuesta al despliegue de THAAD en
Corea del Sur por EEUU.
10.
Dijo Trump que intentar llegar a un acuerdo con Corea del Norte era “perder el
tiempo”. Su gobierno ha sido constituido para organizar grandes guerras. Entre las
razones del cese de Rex Tillerson (que estaba en favor de
dialogar con Irán y Corea del Norte) fue poner fin a la diplomacia y entregar
la política exterior al Pentágono y la CIA.
11.
Es poco probable hoy un ataque de EE.UU. contra Corea del Norte, ya que lo suyo
es agredir a los estados con una considerable inferioridad militar como
Yugoslavia, Afganistán, Yemen, Irak, Libia o Siria. Pero, la hipótesis
planteada por Gardiner Harris en New york Times, es interesante: si
mueren 10.000 estadounidenses en un ataque convencional de Corea del Norte [¡te
referirás a uno de bandera
falsa!], la presión del pueblo estadounidense sería: ‘Es hora de
eliminar a este tipo’, y el conflicto terminará en una guerra de entre 60 a 100
días.
12.
La prioridad de Trump es Irán. Nadie en EE.UU. le está presionando a “borrar
del mapa” a Corea del Norte, mientras los lobbies pro israelí y por saudí
utilizan chantaje y soborno (en forma de contratos de armas, sobres con dinero
a los diputados, financiar la campaña electoral, etc.), para arrastrar a EEUU
una guerra contra a Irán. Y eso a pesar de que Tel Aviv también detesta a Corea
del Norte, porque Pyongyang no reconoce al estado israelí, y por sus relaciones
con Irán.
13.
Si bien una guerra contra Corea del Norte no beneficia a ningún país (hasta
Corea del Sur y Japón se oponen), los que desean contener a Irán, además de una
decena de países árabes, Israel y Turquía, es el propio EEUU, donde los
halcones siguen con el Proyecto de Reconfigurar Oriente Próximo, para cambiar
su mapa, trazado hace un siglo por otras potencias imperialistas, Gran Bretaña
y Francia en el Acuerdo Sykes-Picot. Hoy es el imperialismo estadounidense
quien quiere adaptarlo a sus necesidades: crear mini- estados controlables (si
no, tierra quemada), para así garantizar su hegemonía militar sobre las
reservas de hidrocarburo de una región que además es próxima a Rusia y China.
Washington cree que el costo de la guerra con Irán es menor que el de una contra
Corea del Norte.
14.
Es imposible que EE.UU. abandone sus ambiciones militares. No aceptará la
demanda de Kim sobre la retirada total de las tropas de EE.UU. de Corea del Sur
a cambio de abandonar sus armas. Según el general Paul Selva, vicepresidente
del Estado Mayor Conjunto, el Pentágono se prepara para la guerra contra 4+1
amenazas: Irán, Rusia, Corea del Norte, China, y el terrorismo.
15.
Para una mente como la Trump, marcada por el "excepcionalísimo
norteamericano”, hay dos grupos de países: 1) EE.UU., que tiene
derecho a dominar al mundo, y 2) los que deben ser sometidos a él.
EEUU-Corea del
Norte
TRUMP
Y KIM FIRMAN DECLARACIÓN QUE “CAMBIARÁ EL MUNDO”
13-06-2018
Donald Trump y Kim Jong-un, los dos
líderes con menos credibilidad del planeta, firmaron hoy una declaración
conjunta “que cambiará el mundo” tras celebrar una reunión cumbre de más de
cuatro horas en la Ciudad Estado de Singapur.
Trump,
que salió del encuentro con las mejillas rojas, había dicho hace unos días que
sólo llegaría a un pacto con el líder norcoreano “si había feeling”. “Si no hay
feeling” me marcharé en el primer minuto del “face to face”, recalcó dando a
entender que, entre sus muchas cualidades, se encuentra la de “leer y ver” el
alma de sus interlocutores.
En
una rueda de prensa celebrada a las 16:00 hora local (a las 10 hora peninsular
española), Trump, que necesita demostrar al mundo que es el líder más
inteligente de todos los tiempos, dijo que “vamos a resolver un problema muy
peligroso” y que ambas partes celebrarán muchas reuniones a partir de ahora
“para conseguir la paz y la desnuclearización de la península coreana”.
Por
su parte, Kim Jong-un, que la noche anterior estuvo haciendo turismo, se mostró
feliz por haber tocado al Emperador y afirmó que “el mundo va a ver un cambio
tremendo”.
La
vaporosa declaración conjunta suscrita por ambos líderes señala que “Estados
Unidos y la República Democrática Popular de Corea (RDPC, Corea del Norte) se
comprometen a establecer nuevas relaciones, de acuerdo al deseo de los dos
países de paz y prosperidad”.
El
documento añade que “La RDPC se compromete a trabajar por la desnuclearización
completa de la península coreana” y que Pyongyang “colaborará para recuperar
los restos de los soldados (surcoreanos y estadounidenses) hechos prisioneros o
desaparecidos en la Guerra de Corea (1950-1953).
A
juicio de este modesto escriba, habrá que esperar un tiempo prudente para ver
si el documento suscrito por ambos mandatarios no es papel mojado, una baza
jugada por Kim Jong-un y Donald Trump para demostrar al mundo que “son capaces
de conseguir lo imposible”. (En Corea del Norte se cree que el líder puede
hacer milagros).
La
reunión se celebró en la pequeña y cercana isla de Sentosa, cuyos accesos
estuvieron fuertemente controlados por un contingente de aguerridos Gurkas,
famosos por su ferocidad en el combate y en la lucha cuerpo a cuerpo con
cuchillo en mano.
Para
la cumbre se habilitó una sala del lujoso hotel Capella, construido en la
década del 1880, y rediseñado por el arquitecto británico Norman Foster.
Tras
la guerra civil coreana Seúl y Pyongyang firmaron “un alto el fuego” (un
armisticio), nunca un acuerdo de paz, por lo que las dos Coreas – separadas por
el Paralelo 38- continúan en “estado de guerra técnico”.
Aunque
la mayoría de los surcoreanos (unos 50 millones de habitantes) deseaban la
reunificación de la península en la década de 1980, ahora sólo una minoría
aspira a “esa fusión”, señalan los analistas, por temor a que “el alto nivel de
vida y económico logrado con tantos sacrificios por Corea del Sur caiga en
picado y se instale el caos en la región”.
Blog
del autor: http://www.nilo-homerico.es/
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